Diario las Américas Newspaper, November 25, 1956, Page 15

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Gemas de Co-ombia Por TED MORELLO CON HAMBRE VORAZ, elsol- dado espafiol desplumé rapida- mente el ave que acababa de ma- tar y tras cortos golpes de cu- chillo la dejé lista para el fue- go que ardia a su lado, en plena selva sudamericana. De pronto se detuvo. Entre los granos de maiz sin digerir en tas entrafias, brillaban unos puntitos verdes como gotas de rovio. jEsmeraldas! En esa forma, una gallina Ile- vo~a los Conquistadores espafio- les a descubrir. uno de los mas grandes tesoros subterraneos del mundo: Ios yacimientos de Mu- zo, en Colombia. La esmeralda, una variedad de berilo relacionada con el agua- marina, cristaliza en hexagonos. Es una combinacién de silicato de berilo y aluminio, y el cromo le da su color caracteristico. Pe- ro la fascinacién que por siglos ha venido ejerciendo sobre el hombre es estatica, mas que qui- mica. El indefinible encanto re- side en el tono verde brillante de Ja piedra perfecta. El hombre siempre se ha sen- tido atraido por las esmeraldas y Jes ha atribuido hasta poderes misticos. Los amuletos de esta piedra se han venerado como di- vulgadores de la verdad, defensa dee sortilegios y cura para en- fermedades fisicas y mentales. La leyenda hebrea dice que la esmeralda fue una de las cuatro piedras preciosas que Dios entre- g6 a Salomon. Mientras otras ge- mas cansan la vista — dijo Pli- nim—, la esmeralda restaura su viger. Ivan el terrible la Namé “enemiga del desaseo”. Una da- ma norteamericana se extasia diariamente por dos horas en la contemplacién de las esmeraldas que posee y luego las esconde de nuevo. : Las minas mas famosas del ~ Viejé Mundo fueron las de Cleo- patra, en el monte Zabarah, en Nubia, que producian las piedras en las. cuales los joyeros reales tallaban Ia imagen de la reina. Pero ni esas. minas dieron pie- dras tan perfectas como las es- meraldas colombianas. Aunque en otras partes se extraen algu- nas de calidad inferior, Colom- bia es hoy el mayor productor. Los chibchas, cuyo imperio flo- recio- en el actual-tetritorio de \Colombia, quemaban esmeraldas ante sus idolos y las utilizaban, al igual que el oro, para embal- samar a sus jefes. La leyenda cuenta que una doncella concibié una hermosa esmeralda que se convirtié en un nifio y, después Hegs a ser un gran guerrero, Durante la conquista del Pe- ru, les espaiioles se enteraron de que los indios de: Manta ado- ftaban como diosa a uma esme- ralda tan grande come un hue- ve, que-llamaban Umijia. Los sa- cerdotes indigenas astutamente inculcaron en los adoradores la idea de que la esmetalda “ma- dre” favorecia a quienes le lle- varan las esmeraldas “hijas”. En esa forma fueron atesorando una considerable cantidad de pie dras preciosas, botin espléndido para los espanoles. Sin embargo, ja supersticién privé de él a los hombres de Pizarro. Inmensas fortunas desaparecieron bajo los golpes de martillo de quienes creian que asi se aseguraban de que las piedras eran auténticas, y ninguno de ellos logré encon- trar a Umiia. Las primeras esmeraldas des- cubiertas por Jiménez de.Quesa- da aparecieron en las chozas que Saquearon los soldados en su ru- ta desde el Caribe hasta la Sa- bana de Bogota. Después de in- formarse donde estaban las mi- gras de los indios, el Conquista- ‘ dor envid una partida de explo- racion al mando del Capitn Pe- dro Fernandez de\Valenzuela,; en 1538. Este regres6é con suficien- tes piedras preciosas como para entusiasmar a los espanoles y hacerlos reiniciar las exploracio- nes en Somondoco, (hoy minas de Chivor) en la montana. En 1554 el Gobernador de Nueva Granada envio al Capitan Diego Martinez a la selva tropi- cal, al norte de Bogota, para que conquistara a los indios muzos y se estableciera en su territorio. Los indigenas se defendieron por