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PRIM Personaje de subido colorido fue este Juan Prim y Prats, como militar, como politico libe- ral y como estadista. El arte guerrero no lo aprem dié en academias, pues no figu- ré en ninguna como alumno. Le bast6 su intuicién en Ios proble- mas bélicos, su decisién y obs- tinado valor. Catalan él, naciéd en Reus el 6 de diciembre de 1814. Su padre, un notario, dejé los documentos notariales para in- gresar en una milicia voluntaria como oficial. El que fue después arbitro de los destinos de Iberia, Gral Prim, concurrié a clases primarias con un maestro de escuela de gu el “Aguila” pueblo, quien le ensefiéd musica, y al organizar este profesor una eharanga con viso militar, desti- né a su discipulo Juan, como to- ca pito en Ia misma. Al cumplir 19 afios el mucha- cho pitero se alisté come soldado. en el Batall6n que comandara su progenitor, con rango ya de te- niente coronel, fuerza defensora de los derechos de la que se ci- h6é Ja corona Isabel II. Como los auténticos derechos &@ ocupar el trono pertenecian a Don Carlos, se encendié la lu- cha entre Isabelinos y Carlistas que muchos afios duré y sangre en demasia hubo de costar a Ja nacién espafiola. Propicia la época carlista para ' PU EI Gral. Prim - Su actuacion en Puerto Rico - EI Codigo Negro - Lo que ofrecié Ja carrera de las armas, la apro- veché Prim, cuyo arrojo en los combates le hizo obtener el grado de teniente pocos meses después de su alistamiento, sucediéndose’ Bus ascensos rapidamente. Esta no es una biografia del eélebre militar cuyas ideas le trajeron persecuciones y destie- rros, solo introduccién a la vida del hombre, punto de enlace del inquieto soldado con Borinquen. Arribado a sus 33 anos de. exis- tencia, y ya Gral. al futuro. Mar- qués de los Castillejos, se le de- signé por su amigo Gonzalez de Cérdova, Ministro de la guerra, gobernador de esta Isla. El] nombramiento se hizo para no dictar contra él orden de ex- Sus Ahorros * PRIMERO EN LA NACION dividende al 17 al afie Franquicia Federal Num 1 * MAS GRANDE EN EL SUD Recurses de mae de $185 millones * CONVENIENTE 4 oficinas para servirle GN BL CENTRO—100 N.B. Ist Avenue CORAL WAY—2750 S.W. 22nd Street LITTLE RIVER—8380 N.8. And Avenue Estacionamiente gratis, tambien Pf S|, Annes ila ar al afie pagade des veces NORTH MIAMI—S9OO N.E. 125th Street Filgist Federal Savings and Loan Association ef Miami W. H. WALKER, Chairman MIEMBRO: FEDERAL SAVINGS AND LOAN INSURANCE €ORPORATION MIEMBRO: FEDERAL HOME LOAN BANK SYSTEM f Popa ‘ _Puerto Pfincipe, -Su Mentido Republicanismo Por NICOLAS RIVAS trahamiento por sus conspiracio- nes politicas. La gobernacion se le otorgé en octubre, pero hasta diciembre 30, 1847 no desembarcé en San Juan. Poco después de su arribo la festividad de Ano Nuevo. Los mestizos lo obsequian con un bai- le en el hoy teatro Tapia, fiesta alegrisima; y el Gral, a su vez, les da otro en la Fortaleza a los jovenes de color que resulté rum- boso. .. Los esclavos de las haciendas se mostraban levantiscos, y el gober- nador promulgé su reglamento esclavista, que se denominéd “Cé- digo Negro”. “Todo esclavo que levante la mano contra su amo, le sera cor- tada. Los complots serdn casti- gados con la pena de muerte”. Hace una visita al presidio, y encuentra un recluso encadena- do: Ignacio Avila (alias “El Agui- la”. Ignacio oriundo de _ Islas Canarias, se avecindé en Cabo Rojo y trabajaba de labrador, mas, le parecié que el oficio de cuatrero producia numerario mas subido que lo exiguo de la paga de los jornales de labranza y por tanto se dedicé al robo de gana- do. El Gral. le ofreciod indultar- lo si se corregia, pero que de re- incidir lo fusilaba; acepté Avila y pis6 nuevamente las calles de la capital. Sale el Capitan General en vi- sita a la provincia, norte y oes- te, y el Aguila se dirigiéd a Cabo Rojo. Prim y Prats llega a Ma- yagiiez, y después pasa a Cabo Rojo donde pernocta. Ignacio se propuso demostrarle a don Juan, que si era habil para ganar