Diario las Américas Newspaper, June 16, 1957, Page 20

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‘ - Panamericanismo en Actividad Gran Labor de Médicos Hispanos en el Hospifal Jackson Memorial Instituto de Psiquiatria bien Preparado Para Atender a los Latinoamericanos, Por ANTONIO RUIZ Entre las muchas maneras que hay para fomentar verdadera amis- tad entre los paises y pueblos del Hemisferio, 0 un genuino Pana- mericanismo, quizas ninguna la- bor puede competir con los es- fuerzos de aquellos que se dedi- can a aliviar el sufrimiento huma- no y a asistir a personas que ne- cesitan una mano compasiva~ que los ayude a retornar a la vida normal, sin distincién de raza 0 credo, nacionalidad o idioma. Aqui en Miami, centro de re- unidn de las Américas, en donde cada uno de los 21 paises que cons- tituyen el sistema interamericano esta bien representado, hemos des- cubierto un lugar en que se lleva a cabo dicha tarea, el Instituto de Psiquiatria del Jackson Memo- rial Hospital. Tres médicos cuba- nos, uno peruano, y una encanta- dora médica de Gibraltar, traba- jan juntos en Ja tarea de ayudar a los infortunados de cualquier na- cionalidad, siendo sus conocimien- tos médicos reforzados por el cono- cimiento de uno o mas idiomas extranjeros, mientras que adquie- ren mayor saber y experiencia que mas tarde les seran muy utiles a sus paises de origen. Los médicos latinoamericanos trabajan bajo la habil direccion del Dr. Maurice H. Greenhill, Di- rector del Instituto de Psiquiatria y Presidente del Departamento de Psiquiatria de la Facultad de Me- dicina de la Universidad de Mia- mi. El Dr. Greenhill, distinguido psiquiatra que ‘vino a Miami en septiembre de 1955, ensendé ante- riormente en las universidades de Harvard, Duke y North Carolina, y es cirujano consultor del Jefe del Departamento Médico del Ejér- cito de los Estados Unidos, de Was- hington, D. C. Dandose completa cuenta de la gran influencia de la América La- tina en la regién de Miami, el Dr. Greenhill no ha omitido es- fuerzo alguno para convertir el Ins- tituto en una institucién verdade- ramente interamericana, preparada en cualquier momento a ayudar a toda persona que necesite trata- miento mental, de cualquiera de los paises de las Américas. Refirién- dose a los miembros de habla es- panola de su personal, el Dr. Green- hill declara: “Considero a los médicos de ha- bla espafola de nuestro personal entre los mds competentes y mas leales. Réconocemos que hay una gran necesidad de tener psiquia- tras latinoamericanos en esta co- munidad, porque hay mas de 80.- 000 personas de habla espanola en la Gran Miami. Por esa razon yo creo sinceramente que tenemos la responsabilidad de ayudar en el adiestramiento de médicos de los paises latinoamericanos”. Entre los distinguidos médicos que trabajan en el Instituto es- ta el Dr. Miguel A. Mora, de La Habana, quien ha estado en Mia- mi desde 1955 y es instructor en psiquiatria en el Instituto y pro- fesor de la - Facultad de Medici- na de la Universidad de Miami. Es- ta easado con la encantadora da- ma estadounidense, Joan Sander, y tienen una nifia recién nacida, Melinda Blanca. En relacién con el trabajo del médico hispano en el campo de la psiquiatria, el Dr. Mora dice: “Después de haber estado en los Estados Unidos por cerca de diez afios, _prestando diferentes servi- cios en el campo de la psiquiatria, he observado que, aunque superfi- cialmente no se nota mayor dife- rencia en et desarrollo emocional de aquellos individuos que perte- necen, en sentido general, a las civilizaciones anglo-sajona y- lati- EN EL JACKSON MEMORIAL HOSPITAL, el Instituto de Psiquiatria cuenta con un personal en su mayoria bilingiie, el cual esta Hlevando a cabo excelente labor de asistencia a los pacientes latinoameri- canos: que necesitan tratamiento para enfermedades mentales. De izquierda a derecha: doctores René Lépez y Enrique J. del Campo, de La Habana; senora del Campo, también de La Habana; doctor Guiller- mo Olivos, de Trujillo, Peri; doctor Maurice Greenhill, Director del Instituto; senora Margaret Natali, Superintendente de Enfermeras; senora Carolyn Knuemann, instructora de Higiene Mental; doctor Iris Serruya, de Gibraltar, y doctor Miguel = Mora, de La Habana.