muchos anos, pero finalmen- te fueron vencidos. En 1559 los espanoles fundaron a Trini- dad de los Muzos, capital de la region conquistada. : La bisqueda continua de nue- vas minas fue instigada por Juan de Penagos, capitan del ejército de Martinez, sobre la base de los rastros de las piedras que en- contré en una tumba en terri- torio muzo. Sin embargo, los es- Panoles no se deslumbraron con el descubrimiento. Recordaban que, después de todo, Cortés habia encontrado bellas esmeral- das adornando las -capas y las sandalias de Moctezuma, en Mé- xico. Y Pizarro habia enviado al Rey cuatro cofres Ilenos de es- meraldas robadas al Inca del Pe- ru. Sin embargo, no encontra- ron minas ni vetas de esmeral- das en el Pertii ni en México. El hecho es que no existian y que, segun demostré después la historia, las joyas verdes de Moc- tezuma y Atahualpa habian lle- gado a sus manos por comercio eon los propios chibchas de la Sabana de Bogota. En las tropas espafiolas resur- gid la esperanza cuando en los Ultimos dias de la guerra contra los muzos, los famélicos solda- dos de Martinez encontraron en las entrafias de las aves aquellas Piedrecitas verdes, lo que consi- deraron prueba definitiva. Los animales descendian de los primeros llevados al nuevo reino por el conquistador aleman Ni- colas Federmann, quien habia Ilegado alli desde Coro, en el Caribe. Su capellan Juan Verde- jo los habia cuidado con esmero durante tode el trayecto pero, a pesar de su vigilancia, los indios habian robade algunas gallinas que pasaron después a poder de los muzos. Las aves, quizas tam- bién fascinadas por los destellos verdes, engulleron las piedreci- llas. No quedaba duda, pues, de que la preciosa gema existia en su es- tado natural en aquellas tierras. Pero, cubierto por la densa sel- va y oculte en el centro de una colina, el tesere continuaba de- safiando a los explotadores. La revelacién definitiva tuvo lugar hasta el 9 de agoste de 1564. Un soldado que cabalgaba por Ja plaza de Trinidad de los Muzos se detuvo de pronto al notar que algo brillaba en el sue- lo. Recogié un pufiado de pie- drecitas veteadas y casi adivinan- do la respuesta pregunté a un indio que pasaba: —iQué es ésto? —Tap-y-Acar, respondié el in- digena en su lengua. iPiedra verde: esmeraldas! En los cerros cercanos, conti- nuo el indio, hay muchas. Se re- feria a los cerros de Itoco, si- tuados, en la encomienda de Alonso Ramirez Gasco Manche- go, uno de los conquistadores. r] Aun cuando a Gasco Manchego se atribuye generalmente el descubrimiento de las minas de Muzo, las ricas vetas fueron ex- plotadas primero por el Capitan Benito de Poveda, otro conquis- tador. Con amenazas y halagos, ‘DOMINGO, 25 DE NOVIEMBRE DE 1956. SOO bobo bbb bobbi ttt Reproducido por cortesia de “Américas”, revista de la Union Panamericana que sé edita en inglés, esparol y portugués. FI AAAIAAAAIAA ASAI AAI SII IPE Poveda y sus companeros indu- jeron a los indios a que dos guia- ran a los cerros de Itoco. Las primeras muestras convencieron a los espafoles de que a sus pies tenian una riqueza para todos. | Poveda y sus amigos formaron una empresa en 1567. En pocos dias el proyecto se costeaba por si solo. Entre las esmeraldas re- cogidas habia dos de: tal brillo y pureza que solo podian ser dignas de un rey. Los joyeros de la Corte las avaluaron en cuatro mil pesos oro. : Asi termino el primer capitu- lo de una brillante historia de mas de cuatrocientos anos. La etapa anterior a la Conquista ya- ce oculta por los siglos. Y en cierto modo, el sistema econémi- co moderno encubre también las actividades actuales, Las cifras de produccién, guar- dadas celosamente como secreto de Estado, son tan incompletas y esporadicas que.carecen de significado. Por ejemplo, el Mi- nisterio de Minas de Colombia Sefala la produccién de Muzo en 22.519,88 quilates para 1954 y en 18.379.78 para 