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LA LUCHA Asistimos en la hora presente del mundo a una nueva transfor- macién en orden a lo que pudie- ra ser una concepcion evolucionis- ta del universo. A una transfor- macién que acaso, por lo que ella tiene de enraizada y profunda, es- té llamada a modificar todas las estructuras, incluida la interna del hombre, y darle un sentido nuevo a la vida. Asistimos a la transformacion arterial de la tie- ira 0, mejor, a su evolucién so- matica y biolégica. De la tierra, no como idea abstracta, sino co- mo concrecién fisica. De la tierra, “planeta que habitamos’”. Si un dia sus arterias pudieron ser los meres, los caminos o los rios, las arterias de hoy van siendo cada vez mas los caminos que condu- cen la energia: las lineas eléctri- eas, las cadenas industriales, los grandes oleoductos....La efigie to- da del mundo se va cubriendo con esa nueva trama vital, y en Ja medida que ella acta con re- gularidad, se hace mas perfecto ese complicado mecanismo de sis- tole y diastole de su poderoso cuerpo. Fuerza es que lo que de tal manera ha transformado el habitat del hombre transforme también al hombre. Digamos ya que asistimos al despertar de una civilizacién con base en -la ener- gia. Una civilizacion que, contra- riamente a como fué la agraria, no posee atin el alma del hom- bre, que no esta aun dentro de él, que no cabe en su esquema esencial. Una civilizacién que, pe- se a todos los “stajanovismos”, no ha conseguido evolucionar al proletario de las modernas urbes industriales y hacer de él obrero © artesano con conciencia de un destino. EL PETRGLEO, ESA ENERGIA QUE SE TRANSPORTA. Los umbrales de nuestro siglo, que por muchas razones fueron el eje crucial de tantos grandes cambios fundamentales, significa- ron también el punto de partida en este nuevo giro del sistema energético del mundo. En 1859, en Titusville (Pensilvania), se lo- gré perforar con éxito, por pri- mera vez, un pozo petrolifero. En 1860, un ano mas tarde, se reali- ‘aron ya en Espaha, por particu- ares, los primeros registros 0 de- nareaciones. Pero hasta finales lel siglo —época del nacimiento ‘el automévil— no pasé el negro iquido combustible, de simple ge- xerador de alumbrado, a ser base ie la mas préspera industria del mundo entero. Todavia hoy, como a principios de siglo, es el auto- mévil el principal consumidor de los productos derivados del pe- tréleo; pero mientras que en 1900 la produccién en bruto que res- pondian a las necesidades del mo- mento apenas alcanzaba los cua- tro millones de toneladas, en nuestros dias (1953) se han re- basado los 600 millones. Un au- mento fabuloso de la industria automovilistica (pasan de 50 mi- Hones los automéviles matricula- dos en todo el mundo), un ma- yor poder calorifico (del orden de cinco a tres respecto a los combustibles sdélidos) y, sobre to- do, una mayor facilidad de trans- porte y manipulacién, han preci- pitado esta rapidisima aceleracién de su consumo. La era de la energia es tam- bién, © quiza por ello mismo, la era de la velocidad. La prepon- derancia del petréleo ha estado condicionada principalmente por la enorme trascendencia que en estos ultimos anos han adquirido los transportes. La practica ha ve- nido a demostrar que los com- bustibles liquidos, como fuente de energia para transportes, son in- initamente mas manejables, mas PAG. 4 POR EL PETROLEO Por José Ma. Moreno Galvan POZO PETROLERO.—Una tipica torre de un pozo petrolero, que eleva al cielo, su armazén de acero, mientras que en su seno extrae el oro negro de las entranas del subsuelo. facilmente desplazables y, sobre todo, mas econdmicos. Si se tie- ne en cuenta que el transporte bien organizado es asimismo una gran fuente de energia que se distribuye, se comprendera facil- mente la razon de esta prepon- derancia. Sin embargo, por ahora, no se vislumbra la posibilidad de que el petrdleo pueda desplazar en el mercado a otras fuentes de energia —la hulla, por ejemplo—, pues, si bien su utilizacién fué un nuevo poder que se incorporé al’ complejo industrial del mundo entero, ella se consumiéd y se consume en un sector de la in- dustria que también es nuevo. Si ha habido un