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STATE LIBRARY PHOENIX, ARIZONA ¡Vivan los Heroes de la Independencia!! Semanario Popular Independiente de Información. <- Directora: Josefina C. de Franco Oficinas y Talleres: 62 S. 3rd. St. Año XVI—Tomo 10 j VIERNES 11 DE SEPTIEMBRE DE 1959 j Teléfono AL 3-4948 Phoenix, Arizona No. 837 SR. CONSUL DE MEXICO DON ARTURO GARZA CANTU Rendimos el más alto testimo- nio de sincera consideración al muy digno representante de Mé- xico en esta capital, el Sr. Cón- sul don Arturo Garza Cantú, quien se ha mostrado como todo un digno representante de Mé- xico: discreto, caballero, hombre educado y de intachable conduc- ta, merecedor de la consideración debida de parte de todos los me- xicanos, en esta ocasión en que llegamos al aniversario glorioso de la independencia de México. El Sol, felicita al Sr. Garza Cantú en esta fecha gloriosa que se conmemora, deseamos since- ramente que siga representando a México con el acierto, tacto y discreción que le son habituales. ATA INFORMANDO Y COMENTANDO EN: DE TODO UN POCO a cargo de HUMBERTO R. PRECIADO FECHAS...inolvidables y de gran significado en la Historia de México que es nuestro deber recordar con veneración y res- peto, son las que se aproxi- man en este mes de septiem- bre.... Recordemos con nuestra frente en alto, elevando la frase: Descansen en Paz, a los seis heróicos jovencitos que perdieron sus vidas defendien- do a la Patria el 13 de Sep- tiembre de 1847, los NIÑOS HEROES DE CHAPULTEPEC.... Recordemos más tarde, con to- do júbilo, el 15 de septiembre de 1810, fecha histórica cuan- do el Cura Don Miguel Hidalgo y Costilla, se levantó en ar- mas seguido por el pueblo y así lograr dar el “grito” de la Independencia Mexicana... 149 años han pasado de esta haza- ña gloriosa para nuestra His- toria, y ya se imaginarán us- tedes las festividades que se Proclama DIAS DE LA INDEPENDENCIA MEXICANA Como, al ser inspirados por el li- derismo del Padre Miguel Hidal- go y Costilla de la pequeña vi- lla-de Dolores en el Estado de Guanajuato y del Padre José Ma- ría Morelos y Pavón —dos hom- bres grandes y santificados— México dió principio a su larga lucha por la independencia a me- dia noche del 15 de Septiembre de 1810, lucha que culminó con la gloriosa victoria once años más tarde; y Como, en esa memorable fecha en 1810 la gente de México se levantó en armas en contra de la esclavitud, y durante los años ha mantenido una valiente de- terminación de permanecer li- bre; y Como, uno de los eslabones más poderosos en los bonos de la amistad entre la República de México y los Estados Unidos es la circunstancia que la gente de cada nación peleó y ganó la in- dependencia con la determina- ción de ser y permanecer libre a través de todos los tiempos, AHORA, POR CONSECUENCIA, Yo, Paul J. Fannin, Gobernador, designo y proclamo Septiembre Quince y Diez y Seis, 1959, como el tiempo para observar el DIA DE LA INDEPENDENCIA en Arizona, en conmemoración de aquellos líderes valientes en la guerra por la libertad y como respeto y admiración hacia un grande y amigable vecino que comparte con nosotros la espe- ranza de libertad para todas las gentes. Y Como Testimonio, Yo pongo mi mano sobre el Gran Sello del Estado de Arizona causando su impresión sobre esta proclama, en Phoenix, la Capital, hoy día veinticinco de agosto, en el Año de Nuestro Señor Mil Novecien- tos Cincuenta y Nueve. PAUL FANNIN Gobernador. Atestiguo: WESLEY BOLIN Secretario de Estado. AMM] organizan para celebrar este triunfo en la República Mexi- cana, hasta en los lugares más apartados se desborda el en- tusiasmo demostrándose así el cariño y fé del Mexicano.... Fuera de nuestro País, segui- remos sintiendo el mismo ca- riño y recordamos también con (Pasa a la página 12) GLORIA ETERNA AL PADRE MIGUEL HIDALGO COSTILLA Mártir de tu conciencia! Nuestra historia Bañada está en la luz de tu memoria; El pueblo cambió en la luz de tu grandeza; Y las canas que orlan tu cabeza, En hojas de laurel tornó la gloria. Si con mundos de luz tu santo nombre En el cielo de México está escrito, Que vele al pueblo y al tirano asombre; Para ser inmortal te bastó un grito. Ahora venimos a tu altar, trayendo Del respeto y amor eternas flores, tu muerte y tus martirios bendiciendo: Míranos. con el alma repitiendo Las divinas palabras de Dolores. Feliz aquél a quien el mundo llame El cantar de tu gloria, noble Hidalgo; Labio feliz el que tu nombre aclame, Feliz todo el que en tí venere y ame Al redentor del pueblo mexicano. 16 de Septiembre A LA COLONIA MEXICANA DE PHOENIX, ARIZONA, CON TODO FERVOR. ¡Septiembre....! Ya están ahí los días de la Patria con su cau- da de emociones. La gran familia mexicana de- dica unas horas a evocar la ges- ta emancipadora. Sus pensamien- tos, al hundirse en el pasado, se detienen en el primer episodio de la guerra, cuando el Padre de la Patria D. Miguel Hidalgo y Costilla urgido de darles a sus hombres una bandera, que tu- viese raices en la historia y en el alma del pueblo mexicano, tomó de la sacristía del templo de Atotonilco, un estandarte de Santa María de Guadalupe y mostrándolo a los campesinos lanzó aquel jubiloso grito que aún resuena y resonará en todos los septiembres mexicanos. Bien sabía el anciano Caudillo de Dolores que la misión liber- tadora de Nuestra Señora de Guadalupe no daba principio en aquella mañana de entusiasmos y resoluciones, frente al Santua- rio de Jesús Nazareno de Atoto- nilco, en presencia de un grupo de parroquianos resueltos a ju- garse la vida por la independen- cia de la Patria. La misión libertadora de San- ta María de Guadalupe había comenzado siglos antes en las cimas del Tepeyac, el 12 de Di- ciembre de 1531, en otra mañana luminosa cuando hablando con Juan Diego le dió las segurida- des de su amparo para siempre. Por eso eligió el Padre de la Pa- tria Mexicana a la Guadalupana para guía y lábaro de la insu- rrección, porque bajo su égida el indio del obraje y del campo ha- bla vislumbrado esperanzas de redención. La Virgen de Guada- lupe había sido y era para el pueblo mexicano Nuestra Señora de La Esperanza y de la Liber- tad. A partir del 1810 en su Sep- tiembre de gloria, Santa María de Guadalupe fué a los campos de la Nueva España a correr la suerte de sus Caudillos y duran- te una década compartió con los soldados los azares y las aven- turas de la campaña y anduvo al sol y estuvo oculta en las cue- vas y bendijo las victorias y en- dulzó las derrotas insurgentes, hasta el día de la paz y de la victoria, el día 15 de Septiembre del 1810 en que nació la nación mexicana. El siglo XIX la Guadalupana ve las luchas políticas y confe- sionales, pero siempre con la dul- ce sonrisa maternal en sus la- bios, convencida de que algún día serían arrumbadas las espa- das. Por eso quiso ser siempre y solamente madre para todos sin tomar partido con ninguno y por eso se vió en el uniforme del (Pasa a la página 12) ¡LOOR ETERNO A LOS HEROES DE LA GLORIOSISIMA JORNADA DE 1810! Hidalgo tiene la edad suficiente y la cultura necesaria para pensar como joven y obrar como hombre justo; posee pleno sentido del equilibrio y nada hay que lo haga caer en error o incurrir en excesos. Su edad adquiere dimensiones geométricas: es recto co- mo la virtud, perpendicular como un concepto y paralelo co- mo una idea. Su personalidad se desdobla en sentido lineal; le basta con trazar una raya, desde lo anectódico hasta lo sublime, para pintar completa la trayectoria de su heroismo. Visto. de frente, parece apenas un punto de referencia: esa, al menos, es la impresión que da por haber vivido pareja y llanamente. Pero de lado, en paralela posición a México, la gráfica de su conducta sube hasta la insurgencia y culmina en el sacrificio. Más aún: su figura es una recta proyectada en este trián- gulo: PUEBLO, PATRIA Y LIBERTAD. Está encuadrado en el cielo y enmarcado en la tierra como hombre, padre y hé- roe, formando así la trilogía de su vida y la trinidad de su destino. Habría que explicar más detalladamente cómo Hidalgo dejó de ser hombre para convertirse en pueblo y cómo llegó a adquirir perfiles heróicos y categoría de símbolo. Fundido en bronce y ergido en piedra, Hidalgo es monumento en for- ma, paradigma de hombres a caballo y de gentes a pie, que tenían la misma edad, esa edad hombruna que concede ma- yores bríos para el esfuerzo y aptitudes cabales para el tra- bajo. No le está permitido tener más años que los que necesita el pueblo para ganarse el sustento, ni más edad que la que exige la Patria para guardar su soberanía. Además, ¿cómo podría Hidalgo llegar a la senectud cuando a cada hora se actualiza en ideas y se renueva en principios? Es emblema de paz en la nación y evangelio de luz en los hogares. Su nombre hace buenos a los niños y honrados a los hombres, y su retrato franquea el paso a todos los sitios donde se forja el espíritu y se cultiva la inteligencia. Hidalgo ha de ser por eso energía que crea y bondad que convence, voz que consuela y ejemplo que estimula, brazo que lucha y mano que redime. Acabemos ya con la falsa leyenda de la vejez de Hidalgo, que no se hable más del VENERABLE ANCIANO que inició la Independencia. Que mucho se diga en cambio, del hombre maduro y el ciudadano ejemplar que supo hacer el bien y morir por la libertad. Si bien se ve, anciano es el que pierde el carácter y ca- rece de voluntad; viejo el que vegeta entre los achaques o el desgane de vivir. ¿Y, acaso Hidalgo no fué todo lo contrario? Devoto en los servicios, cumplido en los compromisos e infa- tigable en las tareas, midió la gravedad de su empresa y no por eso eludió la prueba a que lo sujetaba el destino: se alzó la sotana y montó a caballo, dispuesto a resistir jornadas y sortear peligros, sin perder la rectitud de sus propósitos ni la justicia de sus ideales. Ni siquiera podía ser viejo a los 58 años de edad, cuando estaba cargado de experiencias, pero no de amarguras y, ha- bía alcanzado ese plano de serenidad en que se entienden me- jor las cosas y se conocen mejor los hombres. En vano em- peño es el de colgarle el fardo de lo senil, porque no con eso van a ultrajar sus canas ni a disminuir sus méritos. Pero en todo caso, ¿Qué pueden importarle la infamia y la insidia si con su noble hazaña ganó el respeto y la gratitud de sus se- mejantes? Todavía está en edad de pelear y a tiempo de proseguir, ¡Qué bien que haya vivido 58 años, sobre todo porque no se los contamos en otoños sino que se los abonamos en prima- veras! Y los 149 que lleva de consagrarse héroe, no hay que (Pasa a la Página 12)