1955; y la de las minas de Chivor en 18.818.31 y 19.214.48 quilates para los mis- mos afos, respectivamente. Pe- ro sin dividir estas cifras por categorias o por avalio moneta- rio de los totales, es imposible determinar el valor de la pro- duccién. El informe del Ministe- Tio guarda reserva deliberada al respecto. Sin embargo, se calcula que sdlo las minas de Muzo ha- bian producido mas de un mi- llon de délares — tal vez dos — en ciertos afos. Actualmente, toda la produc- cin de esmeraldas en Colombia Pertenece al gobierno, menos las extraidas de la mina Chivor propiedad ntoreamericana. Des- de 1946 el gobierno ha venido administrando el negocio por me- dio del Banco de la Republica, institucién semioficial. Las minas de Muzo estan si- tuadas en la regién tropical del rio Carare, tributario del Mag- dalena, a dos dias de viaje des- de Bogota, por carretera y ca- minos. Las de Chivor, a ura al- tura de casi tres mil metros, que- dan a unos 160 kilémetros de Bo- gota, en una zona helada y casi inaccesible de Jos Andes, Tena de cafiadas y desfiladeros. Las tnieas otras minas importantes del pais son las de Cosquez, des- cubiertas en 1646 cerca de Mu- zo, que han estado inactivas des- de hace varios afios a pesar de — producido excelentes pie- La extraccién en Muze se hace por el sistema de mina abierta. Después de despejar un trecho de selva se construyen terraple- nes en forma de enormes esca- Jones de 50 a 150 metros de lar- 8 por 20 de ancho y uno de al- tura. Filas de obreros armados de barras y hazadones pican la roca en busca de las preciosas “bol- sas” de.esmeraldas que surgen aqui y alla en finas vetas. Cada cierto tiempo se abre la compuer- ta de una represa_ situada mas arriba para que eI agua se Ile- ve los ripios. En Chivor la extraccién se ha _hecho por medio de ttneles y de terrazas. En un principio los espafioles preferian los t neles ya que asi podian dominar con ma- no férrea a los esclavizados obre- ros indios. Presos en los ttine- les, solo recibian sus miseras ra- ciones si producian los cristales, Muchos murieyon a causa del tra- to inhumano. Los abusos Hega- ron a tal punto que Carlos II de Espajia, a insistencia del Pa- pa Clemente X, ordené abando- nar Chivor en 1675. Cubiertas de Mitek HEMISFERIO Reginald Miller, lapidavio de Nueva York, pule gemas colombianas para el elegante mercado de joyas. nuevo por la selva, las minas es- tuvieron ocultas por mas de dos siglos. El sistema de tineles también provocé catastrofes en la mina de Cosquez, lo que le merecié el macabro titulo de “Caverna de los Muertos”. Trescientos tra- bajadores quedaron sepultados en vida en los primeros tiempos de la explotacién. En 1859 la tra- gedia cobré actualidad cuando se encontraron unos jarros para agua y algunos huesos. Era cuan- to quedaba de los mineros. Los precios de las esmeraldas varian enormemente. Su valor depende de la profundidad del color, el brillo y la ausencia de imperfecciones que, por lo gene- ral, son resquebrajaduras y de- talles que afectan su transparen- cia. La esmeralda perfecta es easi desconocida. Un entendido dice que duda que existan esme- raldas superfinas de mas de 28 gramos, Otro afirma que las ge- mas de esta clase sélo represen- tan una centésima parte de la produccién total de Colombia. El principal mercado para las Piedras colombianas de inferior calidad es la India, donde predo- mina el precio de cincuenta cen- tavos de délar por quilate. Cuan- do son demasiado pequefias o im- perfectas a juicio de los exper- tos, sirven para adornar brillan- tes ropajes o para realzar las piedras semipreciosas de las jo- yas baratas. Los habiles lapida- rios indios transforman los cris- tales mas empafiados e imper- fectos en delicadas figuras de lores 0 animales. La esmeralda fina — la. mds valiosa de las gemas — puede eostar tres o cuatro veces més que un brillante de igual peso y calidad. En las minas de Chivor, por ejemplo, se encontré una de. trece quilates que, segan el pre- sidente de la firma, fue vendida .