—(Foto DIARIO LAS AMERICAS, por GORT) na, no es éste el caso cuando uno, como psiquiatra, estudia los pro- blemas emocionales de las mencio- nadas civilizaciones. Hay muchos factores que contribuyen a estable-~ cer diferencias, siendo entre ellos el mas importante la diferencia de conceptos de las dos civilizaciones en relacién con el valor subjetivo y objetivo de las cosas esenciales para la existencia (religién, polf- tica, etc.) “Naturalmente, conocer a fon- de esas diferencias emocionales que existen en las dos civilizaciones, es de importancia capital no solo pa- ra el diagnéstico, sino atmbién pa- ra el tratamiento de enfermeda- des mentales. “Por lo tanto, creo que e) Dr. Maurice H. Greenhill ha estable- cido un precedente de gran alcan- ce en este hospital, en donde ha probado sin lugar a duda al per- sonal del Jackson Memorial Hospi- tal y a los profesores de la Fa- cultad de Medicina de la Universi- dad de Miami que tiempo y dine- ro se economizan cuando un pa- ciente de origen latino es asigna- do a un psiquiatra que habla es- panol. Esto ha sido confirmado, observando las dificultades en el tratamiento de pacientes hispanos por médicos que no hablan espanol, quienes después de cierto tiempo no tenian otra alternativa que bus- car ayuda de un psiquiatra de ha- bla espanola”. El Dr. René Lopez, graduado en la Universidad de La Habana, sir- vié internado en el Hospital Uni- versitario alli y en el Hospital Be- llevue, en Nueva York, siendo mé- dico residente en la Texas Univer- sity Medical Branch, en Galveston. Este es su segundo ano en el Ins- tituto, en donde. estaré un afo mas, y proyecta comprar una cli- nica eri La Habana. Esté casado con Ja senora Rosa Frias, de La Habana, y tienen una nia, Rosa Maria, de tres afios y medio de edad. El Dr. Enrique Julio del Campo, también graduado en la Universi- dad de La Habana y con interna- do en el Hospital Universitario, estuvo también de interno en el South Shore Hospital, Chicago, Illi- nois. Ha estado aqui desde 1955 y estara en el Instituto un ao mas. Esta casado con la Sra. Eva Llame- ras, de La Habana. La senora de del Campo trabaja en el Recep- tion Center. El Dr. Guillermo Olivos nacié en Trujillo, Peru, hace 27 afios, se gra- dué el ano pasado en Ja Facultad de Medicina de San Fernando, de la Universidad de San Marcos, Li- ma. Mientras estudiaba, estuvo co- mo interno en el Hospital Victor Larco. Herrera. Llegé6. a Miami e) afio pasado y prestarA dos ajfios mas de servicio en el Instituto. Proyecta ensehar psiquiatria, bien sea en la facultad en que estudié o en.la Facultad de Medicina que se proyecta para Trujillo, su ciu- dad natal, Ja cual estaré termina. da en unos dos afios. La Doctora Iris Serruya, sin du- da la poseedora de mayor belleza entre los doctores, nacié en. Gi- braltar, habla espafiol, portugués, inglés, ruso y latin. Se gradué en el Royal College of Physicians de Dublin, Irlanda, sirviéd internado en el Jewish Hospital de Cincinna- ti, Ohio, esta en su segundo afio en el Instituto y proyecta ir a Bal- timore, en donde trabajara por cuenta propia. Otro importante miembro. del Instituto, y muy importante, es la Sefiora Carolyn Kneumann, ins- tructora de higiene mental, quien trabaja en el Instituto con los doc- tores de habla espafiola, ayudando a interpretar el programa. de psi- quiatria a todos los residentes del Condado de Dade, sin distincién de idioma, nacionalidad, color o religion. Esté encargada de las re- Jaciones entre el Instituto y el publico y trabaja también con los estudiantes de medicina en la Uni- versidad de Miami. Nacida en Jack- sonville, Florida, se gradué en el Smith College, Northampton, Mass, ! y trabajé como corresponsal de la Prensa Unida, con la Oficina de Informacién de Guerra, Divisién de Ultramar, durante la Segun- da Guerra Mundial. “La gran importancia del Ins- tituto —dice la encantadora y ac- tiva Sra, Keumann —puede calcu- larse con el hecho de que unos 600 pacientes de habla espafola son -hospitalizados anualmente, mientras que mas de mil visitas de hispanos se reciben para con- sulta anualmente”. ~En cuanto al costo de consultas, | dice la Sra. Kneumann que nadie debe abstenerse de acudir al Ins- tituto a someterse a examen (y hacerlo a tiempo es siempre de importancia vital), por temor a que se cobre