Subscribers enjoy higher page view limit, downloads, and exclusive features.
ASI TRIUNFAMOS LOS POBRES EDILBERTO SERRANO CAPITULO XIII —Bueno, ‘eras complacida. Nos veremos todos los dias, Dios mediante. Si antes de saber que me amabas, expuse mi vida por ti, jceuanto mas lo haré ahora sa- biendo que me quieres. Mafana a esta misma hora soy yo quien te espera. . .Evita mia. Y) ella retirandose graciosa- mente, movid su brazo y dijo adiés con un gesto de femenina coqueteria. : Mientras este romance tenia lugar en aquel camino de la fin- ca, Maria y Matias discutian un serio problema —Matias, tengo que decirte algo que me lene desesperada. Ha sucedido lo que te adverti: vamos a iener un hijo! —jMaria! No puede ser, jEs- t4 bromeando! —Es verdad, mi amor...— Dos lagrimas se asomar a sus tristes ojos. —Bueno, no te aflijas, mujer. Hay remedio para eso. No te procupes. Esa criatura no ven- dra a] mundo. —iEso si que no, nunca, nun- ca! Eso no lo hago. yo. Prefiero la vergiienza y que’me echen de esta casa, pero yo no cometo ese crimen. Este es el fruto de nues- tra pasién, y no nos avergonza- remos de él. Es el hijito de mi alma. Ya le amo. Si tengo que irme de la casa me voy. —No, Maria Sola no te iras, porque yo iré contigo a donde sea... En ese momento jlegaba Evi- ta y tuvieron que callar. Maria se secé disimutadamente con su delantal los ojos humedos, y di- simulo la tragedia que estaba de- sarroliandose en su coraz6n de mujer. Ya en la casa habian extra- fiado la ausencia de Evita por tanto tiempo, Su mama habia preguntado pre ella con impa- ciencia, jOyeme, Eva! 4A donde fuis- te sola? —Mamia, fui a caminar por los campos— contesté un tanto-tur- bada Evita, —ti sabes, para re- eordar mis tiempos de nifia. —Hija mia, no salgas mas sola. Maria puede acompafarte siem- pre que desees salir. Es muy feo que una senorita como tu salga & pasear sola por esos campos. Ademas ya estaba muy apenada con Antonio, Lo dejaste solo y no le dijiste a donde ibas. —Bueno, mama, Antonio y yo no estamos comprometidos pa- Ta que yo esté en la obligacién de decirle siempre donde estoy. —Si, pero tt sabes que é1 vi- No por ti, porque tu le gustas y debes de atenderlo y tratarlo bien, Tu padie y yo estamos muy contentos y veriamos. con muy buenos ojos que tt te cases con ese joven tan educado, y ri- eo... gsabes? tanto como noso- tros. |Es tan simpatico y de tan buena familia! —Mama, Antonio no es el hombre que deseo para mi matri- monio. No estoy de acuerdo con ustedes: lo sierto. —Y ¢por que, hija mia? {Si tu papa lo ha traido esperando que ahora tu te decidirias! To- dos creiamos que él era de tu agrado. —Mama, yo quiero que ti se- pas que no me casaré nunca con él. No me gusta Es amigo y na- da mas. No le amo. —iAy! hija, jqué dird tu pa- dre? —Puedes contarle ya ‘cuales son mis sentimientos. Evita se dirigid hacia donde estaba Maria, diciéndole: —Maria, tengo que hablar con- tigo. Sal al jardin. Eva y Maria conversan solas en el jardin. , —Maria yo sé que tu eres no- via de mi hermano Matias. “Les he visto mas de-una vez besan- be pert angie querido dar- ho. —iAy Evita. 