Diario las Américas Newspaper, June 9, 1957, Page 21

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menz6é a manifestarse por el cho- que que le produjeron los Es- tados Unidos. El campo norte- americano, domefiado por la ma- quinaria agricola, sorprendié al pintor acostumbrado a la cruda campifia uruguaya, donde el hom- bre se enjuta y endurece, y la dignidad se le sale por los ojos en la lucha mano a mano con Ja tierra, que alli parece inter- minable. La maquinaria suplan- taba el transpirado esfuerzo del campesino. Los campos eran ver- geles y los hombres no necesa- riamente enjutos. El dominio téc- nico subsistia al misterio de la tierra; el hombre disminuia en interés ante el panorama gigan- tesco, tan diferente al de las tierras de Uruguay y California conocidas por Antoniv. Esa. ma- quinaria, sin desviar al artista de sus impresiones anteriores, iba a ser fuente de inspiracién que asimilaria sin esfuerzo, por- que abundaba el pan y no ha- bia sobras que subrayaran ojos ni pdmulos. Antonio substituyé este paisa- je con el de Nueva York, con su ritmo afiebrado e insano, con su carrera desenfrenada por el triunfo en una competencia sal- vaje, con su calor de horno del verano, con su frio amargo del invierno, su primavera lluviosa y su otofio breve y agradable. De esa ciudad que es un mosaico humano, Frasconi eligid un ba- rrio, Greenwich Village, frente a Washington Square, cerca de los cafés italianos,; de los bares donde el jazz lanza su grito es- tridente, con sus pizzas y sus juegos de ajedrez y de damas al aire libre. Ese barrio conserva eon orgullo la tradicién de haber sido bastién de rebeldes y centro del verso y del amor libres. El escenario=de hoy es casi el mis- mo, aunque de lo bohemio au- téntico queda poco. Existen bo- hemios de “produccién en ma- sa” y alternan con mujeres de atractivo exdtico que, mientras pasean sus perros franceses de lana, intentan alcanzar la sensi- bilidad artistica sin complicarse con las aflicciones econdémicas y Ja poca higieme de su Ultimo “des- cubrimiento”. Antonio comenzé a absorber alli la vida de Nueva York desde un Angulo personalisimo. Rara vez se le vio en Jos cafés, pero si con frecuencia en las galerias y los museos de arte. Su estudio principié a retratar su perso- nalidad: no hay paredes pinta- das de amarillo ni agujeros en las puertas para ver a las mo- delos en el bafio. Es un taller silencioso, con un desorden en- cantador y equilibrado; repleto de vida, libros, musica, cerami- ca primitiva, algunos peces ja- poneses de papel y unas sillas y un divan modernisimos que ro- dean las amplias mesas de tra- bajo. Un largo periodo de observa- cidn, estudio, y cuidadosa selec- \ Cubierta del catélogo de su exposicién.en el. eién de maderas, papel, tintas y pinturas marca el comienzo de la vida de Frasconi en Nueva York. Principié a desentrafar . y aislar los aspectos de la ciu- . dad que mas le atraen. Lo pri- mero fue una serie de enormes y espléndidas xilografias en colo- res sobre las pescaderias de la Calle Fulton, en Brooklyn, a diferentes horas del dia. La rea- lizé6 en los grandes bloques acos- tumbrados de pino sin cepillar, su favorito, con el cual logra ex- traordinerios efectos, aprove- chando las vetas y los nudos de Ja madera y hasta las marcas que en ella deja la sierra. Prefiere los colores de dleo a las tintas fuertes de imprenta e imprime a mano todas sus xi- lografias, haciendo presién con el reves de uma cuchara para pa- sar al papel los colores del blo- que. Con esta ténica logra una extraordinaria transparencia y puede variar sutilmente las to- nalidades cada vez que lo desea. Un buen ejemplo es Viene la_ Tormenta,; xilografia en colores (1950) donde, bajo un cielo in- cendiado. una figura huye de los elementos protegiéndose de la lluvia com un periddico. Lleva la cabellera suelta al viento y la falda de sencillos y raros dise- fios deja asomar la enagua, mien- tras la figura de tonos verdes, rosados, naranjas y negros se re- corta sobre un fondo oscuro elec- trizado. La superficie esta cru- zada d‘ lineas sombreadas, un efecto logrado por medio de tela de alambre incrustada en la ma- dera. Con frecuencia, aunque no en este caso, Fraxoni usa tam- biém bloques pequefos similares que aplica en forma libre a ma- nera de estampillas dentro de la composicién. En septiembre de 1949 Fras- coni exhibid sus obras en Mé- xico y Siqueiros escribié el pré- Jogo del catalogo, donde dice en- tre otras cosas: +». gCuadles son Ios aspectos positivos —y en cierta medida ejemplares— de esa obra?.... Incinacién por la estampa. La . estampa con el muralismo seran las formas primordiales de las artes plasticas “representativas” del futuro. . Inclinacién en fa- vor de un nuevo realismo, esto es, de un realismo moderno que solo puede ser el resultado de Ja fusién de elementos objetivos. y subjetivos dentro de una sola realizacién formal. .. (Y conclu- - ye:) pero siendo grande su ta- lento y justa su marcha—como Jo son— el resultado creador es jinevitable! Las xilografias de las pescade- rias de la Calle Fulton; Viene la Tormenta y otras no menos no- tables formaron parte de una ex- posicién individual en la Galeria Weyhe de Nueva York en mar- zo de 1950, que después circulS por los