Diario las Américas Newspaper, March 2, 1958, Page 21

\< r S be 8 a bro del paso, que es el capataz, levanta a éste suavemente y pa- sa el Cristo sobre los hombros de los costaleros. La multitud Nora; reza y solioza de arrepenti- miento. Cuando aun se oye la copla en labios de fiesta la luz, el sonido, todo se renueva y cambia: es la transicién mas maravillosa que nos ofrece esa divisoria de la ma- drugada unica. La calle solita- ria, sdlo cirios alumbrandola, alla arriba clarea la aurora, en algunas ventanes se ven rostros somnolientos que se asoman an- siosos al paso del Sefior. . . “Vi penitentes descalzos car- gar pesadas cruces tras el Na- zareno y le acompanan por las calles, perfumadas de azahares y de olor a cera. Nuevos encapuchados alum- bran el camino de la Virgen. Es- tos con cirios blancos.. La Vir- gen sale en un trono de plata y pedreria, !leno de luces y flores. . Por su rostro bajan lagrimas que son genuinos diamantes y_ son- rie ante jos piropos de los sevi- Nanos. EL ACOLITO El acélito es el joven mas sin- gular de la Semana. Santa. Sue- Alfanje de la Selva (Viene de.la Pagina 3) Roosevelt dice: “Por una hora cruzamos Ja espesa selva, donde los machetes trabajaron constan- temente’.’ Y mas adelante: “... los dos o tres punteros llevaban siempre el machete listo y tuvie- ron que abrir palmo a pailmo nuestro camino por la selva. . .” En un apéndice Anthony Fiala, organizador del equipo para la expedicién, ac expedicion,. aconseja sencillamen un cuchillo de caza y un ma- chete”. Practical Hints te Scientifie Travellers (Sugestiones Practi- aconseja_ sencillame Jen ser hijos de honradas fami- lias faltos de recursos econdmi- eos. Sienten ei influjo irresisti- ble de la Semana Grande; aman con pasion Jas cofradias y se saben de memoria la técnica y orgenizacién, Desean ser co- frades y no pueden, pues no tie- nen con yue sufragar jos gastos. Solo pueden legrarlo desempe- fiando las funciones de acdlito. O{ decir de la boca de algu- nos al estar participando en la funcion de su cotradia, que no se ¢cambiarian en ese momento ni - por e: mayor potentado de la tierra. Su callada labor es de lo mas eficaz y necesaria, pues son los portadores de ciriales e in- censarios. Los ciriales han de mantenerse encendidos durante todo el recorrido y luchan infa- tigables contra el viento y llevan el alto y pesady cirial al unisono eon el paso, estando atentos al golpe del martillo del~ capataz. No reciben pacar, pues sus gastos son muy »ocos; a lo largo ‘de la estaci‘n sélo comen caramelos, avellanas, almendras y toman agua. La Semana Santa es una lec~ cion de arte en el maravilloso escenario de Sevilla. Negro bvi- llante de nazarenos, blancura de Virgenes, palidez oscura de Cris- cas para Cientificos Viajeros), manual distribuido’ por la Ame- rican Geographical Society, con- tiene mas detallados consejos. Después de asegurar al lector que “un machete es util para todo miembro de la expedicién”, el autor agrega: “Los largos y angostos machetes Collins con vaina ... no se encuentran en Ecuador. En cambio se venden machetes de hoja ancha, que no caben en ninguna vaina, Como éstas son indispensables. . . se puede. .. ir a una herreria para que le corten una tira a la hoja y luego dar a hacer una vaina es- pecial”. - i & pa } Con un solo tajo, el diestro machetero corta de la cepa la cabera de hananos para que. la reciba en ¢l hombro el cargador La arqueologia logré un gigan- | tos. Visto todo esto desde una reja, tiene tode Ja riqueza de to- nalidades de un maestro de Ve- necia. A este espectaculo de belleza no le falta la 1iqueza abundan- te: Joyas de Virgenes; oro de bordados; espuima de plata de va- Yales, candelabros; color, luz, so- nido y el cimbreo hecho ritmo de los pasos al alejarse. Me pregunto pero es este ademas un espectacule cristia- no? Los Cristos también los he visto en ios museos de Londres, Paris, Roma y Nueva York. Pero estos sevillanos son capa- ces de sacarse el corazén para seguir alumbraido los pasos. Se acercan con gran decisién de amor a devolver a Dios todo lo mejor que tienen. La Semana Santa es un espec- taculo de bellezs y algo mas tam- bien, un espectaculo de fervor. La belleza es mas facil percibir- la, pero el fervor es la unica ba- se que puede sustentar su senti- do religioso. Y aqui esté toda su grandeza, La Semana Santa es como-una perla que no se | allega a admi- rar hasta que no se la ve dé cer- @a y se aprecian sus colores. tesco avance en 1911 al seguir un sendero abierto por mache- teros en un farallén andino. Hi- ram Bingham redescubrié. ese ajio, después de mas de cuatro siglos, la ciudad perdida de Ma- chu Picchu, ultimo baluarte in- caico. Pero el Gescubrimiento no fue una conquista. Al ano si- guiente Bingham regresé al Pe- ru con una expedicién reforza- da para emprender Jo que Ila- mo “la tediosa labor de talar to- da la selva de madera dura que habia invadido Ja ciudad. . .” Las ruinas estan hoy completamente despejadas como una maravilla para el visitante, gracias en par- te —segun describe Bingham en La Ciudad Perdida de los In- cas — “a la tala final, hecha en diez dias por un grupo de trein- ta o cuarenta indigenas provis- tos de filosos machetes”. Aunque este descendiente de Ja cimitarra y el espadén no se ha domesticado por completo, tradicionalmente, es una_herrg- mienta-arma y la transformacién de una en otra no requiere mas que un cambio de circunstan- cias 0 intencién. El machete es esencialmente un constructor an- tes que un destructor. En el mal- hadado ferrocarril brasileho Ma- deira-Mamoré, en el Canal de AMERICA LATINA compra~al aiio 4,000,000 de machetes Colli L. B, Hough, aparece aqui entre un eargamento de machetes de monte | Patieege 4 Panama, en Jos aerédromos aisla dos por Ja selva y la montana que lanzaron a la América Lati- na a la era de Ja aviacion, y en muchos otros proyectos que han cambiado Ja faz y el futuro del Continente, el machete acomp» hé a las cuadrillas_ constructo- ras. En Jos afios futuros, los im genieros uniran las dos Amé& ricas al abrir la Carretera Pam americana a través del Darién, construiran aldeas en el Cha co y Mato Grosso-y conquistar4n las terribles selvas del Amazo- nas. Y después que su gigantesca maquinaria de construccién haya realizado los nuevos cometidos, el machete se quedara para im- pedir el avance de la selva que siempre esta Avida de reclamay Jo que cedié a la fuerza. 1 ' vicepresidente de la co