ba- tallas, 61 lo superaba en hurtar bestias, y se llevé el caballo blan- co del Gral. Lo entregé mas tarde. El islefio, por la sustraccién del cuadruipedo hubiera sido per- donado, es indudable; pero el asesinato cometido en Ja perso- na de un subdito inglés, propie- tario de Lajas, cuyo territorio pertenecia al partido de San German, en un intervalo de horas del robo del cuadrupedo, lo per- di6é, dAndole oportunidad al Sr. Prim de consumar su promesa: “si reincides, te fusilo”. Policias y partidas voluntarias se dieron a la eaptura del ase- sino; se le hallé en las alturas de Ja villa sangermena, en la que espigara tan brillantemente la colonia de Borinquen; se traje- ron tropas de Mayagiiez, y frente a la casa del inglés y en presen- cia de 600 vecinos se le ejecuté. La audiencia, (teniamos en San Juan, una sustituta de la de (Cuba), que atendia los asuntos de Puerto Rico), protest6 de Ia intromi- sin del gobernante, quien se acogié a las omnimodas de los capitanes generales. Riis Otra accién del General, mien- tras gobernaba nuestra isla, fue la de mandar varios cientos de soldados de la guarnicién de San Juan, a la isla danesa de Santa Cruz, en la cual los esclavos ma- numisos se levantaron contra los que fueron sus duefios, siendo reducidos los revoltosos. El Rey de Dinamarca le con- cedié por el servicio la gran Cruz de la Orden de Dadenbrog, gra- cia que no pudo recibir en Puer- to Rico por estar ya en Madrid. Vuelto a Espafia sus triunfos se multiplicaron acrecentando sus laureles y sus prestigios de lider llegaron a su mas alto cli- ma. La inquietud conspiradora que animara a Prim en su juven- tud, lo continué aguijoneando en su edad madura, que no ter- miné hasta derrocar la monar- quia Borbénica de la Peninsu- la Ibériea. GRAL. PRIM Y PRATS De los generales que dirigie- ron la revolucion de 1868, Prim era el mas popular, por ser el mas demécrata y aparentemente republicano. Ni O’Donnell, Serra- no ni el almirante Topete, te- nian ascendencia con las masas, esa ascendencia era unipersonal, le pertenecia a Prim. Este ciudadao de tan extraor- dinarios recursos, tenfa un ami- go que posefa el imdn de las simpatias entre las clases popu- Iares madrilenas, Angulo. Al Angulo de las simpatias, acérrimo republicano, le enco- mendé Prim, propugnar el esta- blecimiento de la forma republi- cana de gobierno ofreciéndole mandarlo de Ministro Plenipo- tenciario a la Argentina. Y al convencerse el revolucio- nario Angulo de la_ negacién republicana de Prim, se alejé de su lado, y no paré mientes en decir “que al apdstata se le de- beria matar como a un perro”. Los planes del Gral. para traer un principe extranjero que rei- nara en Espaiia, siguieron elabo- randose, obteniendo al fin, un candidato: Amadeo de Sabolla, de la casa italiana reinante, y por estos manejos para obtener un rey para Espafia, fue que se origin6é la guerra Franco-Prusia- na, y al desembarcar el Nuevo Rey en Cartagena, abatian a tra- bucazos al Presidente del Conse- _ jo y Ministro de Ja Guerra, Prim y Prats, unos enmascarados, en Ja calle del Turco, de la corona- da villa, donde tenia su hogar. Nunca se pudo averiguar quie- nes fueron los asaltantes. Angulo, a quien se detuvo,.negé su parti- cipacién en el crimen que con- moviera a Europa, ocurrido el 30 de diciembre de 1870. Los misteriosos asesinos goza- ron siempre de impunidad; y aho- ra el distinguido escritor domi- nicano Dr. J. de Jesis Tronco- so de la Concha, narra en su ul- timo libro “Tradiciones domini- canas’”’, que uno de los matado- res, se traslad6 a San German, donde fue policia; y de ahi se marché a Santo Domingo, donde por muchos ajios estuvo colocado en el palacio arzobispal, echan- dolo de alli por su alcoholisme inveterado y lenguaje obsceno, Monsefior Merifio. Este sujeto gravemente enfer- mo en su casucha del barrio San- ta Barbara de Santo Domingo de Guzman, le confesé a los vecinos que lo acompajiaban y al cura de su parroquia, su participacién en la tragedia. SUBSCRIBASE AL DIARIO LAS _ AMERICAS Pagina 9