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EI Nino y la Fisica I Me complace presentar a los Jectores algunos de los experi mentos descritos en mi libro “La construccién de Ja realidad en el nifio” Estar observaciones, Yevadas a cabo sobre muchos pequenuelos de (8 a 24 meses de edad, nos muestran claramen- te cémo nos formamos ciertos. conceptos fundamentales sobre el mundo fisico. tales como el espacio a existencia de los ob- jetos, ‘a causa y el efecto. Sor- presivamente nos llevan de mo- do directe a aigunas cuestiones filoséficas y psicolégicas que hoy gon tema de preocupacién en los eampos de la fisica ' Los fisicos contemporaneos han ahandonado algunas viejas ideas relacionadas con el mun- do fisico Por ejemplo: han re- nunciado al esnrepto de perma- nencia de. objetos en estado submicroscépico. Una particula no puede existir sin ser locali- gada; si ella no puede ser locali- yada en una posicién definida, pierde su titulo de objeto y en- tonces debe ser descrita en otros términos, Ahora por una extre- "EN OTRO EXPERIMENTO el nifio observa un jugu |G obit poe a este'ee escondido bajo una segunda tela, insistiré en buscar bajo ‘la primera, Por JEAN PIAGET Un psicélogo suizo experimenta con nifios, inclu- yendo los propios, y llega a la conclusién de que la visién que ellos tienen de la realidad denota mucho de comin con la de los fisicos mas complejos mada y curiosa casualidad se ha encontrado que muchos de los actos de Jos nifios se asemejan a los de ios fisicos. El nifio cree en un objeto hasta donde puede localizario y deja de creer en é1 cuando el objeto esté tan distante qie no puede hacerlo. La gran diferencia es por su- puesto que la capacidad de loca- lizacién del nifio es mucho me- nor. a Fongamos por ejemplo el ca- so de un nifio de cinco o seis meses, edad en que la vista y el movimiento de prehensién co- mienzan a coordinarse y puede juete que es escondido b intentar coger los objetos que ve. Si colocamos delante de él un objeto que le sea de inte- rés, tal como un reloj, inten- tar& agarrarlo: y si, cuando su brazo comience a estirarse, cu- brimos el reloj con un trapo, el nifio, en este estado de desarro- lio, retirar4.la mano, al ver que el objetc se le hace inaccesible. Si suspende la accién lo hace no porque se aterre por el tra- po como obstacuio, porque si le echamus el pedazo de tela por Ja cara lo quitaré de. inmedia- to, tampoco es que haya perdi- do el interés en el. objeto. Lle- vé a cabo la misma experiencia en mi hijo de 7 meses de edad. En aquella época la laimentaba- mos con tetero. A Ia hora de su comida le ofreci la botella llena de leche; pero cuando 6] alargé las manos, la escondi. Si la bo- teila permanecia parcialmente a su vista, rondaba alrededor de mi brazo como para intentar apo- derarsela. Pero cuando la bote- lla estaba completamente escon- dida, comenzaba a llorar como si pensara que su tetero habia desaparecido para siempre. Podemos formular la hipétesis de que para el nino en esta edad los objetos no estan relacionados econ la permanencia substancial Pero es claro que las observa- ciones precedentes estan’ abier- tas a otras interpretaciones, De- bemos insisti- 2n la materia y analizar la conducta del nifio en Ja época en que comienza a bus- ear los objetos escondidos. Tarde o temprano.el nifio descubriré * que un objeto que ha desapare- cido debajo de una pieza de tela puede encontrarlo o identificar- lo por el bulto que hace, por la forma que toma la tela o de otra manera, ,Qué ocurre cuando un niho comienza a buscar sistema- ticamente los objetos escondidos? iAdquiere inmediatamente el concepto de que é) objeto ha sido movido a un lugar parti- cular y por consecuencia ha ha- pido desplazamiento? Y si né équé suerte de concepto sobre la existencia de los objetos tiene 6)? Los experimentos por los cua- les exploré este punto me fue- ’ yon sugeridos por la oportunidad que tuve de observar a un nifio que perseguia una pelota alrede- dor de una pieza. Cuando la bola rodaba bajo el brazo de un sillén, la podia recuperar sin ninguna dificultad; pero cuando el balén fue debajo de un sofa donde no podia verlo, paré de pronto y co- rrié atra4s a buscarlo bajo el brazo dei silloni Debemos con- eluir que el nifo no se habia formado el concepto de “objeto permanente”: el balén s6lo exis- tia en la mente del nifio como “semi-objeto”. algo asi como a mitad de camino entre la ima- gen perceptiva y la materia. Hu- bo un principio de localizacién necesario a dar al objeto perma- nencia pero la localizacién fue hecha en el lugar donde se ha- bia vivido la experiencia ante- rior y no sobre el objeto mis- mo. A medida que mis hijos se desarrollaban, yo vigilaba el mo- mento en que comenzaran a bus- car los objetos escondidos y los instantes propicios para adelan- tar ciertos experimentos siste- maticos con cada uno. Una de estas experiencias fue: “El nifio . era sentado entre dos piezas de tela, dos almchadas, 0 cualquier par de objetos que sirvieran al efecto..Le daba un juguete que luego le quitaba y lo escondia bajo la pieza. A. El nifio lo se- guia con la vista y lo recordaba, después volvia a quitarselo, muy despacio lo metia en B. En nin- gtin caso el nifio miraba bajo B. Al contrario todos mis tres hijos comenzaron a investigar bajo A. Uno de ellos persistié en buscar bajo A. més‘ que bajo B durante las tres primeras se- manas de la prueba..Luégo co- menz6 a buscar su juguete ba- jo B cuando yo lo colocaba alli, pero como no lo encontrara por estar muy debajo regresaba a buscarlo en A. Sdlo hasta muy. tarde comenzé a ahondar su bus- queda en B ignorando el vacio A. Otro de mis hijos siguié la misma evolucion, pero en mas corto tiempo y el tercero obser- vado solo gasté unas poacs ho- Tas. _ ; Mi amigo Kurt Lewin me con- taba que habia obtenido resul- tados iguales en experimentos similares sobre diferentes suje- tos. De jos resultados de estas pruebas habia visto que la for- macién en el nifo del concep- to de “objeto” como cosa per- manente esta estrechamente li- gado a su idea de espacio. En ~ el proceso, la mente del_nifio’ ‘pasa d la “localizacién objeti-' va”, que-es funcién de previas experiencias, a la localizacién objetiva”, que se deriva de des plazamientos sucesivos. Esta de be coordinarse de acuerdo con la estructura que los geometras™ denominan “grupo de desplaza- mientos” En otras palabras la | idea de permanencia de loswehn: jetos es formada al mismo tiem- po que el “grupo de desplaza mientos sucesivos” y el objeto ng es otra cosa que la “constante” de] grupo Durante el primer afio de vida, antes de que comience la bis queda de objetos escondidos, el nifio parece incapaz de “organt- zar desplazamientos en grupo es tructurado”. Es por consiguiem te inhabi) para comprender cir- cuitos de movimiento o movi- mienios reversibles. La ausen- cia de la idea de reversibilidad. de movimento es ilustrada por dos experiencias que llevé a ca bo. En uno, yo eamina a pasan- do a lo largo de una gran ven. tana, mientras que el hnifio me vigilaba desde su cuna, al otro lado. Habia cubierto la ventana, en su parte media, por una te- la. Cuando yo venia de la in quierda a la vista del nifio, cam- biaba gestos y sonrisas con el bebé y contynuaba caminando hasta desaparecer tras la cort na del medio. Mediante un arre- glo de espejos podia observa que el nifio continuaba buscan dome o mirando al lado izquier- do de la ventana. Cuando yo aparecia al lado derecho el nik fio quedaba un poco aténito y me seguia con sus ojitos hasta que me le perdia. Inmediatamen- te me buscaba a la izquierda. En otro experimento, yo vol teaba la botella del nifio delante de sus ojos para ver si é1 podia restaurarla a su posicién origt nal, reversando Ja rotacién, Pri- mero la sostenia derecha y se la ofrecia, cuando “estaba bastan- te cerca como para poder agae rrarla, yo la iba volteando lenta- mente. Lo hacia tan lento como para que el chupo rojo de cau- cho estuviera siempre visible, eg perando que el nifio la. pusiera en la posicién correcta tan prone to como la cogiera, pero como la botella estaba invertida Come pletamente é1 no acertaba a po- nerla derecha e inimediatamen te comenzaba a chupar el extre mo de vidrio de la botella. Estos simples experimentog (y muchos otros ) muestran que Jos pequefios tienen una escasg concepcién de espacio y movi» miento, 0 no la tienen. Cuando el nifio comienza a formarse el Concepto. dé espacio, lo centra liza sobre su propio cuerpo y¥ en la localizacién de acciones sur cesivas. En esta etapa ningu Cosa es objeto permanente. a niho comienza a atribuir perma nencia a los objetos solamente después de desarrollar una idea “sensorial-motriz”. del espacio, en el cual los objetos se mueven en relacion a otros y de acuerdo con ciertas leyes. Su construccién de objeto y espacio es una misma. Envuelvé entre otras cosas un proceso de descentralizacién a partir de su espacio egocéntrico. A medida que su idea de espacio progre- 8a, su propio cuerpo viene a ser un objeto entre los que lo ro- dean. : Con experimentos igualmente simples se puede estudiar el de- sarrollo en el nifio del concepto de causa y efecto. Por ejemplo yo hice el siguiente experimen- to tan pronto como mis nifos comenzaron a coger los objetos que veian, lo cual ocurre en promedio al rededor de los cua- tro meses y medio de edad. Cu- bria la cuna del nene con una tela semi transparente y dejaba sobre ella en,la parte superior algunos juguetes de celuloide. De esta tela colgaba una cuerda eolocada de tal manera que al ser tirada los juguetes se movie- ran y sonaran. Tarde o tempr: no el nifio tendria opotunidad de hacer sonar los mufiequitos. Al principio el nifio se asustaba r estos ruidos invisibles, pero juego estaba encantado tirando ‘més'y més fuerte de la cuerd& \