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\ aM vesilro Mensaje Estando muy cerca la fecha gloriosa de la independencia de las cinco Republicas Cen- troamericanas —el 15 de Septiembre— publi- camos hoy, con admiracién, este mensaje del ilustre pensador costarricense, Juan Rafael Mora, cuyo contenido tiene, a través de las décadas, plena vigencia en Ja conciencia :de los pueblos del istmo. “La politica de retraimiento e indecisién no es ya sostenible entre nosotros, De la existencia de un Estado’ depende la de los demds. Todos, pues, debemos intere- sarnos y participar de nuestros reveses, y prosperidades. El golpe que a uno inmole herird @ todos. - El aislamiento seria una aberracion salvaje; la -inaccién un crimen; la desunion, el suicidio infalible de nuestras débiles na- cionalidades. Forzoso es que un pacto de familia nos . una y armonice en todo lo que existe en la esfera de lo justo y de lo util; que un Congreso de Plenipotenciarios represente, ligue y defienda donde quiera los‘solidarios intereses de esta desmembrada nacionalidad.. ‘Preciso es que un torpe egoismo, una ceguedad maléfica, no nos hagan cifrar nuestra peculiar dicha en el infortunio de los demds, que nos persuadamos que es imprescindible el olvido y perdon para todos los errores pasados, y que ni los gobiernos ni los pueblos, cediendo a misérrimos celos, preocupaciones ni antagonismos, o ambiciones, — odios o envidias personales, desconozcan que sdlo en la buena fe, en Ia justicia, en la libertad, en el progreso mu- tuo y la unién regeneradora de los centroamericanos, estriba su existencia politica y el porvenir de la raza que hoy con justos titulos posee el privilegiado territorio que se extiende desde. México a la Nueva Granada.” JUAN RAFAEL MORA. YI AIAADAAALAIAADIIAIAD IAD IIIA IIASA A APIIS ALIS AGI IIS La Anecdola Americana SARMIENTO Y LOS MEDIOCRES En 1859 discutiase en la Legislatura de Buenos Aires una garantia del siete por ciento al capital de ochocientos mil pesos que se proponia invertir cierta compania ferro- viaria en la linea a San Fernando, suburbio de la capital argentina. Los Diputadus encontraron excesiva la suma. Sarmiento la considero exigua hasta lo ridiculo, afir- mando que los ferrecarriles argentinos Nlegarian pronto a valer, no ochocientos mil pesos, sino ocho millones. Risas de incredulidad. El orador se exalta y exclama con provocadora conviccién: “jOchocientos millones!” Carcajada homérica. Y entonces, Sarmiento enfurecido: ‘“Pido a los taqui- grafos que hagan constar esta hilaridad en el acta. Quie- ro que las generaciunes venideras aprecien mi inquebran- table confianza en e] prugreso de mi pais’, (y al mismo tiempo abarcando con ademan despreciativo la banca) “jy con qué clase de hombres he tenido que lidiar!” . Los ferrocarriles argentinos representan ya un eaph tal de mas de mil millones de pesos. iPOR QUE TE LO IBA A NEGAR? El paraguayo Veloso (asf se le conocia), fue muy buen guitarrista y con su instrumento se ganaba la vida. Acos- tumbraba pasarse la noche en los cafés del centro y con- tiguos al Mercado Central de Asuncién. Se retiraba al ve- nir el alba, envuelto en un ponchito pampa en el cual en- volvia su guitarra para preservarla de las grandes heladas. En una de las salidas del Mercado, se encontré en fore ma inesperada con otro paraguayo, oriundo del mismo pueblo, por afadidura vecino de puerta’y con quien no se veia hacia treinta afos. Verse y abrazarse fue todo uno. A raiz del salinio y al comienzo de la conversacion, expresdle el primero al se- gundo: “Sabras que bastante te lloré porque me habian dicho que te habias muerto”. Y Veloso, con la cachaza y el cantio de la raza, le res- ponde: “jYa me ves! iY si me hubiera muerto, jpor qué CANCION PATERNAL Pajaro: no vueles mas, Que mi nino es pequenito Y no te puede alcanzar. No suspires, viento fiel, Que mi nino es pequenito Y no te puede entender. No seas tan grande, mar, Que mi nino es pequenito Y no te puede abrazar. Tierra: no hieras ast, Que mi nino es pequenito Y no te puede sufrir. Desde que tengo tu amor, Tengo sitio en cada estrella Y lugar en cada flor. Desde que brilla tu luz, Para mi solo hay tinieblas Donde no destellas tu. Desde que vives, mi bien, La tierra late en mi pecho Y el firmamento en mi ser, \ Desde que suena tu voz, Escucho la voz del mundo Dentro de mi corazén. —Aquel es el sol. —Ya sé. Pero este sol de mi nino Me alumbra mejor que aquél. —Esta es la noche. — Serd... Pero donde esté mi nifio No existe la oscuridad. 4 —Este es el dolor. —Tal vez... Pero gracias a mi nino ~ Me duele menos que ayer. —Este es la dicha. —Quizd ... Pero con mi nino en brazos Ya no necesito mas, FRANCISCO LUIS BERNARDEZ te lo iba a negar? (Argentino) Pagina 2 ‘ HEMISFERIO DOMINGO, 9 DE SEPTIEMBRE DE 1956, . é ' 4 HOUR PA PME PM Bay A er ct be fed,