EE. UU. bajo el patro- cinio de la Institucién Smithso- ty feat yer niana de Washington, D.C. In cluia una serie muy poética so bre las estaciones del ano, donde los violetas, amarillos y azules— estos Ultimos de u ntono sor- prendentemente calido— juegan un corro delicioso y atrevido. Otras de las obras mostraban la impresion que le causaron la cam- pia y la costa estadounidenses, especialmente las granjas del va- lle de Santa Barbara, en Califor- nia, donde Ja geometria del cam- po, quebrada por las espaldas curvadas de los trabajadores, completa un paisaje donde el hombre es parte integrante de un tono misterioso y bello. Desde entoatces ha presentado muchas otras exposiciones, pero Ja ultima, en la Galeria Weyhe de Nueva York en abril de 1956, es quizds la que puede dar una idea mas precisa de la evolu cién de este artista incansable, pues fue retrospectiva. Los mue- lies de Brooklyn aparecian en una serie rica.en tonalidades par- das, naranjas, amarillas y ver- des, donde severos planos de co- Jor, simplificados a su minima expresién, mos dan el “realismo moderno” de que hablé Siquei- ros, mientras distintos elementos —un cochecito de nifio o la vi- sién fugaz de un helicdéptero de - patrulla fluvial— ofrecen el tono lirico tan caro a Antonio. A ve- ces pareceria que el artista ex- presara su nostalgia por el Uru- guay lejano, Ileno de agua de mar y rio: una trucha recién pes- cada refleja los colores en sus escamas como si fuera um pris- ma; el agua prisionera entre las rocas 0 en la amplitud de un horizonte de cielo y lluvia — jesa lluvia que Frasconi interpre- ta con poesia tierna y misterio- sa!—; las cinco xilografias de- dicadas a los pescadores de sar- dinas. .. En esta fiesta de co- lor, la posicién mas nueva de Antonio esta registrada para mi # en la xilografia El Aventurero,, donde un pequefio banco de pe- cesitos sorprendidos se enfrenia a los pies de un hombre que se adentra en el mar. Las conchas marinas suplen de color a las sombras azules y verdosas del agua, que evoca en quien la ve recuerdos sensoriales. En la exposicién figuraban- tan bien la serie de guaches so- bre las minas de carbon de Pen- silvania pintada por encargo de la revista Fortune; la edicién nu- merada de Jas Fabulas de Esopo,, del Museo de Arte Moderno de Nueva York; las ilustraciones pa- ra los peomarios de Whitman y Garcia Lorea realizadas median- te dos becas Guggenheim. El grabador uruguayo ha disenhado también portadas de libros y so- bres para discos fonograficos, y publicado earpetas con sus gra- bados. En la obra ae todos ios ar- tistas de éxito las gentes tratan de hallar determinadas influen- eias, En el caso de Frasconi ry se ha dicho que mostraba cierta tendencia hacia lo “mexicano”. El dice sobre el particular: Yo no creo que exista, y si existiera seria mejor para mi. La wnica semblanza que podria ha- Ilarse es el respeto que mues- tran los artistas mexicanos al expresar la realidad que obser- van y que yo comparto. El hom- bre, el paisaje y la maquina nos rodean; para representarlos creo proferible no haberlo reprodu- ciendo simplemente las formas, sino como verdaderamente son, en sus funciones, expresando sus capacidades, que es donde reside su belleza. Belleza que se debe respetar y observar desde todos los angulos sin establecer juicios sobre ella. Para representar la emocién del artista y su compren- y planos y eso no es todo; si el “métier” es necesario, tan im- portante como la técnica es la emocién del artista y su compren- sién social. Elarte eitne que ser el reflejo de nuestra vida no solamente una expresi6n de nues- tros conocimientos artisticos; siendo lo principal que el- artis- ta se conozca y sepa utilizar el medio que ha elegido para ex- presarse. Los museos, como el de Arte de Nueva York, guardan su obra junto a la de su callada e inteli- gente esposa, la pintora estado- Una de las ilustraciones para poemas de Garcia Lorca. Frascon@ hize éstas y otras para obras de Whitman eon una beca Guggenheim, 4 unidense Leona Pierce, a quiea conocié cuando ambos’ estudi® ban con Kuniyoshi. Ella utili el mismo modo de expresién qu su marido (aunque no creo que exista una influencia directa mm tua) y su tema principal so& los nifos de Nueva York y lew problemas que afrontan al hacég de las calles de Ja gran metré poli su patio de juego. La pareja tiene dos hijos pequefios, Pablo y Miguel. Frasconi ha realizado para Pablo algunos de sus mas hermosos trabajos: grabados, li bros plegables estilo japonés su silabario ilustrado en espanol, francés, inglés e italiano, Mira y Habla, que fue declarado el me- jor libro infantil de 1955 por el Comité Bibliografico del _ New. York Times. Un retrato de Pa- blo, leno de caracter y para el cual el nino contriy6 con ab gunos dibujos y disefios, figuré en la exposicién de la Galeria Weyne en 1956. Mas de una vez, cuando @ tiempo me permitia deambulag por Greenwich Village, deseaba encontrarme con Antonio en uh café y crear con él la atmésfera sin premuras de las noches mon tevideanas, pero me abstenia de ir a buscarlo, aunque viera su e# tudio iluminado, porque sé que s6lo con Ja disciplina admirable que se ha impuesto ha florecidg su talento. " a

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