Diario las Américas Newspaper, May 26, 1957, Page 16

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oMuestro Mensaye LAS RELACIONES PERSONALES Y LOS PROBLEMAS POLITICOS | Hay gente que no sabe distinguir entre los vinculos de amistad personal y los de cardcter politico partidista. Por eso creen que individuos ubicados en campos Opuestos en materia politica no pueden cultivar buena amistad, y si antes la cultivaban deben abandonarla tan pronto como los separa la consigna de partido o los in- tereses politicos. En Latinoamérica-seria desastroso que todo el mun- do actuara en esta forma, porque alli donde las divisiones politicas son tan grandes y muchos de los paises son muy pequefios, los problemas politicos habrian creado abismos en el que deberia ser terreno plano de amistad. Desgraciadamente hay algunos elementos que sf alientan la divisién total, y que no admiten que se pue- da ser adversario politico y ser también consecuente con la amistad y con la urbanidad. LIADAAAAADAIAAAAEIS AAAI A SIS AS SSA SASS SS AS SASS ASSIS SI SA UNA DECEPCION por MARK TWAIN Con seguridad recordaran ustedes que no hace mucho tiempo pronuncié varias conferencias para los jovenes de la Sociedad Clayoniana. Una tarde de aquellos dias estuve hablando con uno de mis jévenes oyentes, y en el curso de la conversaci6n me expuso que tenia un tio quien por la causa que fuera, parecia haberse vuelto insensible a todas las cosas. Y con lagrimas en los ojos me dijo aquel joven: —jOh, si sélo consiguiese verlo reir una vez mas! jOh, si lograra verlo llorar de nuevo! Senti compasién. Repuse que no podia tolerar el dolor humano... —tTraigalo a una de mis conferencias. Yo sabré impre- sionarlo. —jAh, si usted pudiera conseguirlo. Si lograra conmo- verlo, toda mi familia lo bendeceria a usted para siempre. . . porque es mucho el carino que tenemos a nuestro tio. {Se- ria capaz, bienhechor mio, de hacerlo reir? ;Podria hacer que asomasen las lagrimas en esos ojos apergaminados? Senti mas pena. Y dije: —Hijo, lleva a tu anciano pariente a mi conferencia. Tengo una serie de chistes que le haran reir, si es que todavia quedan risas en él, y si fracasara con ellos, tengo aun otros chistes mas que le haran llorar de risa. El joven incliné su cabeza sobre mi hombro, lloré junto a mi cuello, puso ambas manos sobre mi cabeza y alzando los ojos hacia el cielo musit6 algo reverente. Poco después partia en busca de su tio. Esa noche lIlegé con él, lo acomodé en la sala, en la segunda fila, cuando yo entraba en funciones. Empecé con una sucesi6n de chistes malos, le acosé con numerosos chis- tes buenos; le ataqué por todas partes, de izquierda a dere- cha, por delante y por atras; arremeti, ataqué y segui asedian- dole hasta sentirme harto, enfermo, frenético y furioso, pero en ningun momento logré impresionarle. jEn ningun ins- tante consegui hacerle reir ni verle verter una lagrima! jEn ningtin momento adverti el asomo de una sonrisa! Me sentia sumamente apenado, sorprendido hasta el maximo. Por fin, puse término a mi conferencia con un desesperado encogimiento de hombros y lanzandole el mas atroz de mis chistes. {Ni se inmuté siquiera! Agotado, me desplomé en el astfento. Se acerco entonces el presidente de la Sociedad y me humedecié la cabeza con un poco de agua fria, diciéndome: — Qué pudo ocasionarle este estado? —Es que estuve tratando de hacer refr a ese maldito idiota, ése que esta sentado en la segunda fila—repuse. —Bueno, bueno—replicé el presidente—ha estado usted perdiendo su tiempo, porque ese hombre es sordo- mudo, y, ademas, esta completamente ciego. —jzPor qué, entonces, ese bendito sobrino suyo, creyé que yo seria capaz de hacer reir a su tio? IIDEIDD bd RbEn DR Rp bbb bi ap HEHE Ett EL USO PACIFICO DEL ATOMO El profesor B. Connor Johnson, del departamento de Nutricién Animal de la Universidad de Illinois, después de terminar su extensa jira de mas de 24,000 kilémetros por la América Latina, ha expresado que la energia atémica en relacién a la agricultura constituye “un vasto campo en el eual se abrian nuevos horizontes todos los dias”. Relatando las observaciones recogidas durante esta jira el profesor Johnson dijo: “Esos paises estan protegidos, 0 todavia les falta mucho camino por andar, como nos Falta a nosotros también”. El profesor Johnson manifesté asimismo, que la agricultura en esos paises