Diario las Américas Newspaper, February 23, 1958, Page 19

Page views left: 0

You have reached the hourly page view limit. Unlock higher limit to our entire archive!

Subscribers enjoy higher page view limit, downloads, and exclusive features.

Text content (automatically generated)

in Re rey vos, cuando debiéramos econo mizar cada centavo para yudar a la gente en aprietos después de la guerra, o por lo menos pae ra salvar lo que quede”, Encuentra también _ pueriles sus disputas: “Me parece extra- ho que las personas grandes se peleen tan facilmente a propési- to de cualquier detalle; hasta ahora yo estaba persuadida de que pelearse era cosa de nifios, y que pasaba con la edad”. To- do es motivo de disputa en el Anexo, Sobre todo entre las mu- jeres. Un dia la sefiora Van Daan, verdaderamente insopor- table, toma del armario comin todas sus sdbanas menos tres. Quiere economizar su ropa blan- ca. La sefora Frank en represa- lia hace lo mismo. Ana, con irri- taci6én, asiste a la pelea, Otra vez la sehora Van Daan se es- capa del lavado de la vajilla y deja insolentemente que las: otras frieguen las ollas. Diseusiones y disputas, es ver- dad, ocupan los dias demasiado largos. A Ana le cuesta trabajo estar quieta. Sus unicos place- res: leer los libros que se le permiten, aprender historia, ha- cer genealogias, aprender in glés y francés, pegar en su ca- ma las fotos de sus actores y ac- trices preferidos, escuchar en fa- milia “Holanda de ultramar” y sobre todo el principe Bernar- do, pues Ana es ferozmente rea- lista. Pronto en el Anexo, las cosas van de-mal en peor;. “en la me sa nadie se atreve a abir la bo- ca (salvo para comer) pues Ja menor palabra corre el riesgo de ser mal interpretada o de molestar al une o al otro. Me dan todos los dias valeriana para calmar tos nervios, lo que no impide que al dia siguiente me sienta deprimida. Yo conoz- co el mejor remedio; reir, reir de buena gana, pero nosotros hemos olvidade la risa o casi. Me veo ya, mucho me lo temo, con una cara larga y seria, y los labios caides, si esto dura mucho tiempo mas”. “EI peligro se Cierrne a nuestro alrededor” Ana se vuelve triste. “Nos veo a los ocho en ei Anexo, como si fuésemos un pedazo de cielo azul, circundadu poco a poco por sombrias nubes, pesadas y ame- nazantes, Este pequefio circulo, este islote que nos tiene todavia en seguridad, se estrecha cons- tantemente por la presién de las nubes que nos separan todavia del peligro, cada vez mas se cie- rran a nuestro. alrededor; busca- mos una salida, y desesperados nos tropezamos los unos con los otros”, Algunas veces Ana gime de- Sesperada, en voz baja. Al oir a la sefora Koophuis hablar de su hija Corry, que monta en lancha con sus amigos, su deseo de reir, de vivir y de divertirse locamen- te que se enferma. “Cuando vie- ne una persona de fuera, con la frescura del viento en los vesti- dos y el frio sobre su cara, me gustaria esconder la cabeza bajo las sabanas, para silenciar este pensamiento: “;Cudndo nos se ra dado respira> de nuevo el aire fresco?” Y como no puedo es- conder la cabeza bajo las saba- nas sino que por el contrario es- tol obligada a tenerla alta y de- recha, innumerables pensamien- tos van y vienen. Créeme, des- pués de afio y medio de vida en- claustrada, hay’ momentos en que la copa se desborda”. Ana no solamente se entriste- ee. Se transforma. Con qué im- paciencia desea no seguir siendo tratada por sus padres como un bebé, ¢Por qué prohibirle toda- via algunos libros? Acaba de leer uno para personas grandes. Comprueba: “No veo gran dife- Tencia entre los libror vara ni- NC ra Gaston Baty, interpreta el “Diario”. fias y éste. Se habla de muje- res que exigen un montén de di- nero por venderse a hombres desconocidos en las calles dudo- sas. Me moriria de vergiienza, Ademas lei que Eva estaba in- dispuesta. ;Oh! Me gustaria tan- to estarlo yo. también. Se debe sentir una muy importante”. Pronto llega el momento en gue la nia se convierte en jo- ven, Con su lucidez habitual Ana confia a Kitty sus primeras emo- © clones. “Cada vez que estoy in- dispuesta, lo he estado sélo tres veces, tengo ta sensacién de lle- var conmigo up secreto muy tierno, a pesar del dolor, de 1a laxitud y de la suciedad. Por es- to, a pesar de las molestias de ~ estos pocos dias, me regocijo pen sando en el momento en que voy a sentir este secreto