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nada Seres 0 Vi- cuan- > en- ros. « intas. fa. se ‘ibles a se- ‘ados. 2 po- > me- ivale, usa- rota- tras- muy salcu- r con psula esta- | que ersa- i hu- resa- ted. . expli- blan? muni- como s. No | per- una 0S Ci- hace resar; ideas etivo, y an- todas tedes listin- omas. ierra. - mo- ynitra- lerse. rrum- nujer oS Va- ones, ijo el i con ‘esen- r que , el ona... a, S@- phser- hacia x mi 1é no gran- pade- nisma id de s lla- ar de sirve lo, es , que eres.. tanto poder ue la ientir amen- antas , Cé- e? Es uste- men? dije r, que tamos amos, eT, eS mu- ntarse yersos Como jueme ; muy segui- nes a ‘iendo llones jo de esta- Todo i, Se espe- dos, y sulas, s que mn, De ro mucho mas reducidas, que nos colocamos conveniente- mente. Tenemos también unos filtros y unos reguladores elec- tronicos en Jos micréfonos que, al recoger las palabras de la per- sona con quien conversamos, sensibiliza el contenido de Ja capsula y ésta ordena y pro- duce las respuestas. Es muy sen- cillo. . .Tenemos de todos los idiomas y dialectos, lo que re- sulta un poco pesado. Son mas de mil, en la nomenclatura que ustedes usan. : —Habla usted con acento cata- lan. {No lo sabia? —Es posible. Algunas cifras de nuestro servicio especial de filo- logia se han detenido mucho en Barcelona y en los alrededores. Parece que les gusta aquello y es posible que sea uno de los primeros lugares que decidamos visitar en grupo, lo mismo que este. Mi alarma brot6é de nuevo y avancé hasta el borde del asien- to. .—iDemonio! ;Van ustedes a venir aqui? —No sé asuste. Si estoy aqui, y no sucede nada_ desgradable, bien podriamos venir en grupo y quedarnos. No seriamos estorbo alguno, ya que no codiciamos na- da de lo que ustedes desean. Ni negocios, ni empleos publicos, ni nada. Al contrario. . .estoy se- guro de que les ayudariamos en muchas cosas. Entre otras... a aprovechar mejor el platano. —iPor qué le preocupa el pla- tano? ,No me dijo usted que no comian? —Es cierto. Pero necesitamos reparar el desgaste natural y pro- curar al organismo los elemen- tos de combustién necesarios. — Con capsulas, no es eso? No les envidio. —No puedo comprender ese sentimiento de la envidia, aun- que sé lo que es, y los estragos que ocasiona. Una de las causas de sus muchas desgracias y cala- midades. Pero, a eso de Jas cap- sulas van ustedes también; no puede negarmelo. —Nada de eso — protesté con ° énfasis — Aqui todavia come- mos. Mi extrafio interlocutor insi- nué una sonrisa melancdlica. —No lo crea. He estado en muchas partes donde la gente se muere de hambre. Eso de comer . convertido en vicio, en gula, en ambicién desmedida, ocasio- na verdaderas tragedias que po- drian evitarse facilmente. Entre nosotros, no sucede nada de eso. No puede suceder. El sistema de . .capsulas, como usted dice, ‘cumple de modo perfecto los fi- nes de la alimentacién y no des- Pierta tentaciones. Hay compri- midos para todos y come care- cen de sabor; como no se pala- dean... —No acabo de entender. En- tonces .. . —Porque no quiere. Ya le dije que ustedes iban también enca- minandose-hacia eso; pero muy despacio y por rutas no siempre acertadas. Todo el progreso de ustedes marcha lentamente y con - muchas dificultades ‘a causa de la ideas, de los idiomas, de las mentiras, de la ambicion, de Ja insolidaridad humana y de la ne- cesidad que tienen de morirse en seguida. Y de su manera de contar el tiempo, que es absur- da. Pero, en principio, ustedes van siguiendo la misma diree- cién. ,Qué es eso de los alimen- tos concentradps y deshidrata- dos, de Ias vitaminas y de las la- .tas de conserva? ;No tratan us- tedes también de condensar el pensamiento? ;No leen ustedes, por millones, revistas que vienen a ser compromidos de necedades : + .0 de sabiduria? zy las cintas y los alambres en que graban mu- sica y discursos. . .? gY esos dis- cos que se mueven a escasa velo- cidad. . .? Tiene usted que ad- mitir, por lo tanto, que noso- tros tengamos pequenos cilin- dros, muy pequefios, en los que figuran las palabras todas de un idioma. -En principio, rudimen- tariamente, ustedes lo tienen to- do ya, hasta unas muyinteresan- te maquinas electrénicas de cal- cular. En la fisica han hecho pro- gresos importantes, pero andan ~a ciegas