alcanzaria una mayor produccién con cada nuevo descubrimiento de un medio radioactivo y que incontables mejoras se habian ealizado ya, mediante los recursos de la irradiacién y los topos radioactivos. El profesor Johnson dijo ademas, que se habian hecho a diligencias necesarias para el envio de semillas de paises tinoamericanos. PAG. 3 Geografia y Geofisica Por SALVADOR MASSIP El Antartico, como se sabe, es un continente deshabitado. La crudeza del clima y las tierras cu biertas de hielo impiden la fija- cién permanente de la pobla- cion humana; pero el hombre ha hecho acto de presencia en re- petidas ocasiones, llegando a per- manecer en é] semanas, meses y hasta afos enteros. Los prime- ros en sentar pie em el Antarti- co fueron los cazadores de fo- cas, que desembarcaban para per- seguir a los pinnipedos; y des- pués los exploradores, que con- venientemente equipados pasa- ban alli periodos de _ tiempo mas o menos largos. A fines del siglo X1X aparecieron los caza- dores de ballenas. Los hechos de- mostraron que el hombre, a pesar de la hostilidad del medio, podia desarrollar sus actividades en el Antartico, por lo menos transi- toriamente. Cuando las expediciones se fue- ron organizando mejor y aumen- t6 el numero de individuos que en ellas tomaban parte hubo que preparar bases para albergue y para depésito de equipos y del instrumental de observaciones. Al principio ros albergues eran muy defectuosos; pero desde la pri- mera expedicién de Byrd en ade- lante se levantaron construccio- nes en que habia si n6 toda cla- se de comodidades por lo menos las indispensables para una acti- vidad fructifera. La primera Pe- quefa América fue una ciudad en miniatura. La actual sera de mayores proporciones. Las actividades del Afio Geofi- sico Internacional en cuanto a instalacioén significan mejoras y perfeccionamientos en todos los érdenes. El laborioso cuerpo de Seabees ha armado casas prefa- bricadas para habitaciones, de- pésitos de viveres, de combusti- ble, de equipos y de instrumen- tal. Hay garajes, en donde se guardan tractores. Hay asimismo, casas para perros (puesto que a pesar de todos los progresos de la técnica los perros todavia se utilizan). A principios de 1957, en las siete bases establecidas por los Estados Unidos en el Antartico hay 251 hombres. En las quince bases de los otros paises debe haber, por lo menos, 750 mas. En los buques de guerra, rompe-hielos, buques-tanques y transportes hay unos 2.000 tri- pulantes. Todo lo cual hace lle- gar por lo menos a 3,000 el nu- mero de hontpres que viven en el Antartico. (De ellos, diecio- cho en la estacién establecida por los Estados Unidos exactamente en el polo). Las habttaciones en que los hombres se albergan han sido llevadas al teatro de sus activida- des. Sus ropas y calzado, lo mis- mo. Los articulos alimenticios proceden, asimismo, de los pai- ses empefiados en la gran empre- sa cientifica. Todo esto nos dice que el Ant4rtico con sus recur- sos naturales propios no puede sostener poblacién humana; pero el hombre en su lucha con el medio ha demostrado que puede sostenerse alli y desarrollar sus actividades. Actividades, en este caso, las mas dificiles y especiali- zadas: las de orden cientifico. La exploracién de las regiones polares, especialmente de las an- tarticas, es una lucha terrible del hombre con la Naturaleza para someterla a su dominio. El me- dio, si no totalmente vencido ha sido completamente dominado. La dominaci6én, sin embargo, se debe a un proceso que se desarroll6 a costa de grandes sa- crificios durante la edad heroica de la exploracién y que ha lle- gado a su punto culminante en nuestros dias gracias a los pro- gresos de la técnica y al empleo de la aviacién. En la edad heroica, 0 sea has- ta 1928, el albergue de los ex- ploradores consistia en tiendas de campafia o en toscas casas de madera (estas ultimas ya em- pleadas por la segunda expedi- cién de Scott). El interior de la tienda o casa estaba iluminado por tres o cuatro lamparitas de grasa de foca.o de pingiiino, que también proporcionaban una débil calefaccién. Los alimentos (Pasa a la Pagina 3) HEMISFERIO (SUPLEMENTO DE DIARIO LAS AMERICAS) LA INMORTALIDAD DE LINE. Por EMETERIO S. SANTOVENIA | En-un 23 de mayo, el de 1707, nacié Carlos de Linneo, ' Empezo a ver la luz del Sol en pobre aldea de Suecia. Su origen fue humildisimo—en sus