Diario las Américas Newspaper, October 14, 1956, Page 23

_ EL GAUCHO DE LA PAMPA QUE TRIUNFO COMO MODISTO EN NUEVA YORK TEJADA Reproducido de Por ANTONIO L. DE Arrojé el razo con maestria y todo fue uno. Pialado habil- mente el arisco potro, al que na- die habia montado, todavia, ¢s- peré el instante en que un jo- vencito de dieciséis aos subie- ra sobre su lomo y con arte y destreza, cual experimentado ji- nete, com®nzara su doma y adies- tramiento. Esta eseena brevemente des- crita tuvo lugar en un estableci- miento de nuestra pampa hace ya treinta anos. Marco Blackton, Oo Estados Unidos, en donde des- pués de muchos afios se ha con- sagrado como uno de los disena- dores de modas mas distinguidos de Nueva York, El edificio de Blackton, en Ja tradicional Quinta Avenida neo- yorquina, es un templo para la mujer elegante, y nosotros, mien- tras conversamos con él en es- te su primer viaje a la Argenti- na después de treinta anos, tra- tamos mentalmente de establecer un puente de union entre estas ay Coen eee ent 9 “Mundo Argentino” SU VIAJE A LA ARGENTINA —Dos cosas — nos dice Marco Blackton ante la inevitable pre- gunta — me han traido a la Ar- gentina. Primero, el deseo de vol- ver a ver las cosas de mi tierra, y luego la oportunidad de poder combinar un poco de trabajo con el descanso, ya que mis miulti- pies ocupaciones en Nueva York me-impidieron siquiera pensar en las posibilidades de un viaje relampago a Buenos Aires. Que- remos con mis hermanos intro- ducir una variente en la moda El Rey de la Moda en ropa interior femenina, Albert Blackton, inspecciona las. prendas de vertir de un bello grupo de artistas que toman parte en una produccion teatral. asi se llamaba eI joven gaucho, diestro en bolear como en mar- car asado como en recoger la sor- tija o adiestrar un pingo cuadre- ro, es el personaje central de nuestra historia. Extrafia parabola la descrita en su vida por este argentino na- cido y criado en la pampa, aman- te de todas las cosas nuestras; pero que un dia, acicateado por su sed de aventuras, dejé nues- tro campo para radicarse en los dos etapas de su vida tan dispa- res. Cuando junto a su padre viajé a los Estados Unidos era Marco Blackton un hombre de campo. Arraigado en nuestra tierra, en nuestras tradiciones: el trasplan- te no fue facil. De una zona tran- quila y de la ruda labor del cam- po pasé a vivir en la ciudad mas populosa del mundo, cuyo ritmo de vida, aun hace treinta anos, era de una gran intensidad. para el] verano proximo en los Es- tados Unidos. Por ello se decidié este viaje a Buenos Aires y Rio de Janeiro. La mujer argentina tiene fama de ser muy elegante. Por eso nada mejor que estudiar en su moda y buen vestir las po- sibilidades de nuevas creaciones. Por otra parte, traigo el encar- go de la revista Mayfair, una de las mas populares en modas fe- meninas en los Estados Unidos, de escribir algunos articulos so-~ bre moaas de viaje, y sobre todo Seguridad para Sus Ahorros.. .. Dividendos Pagados Dos Veces Al Afio mas antigua en América, y una de las mas grandes y fuertes en la nacién. Tiene sobrante y reservas de mis de 10 millones de dolares. Cada cuenta de ahorros en el First Federal esti asegurada hasta $10,000 por una agencia del Gobierno de los Estados Unidos, . 