Diario las Américas Newspaper, February 7, 1954, Page 13

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S re : sado afio reservaron solamente 31 millones de barriles de petrdleo, mientras que el Oriente Medio reservé 65 millones. En 1952 la produccion mundial diaria de ba- rriles de petroleo fué de 12,238, 700, o sea, 1,750,000 toneladas. De esta enorme cifra, mas de la mi- tad (6,628,000 barriles) los pro- dujeron sdlo los Estados Unidos, y todo el continente americano, 9,111,200, casi las tres cuartas partes. La Union Soviética, en cambio, sigue todavia fiel a la consigna de Lenin: “Electrificarse”’, Cierto que posee en el seno de su enor- me territorio importantisimos ya- cimientos en plena actividad y que ella y sus satélites constitu- yen el tercer. gran bloque produc- tor del mundo —después del con- tinente americano y del Oriente Medio—, con una produccion de 1,092,000 barriles diarios en 1952. Cierto También que, mas 0 menos subrepticiamente, sabe mover sus peones en Asia Menor, asignando- se el papel del temible aspirante a la herencia de la Anglo Iranian. Pero, aunque tratandose de Rusia todos los calculos son siempre hi- potéticos, todo hace suponer que para la Union Soviética el petré- leo tiene importancia en la me- dida que es preciosa reserva pa- ra un futuro bélico, Pasaron los tiempos de la Conferencia de Gé- nova de 1922, en que una dele- gaciOn soviética mendigaba, por asi decirlo, el dinero y el apoyo de los grandes trusts para orga- nizar su produccion. Hoy dia los unicos yacimientos del mundo so- bre los que no pesa inversion al- guna de capital extranjero son los de la Union Soviética, porque in- cluso-los de los Estados Unidos tienen una minima parte de inte- reses ingleses y franceses. El Oriente Medio, segundo de los tres grandes bloques produc- tores del mundo —con una pro- duccion media de 2,095,500 barri- les diarios en 1952—; es la regién donde la lucha por el_preciado liquido tiene mas de sintomatico. Es donde mas ligados estan los intereses a la politica y donde es- tos intereses estan mas supedita- dos a la prevision de una nueva guerra. Si la posesién del petréleo venezolano, por ejemplo, pudo suscitar antagonismos financieros entre las dos grandes companias, Standard Oil Co. y Royal Dutch- Shell, en Oriente Medio estos an- tagonismos —que siempre serian entre estas dos compafias o sus filiales— quedan en cierto modo paliados ante la perspectiva de una tercera competencia, que, de resultar triunfante en la pugna, trascenderia el simple hecho fi- nanciero para afectar neuralgica- mente uno de los puntos que se- ran clave en la eventualidad de una guerra. De ahi la propension de Washington a limar toda as- pereza con Mossadecq. Si Rusia tiene especial interés en estable- cer una cabeza de puente ‘en Oriente Medio, como ya lo ha de- mostrado alentando las rebeliones en el Adzerbeidjan, Norteamérica ha de tratar que el petrdleo per- sa, si ha salido de las manos de la Anglo Iranian, no sea para caer en las de los rusos. Por otra parte, segan se des- prende de las ultimas investiga- ciones geoldégicas, el Oriente Me- dio es, pese a su desventaja de produccion frente a la de los Es- tados Unidos, el territorio que presenta una mayor perspectiva de reservas en yacimientos. Los Estados Unidos, después de pros- pecciones realizadas ultimamente, pueden mirar con un mayor mar- gen de tranquilidad el porvenir. Se ha ampliado considerablemen- te el territorio con posibilidades petroliferas, En la plataforma continental del golfo de México, dentro ya del mar, se han encon- trado nuevos y muy ricos yaci- mientos, algunos de los cuales es- tan ya en explotacion. Sin em- bargo, su: politica tiende a asegu- rar*el control directo —0O indirec- to, gracias a los paises del area occidental— de todos los