primeros afios vivid ha-'‘ ciendo zapatos y luchando contra miserias extremas—tan humildisimo como grandiosa llego a ser su existencia. Desde edad temprana mostro inusitado interés por la botanica. Triunfo de infinitas adversidades con la paciencia y la sagacidad que eran atributos de su genio. En éste radicé el secreto de sus pasmosas investigaciones y creaciones cientificas. Mientras estudiaba, ya para perfeccionar sus conoci- mientos botanicos, ya para adquirir el titulo de médico, su existencia era ocupada por las mayores inquietudes. Ob- Servaba enormes lagunas en el mapa de los saberes huma- nos. Voces interiores afirmaban sus intuiciones maravillo- sas sobre lo que era necesario vencer. Asi, a golpes de adivinacion y de estudio, fue convirtiéndose en denodado y afortunado campeon contra la ignorancia. Sus victoriag aparecian iluminadas por los'destellos de su cerebro. Como era posible que llegase a exhibir tantas luces nuevas? Era que él sabia lo aprendido de otros y mu- cho mas: sabia también lo que no se le habia ensenado, La aptitud creadora privativa del genio descubria e inven- taba. Campo principal para la actividad expansiva de su privilegiada inteligencia era aquel en que habia situado los estudios relativos a la botanica con la mira de elevarla en el seno de la gente civilizada. Dijo bien César Cant cuando afirmé que Linneo antes de reformar las ideas reformé el lenguaje. La doble in- novacion se manifest6 en las ciencias naturales. Linneo asumi6 la tarea de forjar una nomenclatura clara y sencilla destinada a mejorar la clasificacién de los individuos de la flora: indic6é en cada caso el género con el nombre y la especie con el adjetivo y sistematizé su trabajo mediante el uso de afinidades sexuales. La personalidad de quien a un tiempo era investigador, creador y maestro adquirié prestancia raramente igualada en lo que el Mundo llevaba de vida. A los treinta afios de su edad se le reconocia plena autoridad cientifica por sus logros en la clasificacion y denominacién de los componentes del reino vegetal. Esta superioridad le valié en su tiempo el titulo, mantenido por la posteridad universalmente, de primer naturalista de su siglo. La inmortalidad de Linneo quedé asegurada merced al pensamiento que lo condujo a la conclusién de un cata- logo general y metdédico de las producciones de la naturae leza. Lo que él alumbro en su siglo—el siglo a cuyo es- | plendor contribuy6é con su sabiduria—siguié teniendo valor - en los siglos siguientes. En el nuestro, como en los dos’ precedentes, el nombre de Linneo ha sido repetido por todo humano con instruccién desde la edad escolar. Los cone ! temporaneos del naturalista inventaron la frase segun la’ cual Dios cred al Mundo y Linneo lo puso en orden. El orden cientifico concebido por Linneo era, y continua siendo, digno de parangonarse con la eternidad divina. j La obra de Linneo surgiéd como luminosa linea fivb ' soria entre dos inmensos trechos en la historia de la Hur ! manidad. Desde la manifestacién de su genio pudo hae ' blarse del estado de las ciencias antes de Linneo y después de Linneo. El Universo esta gozando de los progresos co- | rrespondientes a la etapa iniciada por la colosal labor de Linneo. | El cuarto de milenio decursado desde su nacimiento ' hasta hoy habla con harta elocuencia del valer de este | varén oceanico. Sus afanes y consecuciones han sido mas | fuertes que los desgastes y las negociaciones inherentes ' al tiempo. El sabio mantiene su reinado entre los millones ! de hombres que sin solucién de continuidad van saliendo ' de la ignorancia. Doscientos cincuenta afios apenas cuem | tan en lo que de vida entre los humanos tiene asegurado | el nombre de Carlos de Linneo. | IBIS EEE IE LIDIA DIDAIIIIIGIIDDIAAR Cerca del Ancho Rie Cerca del ancho rio que murmura, en las arenas-que el cénit rescalda, vela el caiman, cuya rugosa espalda parece cordillera en miniatura. Viendo nadar sobre la linfa pura lustroso pato de plumaje gualda, como tirbido grano de esmeralda agranda el ojo entre la cuenca dura. Pérfidamente sumergido un rato en la liquida sombra de repente aprietan sus mandibulas al pato. Entonces flota la dispersa pluma, abre un circulo enorme la corriente, y tiembla, sonrojandose, la espuma. José Estasio Rivera DOMINGO, 26 DE MAYO DE 1987

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