Diario las Américas Newspaper, May 16, 1954, Page 14

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SUCESOS A ve y el mundo presenciaron, el pasado sabado, 18 de abril, la devaluacién monetaria mis singular que se haya producido en algtin pais; singular por su perfeccion técnica, por las condiciones particulares que la hicieron necesaria y por la forma en que fué planteada y puesta en practica. El proceso que condujo a ella lo constituyeron una cadena de acentecimientos econdémicos exteriores e inte- riores cuyo principio discernible se sitia en algin momento de 1949, quizds muy poco después de la fijacién de la paridad de $8.65 por un dolar. Resulta falso, pues, pensar que los factores de la devaluacioén fueron creados y precipitados de modo irresistible en el corto espacio de algunos dias, por personas de gran poder econémico y séle atentas al fabuloso lucro que pudiera traerles una gran maniobra bursatil. Es cierto que tales personas, cuya actividad se desarrvlla en los circulos donde se deciden los negocios de las llamadas “altas finanzas’, poseen cierta sensibilidad especial ante las situaciones econoémicas que los hace reaccionar por instinto en formas determinadas. Esta vez se les ocurrié—con gran acierto, desde luego—“tomar posiciones en délares”, como dicen en su jerga, y transformaron pesos en Dis 21 millones durante el corto periodo de 17 dias que termin6 el miércoles, 14 de abril. Pero esta prisa fué tan sélo el signo decisive que senalé la madurez en los factores que exigian la devaluacién. El gran mérito del licenciado Antonio Carrillo Flores, Secretario de Hacienda, consistié en igualar la sensibilidad de los especuladores y detenerlos limpiamente en su carrera. Enterado el seor Presidente Adolfo Ruiz Cortines de la situacién con toda oportunidad, orden6é que el ministro de Hacienda ultimara los tramites ante el Fondo Monetario Internacional. El convenio con esta institucién fué firmado el martes 13 de abril y el miércoles 14, el licenciado Carrillo recibié la declaracién conjunta que daba cuenta de la nueva paridad de $12.50 por un délar. Ese mismo dia, la Comision Nacional Bancaria dispuso a altima hora que el sabado 18, permanecieran cerrados los bancos (antes habia dispuesto lo contrario) y el Ministro aproveché la pausa para anunciar la devaluacion. Be esta manera ceg6 de un golpe toda posibilidad de especula- ciones contrarias al bien publico. Los duenos de capitales abandonaron precipitadamente playas y balnearios solo para darse cuenta de que era demasiado tarde para obtener ganancias extraordinarias de la noche a la mafiana. La reaccién de los comerciantes, al elevar sus precios entre 50 y 100 por ciento a la vista del publico consumidor, seria risible si no fuera tan descaradamente delictuosa. La reaccién de los consumidores, en cambio, se caracteriz6 por una gran cautela: el aumento subite de los precios los orillé a no adquirir sino lo indispensable y las compras de panico no se hicieron sentir con fuerza. Esto ha causado que ya el viernes &, algunos comerciantes comenzaran a rectificar precios a la baja. Saltan a la vista grandes diferencias entre esta devaluacién y la ocurrida en junio de 1948. Entonces, la Secretaria de Hacienda, empenada en sostener el tipo de cambio anterior de $4.85, aun a la vista de la terrible succién que sufrian las reservas del Banco de México, vié como el peso se le deshacia entre las manos y repentinamente Jo solt6; perdié todo control sobre el mercado de divisas y abandoné Ja paridad al libre curso de las transacciones hasta que tomé un nivel mas 0 menos tranquilo que permitié recuperar el control a $8.65 por un délar; pere las reservas del Banco de México, que en 1947 todavia alcanzaban Dls 280 millones, habian disminuido a Dis 40 millones solamente, en junio de 1948. Hoy, por el contrario, el Estado no ha perdido un apice del control del mercado de divisas, existe una reserva de Dis 210 millones (en abril de 1953 eran Dis 277 millones) con una pérdida de Dls 210 millones en un ano; de éstos, los especuladores apenas pudieron succionar, en plan de “tomar posiciones”, solo Dis 21 millones. Esta