1 (Me prometes -@ nadie? _ No, Maria Yo sabré guar- ‘siempre este secreto; no mas Pero ai propio tiempo quisiera confiarte algo que ta también debes prometerme no decir nada a nadie... todavia. aTU viste el joven que ensill6 los _ Caballos? —Si lo recuerdo bien. —E] fué el que me salvé la vida como te conté ayer. ,Ta sabes quien es ese joven?— Al hablar sus ojazos negros brilla- fon con pasién y entusiasmo. —No, nunca lo habia visto, aquen es? —Pues es el aifo de quien te hablé cuando Ilegamos a La Ha- bana, jrecuerdas? jGerardito! —jEfectivamente! Gerardito Ibarra —Pues hoy lo fui a ver al ca- mino por donde solfamos en- contrarnos cusndo éramos ni- fios para conversar. El vino; pe- To como comprenderas ya no es el mismo nifio que dejé. Es un joven elegante valiente, como siempre lo soné que fuera el FAVOR ENVIARNOS SU CORRESPONDENCIA AL APARTADO 366 MIAMI 48, FLA. Diario Las Américas hombre a quien diera mi cora zon, Le amo, Maria, le amo con toda mi alma. ;Qué dulce es el amor! Parece que él también se | ha enamorado de mi. jSoy tan feliz, Maria! —Me has soiprendido, Evita— dijo la infeliz criada— y... tus padres lo aprobaran? | —Bueno, chica, lo que me in- | teresa ahora e3 que me guardes el secreto, y para no disgustar | a mama, que me acompajies al | camino para poder hablar eon él otra vez. Quieres? —Si, Evita como no! Cuenta | con mi ayuda. Me consuela pen- sar que ti estas corriendo la mis- ma suerte que tu hermano y yo. Ahora sabremus comprendernos mejor. y seremos compafieras de batalla... ~verdad? Eva Ibarra no oia.. Estaba pen- sando en su amor... Embelesada quedo... —jMira, alla viene tu mama! Dijo Maria casi nerviosa. —Buenvy, ya sabes... maflana,— contestéle Evita cortésmente. Su mamé artibé a la cocina excitada y bastante disgustada.* | —iEvita, hijita, jpor qué no estas en la sala con Antonio? Anda, atiende tu visita. Antonio se puso de pie tan pronto la vié entrar. Sus ojos se posaron en Evita. Ella se sen- t6 indiferentemente, con una sonrisita de compromiso. —,Qué te pasa desde ayer, Evita? j;No eres le misma! jHas cambiado muche! ;Qué te pasa? —No me sucede nada, Anto- nio. Me he quedado algo extra- fia desde el accidente de ayer. —Bueno, Eva, no te apures que pronto se te pasaré,— El galan sentado hacia donde estaba e sentado hacea donde estaba Evita: —te estaba esperande ha- ce rato para decirte que... te amo, Evita, quiero hacerte mi esposa cuanto antes. Evita se sacudi6. Ni siquiera le halag6é esé desenfrénado ins- tinto del hombre que sé siénte enamorado y desea fermalizar la unién con la amada de su cora- | zon. Pero, Evita, resueltamente | le contesta: | —Neo quiero engafiarte, Anto- nio, Ta no eres el hombre ele- | gido para mi. | Eres mi amigo. Te aprecio mu- eho. j|Cémo amigo, solamente! Pero nunea podria casarme con- | tigo. | Eva se puso de pie, dando un | paso hacia adelante, y, poniendo | su bello perfil hacia la ventana | | abierta.que daba al jardin, oyé la you suplicante del emante que interrogaba: —iPor qué, Eva? | . ,Bajo la cabeza la muchacha, y el silencio fué la respuesta. Antonio se turbé. Se pasé Ja mano por la cabeza. Miré al te- cho, como haciendo una muda suplica a Dios Al poco rato, ya decepcionado, dijo: s Eva.. Si ti me dices esto an- | tes de venir, no hubiera hecho este viaje. Y no me voy ahora mismo porque parece un desaire | a la cordial inyitacién que me | hizo tu padre. Pero ti misma me | diste a entender que aqui tal vez nos pondriamos de acuerdo. Me diste esperanzas, jrecuerdas? La muchacha no contest6. Se | le humedecierun los ojos. Le da- | ba lastima herir el corazon de un joven enamorado, Ella tam- bién amaba, y pensaba qué ago- nia tan terrible seria si élla no ine correspondida de su Gerar- lo. ‘{Pobre Antonio! Ojala ‘pron- to encuentre otra que lo sepa amar como 6] hubiera deseado que yo lo amara!”— pensaba la . muchacha, pero no habl6, no po- | dia, si lo hubiera hecho, hubie- | Ta llorado, y eso, nunca: ilorar delante de un hombre! {Qué ho- | Tror!’ Y sin quererlo: no; debia | dominarse. Antonio se paseé por la sala con las manos en los bolsillos. | Como un leén enjaulado, se vol- | vi6é bestial, viéndose despreciado, | y sin esperanzas de triunfar en un amor de su vida. —Estaé bien'!— dijo al fin, — pero algo me llevaré de este via- Je a estos ‘Campos que tan peco me interesan— Y, mirando al- rededor cereiorandose que esta- ban selos, la cogié por los bra- } zos y la atrajo haeia su pecho, | besdnaola apasionadamente. La pobre muchacha, sin fuer- zas para defenderse,. y, tan im- Povisada fué Ja escena, que no atin6d zafarse de las garras de aqupel hombre injusto.' | Tam pronto se vio libre, se re- tiré como una fierecilla, la mu- chacha ultrajada. {La habla be- Sado! jQpé horror. Y a la gua: Pa, a su Be ee —iInfame! jCanalla! jAtrevi- do! —Grité histéricamente. Salié de aquel aposento eo- rriendo hacia el jardin, todavia | gritandole: 4 | —Eres un miserable ;Ahora no eres ni mi amigo!! Te des- Precio, eobarde. (Continuaraé) VIERNES, 28 DE FEBRERO DE 1958 DIARIO LAS AMERICAS—Pag 7 ABIERTO TODAS LAS NOCHES HASTA LAS 9 POR SEGUNDA VEZ jHE AQUI LA ESTUPENDA VENTA DEL 1958! EN MIAMI AHORA! AHORA! AHORA! PARA LOS FUTUROS DUEROS DE. CASAS © APARTAMIENTOS COMPREN SUS MUEBLES AHORA, 5 NABITACIONES COMPLETAMENTE AMUEBLADAS, ES DECIR, 87 PIEZAS wom JUEGO DE SALA DE LUXE DE J J PIEZAS 1—SOFA-CAMA, MUCHOS ISMLES Y COLORES 1—BUTACA DEL JUEGO 2—MESITAS DE FORMICA 1—MESITA PARA EL CENTRO 2—BELLAS LAMPARAS DE CALIFORNIA 1—BUTAQUITA DE BRAZOS 1—CENICERO DE PIE fs 2—ALMOHADAS DE CAUCHO® ESPONJOSO PRUMER DORMITORIO MAYOR - JUEGO DES) PMZAS! 1—TOCADOR TRIPLE, DE PLASHICO, 16 GAVETAS 1+GAVETERO HINMENSO 1—CABECERA-LIBRERO 1—BASTIDOR PARA LA CAMA DOBLE 1—COLCHON PARA LA CAMA DOBLE 2—ALMOHADAS 2—-LAMPARITAS SEGUNDO DORMITORIO - JUEGO BE 9 PHEZAS 1—GAVETERO GRANDE 1—CABECERA DE. PLASTICO 1—BASTIDOR 1—COLCHON DE MUELLES” 1—BSPEJO REDONDO 1—SHLLA CON CUBKERFA BE PLASTICO 2—ALMOHADAS 1—LAMPARA Foci WEGO DE COMEDOR DE 6 PIEZAS LEE S4 1—MESA GON SUPERFICIE DE FORMICA : 1—TABLA PARA LA MESA, VARIOS COLORES 4—SHLLAS DE ACERO, NEGRAS PARA BL BANO J) PIEZA 1~@807@ PARA LA ROPA COCINA UNA VAMLLA 2Q) PHEZAS CRB PARA 4 - weeo bE CupmeRTOS 32 PELs TOTAL 87 PeRZAS & 2 ANOS PARA PAGAR pte rye t UN PEQUENO DEPOSITO, LE RESERVA $U COMPRA POR 6 MESES. 9 LA ASEGURAMOS Y GUARDAMOS HASTA QUE -LA NECESITE, SUPERMARKET w FURNITURE