todavia en muchas co- sas y por.eso queremos. ayudar- los. Es un deber moral tam- bién. . . —jMoral. . .! ;Tienen moral los.: .mecanismos 7? “ Ya le dije antes que somos Seres vivos oracionales y. . -hu- manos, si usted quiere llamarlo asi. Lo que ocurre es que somos mas perfectos; como estamos despojados de egoismo, de envi- dia de maldad y de todos esos ruines sentimientos que~ provo- ean los conflictos y las guerras; eomo estamos mas cerca de Dios. —De Dios. . .! ~Ustedes creen en Dios. . .? —iY ustedes no. . ? —Bueno . Si. . .Naturalmen- —Ya esta usted mintiendo La fe de ustedes es vacilante, co- mo todo; como su propia civiliza- cién y su misma existnecia. Du- dan. . .lo sabemos. Quieren creer, a veces, por temor a algo; a lo desconocido y se extravian en el laberinto de sus propias ideas, tan confusas siempre. Pero sdlo el egoismo de ustedes, una vani- dad absurda y un concepto ra- dicalmente equivocado de las co- sas puede llevarles a esa débil percepcion de lo divino, cuando es tan evidente. —iEvidente, Dios? —No creo que haya nada mas visible que su constante presen- cia, incluso para ustedes, si qui- sieran verlo. No ha mirado nun- ea el cielo, un Arbol, una flor? - iNo se ha detenido, un instante - siquiera, a contemplar el sol? —iEs Dios el sol? ; —No. jQué tonteria! Dios es mucho mas que eso. Dios es to- do. O mejor dicho, todo lo que existe es clara manifestacion de su existencia. Y el sol, para no- sotros, que tan bien aprovechh- mos su luz y su calor, es la mas espléndida revelacién de su exis- tencia. Sin Dios, ni ustedes ni nosotros podriamos existir, por- que nosotros, ni siquiera noso- tros podemos crear nada; ni un atomo, ni destruirlo tampoco. Sélo podemos transformar las co- sas existentes. La luz, el agua, los elementos naturales . . . todo lo demas, son derivaciones més © menos complicadas. i—Es eso lo que usted cree. . .? ;Lo que usted piensa. .? . —Perdone. . .Antes hablé algo de pensar, o de creer. Noso- tros no pensamos; sabemos. Sa- bemos algo, 0 no lo sabemos. Y nuestra certeza de Dios es abso- - luta. Estamos mas cerca del an- gel que ustedes, porque somos superiores y hemos sometido al diablo. —iTambién creen en él. . .? —Desde luego. Es lo negativo, que se manifiesta en todas las debilidades y flaquezas que us- tedes padecen, y que tanto les estorban. Antes lo cité. Las reflexiones teoldgicas de mi visitante me tenian un poco aturdido, porque la mente se perturba siempre y se marea al tratar de asomarse a lo infinito; pero pensé de pronto que aquel seor que me miraba con ojos extranos, de rara fijeza, era un loco, o un bromista y decidi dar : la conversagién un tono frivo- 0. —Y. . {Es verdad, entonces, eso de_los platillos. . .2 - —De Ios platillos? :Qué plati- Fas) Oo 2 —iEn qué viajan ustedes? ;No es en. . .eso? —iAh! Es verdad que ustedes los Haman asi. No todos los mo- delos son iguales. La forma y el Mecanismo depende del uso a que se le destine. Ustedes hacen algo parecido con sus aviones. —Si; creo que si — tuve que confesar. — ;Cuanto tardan en llegar? —iA. . Marte. . .?Muy poco En el tiempo medido, por uste- des . No sé Ya le dije que no puedo calcular bien . . —La distancia es enorme. . . —Las distancias no son nada en si mismas. Depende del. ins- trumento con que usted Jas mi- da. Es un valor relativo. . .4.se sorprende. . .? Para las patas de una hormiga, y para las de una. liebre —Si; si. Ya entiendo ;Y. . .cé- mo resuelven ustedes e] proble- ma ese de la resistencia del aire? He ojido decir algo de la fric - cién, del calentamiento. . . —Ya_sé que ustedes andan en eso; proyectando un planeta ar- tificial y viajes a la luna. . - Se van a llevar una desilucién cuan- do Ieguen allé. Eso que usted me pregunta es muy sencillo. Te- nemos unos metales especiales (Pasa a la Pagina 9) VUELE A ~ CARACAS Y A CUALQUIER OTRA CIUDAD DE VENEZUELA POR Linea Aeropostal Venezolana L.A. V. UNICO SERVICIO EN CONSTELLATIO SOLO SEIS HORAS DE VUELO Y CON UNA SOLA ESCALA EN LA HABANA La Linea Aeropostal Venezolana le ofrece la oportunidad de conocer y disfrutar de este alegre ciudad, por un términe de diez dias, SIN ALTERACION DEL VALOR DEL PASAJE Consulfe su Agente de Pasajes 0 a Nuestras Oficinas 332 BISCAYNE BOULEVARD TELEFONOS: FR 1-7646 - FR 1-7647 MIAMI, FLORIDA ’