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er Ventaja Por ANIBAL DIAZ MONTERO Junto al redondel y en lo al- to de las graderias se cruzaban Jas apuestas. En el centro del ruedo, Célico, jibare que vino a la ciudad a trabajar de galle- ro, sostenia a Palomo, un pollo blanco precioso. Cerca de él, otro eareador esperaba con uno pinto del Dr. Mirayes. Como toque final los hombres eogieron un buche de agua para darles el acostumbrado roceo, les acercaron las cabezas para exci- taron y los gallos se encontra- raya sujetamdolos por el naci- miento de las alas. Cuando el juez retiré la bande- ra verduzca que habia colocado entre ambos, los careadores sol- taron y los gaallos se encontra- ron frente a frente, Al principio, como en todas -las rifas, se acometieron llenos de brios y con el natural instin- to de pelea. Buenos cortadores los dos, picotazos y tajos dados con mucha rapidez hicieron que Ja sangre apareciera enseguida. Un rato después, el blanco; eon algunas manchas rojas en su brillante plumaje, avanzaba con la cabeza alta y el pico abierto. El pinto, en parecido orden de pelea y también muy herido, co- mo que media sus pasos al fren- te y luego tiraba con gran pre- cision. Sus espuelas, humedas de sangre, iban directamente al cuerpo del contrario. Asi llevaban peleando cinco minutos, Las apuestas seguian parejas. Cada gallo contestaba los golpes con otros golpes. No podia decirse que la victoria se inclinara de lado alguno. Palomo, aunque no daba se- fhales de cansancio, cada vez su pico se abria mas y bajaba mas las alas. Sin embargo, peleaba en todo momento atacando y de- volviendo el castigo. Ya el reloj marcaba ocho mi- mutos. No habia la mas ligera senal de posible careo. La lu- cha estaba tan nivelada que re- sultaba raro, que alquien ofre- ciera alguna apuesta. Por eso, fue una sorpresa para todos que después de agarrarse y tirarse los dos, el blanco gritara y sa- liera huyendo. El pinto, también para asom- bro general, no lo persiguié. Se qued6 en el centro del redondel. Su contrario, tropezando con la pared de la valla, trataba de salirse del ruedo. Al detenerse la accion, el juez canté el ca- reo. No fue posible conseguir que Palomo recobrara el valor. Un golpe recibido en la cabeza lo tenia completamente descontro- lado. Al pararlos de nuevo después del minuto de tregua, volvid a huir ya gritar perseguido y atacado ahora por su contrario. El juez, convencido ya del re- sultado, entré a la valla, lo le- vanté y lo declaré vencedor al pinto. Como en toda pelea de un fi- nal tan dramatico, mientras pa- gaban los que habian perdido, hubo muchos comentarios. Esta vez en su mayoria fueron en eontra del color de la pluma. —Gallo blanco no es gallo in- glés, fue lo ultimo que se oyé a uno de los perdedores. Juan Martinez, jugador de pro- fesién y duefo de Palomo, Ila- mé a Célico. —Ni vendas ni regales la pre- sa, le dijo. Ese marrueco se hu- . de cobarde. Esta casi sano y plata que perdimos la vamos a desquitar con é] mismo. Lléva- telo y curalo. Después hablamos, aLs heridas de Palomo no eran graves. Célico no encontraba mo- tivos para su huida. Algo raro le habia pasado, pero Martinez no mostraba interés alguno en de- terminarlo. Ya tenia sus planes. —Déjalo por ahi en uno de Jos plumeros, fue la Ultima or- den. El afio que viene se lo da- mos a cualquiera para que lo eche y nosotros le jugamos en contra. Ya sabes, a callar que, aunque tengamos que esperar un tiempo, desquitaremos lo perdi- do hoy en esa