Diario las Américas Newspaper, February 23, 1958, Page 7

Page views left: 0

You have reached the hourly page view limit. Unlock higher limit to our entire archive!

Subscribers enjoy higher page view limit, downloads, and exclusive features.

Text content (automatically generated)

| | Lg AS! TRIUNFAMOS LOS POBRES EDILBERTO SERRANO CAPITULO XII Eva no deja de mirarlo... {Es tan distinto a los otros jévenes eampesinos. Lo encuentra tan fino, caballeroso, atin més que sus compafieros de estudios. de la Ciudad, y con una cualidad muy de él: mis hombre, mas valiente que todos los jévenes que habia conucido antes. Ninguno de ios dos hablaron. Tanto Eva como Gerardo iban su midos en profundas meditaciones. Al fin Gerardo rompié el silen- eio, diciendo- —Le ruego, sefiorita, no diga a su padre que yo la rescaté. Esto seria comprometedor para sus comtafieros y ademas, él no le va a dar importancia al hecho de que yo la haya salvado, y yo, Por supuesto, no aceptaria nin- guna recompensa. Esto lo hice espontaneamente, sin ningtin in- terés sino el de verle sana y contenta nuevamente, a’ usted. iOh! Si, joven. Yo de todas maneras se lo diré. —Si usted se lo dice, no me agradara a mi, ni un poquito. - -Pero gpor aué...? --Yo le agradezco que no lo haga, y basta. por favor... —Esta bien, si usted asi me lo ruega, no le diré nada a mi padre. —Ahora la aprecio atin mas por complacer mi’ peticién. —Y yo a usted, por ser tan generoso : En este momento ya venian @ su encuentro, Antonio y ols . demas compareros Todas las Muchachas veniah lorando, y Antonio preocupado. llegé a su encuentro. —Eva, ite pasé algo? {Estas completamente bien? —Pregun- té Antonio. —Si, no me pasé nada, sola- mente el susto.. Pero tu jarana estuvo de muy mal gusto. Te suplico no la repitas ni en sue- fos. . —iVaya! jVaya! Qué a pecho tomaste una broma. Olvidala, chica, si no te gusté. Hubo silencio, y una seriedad espantosa en la acostumbrada jovialidad de Eva fbarra. —iCémo escapaste, Eva, del eabalio tan espantado?— Volvid a. preguntar impertinente su enamorado. —Ya pasé, y no hay mas na- da que hablar del asunto, jen- tendido? Vamos, tengo que llegar a@ casa pronto para cambiarme de ropa. Esta blusa rota me ha- ee’ sentirme mal Gerardo, discretamente habia eaminado hacia adelante, y a los pocos instantes ya se encontra- ba presuroso caminando en bus- ea de su padve, para cumplir eon ia “orden” de Don Alfredo. , Eduardo se encuentra en la oeficina de Don Alfredo, a quien escucha_nerviosamente: ; he he mandado a buscar pa- tra decirle que su hijo Gerardo ha estado metiéndose en mis asuntos particulares. cosa que no puedo permitir. Se figura que + porque ha ido a estudiar al Nor- te, puede tpmarse atribuciones en mi finca que no le he dado yo ni usted ni nadie. *~~Por qué me dice todo esto, Don Alfredo? —Porque ese atrevido ha es- * tado censurando la forma en que yo vendo u .ordeno vender en mi tienda! jQué sea Ja Ultima vez que me dicen una cosa igual, porque sin ningin miramiento les echaré a todos ustedes de aqui! La voz alterada de Don Alfre- do llegé hasta el cuarto donde estaba Eva, cambidndose de ro- pa. Ella habia oido claramente hablar de Gerardo, y aquella con- versacién de su padre con Eduar- do el encargado de la finca. A” Ja mente de Eva Ibarra acudie- ron muchos