Diario las Américas Newspaper, May 26, 1957, Page 20

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————= >. ll . Por La pintura barroca del cielo raso del Convento de Nuestra Sefora de la Luz se atribuye a Jorge José Pinto Vedras. El Palacio de las Industrias es tipico de la arquitectura ecléctica © de comienzos de siglo, Antigua capi calados en madera, ~_ lla rural cerca de Sao Paulo, con atrio cubierto y ROSA MARIA FRONTINI r SAO PAULO no es todo ras- cacielos y fabricas. Salvados mi- Jagrosamente de la avalancha del progreso quedan todavia, disper- sos por la ciudad y sus alrededo- res, algunos vestigios arquitect6- micos del pasado, que dan a la eiudad sabor y personalidad. En un alero, en una cornisa, en el exceso o en la falta de ornamen- taci6n el observador alerta dese cubrira los antecedentes y la evo- lucién estética que ha producido Ja notable arquitectura moderna de la metrépoli. En las pocas iglesias y residen- cias que quedan de Ia época co- lonial —conservadas en su ma- yoria gracias a la Direccién del Patrimonio Histérico y Artistico Nacional— impera la sencillez, porque Sao Paulo comenzé pobre. Las primeras casas surgieron cer- ca a la ermita de tapias de la aldea de indios catequizados, don- de los frailes Manoel da Noébre- ga y José de Anchieta fundaron en 1554 una escuela para los in- digenas recién conversos. Los frailes, pues, fueron los prime- ros artistas: jesuitas, francisca- nos, benedictinos y carmelitas. EI padre Alfonso Bras, a quien se recuerda como al primer arquitecto, fue también picape- drero y carpintero. Los constan- tes asaltos de los indios dificul- taron la vida durante los prime- ros cien aiios. } Después, en los siglos XVII y XVIII, el paulista se dedicd a coloniza el desierto, a criar ga- nado, a la mineria del oro, y empleé su energia en luchas y conquistas. Por esta razén Sao Paulo no alcanz6 durante Ja Co- lonia Ia riqueza artistica de Ba- hia, Pernambuco, Rio de Janei- ro y Minas Gerais. Pero, en cam- bio, no falté el gusto por las Casa_ disefiada ciudad en 1927, proporciones y el equilibrio, y Ta mano de obra indigena imprimié originalidad e imaginacién a los modelos europeos estereotipados. Debido a ésto, Lticio Costa dice que los retablos y capillas pau- listas: “No son simples copias burdas sino, por el contrario, “recreaciones” legitimas .. .” . Las casas de los siglos XVII y XVIII que subsisten son de cons- truccién similar: tapias, planta rectangular, sala en el centro y soportal, La mayoria se encuen- tra en los suburbios, donde la gente rica de la época preferia fi- jar su residencia, aunque en la propia poblacién se levantaron mejores edificios. A principios del siglo XVIII co- menzo a aparecer en Sao Paulo la pintura religiosa ornamental. De mediados a fines, la mayo- ria de los artistas brasilefos pin- t6 interiores de iglesias en el t& pico estilo barroco europeo pa- ra crear la ilusién de bdévedas abiertas por donde se veria di- rectamente la gloria celestial, Sao Paulo pasé también por es- ta etapa. Las muestras mas nota- bles son los cielos rasos de la Or- den Tercera Penitenciaria de San Francisco (construida- en 1676, demolida y redificada en 1783), los de la Iglesia de la Orden Ter- cera del Carmelo (1775) y el cae ro del Convento de Nuestra Se- flora de la Luz (1788). Entre Jos pintores de este estilo se des tacan el Padre Jesuino do Mone te Carmelo, nacido en Santos en 1764, y José Patricio da Silva Manso, de Minas Gerais, estable cido en Sao Paulo alrededor de 1775, quien fue mas barroco que el primero y cuyas figuras tie- nen mas movimiento. Algunas de las iglesias y cone ventos ostentan hermosas manie , ‘Lo amplio horizontal de la arquitectura colonial se observa también - en esta casa thoderna disefiada por Oswaldo Bratke, a urvas y Rectas Paulis Los :

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