forma de devaluar hard escuela en los demas paises capitalistas, LOS FACTORES EXTERNOS México se halla sujeto, quizis con mas fuerza que ningun otro pais, a las fluctua- ciones de la economia norteamericana. Los Estados Unidos compran el 85 por ciento de las exportaciones mexicanas y venden el 75 por ciento de las importaciones de México. Asi, casi todo el comercio exterior mexicano se efectia con o a través de los Estados Unidos y ello coloca al pais en situacion de dependencia casi absoluta respecto a la economia norteamericana. Las condiciones que causaron la devaluacién del 18 de abril son en gran parte el reflejo de Jas que imperan hoy en la economia de los Estados Unidos, las cuales han sido calificadas por los economistas como de “receso econdmico”; esto es, como sintomas de una nueva depresién. Son las mismas condiciones de inflacién desmedida, desorde- nada y sin precedentes que produjo la guerra y que, desde 1945, se ha juntade a un fenomeno de sobreproduccién inevitable, a una contraccion de la demanda interna y exertna para las mercancias norteamericanas y a la amenaza constante de una paraliza- cion de los negocios con el consiguiente aumento en la legion de los desocupados, Esta crisis se hizo evidente tan pronto como Jos Estados Unidos inundaron al mundo con excedentes de la guerra y de su nueva produccién de paz, hasta agotar las reservas de todos los paises que comercian con ellos. En este punto, cuando las devaluaciones monetarias estaban en el orden del dia, las medidas puramente econémicas fueron insuficientes y los norteamericanos Hamaron en su auxilio a la politica para paliar la crisis: 1) “El Plan Marshall” sirvié para colocar excedentes en Europa como ayuda a la recuperacion de los paises devastados por la guerra. 2) “Volvieron” a la economia de guerra, por lo menos en un 50 por ciento, para evitar que los soldados licenciados engrosaran las filas de los sin trabajo y que las fabricas de productos bélicos se dedicaran a producir mercancias de paz y acabaran por reajustar trabajadores en la quiebra. 3) “El Hamado plan Truman” colocé una buena parte de la produccién de guerra -—armamentos y equipos—en el extranjero y alivié la sobreproduccién en ese ramo. 4) Recurrieron al financiamiento deficitario de los gastos publicos mediante pre- supuestos enorm?s para la produccién de armamentos y los los déficits han alcanzado cifras espantables de mas de Dis 10 mil millones cada aho. Esto auxiliaba a mantener, y aun a elevar el peligro de receso. 5) Cada experimento con la bomba atémica—como ahora con la bomba de hidré- geno—significa eliminar de un solo tronidazo muchos miles de millones de délares que pesaban peligrosamente sobre la economia y la empujaban a la baja vertical. 6) Sin embargo, todo ello y muchas providencias mas no bastaron y el conflicto de Corea significé un alivio momentaneo de Jas presiones internas que amenazaban destrozar la economia norteamericana y, por ende, la del mundo que gira en torno de ella. En la actualidad, los economistas norteamericanos miden ese alivio bajo los ren- glones contables de “antes de Corea” y “después de Corea”. A raiz del armisticio, la revisia mas representativa de los circulos financieros de los Estados Unidos, “U.S, News & World Report”, senalaba las mejorias “post-Corea” respecto a la “pre-Corea del siguiente modo: El producto total bruto aumenté 32.1 por ciento; la produccién de bienes de consumo, 23.6 por ciento; la produccion de acero, 16.5 por ciento; la cons- truccién, 24.9 por ciento; los gastos en equipos y plantas industriales, 47.9 por ciento; los gastos del gobierno en bienes y servicios, 109.7 por ciento; el comercio al menudeo, 19.3 por ciento; los precios al menudeo, 11.7 por ciento; los ingresos personales, 28.6 por ciento; los créditos, 12.7 por ciento; y el empleo—el renglén mas significativo— aumento sdélo en 6.7 por ciento. Estas cifras se daban en agosto del afio pasado—hace apenas 9 meses—y ya eutcnces la misma revista se preguntaba: “Puede esta situacién continuar asi?” y HEMISFERI@ E NUESTRA AMERICA presagiaba la reduccién de impuestes, Ja disminucién consiguiente de