& una de las principales familias en Ios Estados Unidos por 130. 000 délares, 0 sea 10.000 délares Por quilate, Uno de los mas grandes teso- ros del mundo es la corona de la Virgen de los Andes, que fue propiedad de la Catedral de Po- payan, Colombia. En 1590, esa ciudad escapé milagrosamente de una epidemia que asolé a toda la costa occidental de la Améri- ea del Sur. En sefial de grati- tud, el pueblo encargé para su santa patrona una corona que ’ sobrepasase en Iujo y belleza a todo cuanto-se habia hecho en el mundo. Los orfebres y lapida- Trios llevaron seis afios en produ- cir la maravillosa joya de oro ma- cizo, con 453 esmeraldas finisi- mas que pesan un total de 1.521 kilates y se consideran la mayor coleccién del mundo. En 1936, previo permiso del Papa, la Ca- tedral vendié la corona a un sin- dicato estadounidense por un precio que nunca se ha revelado, Sin embargo, la joyeria neoyor- quina Oscar Heyman and Bros., bajo cuya custodia se encuentra la corona, Ia avalia en “varios millones de délares”, Tiffany, otra joyeria de Nue- va York, posee una esmeralda de Muzo de 75 kilates cuya primera venta rindié 75.000 délares, y hoy la ofrecen como una “ganga” en 29 mil. Aunque ya no haya ataques de los indios como en el siglo XVI, las dificultades de la produccién son todavia grandes. La peor es la pirateria, que se realiza en diversas formas. Un funcionario publico en Bogota calcula que de Tas piedras extraidas en Muzo hasta el 90 por ciento Iega de contrabando al comercio inter nacional. Y el presidente de las minas de Chivor dice que su com- Paihia ha perdido entre quince y veinte millones de délares en robos de esmeraldas desde 1925. Algunos de los hurtos meno- res se atribuyen a los propios mineros, pero no pasan del § por ciento del pillaje total. Los bandidos, que antiguamente ac- tuaban a voluntad, surgen toda- via de vez en cuando, A media- dos de 1955, un derrumbe dejé al descubierto una rica “bolsa” de esmeraldas en una propiedad Particular a 30 kilémetros de Chivor. El hecho atrajo a una banda de ladrones que golpea- ron y expulsaron al duefio. Las tropas del ejército los pusieron en fuga, pero volvieron mas tar- de y se llevaron todo el tesora, Sin embargo, las mayores pér- didas en Muzo y Chivor se han debido a concesionarios inescru- pulosos y a empleados huidos de las minas. En 1944, el fallecide Peter W. Rainier, superintenden- te de las minas de Chivor de 1928 a 1931, presenté a los due- fios actuales un informe en cual declaraba que durante ejercicio de sus funciones “ua Paquete de esmeraldas de prime- ra clase, las mejores salidas de la mina, desaparecié6 en Nueva York junto con un empleade de la compaiifa. Las piedras ya lapidadas, segan mil cAlculos, vat- drian unos dos millones de dé- A pesar de la prohibicién gu bernativa a los particulares de Poseer esmeraldas en bruto, ea Bogota florece un enorme comer- cio ilicito de ellas. Por irénico que parezca,*las transacciones se realizan principalmente en tres cafés situados a una cuadra del Banco de la Republica. En una sola incursién, la policia en- contré en uno de ellos un con- trabando de esmeraldas valora- do en ochenta mil délares. Los contrabandistas estimaron su pérdida en una suma mucho ma- yor. En un informe oficial sobre ese trafico clandestino se apre- cian los tremendos perjuicios su- fridos por el Gobierno Colombia- no y por los duefnos de las mb nas de Chivor. El Dr. Rafael A, Dominguez, jefe de la seccion fiscal del Ministerio de Minas, div ce: “Gran parte de la produe- cién de esmeraldas de Colombia entra al mercado mundial por medios ilicitos. .., Aunque imposible determinar Ja cantida (Pasa a la Pagina 9) _

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