descenso en la de- manda de carbén, no se ha debi- do solamente a la competencia de los combustibles liquidos, sino también a la utilizacién de la fuerza hidraulica, aplicada a la obtencioén de corriente eléctrica, y a una racionalizacién en el con- sumo de estos combustibles, gra- cias a un mayor perfeccionamien- to en las mdquinas y motores de HEMISFERIO vapor, calderas y centrales térmi- cas, etc. Petréleo, gasolina, gas-oil, acei- tes lubricantes, gas natural, betu- nes, alquitranes y un sinfin mas de productos, forman parte de la base para la organizacion de un presente y también de un futuro del mundo. Un mundo al que co- tidianamente se le va ganando la batalla de la distancia con mul- titud de lineas aéreas, de magnifi- cas autopistas surcadas por milla- res de’ automéviles, de redes: na- vegables que tienden puentes so- DOMINGO 7 DE FEBRERO DE 1954 ay bre los hemisferios. Sin embargo nadie puede construir para ¢ porvenir ni proyectar economfa seria sin contar con reverso torvo y amenazante de la guerra. Se ha dicho que la Higg toria nunca tiene en cuenta @1% numero de victimas que ha. cogs tado cada una de sus transforma ciones profundas. Los hombre, % ahora como siempre, son el gran# sujeto de la Historia. Todo el mee® canismo de sus ambiciones y dex sus luchas no es sino Ja expresién de lo que soterradamente esté ef ® continua gestacién y cambio, éPuede el petréleo, elemento ha sico de la actual economia, estate ausente del problema mundia]}a@ en Espafia que la vieja formula napoleénica segtin la cual los trég elementos esenciales para la gué habia quedado suplantada por un nueva: petrdéleo, petréleo y ond leo. Y mas vieja aun, de la pri mera guerra mundial, es la frasey que se atribuye indistintamente al} generalisimo Foch y a Lord Cuf zon: “La Historia diraé que 108% aliados han navegado hacia la vi¢gs toria sobre un mar de petrdleo." El petréleo para la guerra; per también es posible, y de hechdog se ha dado ya, la guerra por @ petréleo. Tal vez, siguiendo un pd : co la enmarafada geografia de log la enmarafiada geografia de log} intereses petroliferos en el mun«™ do entero, descubramos muchos 5 de los designios de la alta politi-® ca en este orden. F GEOGRAFIA BREVE DEL PETROLEO. La distincién clasica de Maquia- velo “estado de poder y estado de bienestar”’, no es absolutament’ te precisa hoy para definir log* dos bloques en que el mundo esi ta dividido. Pero, a partir de ella, tal vez aclaremos la razon de mu: % ehas de sus: actitudes. Porque s] % bien la esfera soviética propende © —aunque ése ya no sea el slogan - con que se presente, ni siquier su objetivo inmediato— a la dic tadura comunista por la revolu cién mundial, los Estados Unidos, que pueden basar aparentementé § toda una politica en la panacea de un mundo mejor, es evidenté | que abandonaron hace mucho} tiempo, quiza por la exigencia de? este mundo imponderable, su tras® dicional manera de una politic . aislacionista. Y toda su férula contra los imperialismos no se re- fiere mas que a un determinado tipo de: imperialismo, el europed, * Sin embargo, la base de su orga” nizacién econdmica es el bienes-' tar. Si el sentido del confort ng fuese un hecho en la vida ameri- cana, el cauce porque ha discurri-* do su politica seria totalmente distinto. ;Hasta qué punto la po- sesion del petréleo ha influido en el sentido de esa vida? Los he- chos son sintomaticos: la mitad de los automéviles con- que ¢cuen;’ ta el mundo entero Ilevan la ma- tricula de los Estados Unidos. Un habitante de cualquier lugar del mundo, fuera del territorio yan- qui, consume 80 litros de petré- leo; un’ habitante de los Estados Unidos- consume 2,700 litros. Naturalmente, si un. detalle co- mo la posesién del petréleo puede modelar la vida de un pueblo, es légico que modele lo que es my-* cho menos profundo: su econd- mia. Si la economia industrial de la Europa Occidental tiene por base el carbon, si de la Unién Soviética es la energia eléctrica, la base de la econom{a industrial americana es el petréleo. Asi, no es extrafio que los Estados Uni- dos sean el pais que, proporcio- nalmente, guarde menos reservas del liquido ya extraido. En el pa- he ningung ® res