yaci- micntos enelavados en la zona surasiatica. Es decir, hay un lugar en la tierra, el Oriente Medio, donde las economias capitalistas tlenen que dejar a un lado, en mayor grado que en ningun otro sitio sus intereses - particulares ante la perspectiva de una terce- ra fuerza que haga tabla rasa de todo ello. Por el contrario, el continente americano es todavia campo abo- nado para una guerra pacifica de ias finanzas. Una guerra cuyos ejércitos visibles son las grandes compafiias: la americana Standard Oil Co. y la angloholandesa,. pero de mucha preponderancia inglesa, Royal Dutch-Shell. Ellas son las cabezas de los dos grandes trusts petroliferos que practicamente do- minan el mundo. Con la primera un sinfin de pequefias compaiias de denominaciones més 0 menos similares, nacidas para contrarres tar los efectos de la ley Sherman contra las concentraciones de ca- pital y de empresas. Con la se- gunda, la Anglo Iranian, princi- palmente, y otra nube de compa- Nias desparramadas por todo el mundo para hacer mas elastica la guerra financiera. Una guerra cu- yos ejércitos en linea, con avan- zadas en todos los puntos neural- gicos del planeta, tienen cefido al mapa de la tierra el cinturén de la riqueza. De norte a sur del continente americano—Canada, Estados Uni- dos, México, Venezuela, Colombia, Peru, Argentina— y de este a oeste del euroasidtico y oceanico —Indonesia, Kowell, Irak, Iran, Arabia Saudita, Egipto y también ya algunos paises de Europa en pequena escala— se extienden co- mo tentaculos de las redes de in- tereses entretejidos de la formi- dable industria. En 1946, la suma total de los capitales invertidos en esta industria se elevaba a 27,000 millones de délares. El im- pulso de estos ultimos anos ha hecho elevar estas inversiones en la campafia 1951-52 a 40,000 mi- llones. En 1922 era norteamerica- no el 50 por 100 del capital ex- tranjero invertido en empresas petroliferas fuera de los Estados Unidos. Hacia 1941, este porcen- taje se habia reducido solo al 40 por 100 debido principalmente a la competencia inglesa. Aun asi, la supremacia yanqui es incues- tionable, pues, aunque pequenos, hay también, junto a los ingle- ses, otros intereses en juego,prin- cipalmente franceses, holandeses y japoneses. En América, la guerra pacifica de los grandes truts ha podido desencadenar guerras auténticas. Para nadie constituye un secreto que hubo intereses britanicos y americanos encontrados que die- ron origen a la lucha por la pose- sion del Chaco entre Bolivia y Paraguay. He aqui la lucha de los hombres puestos al servicio de la riqueza. Pasara mucho-tiempo to- davia antes que consigan domi- narla y reducirla a su_ servicio. EL PETROLEO EN HISPANOAMERICA Al sur del Rio Grande se aca- ba el mundo de habla inglesa, pe- ro no el de los intereses anglo- sajones. Al sur del Rio Grande el petroleo quiz no influya tanto ‘en los hombres como los hombres en el petréleo. Todavia cuando se habla de México en relacién con el codiciado liquido, es corriente escuchar la palinodia de los que sé unen al coro de las lamenta- ciones porque una cierta turbu- lencia politica, una peculiar ma- nera de ser apasionada, impide el libre juego de los intereses en: ése aspecto. Confesamos que a no- sotros nos parece formidable - el hecho de que cuando se piense en grandes especulaciones haya que contar primero con el carac- ter de unos hombres. Tal vez la violencia con que los problemas suelen plantearse es el mejor in- dicio de la vitalidad de un pue- blo. Los yacimientos mexicanos son una prolongacién geografica de los de Estados Unidos, desde la Baja California hasta el istmo de Tehuantepec, desde Ojinaga, en Chihuahua, hasta el Estado de Oaxaca. Aunque las prospecciones realizadas no permiten formarse aun una idea exacta de la mag- nitud de la