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PAGINA CUATRO Se ha Perdido el... (Viene de la Página 3) Y yo sé mi comadrita, que respingo y voy a tierra, y si por pasar me agacho la verguenza me soterra. —UH, se me figuraba que mi compadre Legón, jamás se me cuartearía, y que era muy hombrón! —Comadrita: ¡no me ofenda, si he de tirar mi red, la suelto y sépalo bien: la que me cuadra es usted! —¡Ay compadre no hable así que aún soy señorita, y .quiero morir soltera, sin enredos , ¡muy castita! —Hora sí mi comadrita ya me agarré de su hilo, ¡le saca la vuelta al toro yse vuelve san Camilo....! Pues comadre ha de saber, que conmigo no se juega: o se casa por la buena o me la llevo de leva. —¡Ay compadre, no, no, no! no me lleve secuestrada, sólo de pensarlo ya, ¡ya me siento desmayada! ¡No, no, no, comadrita, todavía no se me desmaye, porque me salgo gritando hasta medio de la calle! —¡Oiga compadre Legón, qué se me hace que usted es: de los otros y por eso.... todo resulta al revéz! —Comadre yo soy muy hombre y si me guarda el secreto, yo le diré la verdad, mi caso, lícito neto! —Compadre yo le prometo nunca decir sus secretos, quiero cuidarlo de veras, no quiero verlo en aprietos. —Pues comadre, la verdad, es que me hago de lado, por miedo de que se sepa que yo soy hombre casado. —Compadre, uno por otros, nunca cuente de mí nada; pero de usted, lo confieso, se lo digo, ¡estoy enamorada! Y no me importa que sea: viudo, casado o soltero, ¡róbeme usted esta noche, de lo contrario me muero! —Comadre, duerma tranquila, a las tres de la mañana, me la robo y nos pintamos en una buena tartana. —Ay, mí lindo Legoncito, —dijo la comadre ufana— yo quisiera que ya fueran esas tres de la mañana! Pero eso sí, mi '“trompitas”, sabélo bien desde ahora: que aún soy señorita y por tí seré señora. —Ni hablar, comadre Conchita, voy a quebrar esa nuez, pero traiga seis botellas de su buen vino jeréz. Traigo seis y traigo diez, las que quiera mí “trompitas”, ¿quién me hubiera dicho a mí que serían mías sus barbitas? Y total, el Gran Legón, tomó jeréz todo el día, al obscurecer salió y no saben qué se haría. Quien más lo busca y lo llora es la comadre Conchita, pues ya se sentía robada, con dos millones de “pita”. En el próximo chorizo, si acaso llegan razones, se sabrá del Gran Legón, vuestro amigo: DON TEJONES. ROUSH JUDGE SUPERIOR COURT DOW BEN AÑ 30 YEARS MARICOPA RESIDENT 23 YEARS ARIZONA ATTORNEY Sea Miembro de una Corporación Se necesitan inversionistas para formar una Corporación. Para invertir y hacer negocio en refacciones de automóviles y maquinaria de rancho en México. —Recibirá muy bue- nos dividendos—. Para mayores informes es- criba o vea personalmente a Thomas Yaunis, a la siguien- te dirección: 1302 W. PECAN RD. Phoenix, Arizona “EL SOL”, La Cabeza de Pancho Villa (Viene de la página 3) Poco antes de medio día les sale al encuentro, inespera- damente, una fuerza de caballería amenazante que rodea el coche y son interrogados por el que mandaba, no sin antes cerciorarse de que no llevan armas. Juan Sánchez Azcona explicó cuál era su misión: que iban representando a los re- volucionarios de Sonora para entrevistar al Gral. Villa y que deseaban verlo. El jefe villista les hace varias preguntas que parecen convencerlo; pero se niega a que sigan adelante, sin autorización expresa de su jefe. Entonces Juanito escribe un recado para que se lo lleven a Villa, condensando en unas cuantas frases el objeto de su comisión. El villista conviene en mandarlo y rápido, como en alado corcel, sale uno de los soldados de caballería llevando el recado. Entre tanto se dirigen, por indicaciones del a su rancho cercano para esperar el resultado del recado. Como dos horas después una enorme polvareda se dis- tinguió a los lejos. El jefe villista distribuye su gente estraté- gicamente temeroso de que se disolviera en atacante la nube de polvo; y él se situó en una altura para avisorar el horizon- | te. La nube se viene acercando, cada momento más grande, se distingue ya el movimiento de los caballos que a todo ga- lope se dirigen al rancho, y cuando ya se perfilan las figuras, el jefe villista les dice a los comisionados: —Allí viene mi general... Emoción en los dos: Breceda iba a ver por primera vez al ya famoso Francisco Villa, Juanito Sánchez a estrechar la mano de un amigo. La caballería que estaba en el rancho presenta armas y llega como una avalancha el que había de ser amo del norte por mucho tiempo. Desciende del caballo, casi sin detenerlo, y se dirige a saludar a los comisionados. Abraza a Juanito, estrecha la mano de Breceda y entran a uno de los cuartos del rancho para escucharlos, no sin que antes mande preparar un almuerzo. Larga y cordial conversación, intercambio de noticias sobre los progresos de la revolución, avidez de detalles sobre los jefes principales de ella, lo que pasaba en México, lo que decían los “Gringos” en fin todo lo que querían saber unos y otros; y entre tanto avisan que el almuerzo está listo. Sen- cilla mesa pueblerina, grandes cazuelas de carne asada, chile, frijoles y un cerro de tortillas en el centro, que parecía una fortaleza contra el hambre. Luego Breceda le habla del Plan de Guadalupe, de la necesidad de que todos caminen de acuerdo para derrocar al usurpador y le lee el contenido del famoso documento. Villa escucha, mientras que con la mano derecha hace cucharas de tortilla para engullir grandes dosis de frijoles refritos, sabro- samente; en tanto que con la izquierda espanta de su cazuela las moscas, que también quieren tomar parte de la ranchera comida. —-““Está bien”, dice Villa limpiándose la boca con un pe- dazo de tortilla, “estoy de acuerdo: ya conozco yo al viejo, (se refería a don Venustiano) lo traté mucho en Ciudad Juá- || rez, me parece que es de empuje, que vale... Creo que es alto”. —-“Sí”, dice Breceda que aprovecha la ocasión para des- cribir a Don Venustiano. Tiene unos cincuenta y cuatro años de edad, su pelo, tanto en la cabeza como en la larga barba que usa, es más cano que negro; tiene la manía de acariciarse la barba, cogiéndosela desde su nacimiento por la parte tra- sera, y luego corre la mano hasta la punta; su estatura es ele- vada, cuerpo grueso, brazos largos, cabeza ancha, más en la frente, que en la parte de atrás, orejas. y narices grandes. La cara poco surcada de arrugas, siempre es afable, nunca se encoleriza, y si lo hace no lo manifiesta: sus ojos con poco brillo, las cejas muy espesas y tan canosas como el pelo de la cabeza y de la barba; la dentadura de joven y enseñándola poco al hablar, el cutis blanco. Cuando se enoja, se le puede comprender por un movimiento de masticación de la parte posterior de sus maxilares, cerca de las orejas, las que mueve ligeramente. Es de un genio fecundo, de una inteligencia cla- Fe —“Sí, sí”, dice Villa interrumpiéndolo, “ya me acuerdo de él.... muy bien, muy bien de acuerdo de él...” Cuarda un momento de silencio, limpia el resto del contenido de su ca- zuela con las cucharas de tortilla, espantando siempre con la mano izquierda las moscas impertinentes y exclama: —Aceptado todo eso; pero con una sola condición: —-““¿Cuál?” preguntan a coro los comisionados. —““¡Que no me manden generales-extranjeros!” —¿Cómo extranjeros?, pregunta Juanito algo intrigado. Sí.... me han dicho que quieren mandar a Chihuahua a un Gral. Obregón y no sé a quién más.... y aquí todos semos de Chihuahua.... no queremos extranjeros.... ¿me entienden? —-““Ah, vaya”, dicen los dos riéndose francamente: no mi general, aquí no vendrán extranjeros”. Siguió la charla de sobremesa y Juanito se atrevió a to- car un punto escabroso, diciendo: —-““Bueno, mi general, ahora le suplicamos, a nombre de| ¿ Don Venustiano, que no se haga la guerra con tanta cruel- | 3 dad, que no se fusile a nadie sin motivo, ni se le quiten sus | 4 propiedades a las gentes, ni se violen mujeres... —No señor licenciado, contestó Villa; aquí se mueren las gentes, porque no les tiramos con garbanzos, les quitamos a algunos reaccionarios, huertistas u orozquistas lo que tienen, para que no lo aprovechen en nuestra contra, y en cuanto a ; que las mujeres nos gustan, es verdad; pero las que vienen es | $ por su pura voluntad. Si no, verá usted en ese pueblo de San | $ Antonio en donde tengo mi Cuartel General y a donde los voy a llevar, puede usted preguntarles a todas, que les hemos he- ; cho; incuanti más que como ya pasaron por aquí los orozquis- tas, no han dejado una servible ni para el más humilde de mis ; Como los comisionados se rieran, Villa agre- | $ gó: de veras, no se rían, para qué cometer atropellos, si lo | $ muchachitos.... que sobran son mujeres....”. Cuando después de visitar a San Antonio los comisiona- dos emprendieron el regreso, satisfechos porque Villa aceptó | $ el Plan de Guadalupe, los encaminó un poco y al despedirse | + todavía les dijo, desde lejos: —_No se les olvide.... que no me manden extranjeros....! ¡QUE FUSILEN A MI COMPADRE! Cuando Villa, derrotado en la tremenda batalla de Cela- ya, retrocedió rumbo al Norte, hizo que se fueran acumulan- do los restos de la famosa División en Aguascalientes para SEMANARIO POPULAR INDEPENDIENTE reorganizarla y ver si era posible tomar de nuevo la ofensi- va; pero hasta allá lo seguía tenazmente el Gral. Obregón; que, aunque convaleciente de la pérdida de su brazo, había tomado de nuevo el mando de las fuerzas. Aguascalientes cayó también sin dar tiempo a que se reorganizara la División del Norte y en el apresuramiento de la retirada el Gral. y Dr. Andrés Villarreal dió orden de que se esperara uno de los trenes de la Brigada Sanitaria en Chi- calote, para recoger a Martín López, bravo general villista que estaba herido en la ciudad y no quiso, ni creyó convenien- te, dejar abandonado. En esos momentos hubo una confusión entre las órdenes dadas por él y por las dadas por el Coronel Enrique Pérez Rul, que era el Secretario de Villa, lo que dió por resultado, que dos trenes de municiones, que estaban pa- ralelos a los de la División Sanitaria no se movilizaron, cayen- do en poder del enemigo dos millones de cartuchos. Cuando Villa supo la pérdida de las municiones, que tan- ta falta le hacían, porque el Gobierno americano había prohi- bido, para él, el paso de un solo cartucho, montó en cólera, d Cl dios ara al AMANECER” con Efren ValenZuela LUNES a IO III AS YA O ¡Apurese! a Libro de la Vida de de 5:00 a 7:00 A.M. KPOK 1440 y Viernes 17 de Octubre de 1958 A e ESTAMPAS — ROSARIOS € SANTOS DE BULTO O LIBROS DE OIR MISA e ORACIONES DE TODAS CLASES Los Encuentra usted, a muy bajo Precio, en: “EL SOL” 62 SUR CALLE TERCERA PHOENIX, ARIZ. (Entre Washington y Jefferson) Subscríbase al Periódico "EL SOL” ordenando que fuera aprehendido el Dr. Villarreal y fusilado en seguida. Naturalmente que el eminente cirujano que lleva ese nombre, supo, de manera casual, la sanguinaria determi- nación y como pudo se escapó, refugiándose, tras larga y pe- ligrosa caminata, en los Estados Unidos. (Continuará la semana próxima) bd HE SABAD OA AAN Oz zO oz zo o o enzo zoe e eo mo MUY POCOS Comprar el error PEDRO INFANTE o E . ES E IIS ADEMAS ADJUNTO EL CANCIONERO DE “EL SOL”. CON LAS CANCIONES MAS MODERNAS — TODAS LAS CANCIONES NUEVAS LAS ENCUENTRA EN ESTE LIBRO — NO HAY OTRO CANCIONERO MAS MODERNO EN NINGUNA OTRA PARTE! PIDA USTED SU LIBRO DE PEDRO INFANTE HOY MISMO! ] SI LO HACE POR CORREO, ASI: | Poo “EL SOL” MANDE USTED $1.00, O PIDALO POR C. O. D. HAGA SU PEDIDO LUEGO, ANTES QUE SE AGOTE. “EL SOL”, 62 Sur de la Calle Tercera LR Datos Biograficos de su Vida Artistica y Amorosa > soosscosonssrsso Mustrado con Fotografías en cada Página. .»ooo:oowo.:o: El Mejor Retrato del Querido Idolo en la Portada. 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