los gastos del Gobierno y el aumento del desemplee. En efecto, antes de Corea, los desocupados eran 8 millones—cifra oficial—; etre 1950 y 1951 disminuyeron a 4 millones y hoy, menos de un aio después del armisticio, ya aleanzan la cifra de 6 millones, muy cercana 2 la . anterior, a pesar de que continuan Jes reclutamientos del Ejércite y muy pocos sol, * dados han sido licenciados. La crisis ha sido particularmente en la agricultura morteamericana que nunea se recuperé totalmente de la crisis de 1929-1933. Desde entonces ha tenido que susten- tarse sobre fuertes subsidios gubernamentales mediante compras a precios de garantia por parte del Gobierno, Poco después de la guerra, éste aportaba 10 centavos por cada dolar invertido por los agricultores; hoy, esa aportacion ha subido a 66 centavos en algunos casos, como los del trige y del algodén, por ejemplo. Con el objeto de aliviar la enorme sobreproduccién agropecuaria, el Gobierno norieamericano recurrié a redu- x cir el area de cultivo de determinadas cosechas en el ciclo de 1952-53; pero la “U.S, 2% News & Wolrd Report, en septiembre del ao pasado, informaba: “La mantequilla, * el queso y la leche en polvo contintan vendiéndose al Gobierno a precios que represen- ? tan fuertes subsidios. La produccién de huevo sera mayor que la del ano anterior, El problema de la sobreproduccién agropecuaria no podra resolverse con los actualeg controles. La oferta de trige para el ano de 1954-55 sera igual a la de 1953, a pesar de Ja reduccion de las areas de cultive. Las existencias de maiz, avena, centeno, sorge, * algod6n y tabaco, aumentaran también. Estas estimaciones de la Oficina de Economia Agricola del Departamento de Agricultura, indican que el problema seguira desafiando toda solucion. Los ingresos de los campesinos son 6 por ciento menores que Jos de hace un ano y los precios que reciben por sus productos han disminuidos 12 por ciento”... En la actualidad, abril de 1954, 9 meses después, la misma revista senala: “Los agricultores norteamericanos tendran que soportar mas y no menos controles. La dis- uainucién de las areas de! cultivo de} algedén y del trigo ha obligado a los campesinos a cultivar otras cosechas por lo que amenazan presentarse nuevas sobreproducciones. En el préximo ano, el Departamento de Agricultura se vera obligado a controlar, no séle las cosechas basicas, sine todo otro producto que reciba subsidios”.., . f. En resumen, las perspectivas de la economia norteamericana no son nada hala- gadoras. Esto explica el fendmeno, aparentemente incongruente y extrano, de que una comisién integrada por representantes de diversas organizaciones de agricultores nor- teamericanos recorra ahora todos Jos paises de América Latina —productores agrico- las por excelencia— para ofrecerles trigo, algodén, maiz, leche en polvo, mantequilla y huevo, en un intento de vender a precios de “dumping”. Los Estados Unidos, al pare- cer, estan a punto de ahogarse en su propia produccion. 8 LOS EFECTOS EN MEXICO % Si los Estados Unidos no pueden vender sus mercancias y ebservan que éstas se acumulan peligrosamente, es légico que suspendan sus compras al extranjero. Como, ademas, son los principales compradores de materias primas agricolas y minerales de otros paises, su abstencién ha hecho descender con rapidez los precios de las mismas en el mercado internacional. La economia mexicana se sustenta principalmente de sus ; exportaciones de materias primas minerales y productos agropecuarios, y se ha visto | lesionada en sus intereses vitales por el Hamado “receso” norteamericano. é En abril de 1953, el Lic. Carrillo Flores declaré: “En México no hemos podido ; escapar a lo que parece ser un fenémeno universal recurrente: que no bien se supera © se domina un proceso inflacionarie, cuando la preocupacion cambia de signe y se teme que a un periodo de actividad intensa y altos precios siga bruscamente la curva de descenso de su conocida teoria de repercusiones adyersas para todos los grupos sociales”. En efecto, durante la guerra de Corea se reavivaron un tanto las compras norteamericanas a México; las reservas monetarias