reserva, puede antici- parse que los yacimientos sin ex- plotar son del orden de las gran- des producciones.. México fué de los paises hispanoamericanos que antes comenzaron las explotacio- nes petroliferas (en 1904). Desde entonces, en una carrera ascen- dente, que culminé en 1918, Mé- xico llegd a ser el segundo pro- ductor del mundo, con cerca de la cuarta parte del total mundial. La produccién mexicana se veia crecer de dia a dia. En 1910, por ejemplo, cuando se descubrié el pozo cuatrero del Liano, se obtu- vieron en el mismo hasta 100,000 barriles diarios por espacio de dos meses. Sin embargo, toda es- ta explotacién no se hizo sobre la btisqueda racional de nuevo yaci- mientos, sino sobre el agotamien- to de los ya descubiertos. Toda esta inmensa riqueza productiva estaba entregada totalmente a in- tereses extranjeros encontrados. Y encontrados incluso con los in- tereses nacionales de México. Des- de 1918, este complejo de cir- cunstancias proyocé el que deca- yese gradualmente la produccion hasta un- volumen desproporciona- disimo respecto de sus auténticas posibilidades. En 1935, el orden de los intereses en la explotacion petrolifera mexicana era el si- guiente; Norteamérica... .., Gran Bretana.. MEXICO.Ais ine En 1939 se decretéd la naciona- lizacion. Desde entonces, lo que antes controlaba principalmente Standard. Oil. Co. y Royal Dutch- Shell, por mediacion de sus innu- merables companias auxiliares, ha pasado a depender directamente de Petréleo Mexicanos (Pemex), quien ha empezado una fructifera labor con una base auténticamen- te nacional. Naturalmente, las di- ficultades de adaptacion a este nuevo estado son inmensas, y contra ellas Pemex lucha aun de- nodadamente, pero se prevé para un futuro proximo un resurgir vi- brante de la industria. Ultima- mente, Pemex en una escala redu- cida, ha dejado intervenir intere- ses norteamericanos a fin de fa- cilitar nuevas prospecciones y efectivamente, después del recono- cimiento de una extensa zona en el norte del pais, se aseguré que el area de los 4,400 kilometros cuadrados concedidos constituia sin duda uno de los yacimientos mas vastos y ricos de toda Amé- rica, México, en este sentido, se pue- de tomar como ejemplo sintoma- tico de todos los paises hispanoa- mericanos, al menos en lo que a su aspecto econdmico se refiere. Con México, los grandes paises poseedores de petroleo de Hispa- noamérica son Venezuela — el que en la actualidad posee una industria’ mas pujante y que es el mayor exportador de todo el mundo — y Colombia, que toda- via no ha puesto en marcha todo el mecanismo industrial, pero que posee una riqueza inmensa en re- servas. En menor escala, Peru, Ecuador, Paraguay, Argentina y Bolivia, poseen yacimientos y re- servas cuyo interés es mas local, y, por ultimo, Chile y Brasil, cu- yos yacimientos son de una mini- ma importancia. La enormidad de la industria petrolifera de Venezuela se ex- -tiende en cadenas de yacimientos que ya*alcanzan casi toda la faja costera del pais. El primer pozo se perforé a expensas de una empresa norteamericana a orillas del lago de Maracaibo. Desde en- tonces se practicé una politica de puerta abierta a los capitales ex- tranjeros que permitiod en un principio una gran afluencia de capitales angloholandeses y mas tarde norteamericanos, los cuales paulatinamente fueron aduenan- dose de la mayoria de las explo- taciones, Las reservas seguras aumentan considerablemente cada afio, y el indice de produccion sube en porcentajes verdadera- mente fantasticos. Cada dja nue- vos y nuevos pozos, los caracte- risticos derryks, que invaden las tierras que antafio fueron agrico- las, el lago de Maracaibo, donde el petréleo esta a pocos metros de profundidad, que ve perdida la tranquilidad de sus aguas por un bosque férreo de torres de