pensamientos. . . Gerardg, si. . Gerardo era el ami- guito que ella tuvo en su nifez. tQué seria de su vida? En todo el tiempo transcurrido, no habia sabido nada de aquel muchachi- to que compartia sus juegos y pa- seos. Recordé como le amaba y como ell.asiempre estuvo dispues ta,a dar sus mejores juguetes y dulces,a Gerardito, Enseguida pens6é: — “yo he prometido ser buena. [ré‘al camino real a su encuentro. Le recordaré nuestra nifiez feliz, y seguramente se re- eordaré de mi. Por supuesto averiguaré con él, quién es el apuesto galan, @ quien le debo la vida y no puedo olvidar”. Todos se sentaban a la mesa para almorzar en aquel nuevo dia lleno de gratas sorpresas pa- ra Evita. Ella estaba anhelando Ja Hegada de la tarde para salir al camino real donde podria ver de nuevo a su amigo. Gerardo. Llegé la tarde, y sin que na- die lo notara salié hacia el mis- mo. camino donde hablaba con Gerardito cuando eran nifios. Se senté y espero. A la media hora de estar alli vio venir en su di- reccién a un joven esbelto, con eombrero de paiio y traje gris. «Gerardo al verla suspiré oran- do mentalmerte: “jDios mio! Tu sabes que la quiero desde ni- fio. Todu me indica que ésta es la mujer que he de amar para pt vida: Si es asi, concédemela oy”. Evita por su parte pensé que aquel caminante pasaria de lar- ); pero con sorpresa.vio que se hacia ela diciéndole: aaereen esté estropeada, sefiori- —jAh. . .! {St es el joven que me salvé! ~ —No me conoci6, jverdad? —Exacto, de momento me confund: —Y {por que esta usted aqui sola? jEspera « alguien? —Si, espero al hijo del ma- yordomo Estaba en mi/cuarto y oi a mi padre nombrarlo. Enton- ces recordé lo mucho que nos queriamos cuando pequefios, y decidi venir a ‘verle aqui en el mismo lugar donde pasdébamos horas enteras. conversando ya que el por ser tan pobre no po- dia ir a mi casa por miedo a mis | papas. Yo habia pensado no vol- ver a verle n; dirigirle la pala- bra; pero estoy arrepentida de mi orgullo. Qu:ero seguir siendo la misma que dejé estos campos para ir a vivir a La Habana, pues he comprendido que la vida mas feliz es la que se vive aman- do a todos con un corazén since- ro y numilde —jCuanto me alegro de este proposito suy seforita! Hay un pensamiento que nos ensefia una gran verdad “AJ dolor debe- mos el despertar de un suefio cruel que se llama vanidad”. —iQue Belleva! —Creo que algo asi le ha su- cedido a uste?, el dolor de ver como proceden los de su ambien- te social, le ha hecho compren- der. -Si, asi misino es. Bueno, pe- to Gerardo no Lega, ,Le ha visto usted por estcs alrededores? Usted te conoce sin duda, {no es verdad? —Si, ie conozco. Ayer le vi y me dice que vstedes venian a visitar la finca Pero'no lo espe- re. Tampoco espere que él vaya a hablar con usted, tY por qui? Porque a é] le han dicho que usted no es la misma, que es tan orgullosa como todos los suyos. —-jOh' Entonces es cierto. No vendra. .Pero si ustéd le dijera lo sucedido, y le contara de mi proposite de sei la misma de an- tes, quizas vendria, ;no cree us- ted? Usted le dice ademas que yo deseo hablar con él. Yo le queria tanto como si fuera mi | hermano. —<¢Y ahora no? | —S1, no impcrta'si él ha cam- biado, y, le sigo queriendo como una hermana. i . -7Evita, los reyes vendran con muchos juguetes este afio, 2Crees? —iCémo. . .? jLe