porqueria. Pasaron los dias y Palomo se fue reponiendo con gran rapi- dez. Ya estaba sano y empeza- ba a mudar la pluma. Célico, hombre de mucha ex- periencia en su oficio, lo obser- vaba y sin saber por qué se iba interesando cada dia mas en él. Por eso, una tarde lo sacé de la jaula y le puso la chata a ver si tiraba. Una picada, el tiro y unas gotas de sangre fue lo que suce- di6 al instante. —Es bragao, dijo, pero aque- Na juyilanga todavia me tiene perplejo. Juan Martinez fue el prime- Tro que se dio cuenta de que el gallo al mudar le iban saliendo nuevas plumas de colores. Palo- mo, respondiendo a ese misterio de Ja naturaleza, era un ave marciana. Se les llama asi a los pajaros que en su cambio anual de plumaje llenan su cuerpo con plumas_ de un color distinto a las que tuviera el afio anterior. De- bido a este detalle, Martinez,’ comprobé que su gallo el prdéxi- mo afio no seria blanco. Fijate, Célico, dijo a su galle- ro. Dentro de poco no habraé quien lo conozca. Vamos a cor- tarle un pedacito de ufia para marcarlo y mandalo cuanto an- tes a algun sitio lejos para que nadie mas se dé cuenta. Parece que nos llegaré el dia del des- quite. Si, no te quepa duda. Martinez era todo un profe- sional en estos asunto del juego. Como ya se acercaba la nueva temporada habia pedido a Cuba veinte gallos escogidos. Llegé la partida y fueron so- metidos a la cuarentena que exi- ge el Departamento de Agricul- tura. Todos venian garantizados como valientes y como buenos peleadores. Los fue a buscar el mismo dia que recibié la orden de retirar- Ios del local donde los tenian. , Su gallero no lo pudo acompa- far porque habia salido para la finca de un compradre a bus- ear al Palomo. Cuando Célico llegé al solta- dero y vio el gallo, tuvo dudas de que fuera él. Le fue necesa- rio fijarse en la marca que te- nia en una de las patas. Con toda su pluma, arrogante y altanero, Palomo batia las alas y eantaba parado sobre unos tron- cos amontonados para lefia. Ya no era blanco. Ahora su color presentaba un gallo giro-mela- do lleno de vida y dueno de to- do un pastizal. —Compai, le dijeron a Céli- eo. Trajo un blanco ahi to es- cascarao y fijese que clase ’e material Neva ahora. —Bonito, compai, honito. Pe ro acuérdate que salié de un guebo y que toito los guebo sa- Jen de una gayina. —Pero ese es bueno y de eso sé mi poquito. —Tamo de acuerdo, mi eom- < DOMINGO, 10 DE FEBRERO DE 1957 pai, tamo de acuerdo, terminé el gallero. El Dr. Mirayes vino a ver los nuevos ejemplares importados., En lugar de veinte habia vein- tiuno. Del grupo le gustaron cin- co y siempre logré que le ven- dieran tres. Entre ellos estaba Palomo con su nueva pluma gi- ra y su vieja marquita en la pa- ta. Fue un negocio bueno que dejé a Martinez muy contento y a su empleado um poco pensati- vo. Pasaron algunas semanas. La temporada gallistica estaba en todo su esplendor, En la gallera habia un continuo ir y venir de personas. Unos trataban de con- certar una pelea, otros buscaban informacién sobre traqueos, pro- cedencia o condicién de los po- llos y los mas se acomodaban pa- ra hacer sus jugadas. Martinez, que habia Jevado seis buenos ejemplares para que pelearan ese dia conversaba con unos amigos, cuando fue llama- do por Célico a un, aparte. —Don Juan, el dotol casé a Palomo, le dijo. —Con el bolo rublio del Ji- sensiao Torre. — Estas seguro? —Vaya a verlo a la jaula ’e turno. —No. No conviene. Lo malo de ésto es que el bolo tine dos peleas y no va a haber quien juegue. —Pues