sondeo ..La ciudad misma. de Cabimas, junto a Maracaibo, ofrece’ cons- tantemente un espectaculo aluci- nante: en medio de un calor ago- tador, el cielo permanentemente rojo-de los gases en combustién, una arquitectura de fabricas y de oleoductos y el persistente olor al oro de la piedra. Venezuela es un ejemplo de pais transformado por el petré- leo. En el transcurso de sélo cua- renta afios ha cambiado totalmen- te su fisonomia econdmica y so- cial. En la ectualidad, casi la mi- tad de la renta nacional provie- ne de la industria petrolifera, y ultimamente el petréleo represen- ta el 90 por 100 de la exporta- cién, Un brusco florecimiento, que determina una _ revolucion econdmica y social en un pais tradicionalmente agrario. El des- tino de todo un pueblo que cam- bia de rumbo en un brevisimo periodo de tiempo. Cada dia la industria necesita mas y mas bra- zos y tienen que improvisarse profesionales a toda marcha en las escuelas técnicas facilitadas por las mismas empresas. Un re- clutamiento de personal que cada dia resta un mayor numero de hombres a todas las otras labo- res, especialmente a la agricultu- ra, con el consiguiente encareci- miento de todos los productos. Este contraste fisiondmico del pais, a los pocos afos de esta- blecerse la industria, concuerda perfectamente con el antagonis- mo de sus regiones no industria- les. Los mas modernos métodos de la civilizacién proporcionados por una subita riqueza, a pocos pasos de la selva mas angosta. Colombia constituye mas una promesa en este orden que una realidad. Se tiene la certeza de que sus reservas son inmensas.La selva que cubre el valle del Rio Magdalena es riquisima en yaci- mientos. Al mismo tiempo, las prospecciones que se _ realizaron en la Colombia oriental dieron también resultados muy positivos. El primer yacimiento se encontrd precisamente en la selva de Mag- dalena, a 500 kiloémetros de la costa, e inmediatamente fué ad- quirido por un grupo financiero norteamericano. Los intereses pe- troliferos norteamericanos en Co- lombia afectan de un 80 a un 90 por 100 de las concesiones, Un gran oleoducto, que franquea los Andes a 1,700 metros de altura, une estos yacimientos con la cos- ta, desde donde el petroleo sale expedido para las grandes refine- rias de los Estados Unidos. En el Pert, aunque también las concesiones norteamericanas son de la misma cuantia de las de Colombia, se obstaculiza en la medida de lo posible la politica de puerta abierta de_ intereses. Empenado en su_transformacion econoémica nacional, acota un po- co las concesiones y crea una empresa nacional para la explota- cién de petréleos en la region de Zorritos, la Empresa petrolera Fiscal. Con el Pert, la Argentina pro- tege sus reservas y cada dia rea- liza una mas amplia labor de prospeccion y busqueda de nue- vos yacimientos en un territorio que se extiende desde la frontera boliviana hasta la Tierra del Fue- go. Se ayuda del capital nortea- mericano para esta labor, pero su industria conserva un _ caracter maracadamente nacional. Chile cubre sus propias necesi- dades y acelera el trabajo de prospeccién y equipo de nuevos yacimientos, con vistas a una ma- yor demanda de su consumo na- cional. Asimismo limita en lo po- sible la injerencia de capital esta- .dounidense para asegurarse la au- tonomia en este orden. El Brasil, aunque en posesién de varios yacimientos, se encuen- tra todavia en estado embriona- rio. Necesita importar para aten- der a sus necesidades, y la expor- tacion racional de los yacimientos propios requiere un sistema de oleoductos de dificilisimo trazado y eleyado costo. En Bolivia y Paraguay hay ma- nifestaciones de gran importancia, especialmente en las regiones del Chaco y Yacuiba, pero todavia, salvo pequefias excepciones, no se ha. puesto en marcha el mecanis-, mo