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e ——_— “EL MARTIR DEL GOLGOTA Gaspar y sus compañeros e- ran hombres de ciencia, y pose- ían el hebreo, y después de ado- rar al Niño y ofrecer su respeto y valer a su Santa Madre, sa-' lieron del establo, caminando de espaldas hacia la puerta, montando en sus dromediarios se pusieron en marcha, R Antes de la salida de los Ma- gos, un árabe entrado en años y un joven hebreo, confundido “entre los esclavos de los caldeos -Sse habían introducido en el es- tablo. Durante la adoración n> apar- taron los ojos de la misteriosa es.ella, que suspendía d> las bóúvecas de ua cueva, lanzaba sus radiantes 1ayos sobre €! pe- sebza en que dormía el Niño Dios. Apenas los reyes abandonaron la caverna, el ájabe se encami- nó hacia el lecho de Jesús, y do- blando una rodilla y cruzando! los brazos sobre su pecho, con veneración, besó la paja que ser vía de lecho, murmurando estas palabras en voz baja: —Tú ercs «1 Mesías prometi- Gio... Tú eres mi Dios. Tu nom- bre glorioso se labrará en mi co razón eternamente y en el de los hijos de mis hijos. “Y luego salió del establo del mismo modo que lo habían he- cho los Reyes Magos. El joven hebreo hizo lo mismo que el árabe; entró, se arodilló, y besó la paja del pesebre. Después salió de la cueva mur murando estas palabras: El Mesías ha nacido; Jehová se ha apiadado por fin de los descendientes de Jacob:: yo creo en El, yo le adoraré mientras viva. El árabe se encaminó hacia Jerusalén abismado en sus re- flexiones. El hebreo, con la fisonomía re bosando felicidad dirigióse al ¡monte Carmelo. El árabe era Hassaf, el cara- vanero de Egipto. El hebreo, Agabús, el preten- diente de María, el misterioso personaje de la fuente de Elias. Mientras tanto los Reyes Ma- gos, fieles a su palabra, dirigie- ron las cabezas de sus drome- darios hacia Jericó, con el obje- to de revelarle a Herodes todo lo que les había acontecido. Dios que lee en el cerrado li- bro del corazón humano, vió la fe sncilla, la honradez de los caldeos, yla miserable hipocre- sía del tirano de Jud, y quiso salvar del peligro que les ame- “EL SOL”, SEMANARIO POPULAR INDEPENDIENTE barmeos este capítulo dando a conocer a nuestros lectores algu nos datos sobre el fín de los ilus tres perefrinos que hemos pous- do adquirir. Sanio Tomás, apóstol pasó a pla India la predicar el Evange- lio, y los reyes caldeos que con “esta misión recorrían el mundo hacía algunos años, recibieron el bautismo de manos del disci- pulo de Jesucristo. Más tarde, lleros de fe, iris- truyendo en los misterio santos de la nueva ley a los moradores indómitos de los bosques de la ¡Incia, Gaspar y Ealtasar sufie ren «1 martir), inwrriendo a ma- nos de una horda de feroces y descreídos idólatras. Melchor, el más joven de los tres, el que nos ha representado las Escrituras “de color negro u obscuro”, librándose de la muer te, se encaminó a la India Orien tal, su patria, y fué a refugiarse a la ciudad de Gangranora. Una vez allí, con sus riquezas a | as la, ciudad de Calencio, y Esta revelación fué hecha enlienó de fe cristiana el corazón, sueños, según el Evangelio, y erigi ed y eS d igió un templo soberbio en al día siguiente “los “dicípul'os honor dea: tee la al de Zoroastro dieron gracias al orioso Hijo. Aquel en cuya tienda está el | Deo añionces «los nazaba a los primeros, mandán- doles un emisario misterioso q” les enteró óde los sangrientos planes del rey de Jerusalén, calencos Sol”, y en vez de tomar las pla- se consagraron al culto y la pie| yas infecundas del “lago maldi- dde MAA cnenta nl lo de to” para encontrar el Jordan, hi- día en día con la inftuencia de e A abriéndose paso entre la gente, llegó hasta donde estaban los Esposos, y después de arrodillar ¡Se a sus pies, tomó al Niño Je- sús en brazos, y elevándolo a la altura de su rostro, exclamó con indefinible gozo, —“Ahora es cuando .vos, Señor dejaréis morri en paz a vuesiro siervo: pues mis ojos han viste al Salvador que Vos nos habéis dado y a quien destináis para estar expuesto a la vista de to- dos los pueblos, como la luz de las naciones y la gloria de Is- rael.” Los Santos Esposos. escucha- ron absortos las palabras profé ticas del ancaino Simeón, que con los ojos arresados en lágri- mas permaneció estático con- templando el 'candoroso sem- blante del Niño Dios. - —!Oh, Madre feliz! prosiguió | 2l.anciano después de una pau- sa; tu Hijo Santo será el sol res- plandeciente que espante las ti- nieblas de Israel, Objeto de glo- ría para unos, motivo de perdi- ción para otros. Su sarito nom- bre será el alimento para el dé- bil, el temor del fuerte; y Tú q' le llevaste en tu seno, verás tras pasada tu alma material por la acerada punta de cien espadas. Cada vez más admirada Ma- ría de las palabras del anciano, cieron torcer el rumbo de Aide Melchor el respeto y la venera-ale mriaba sin despegar los la- dromedarios hacia el Gran Mar, [ción hacia el reino de los cie!os.