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Los hermanos Blackton son mundialmente famosos y conocidos como “los cuatro gauchos de la Moda en ropa interior de mujeres”. de aquellas que mas llamen mi atencién en la Argentina y el Brasil. Personalmente he realizado to- mas fotograficas de varias mode- los, las que habran de interesar mucho a todos los entendidos en la Union. Buenos Aires, tras 30 anos de no verlo, esta transfor- mado virtualmente ante mis ojos. Es realmente una ciudad mara- villosa, a la altura de las mas grandes capitales del mundo. Es- pecialmente ha llamado mi aten- cién el magnifico “standard” de vida de mis compatriotas”. Pasamos luego a conversar so- bre su vida en Nueva York en los primeros tiempos. —No fue facil — nos cuenta Blackton — ganarse la vida. No me avergiienza recordar-aquellos tiempos en-que vendi medias de seda, puerta por puerta, para cos- tear mi diario vivir. Asi fue co- mo comencé a conocer las mer- caderias, las telas y géneros. To- das estas cosas fueron con el tiempo para mi grandes ense- Nanzas. DOS ANOS EN HOLLYWOOD —Ya-mas adaptado al ambien- te y a la vida norteamericana, y conociendo mejor el idioma, me lancé a una nueva aventura via- jando a California. En Los An- geles vivi cerca de dos afios. Es dificil en la colonia cinemato- grafica, maxime para un extran- jero, abrirse camino. Pero un po- co mas empapado en lo que a vestimentas femeninas se refie- re, tras haber vendido la mer- eancia algunos afios con suerte varia, alterné mis horas de tra- bajo com clases nocturnas de di- bujo. Fue asi como comencé a esbozar mis primeros modelos y disenos. “Ya mi buena estrella habia comenzado a alumbrarme y con- segui colocar algunos bocetos en los departamentos de modas de varios estudios cinematograficos. Me encontré asi, casi sin querer- lo, de la noche a la manaja, en una nueva senda. Una nueva pro- fesién, ea la que al principio ni siquiera habia pensado, me abria las puertas, y ya establecido, mis hermanos se unieron ami para mayor progreso de la empresa en Nueva York, y pusimos en- tonces, con los délares que ha- biamos conseguido ahorrar a cos- ta de grandes sacrificios, una pe- quena tienda’. Hace una pausa este gaucho de extrafa evolucion y prosigue diciéndonos: —Los afios pasan rapidamente; la tienda primitiva se emsan- cha, Luego vinieron varias mas. Actualmente son seis, 3 de ellas en la aristocratica 5a. Avenida. Mis modelos fueron cotizandose mejor y eso es todo. He triunfado en los Estados Unidos, y siempre tendré palabras de gratitud para quienes me afentaron desde un principio, cuando inicié el ca- mino en una carrera tan dificil como es en Estados Unidos la del disefador de modas. Quiero a mi segunda patria; pero mu- . chas veces, en el seno del hogar, recuerdo los tiempos pasados, nuestra pampa, aquellos amane- ceres en los que al galope de nuestro caballito criollo partia- mos a realizar la dura y diaria faena. Créanme que la nostalgia por Jas cosas nuestras es muy fuerte. Algo mas debo agregart no he perdido en estos treinta anos la costumbre de saborear un buen mate, y regularmente los amigos de aca me hacen llegar discos com aires de nuestra tie- rra que escucho con verdadero deleite. Incuestionablemente que el ca- rifo por las cosas nuestras es muy hondo y queda grabado en los corazones de los que como Blackton se alejaron un dia en busea de otros horizontes. Nos alegramos muy sincera- mente de que haya triunfado, porque para nosotros ningtin em- bajador mejor que este gaucho que se ha norteamericanizado y hecho modisto, que ha cambia- de de oficio y de modo de vivir, pero que no olvida a su pampa, ni a los juegos y trabajos en que pas6 su infancia y adolescencia, Asimismo la vida un poco extra- fia de este argentino, que ha su- frido en el correr de unos afios tantas variaciones, habla clara- mente de nuestras condiciones de adaptabilidad que tenemos para triunfar en cualquier cosa, en cualquier lugar del mundo, pero sin olvidarnos de lo nuestro, de aquellas cosas que fueron las me- jores maestras de la vida, tal como ha ocurrido en el caso de Marco Blackton, el gaucho de la pampa que triunf6 como modis- to en Nueva York. ALBERT BLACKTON es sorprep dido por Ja camara cuando se dis pone a “entallar” un original db sefio a una bella y famosa mode- lo, : *“©Pégine 9