de su industria. En definitiva, Hispanoamérica entera se encuentra pendiente de una transformacién radical de su economia y de su industria y una principalisima base de esta transformacion es el petréleo, Asistimos a la época en que ella se inicia, y aunque los intereseg se encuentran diabolicamente en- tretejidos, hay una pujanza vir- gen en su poderoso cuerpo que la hara sin duda, salir triunfante de la dura prueba. BREVISIMA SOCIOLOGIA DEL PETROLEO, Se asegura que el paisaje de un campo petrolifero es realmen- te dramatico. Donde el negro lf- quido cae no vuelve a crecer la hierba. Y sobre la tierra calcina- da, el bosque de torres de perfo- racion, las tuberias, los depdsitos y las construcciones que _ sostie- nen los aparatos de sondeo. Hay en todo ello, indudablemente, un nuevo orden de belleza. Es la be- leza de la fuerza, de lo funcio- nal, de lo utilitario y de lo que se sabe.transformado por el hom- bre. Quiza por ello mismo, una atavica atraccion hace llevar este paisaje alli donde esta dramatica desolacién parece ser la norma imperante. Las aridas estepas de Texas y de México, los desiertos del Oriente Medio, las llanuras de la Alta Siberia y hasta también los bosques ecuatoriales de Bor- neo y del Amazonas, incorporan a su severa fisnomia especial la ori- ginal fisonomia del campo _pe- trolifero. Ninguna explotacion mi- nera transforma tan fundamental- mente el paisaje. En ninguna se adaptan tan radicalmente a la ari- dez de un campo apenas coloniza- do esa fauna de aparatos tan ca- racteristicos de la civilizacion que estamos viviendo. Y es que, sin duda, es el pe troleo el mas sintomatico produc- to de nuestro tierhpo. Con él, me- jor que con ningtn otro, se po- dria trazar un paralelo de todas nuestras virtudes y también de todos nuestros defectos. Mas que ninguno es el producto que puede originar fricciones entre los pue- blos;.es el poder energético pro- ductor de mayor caudal de rique- za suntuaria y, sin duda, el que mas profundamente ha marcado al hombre medio de nuestros dias, al hombre-chéfer de Keyserling. Y a través del hombre, a esa su- perior individualidad que es todo un pueblo, Un pais productor de petréleo es casi por definicién un pais ri- co. Pero hasta ahora todo e! gran eaudal de la riqueza generada no va dirigido integramente al pais poseedor. En los paises de una economia no desarrollada hay un periodo inicial en el que necesa- riamente tiene que practicarse la politica de puerta abierta a los eapitales extranjeros, lo cual crea un cierto régimen de dependencia del que es dificil liberarse. Méxi- decretaron drasticamente la na- cionalizacioén de la industria; pero ésta es una medida erizada de pe- ligros, que a veces al alterar la maquinaria de funcionamiento, hace conmoverse a _ todo el sistema. Contra ello lucha Persia en la actualidad, y México, aun manteniendo gallardamente su ac- titud, lima un poco la aspereza del problema al dar paso nueva- mente a ciertos intereses anglosa- jones para la puesta en marcha de nuevos yacimientos, a los cua- les acepta como un mal menor. El petréleo, menos que cual- quier producto industrial, ha con- tribuido a la formacién de gran- des aglomeraciones humanas. Nin- guna gran urbe del mundo se ha formado por la industria en si, porque el petréleo exige un po- tencial humano minimo frente a las demas industrias. La gran de- manda de Venezuela se debe a la magnitud de las explotaciones, juntamente con la baja densidad de la poblacion. Pero mas que a ningun otro, en la diversidad de actividades que él mismo ha pro- vocado, ha contribuido a la evo- jucién del) hombre de nuestro tiempo, a su desarraigo de la tie- tra y a su transformacion en pro- letario. : DOMINGO 1 DE FEBRERO DE 1954, HEMISFERIO Pag. 5

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