aumentaron a Dis, 259 millones en diciembre de 1952 y en sélo 6 meses mas —abril de 1953— subieron a Dis. 277 millo- nes. El Secretario de Hacienda pudo decir: “El Gobierno considera que la reserva mo- ‘ netaria basta para absorber con amplitud, al actual tipo oficial de $8.65, la demanda excedente de los meses en que ano por afio disminuyen nuestros imgresos en divisas. Sin embargo, estamos prestando atencién especial a todo aquello que pueda influir en un sentido favorable o adverse a la reserva”. Infortunadamente, los signos exteriores —tanto como los interiores— iban a se F adversos: los precios de Jas exportaciones y el volumen de éstas disminuian constante- } mente, y por ende, la amenaza de la Ley Simpson, destinada a proteger a los produc- j tores norteamericanos de materias primas contra los exportadores extranjeros, se ° cernia sobre todos los paises de la érbita de los Estados Unidos. Y mientras México | vendia cada vez menos y mas barato, tenia que comprar cada vez m4s caras las mer- z cancias norteamericanas. Las reservas corrieron un inminente peligro de desaparecer. ‘ En este punto, los factores externos se coaligaron con los internos para precipitar Ja devaluacién. LOS FACTORES INTERNOS ij Aparte de las repercusiones del “receso” norteamericano, México vive su propio © receso desde la devaluacién de 1948. La brusea baja del peso desde $4.85 hasta $8.65 - por un dolar solo agudizé la ya tremenda inflacién que se creé durante la guerra, y - tuvo por objeto eliminar el peligro de depresién que apunté en la postguerra. Hubié- i ranse seguido nuevas devaluaciones entre 1949 y 1952 si no fuese, primero, por la guerra de Corea, y segundo, por los fuertes empréstitos extranjeros a que recurrié con tanta frecuencia el Gobierno. Realmente, estos empréstitos mantuvieron el ritmo de las inversiones publicas en defecto de las privadas, las cuales, por el convencimiento | de los~inversionistas de que los mercados exteriores abiertos por la guerra de Corea eran transitorios y por el gran debilitamiento del mercado interno debido a Ja infla- cién, no se animaban a ampliar el Ambito de la produccign con inversiones a largo plazo. ; El sexenio de 1946-1952 se caracteriz6 por un gran deterioro en el poder adqui- sitivo de las grandes masas de consumidores. La inflacién sostenida mediante enor- mes gastos publicos, cimentados en gran parte en los empréstitos extranjeros, sin controles eficaces de desarrollo y de Jos precios, con salarios yirtualmente congelados, pronto se tradujo en un gran desnivel en la distribucién de la renta nacional. En 1952, el 89% de la poblacién percibia $300 mensuales 0 menos, mientras que el 1.45% percibia $1 mil o mas (Lic. Gilberte Loyo). En este ultimo Pporcentaje se concretaba el 60% de la renta nacional que ascendia a $35 mil millones, No obstante, esta concen- tracién de capitales, que se supuso destinada a alentar las inversiones en el desarrollo economico del pais, tuve efectos diametralmente opuestos. Durante el Gobierno del Gral. Lazaro Cardenas, el desarrollo industrial se produjo a un ritmo de 5.6% anual; durante el del Gral. Manuel Avila Camacho, al calor de la guerra, aumenté a 9.4% y durante el sexenio del Lic. Miguel Aleman descendié bruscamente a sélo 2.3% al aho, en promedio. Ningun pais est4 capacitado para desarrollar sana y controladamen- te su economia si descuida la base y sustento de ese desarrollo: su mercado interno, el poder adquisitivo de los consumidores nacionales. Este descuido colocé a México en el borde mismo de su primera crisis econémica de tipo verdaderamente capitalista. La experiencia obtenida hasta hoy ha demostrado que ningun inversionista estd dispuesto a jugarse la prosperidad o la ruina a una carta tan veleidosa e inestable como lo es el mercado exterior; menos aun si le falta el indispensable burladero del mercado interno, En estas gravisimas condiciones externas e internas recibio el Go- biermo d@l senor Adolfo Ruiz Cortines y asi lo hizo saber al pueblo en su primer in- Rn races a deonnitrnast ae be alle Dar tiny m8, — DOMINGO 16 GS Mics Ls

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