mire, el dotol va lo que quieran al del. Alli esta con la paca en Ja mano. La pelea ta pa horita. Célico se habia acomodado en una de Jas gradas. A su lado, un hombre apostaba a que ganaba el bolo. —Cuanto va?, le pregunt6. —Cinco. —tLe voy tre al con rabo. —Van. Se jugaba parejo. Aunque el bolo tenia dos peleas, el giro procedia de uno de los mejores eastaderos de Cuba y eso lo ha- cia acreedor a que las apuestas estuvieran a la par, Martinez jugé una gran canti- dad en su contra. Célico, que no habia perdido la fe en él, arries- g6 a su favor los unicos tres pe- sos que tenia. NUESTRA PORTADA De acuerdo con la leyen- da, el tirano Christophe ordenaba a sus soldados marchar a lo largo del muro mas elevado de esta forta- leza hasta que caian sobre las rocas desde 240 pies de altura. El creia que el sacri- ficio era una prueba de lealtad y devocién de los caidos hacia él, Tan cruel fue Christophe, que todavia en la actualidad, las madres invocan su me- moria cuando quieren meter miedo a sus niifios. Una magnifica vista de la montaiiosa regién se obtiene desde lo alto de la fortaleza, que costé miles de vidas de trabajadores y muchos Iati- gazos. Nunca se usé para repeler un invasor, aunque -e8 lo suficiente grande para albergar a 10,000 soldados. —(N. de la R). Después de los tramites de ri- Zor empez6 la lucha. Con el uso de las espuelas la sangre no tar- dé en aparecer. Heridas leves al principio y mas serias después hacian varias las jugadas de acuerdo con el ultimo golpe. El bolo era un veterano del ruedo. Palomo, un peleador de muchos recursos, bi No hubo siquiera un segundo de vacilacién. Picos y espuelas se usaban con gran celeridad cuando llegé uno de los momen- tos que sobresalen en foda pelea. El bolo, con un certero puntazo, vacié un ojo a su contrario. Es- te se fue de lado y dio una pe- quefa carrera para evitar mas castigo. —jA huir!, grité Martinez. Pero estaba equivocado. Palo- mo respondiendo a su instinto, regres6é a pelear. Ahora ponia la eabeza del lado sano y luchaba con mas ardor. Picé al otro y le tiré con rabia. Volvié a picarlo y a tirarle. Entonces un grito sa- lié de muchas gargantas: —jLa vena gorda! El pescuezo del bolo iba hin- chandose y haciéndole dificulto- so los‘movimientos. Palomo aho- ra tiraba solo. Se ofrecian apues- tas de diez por dos y luego de diez por uno. Volvié a picar y se vio que el bolo, por el mo- mento, estaba indefenso. Su due- ho, para evitarle castigo inne- cesario, entr6é al redondel y lo cogié. El combate habia termi- nado. —Toma, Ie dijeron a Célico. Dame dos de vuelta. Gallo bolo es medio gallo. FARANDULA ... . (Viene de la Pag. 5) En el film’ “Untamed Youth” (Juventud Indomable”) veremos a una estrella latina que se per- fila como una de las mas brillan- tes luminarias en el firmamen- to de Hollywood. Nos referimos a la encantadora y bella “LUCI- TA”. Esta gran artista y talen- tosa “maga” del dificil instru- mento musical, la marimba, nos informan, que comenzé a tocar este melodioso instrumento a muy temprana edad, habiéndose ganado el primer premio en el Concurso Nacional de los Esta- dos Unidos entre miles de talen- tosos competidores. Aparte de ser una brillante musica, Lucita posee enorme talento interpre- tativo, lo que con sin igual des- treza demuestra en su rol de earacter dramatico en esta pro- duccién de los Studios Warner Bros. VENTAJA MAS QUE TIENEN NUESTROS SUBSCRIPTORES CON SU RECIBO DEL MES EN CURSO TIENE UD. 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