hablé Ge- rardo algo a usted de esto? Gerardo guardé silencio un momento, y guid? —iLe podra quitar su. padre este afio lo que usted le regale a | Gerardo el dia de Reyes? —iCoémo esta enterado usted de. estas cosas? {Me extrafia que Gerardo haya revelado lo que constituia un secreto entre noso- tros! Gerardo, sin apartar su mira- da en su bellos ojos negros, le pregunté: —iNo me.conoces, Evita? —Pero.... - 2C6. . .mo? —Déaine tu mano para besarla +. asi fue aquella despedida érecuerdas? —Pero si ti eres Ge .|.rar- do. . .! jGerardito! {Mi herma- no! Y no-pudiendo contenerse se avalanz6° en jos fuertes brazos de aquel muchachito convertido en hombre que no habia podido Teconocerlo hasta este instante. —No Evita -— rectified Gerar- do, — de hermano nada Ti me diste un beso de hermanito el dia que te despediste de mi; pe- to yo te di un beso apasionado. Te amo desde entonces, Evita: no, he podido remediarlo. Si quie- Tes que te*bese la mano como Ia vez pasada, damela. —iGerardo. . .! . Gerardo la cogié entre sus bra- z0s pata abrazarla de nuevo. La beso. Un bese calido y ‘glorioso’ para ambos. Apreté su carita de cielo junto a su pecho, balbu- ceando: ; —iEvita! ;£vita mia! ;Qué di- cha ian inmensa! {Me amas aho- Ta como yo a ti? —iGerardo! ,Qué crees’ tu? éHarian falta palabras. . . para decirte lo que tu corazén desea? — Y ella a su vez le apreté al decir esta frase que la dijo en- trecortada por la emocién tan fuerte que sentia arder en sus venas de mujer enamorada. Paso un rato tal vez mucho tiempo. Para los jévenes amantes parecié un segundo Hubieran “deseado permanecer apretados toda una eteraidad Sin embar- go, Evita fue !a que interrum- pié este embeleso de amor, tra- tando de zafarse de los lazos: amorosos de su Gerardo. Este le | dijo: —Evita, debes irte ya para tu casa. Pueden sospechar algo y encontrarte aqui conmigo. El dia 25 vuelvo por aqui para que me traigas una pera y asi recordare- mos nuestros tiempos de nifios. —No, Gerardo, No podria es- perar tantos; dias sin verte. ;No quieres venir todos los dias pa- ra conversar un rato? Quiero saber qué has estado haciendo todo este tiempo. . . Continuaré \ sonriendo, prosi- _ MUCHOS DE 2 PIEZAS, OTROS DE 3 PIEZAS ABIERTOS HASTA LAS 9 P. M. LUN. JUEV. Y VIER. MIEMBRO DE LA CAMARA DE COMERCIO FURNITURE SUPERMARKET 795 N.W. 62nd § PL 8-3696 RNITURE ”: | SUPERMARKET DINERO COMPRANDO AQUI! FAMILIAS HISPANAS SATISFECHAS LO PROCLAMAN SUS MUEBLES AHORA — SATISFACCION GARANTIZADA N. W. 7 AVE. "“COMPRE CON CONFIANZA” 7,549 COMPREN COMPRE PRACTICO. INVIERTA SU DINERO EN UNA BUENA COMPRA, RECIBIRA ESTE LUJOSO DORMITORIO QUE INCLUYEN TOCADOR, ESPEJO, GAVETERO, CABECERA LIBRERO, 2 LAMPARAS Y 2 ALMOHADAS PIEZAS _AHORRE “?RANDO AQUI AHORRE AQUI TIENEN UN LIVING Y UN DORMITORIO COMPREN ESTE CONVERTIBLE GARANTIZADO POR SOLO $139 COMPLETO COMPRE ESTAS 3 PIEZAS POR 18 95 AL FIN LLEGARON LOS SECCIONALES COMO EL QUE VEN — TODOS EN FOAM RUBBER COJINES SUELTOS \TODA CLASE DE COMEDORES HIERRO — MADERA, CAOBA $695 CHERRY — CRYSTAL Y MUCHOS OTROS PARA SU GUSTO DESDE COMPREN COLCHONES, BUENOS . TENEMOS. DE TODAS CLASES $] 95 Mon SYLCON, SERTA, SOUTHERN CROS, eb FOAM RUBBER Y TUFLEX DESDE Lip 4 AR, I “40, os oo ee 4 QUE DESEAN 3 DIAS MAS CALIDAD NADA MAS (4 PIEZAS SOLAMENT!

Other pages from this issue: