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Baris gedé, elegante danza guerrera balinesa. En un mes de estudio y pintura en la isla, Covarrubias escribié el clasico libro Isla de Bali, que lo consagr6é como antropdlogo. CUANDO EN FEBRERO el ca- ble trajo la noticia de] falleci- miento de Miguel Covarrubias, comprendi que se cerraba una époea de la caricatura y la ilus- tracién en la América Latina. El artista, nacido en la capital de México en 1904, alcanz6 su fama durante la década de 1920 1930, como resultado de la publi- cidad que recibia entonces el mo- vimiento de la pintura mural de México. Estiliz6, simplified e hi- zo digerible Ia tematica de la pintura mexicana para un publi- co mayoritario. Con su estilo amable y-suavizante, poseedor de un legitimo sentido decorativo, Jogré que sus personajes se aduefaran de las paginas de nu- merosas revistas ilustradas e im- pusieran el tema mexicano en un tono menor, mas halagiiefio a la vista que el empleado por sus compatriotas pintores, aunque no exento de Cierto refinamiento plastico. En la caricaturag Covarrubias seguia la misma direccién de sus. ilustraciones. Abominaba de la caricatura cruel, del comentario sarcastico, de Ia linea honda y penetrante que en la tradicion | mexicana presidia el ilustrador José Guadalupe Posada, la cual se asentaba en el muralista José Clemente Orozco y que hoy tie- ne su legitimo sucesor en el di- ‘bujante José Luis Cuevas. Hace pocos anos, Covarrubias opind sobre la caricatura; “Yo no pien- s0 que tenga que ser forzosamen- te la deformacién o exageracién ridicula de los defectos faciales para poder ser caricatura. Ese es el recurso mas facil y burdo y esté al alcance de Ias mentali- dades mas elementales”. . Con - esta idea dominando su obra hu- moristica, trat6 a sus caricaturi- zados-mas con piedad y elegan- cia que con profundidad y pene- tracién. Sintetiz6 sus rasgos en soluciones habiles, pero no dejé de ellos un concepto, un anali- sis, sino una visién externa. En el campo: de Ja pintura no pudo superar las imposiciones que le hacian la caricatura y la ilustracién. Su fama, por eso, se ciment6é en su labor dentro de esos dos ramos. Desde 1923, en que la revista Vanity Fair le dio e] espaldarazo en los Estados Unidos, Covarrubias impuso una version de México que pronto fue del dominio popular. Hizo mas por difundir lo pintoresco de su pais que todo otro esfuerzo en Ja plastica mexicana. Pronto gus caricaturas y sus tehuanas y danzarines pasaron a grandes multitudes y se conviertieron en jlustraciones obligadas en” toda publicacién —' hasta en los ca- lendarios — que tuviera que ver con México y muchas veces con el resto de la América Latina. Por la forma exdtica con que DOMINGO, 5 DE MAYO DE 1957 a poco le fueron comisionando tratar otros asuntos y asi se pro- dujeron sus famosos mapas mu- rales para la Feria de San Fran- cisco de California, en 1938, hoy en el Museo de Historia Natural de Nueva York; ‘su libro sobre la isla Bali en 1935 0 las cuatro paginas a color que Life le en- eargé sobre Ja obra teatral Car- men Jones, en su version inicial de 1944. revistié el tema mexicano, poco De sus viajes por Asia, Africa y las islas del Pacifico, el artis- ta que habia en Covarrubias ce- dié ante nuevos intereses. Lenta- mente fue dando cariz cientifico a sus excursiones y se convirtid en un téenico etndgrafo de cier- tas areas culturales de la Ocea- fia. Ayud6é a los museos: ameri- canos en la busca e instalacién de material y asesor6 a diversas instituciones. Mas tarde se dedi- cé también a la arqueologia e hi- zo importantes excavaciones en su pais. Hace quince anos lo conoci en Ciudad de México en su viejo easeron de las afueras. Con na- tural modestia, no me mostré sus, trabajos. En.cambio pude ad- mirar su coleccion de piezas pre- hispanicas, especialmente gran- des figuras de piedra halladas en la Meseta Central que tenia es- parcidas en el jardin, una exten- sa variedad de pinturas popu- lares mexicanas y sus antiguos cuadros de Rufino Tamayo. Ro- busto y risueno, Covarrubias conversaba agilmente de sus ex- periencias por el mundo y se deleitaba mostrando obras aje- mas con gran entusiasmo. Su conocimiento de la etno- grafia lo Jlev6é a ocupar el car- go de Jefe del Departamento de Danza del Instituto Nacional de Bellas Artes de México hace al- gunos aos, durante los cuales fue dejando de practicar su arte. Arreglé intercambios de obras importantes de culturas remotas con los museos de México y de otras partes del mundo. Se dedi- cé al estudio cientifico y meté- dico. Fue asi cerrando gradual- mente un periodo de la carica- tura y de la ilustracion, amable, risuena, bondadosa y elegante, que con su muerte ha termina- do. : * Interpretaci6n de Covarrubias del motivo central de una pintura sioux o arapaho sobre piel de bifalo, tomada de la obra “El Aguila, el Jaguar y la Serpiente”, en la cual traté de presentar Ja historia hipotética del arte indigena en todo el Continente. huanas Hevando flores al santo patrono. HEMISFERIO A Covarrubias le fascinaron los “violentos contrastes” del Isto, LRAADAIAAIAAIAIAAI IAAI IA Reproducido por cortesia de “Américas”, revista de la Unién Panamericana que se edita en inglés, espafio) y portugués. BE KIAAADADAAAA AAAI A ASIII Enorme cabeza de piedra en las ruinas de La Venta, Istmo de Tehuantepec. Covarrubias llam6 al arte de La Venta “tnico.., noble y sensual”. . El Molino de Arroz. Con sus pinturas de bellas balinesas, Covaryur bias contribuyé a hacerlas el simbolo de la elegancia,