un precio excesivo, porque a todos los pacientes se les cobra de acuerdo con su capacidad para pagar, y en el caso de los que ganan muy poco el valor de la consulta es muy pequeno. Para los que estamos interesa- dos en fomentar mejores relacio- nes entre los paises de las Améri- cas y sus representantes en esta gran ciudad, es muy satisfactorio encontrar un grupo que, como el del Instituto, fomenta esas relacio- nes con el verdadero valor de la ciencia puesta al servicio de los que sufren, de los que necesitan ayu- da. LA DOCTORA Iris Serruya, del personal del Instituto, en una foto de demostracién, examinando un cuadro pintado por un “paciente”, como parte del programa terapéutico de expresién propia. La hella doctora es de Gibraltar, habla cinco idiomas or HILTON DANILO MESKUs uilrarionas da L8O HERSHH iD LA PINTORESCA VILLA de Sanchez donde yo pasé mi ni- fiez en la década de 1920 era entonces quizas la poblacién mas eosmopolita en toda la regién del Caribe. Esta desparramada en el rincén-noroeste de la Ba- hia de Samana en la Republica Dominicana sobre un monton de colinas como las de San Fran- cisco de California. Si hubiera existido un servicio telefénico, con su profusién de, nombres im- pronunciables, el directorio se habria parecido al de la Organi- zacién de las Naciones Unidas. Hasta el club local, que en la mayoria de los paises de habla hispana evoca con su nombre Jas glorias de algtn noble patri- cio o héroe nacional, se llamaba con sobrada razon el “Club In- ternacional”. La poblacién de Sanchez ha- bia sido fundada por gente de Jos cinco continentes, al extre- mo de que los dominicanos o residentes de habla espafiola ca- si representaban Ia minoria. En aquella época, su puerto era el principal punto de salida para las exportaciones de cacao y tabaco de la Republica que se transpor- taban desde el interior en un ferrocarril de propiedad. britani- ca, y varios comerciantes euro- peos tenian oficinas cuyo perso- nal provenia de sus respectivos paises. Pap4, por ejemplo, ocupa- ba una posicién mds o menos prominente como empleado de Jos consignatarios de las prin- eipales empresas de transporte maritimo europeas y norteame- ricanas. También representaba a la compafia de seguros del Lloyd’s Briténico, y en una wu otra ocasién fue agente consular deI Tio Samuel y de los gobier- nos de Holanda, Francia y Di- namarca. A pesar de sus milti- ples actividades, 0 quizis debido a ellas, papa era un fiel disci- pulo de aquel Santo Tomas que tenia que “ver para creer”, cosa que no sucedia con la mayor parte de nuestros vecinos, quie- nes seguian las creencias orto- doxas y vivian de igual manera. En otras palabras, papa siernpre mantuvo un aire de indiferencia algo dificil de definir. Cyril Vanderpool, uno de sus amigos, era un contratista de las Antillas Holandesas. Se formé solo y era arquitecto, ingeniero y carpintero, pero cambiaba de manera de pensar con tanta frecuencia que no llegé a ver la feliz conclusién de ninguno de sus proyectos. Todavia se hallan en pie, camo mudos testigos de su veleidad, una iglesia sin campa- nario y su propia casa, la cual durante un periodo de 20 aiios fue redisefiada igual numero de veces. Lo que podrias llamar la “Gran Obra Inconclusa” de Van- derpool fue una “Casa de la Li- bertad” patrocinada por los par- tidarios del ya fenecido Marcus Garvey como monyumento connie- morativo a este jamaiquino que soné con Ia creacién de un Im- perio Africano a: donde podrian emigrar los habitantes negros de las naciones americanas. La “Casa de la Libertad” se tornd en una- Babel Antillana don- de los obreros de unas diez na- _ ciones diferentes, argiiian en tan- tos idiomas sobre dénde, como y ctiando colocar puertas y ven- tanas. Los tabiques y paredes in- teriores del edificio duraban so- lamente horas pues a cada mo- mento surgia Vanderpool con nuevos planos y disefios que aca- so sdlo él] comprendia. Todavia ahora, a unos 2.400 kilémetros de distancia y trans- curridas dos décadas desde mis aiios infantiles, cierro lo’ ojos y veo al maestro —como suelen Hamar en nuestras tierras a todos los buenos carpinteros, albafiles, sastres y trabajadores especiali- — aaeeeiianaipete ene eee ee ees $e ——— meneenene

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