nueva- mente” Un suefio maravilloso le revela lo que ignoraba: el amor Ana tiene eynciencia de la ex- periencia extraordinaria que vi- ve. “,Verdaderamente sdlo ten- go 14 anos?” esribe en abril de 1944, “;No soy mas que una co- legiala estipida. una personita sin experiencia desde todo pun- to de vista? Ne, tengo mas ex- periencia que ios otros. Tengo una experiencia que pocas perso- nas de mi edad han conocido”. Cansada de verse desconocida © incomprendida por su padre a quien adora, por su madre y su _confianza, de ¢stima. hermana, se vuelve ahora hacia aquel a quien Namaba “el imbé- cil” un afio antes, hacia Peter. Siente necesidad de afecto, de Necesita también por medio de una aven- tura maravillosa, escapar. a la monotonia cotidiana. Poco a po- co, multiplica las ocasiones de encontrarse cor Peter, le ayuda a nacer sus crucigramas, le acom- Paha al grancro a escoger las papas. Descubre que él tiene los Ojos azul y negro y una sonrisa misteriosa alrededor de los la- biosh “Esto me hace soar”. Esta ninita inteligente se complace también sin Juda viendo en la eara de Peter “su embarazo, su falta de seguridad, y al mismo tiempo esa certidumbre de sa- berse hombre’ Ana tiene con- fusamente conciencia: Peter y ella se necesitan tanto el uno al otro! Y sin embargo Ana se precave todavia de amar. Es un suefio maravilloso que le revela lo que ocultaba a Kitty y a si misma. “Senti una nejilla contra la Mia, una mejilia muy suave, tan fresca y agradable! j;Qué bueno era! Todo era infinitamente bue- no”. Ahora no resiste mas. “Me abandono compietamente a él, con una’ sola reserva; que no toque sino mi cara”. Y en medio de los mayores, que-ignoran todo, el juego de Ja pasion que sé bculta y que esta- EL BELLO ROSTRO DE ANA FRANK bajo los rasgos de Pascale Audre ae Tia a cada momento. Peter sos- pecha algo? “Adverti esta mafiana, seré sincera, con. gran alegria, que Peter no cesaba de mirarme de uni manera muy es- pecial”. Pero Peter, todavia un poco torpe, parece que no ha comprendido. Ata se desespera. Sinceramente confiesa a Kitty: “Creo que voy a enamorarme de él. Falta muy poco”. Nada falta - en este amor, ni siquiera los ce- los que siento de Margot, la her- Mana mayor. “Me bes6 en Ja sien izquierda” Al fin- llega el momento del primer beso. Una noche en que Ana estaba sentada al lado de Peter, sobre el divan, él la abraza: “Me estreché fuertemen- te contra él; mi seno, al rozar su ‘ corazon, hizo iatir rapidamente el mio”. Cuando Ana estaba a punto de bajar al segundo pi- so donde vivian sus padres, re- pentinamente Peter se atrevié: “Me beso en la sien izquierda, -por entre el sabello un poco sobre la oreja Sali corriendo co- mo una cebra sin volverme”. Ana _ naturalmente se pregun- to si esto estaba bien. Pero des- pues de reflexionar decide que no jay ningun mal en ello. “No me parece vergonzoso para nosofros, sepaiados de todv y colmados de dreocupaciones y de angustias. ,Por qué nosotros, que nos amamos, déberiamos guardar ias distancias? ,Por qué t, Ia actriz de 20 aiios que, en el teatre parisience Montparnasse- 4 esperar a tencr Ja edad conve- niente? De todos modos Ana ha- bla a su padre. A pesar de la alegria provocada por el anuncio del desembarec, del desarrollo de las operaciones seguidas apa- sionadamente sobre el mapa, nada pudo distraer a Ana de su pasion Sin duda sabe que aqui esta lo esencia} Ella, que cuan- do descubre su estilégrafo que- mado, tirado por descuido en Ja estufa, escribié: “Me queda un consuelo, mi estilografo ha sido incinerado y no enterrado; espe- ro lo mismo para mi, mas tar- de”. Adivinaba. quizds, que no tenia nada mas que esperar. Ba- jo ias bombas que aterrorizan a todos los ocupzntes de esta “cu- riosa pensién de familia” el 15 de julio de 1944, hace una espe- cie de examen de conciencia acer ca de sus relaciones con sus pa- dres. al tiempo que escribe: “Veo el mundo transformarse ca- da dia mas en desierto, oigo cada vez mas fuerte el ruido de la tempestad que se aproxima y que anuncia nuestra muerte”. Ana oia bien. El 4 de agosto la policia alen.ana se llevaba a todos los huéspedes del Anexo y a sus protectures Ana murié en marzo de 1945 en el campo de Bergen-Beisen, dos meses an- tes de Ja termiodcién de la gue- rra. No tena nada mas que aprender acerca de la estupideg y de Ja crue!dad de los hom bres.

Other pages from this issue: