Diario las Américas Newspaper, January 6, 1957, Page 18

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A Haiti va camino de un gran fu- turo. Ante la mirada superficial de quienes sdlo buscan Ja distrac- cidn pasajera, Haiti no ofrece tanto como otros paises mayores del Hemisferio, Pero su historia, su belleza fisica y sus riquezas lo han dotado de méritos~extra- ordinarios. Fue la primera de las Repu- blicas —después de los Estados Unidos— que se alz6 como tal en el concierto de pueblos libres del Continente. Ha sufrido un largo y penoso: camino de dificulta- des internas y de discriminacio- nes foraneas. Pero ha sabide mar- char adelante con paso firme. De una isla de es¢lavos se elevé a categoria de nacién soberana, y ha dado ejemplos de virtudes ci- vicas cuando otros pueblos han caido bajo e) servilismo. El notable fotografo galo Mar- cel Isy-Schwart hace algunos anos dio a la estampa un valio- so libro en que presentaba de manera grafica buen nimero de facetas haitianas: lo titulé “Hai- ti Querido”, y constituyé un ex- Como pueblo marino, Haiti posee una gran riqueza ictiologica. El Escuela de Agricultura de Damiens, una de las mejores de las Antillas, celente muestrario de los aspec- tos mas lindos de este vecino pais. HEMISFERIO recoge en sus paginas algunas de las fotos mas -significativas, y deja al lector su juiciosobre Haiti. Para la independencia de los paises suramericanos, Haiti re- present6é el puente indispensable de donde no pocos recursos ob- tuvo el Libertador caraqueno. Para la independencia de Cuba fue otro tanto. Sus grandes pa- triotas, unos romanticos y otros practicos, han tejido una hermo- sa historia lena de heroicidades y grandezas Sus feraces tierras y el corto. numero de sus habitantes, permi- ten entrever un elevado nivel de vida para su poblacién, de apli- carse a plenitud los. programas de asistencia téenica y de alfabe- tizacién ya iniciados. Las indus- trias nativas, mayormente la de azicar, licores y textiles, cubre cada dia mayor numero de mer- cados mundiales. — orgulloso este valioso ejemplar capturado, t utibmiemaniinmeman se eT Tete pescador nativo expone San Agustin es perenne; su palabra es de su tiempo y para todos los tiempos. Desde los sa- lobres riscos de Hipona, abocada al Mediterraneo, mar de profe- tas y de apdstoles, oteé lejanias luminosas, en las que atin los mas altos y firmes entendimien- tos no atinaban a ver sino bru- mas y amagos de tempestad. Y desde la orilla africana, ese nu mida tostado a guisa de sagita- rio, disparé al porvenir su inex- tinguible flecha de luz. . . Pasé pocos dias ha; saludemos su pa- so. Agustin, por respeto a la mu- jer, complice de sus juveniles descarrios sensuales, no quiso revelar su nombre a la poste- ridad. Tampoco nos dijo su con- dicién social. Sin duda, era una muchacha pobre, quien sabe si iniciada ya en el. cristianismo, pujante ya en sus dias, en la ciu- _, dad de Cartago, por la afluente doctrina de su gran Doctor, Ci- priano, que sellé su magisterio con la efusién de su sangre ve- ridica. Acaso pertenecia esa mu- jer anonima, a Ia clase de las li- Palacio de Justicia, en la capital de la Republica. La tumba de Dessa cén de Port-au-Prince. La tumba de Dessaline bertas; pero evidentemente, se- gin resalta de las Confesiones agustinianas, era discreta, era silenciosa, era dulce y buena en su descarrio. A esta mujer enig} ma, se la ha de perdonar mu! cho y como a la Magdalena, por: que amé mucho. Amé a Agustin con un ‘amor obediente y confia- do, languido tal vez como ama la vid al olmo que la sostiene. Ella con el talento del corazén que jamas engafia a la mujer aman- te, conocid cual y cudn grande era aquel hombre a quien retuvo hueve afios en sus brazos avari- ciosos y a quién ofrecié una mag- nifica bendicién de Dios en el hi- jo det pecado mutuo: el dulci- simo y malogrado Adeodato. iFué esta suave mujer sin nombre aquella mujer de Carta- go, a quien Agustin amé y fue por ella amado; aquella mujer por la cual conocié las dulzuras y por quien experimenté tam- bién Ja tribulacién de Ja carne con que el apdéstol San Pablo amenaza_ a quienes ilicitamente se allegan a mujer?. Es casi se- guro; como es seguro que es de ella de quien confiesa Agustin.

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