|Dios, como si a través de sus y cruzando las perfumadas lla-| Culto que de generación en ge nuras que besa cor ue frescos | neración, y siempre en aumento, labios el “Benbuier” se dirigie-.so ha transmitido hasta el siglo ron confiando en Dios a las ribe actual para que en todo se cum- ras de la Siria. á pieran las profecías de los libros Para terminar el cuadro de los sagrados, que dicen: “que del reyes Magos, cuya misión junto Oriente había de nacer la verda a la cuna de Cristo es de tanta [dera fe del Mesías anunciado monta para el cristianismo, aca RARA RDP RPIRARZRARSA REA ELIJAN UN HOMBRE PROSPERO W. W (Wally) Caywood Demócrata PARA SENADOR DEL CONDADO DE MARICOPA “HOMBRE DE NEGOCIOS, PARA UNA ADMINISTRACION ECONOMICA Y EFICIENTE” X-ASARRPPEARRADEARRAREAREAS a o e e VALLEY NATIONAL BANK *' TWENTY-NINE FRIENDLY CONVENIENT OFFICES IN ARIZONA, * MEMBER FEDERAL DEPOSIT INSURANCE CORPORATION NN a wondering whom to pay N por los profetas.” CAPITULO IV EL ANCIANO Y LA PROFETISA Y luego que fueron cumplidos los días de su purificación por hijo o por hija, llevará un cor- lero de un año para holocausto y un pichón o una tórtola por el pecdo. —(El Levítico. Capítulo | XII, versículo VI) > La ley de Moisés prescribía a la mujer hebrea la purificación en el templo, cuarenta días des- pués del parto. María, para cumplir con la ley, abandonó la ciudad de Da- vid y se trasladó a Jerusalén. La Virgen con el Niño Jesús en los brazos y acompañada de su esposo, llegó a las gradas del templo. La nazarena era pobre y sólo podía ofrecer al sacrificio una humilde tórtola. La Santa Familia esperaba ba jo,los altos pórticos de la Sina- goga la hora del rescate de su primogénito, “cuando un ancia- :no venerable a quien el Evan- gelio llama “Simeón el justo”, NAW Ñ Ñ AT Crossing the street to avoid meeting ereditors can b numbered among life's most embarrassing moments. But the situation can be easily corrected. If a financial emergency has placed you .in the embarrassing position of owing money to a lot of people and your bills an Loan from the Valley National B: repay your loan in small monthly instalments — out of income —arranged to suit your budget. You'11 find a Valley Bank Personal Loan is most economical, too — only 67c a month for each $100 you borrow. When you need financial aid— either for an emergency or to take advantage of an opportunity requiring ready cash—come in fo» .. yrompt, friendly solution to your problem. ' first, consolidate d pay them all 'off with a thrifty Personal ank. You can then PP 5 5 nn misteriosas palabras viera el do loroso porvenir que los cielos le lestinaba. Había entonces en Jerusalén una mujer entrada en años, lla- mada Ana la Profetisa hija de 3amuel de-la tribu de Aser. Esta virtuosa viuda pasaba la vida entre la penitencia, el ayu no y la oración; vivía continua- mente en el templo, y era respe- tada por los judíos por su saber como una de sus sacerdotisas, como una de sus profetisas. a profetisa detiene su paso an te Simeón, Su rostro se inmuta, 3u corazón se conmueve de gozo dentro de su pecho, y exclama absorta lo que siente. —!Qué es esto, Dios invisible! Entonces sus ojos se fijan enj Tesús. Un grito de gozo se esca- pa de su boca, y cayendo postra- la a los pies de María, dice ex- tendiendo sus brazos: —Tú eres la Madre del Mesías deja que bese las plantas de tu Santo Hijo. z os «jerosolimitanos que respe- taban el saber de Ana, fueron agrupándose en torno suyo, an- isosos de oír las palabras de go- zo que la vista del aquel tierno Niño le arrancaba. !Oh, puéblo de Israel! excla- maba la inspirata mujer derra- mando lágrimas de gozo y cla- vando sus ojos al cielo. Oh pue- blo de Israel... Venturosos des- cendientes' de Abraham y de Ja- cob,,...Ya sobre la tierra afortu- nada de Judá ha descendido el Dios fuerte, el Dios topopoderoso que ha de lleavr vuestro estan- darte glorioso por todo el Orien- te,Miradle.. Este es.... El vaso hu mano que contemplan vuestros felices ojos encierra el Ser in- mortal y poderoso de Jehová. Sembrad flores y palmas al pa- so de su Santa Madre; elevad cánticos de Hossana... por la glo ria del Hijo..... !Corred, piadosas mujeres, justos aronitas, sabios sacredotes, poderosos escribas; ¡esparcid la fauta nueva por los dilatados confines de Palestina, Y Ana, la inspirada profetisa, : la virtuosa ciuda, abandonando el templo de Sión, comenzó a C0| pizmo, Cubierta de hellas apa- rrer por las calles de la ciudad sacerdotal pregonando la veni- da del Mesías, el nacimiento de Dios. as mujeres y los ancianos que se haliaban en las gradas del templo, absortos ante las paja- bras de Ana, se apresurarsr a besr el humilde y tosco manto de la Virgen María, que no ha- llando frases su lengua para de mostrarles su gozo maternal, un mar de perlas preciosas se des- lizaban por sus frescas y sonro- sadas mejillas, y les paga con una sonrisa G+ dulcísima bon- dad su respetuoso acatamiento. Madame Rose —PALMISTA— Contesta todas las Preguntas de su Pasado, Presente y Futuro en Español 4025 East Van Buren Siempre Abierto Enseguida del Wagon Wheel A “No solamente (dice Ambro- soi), los ángeles, los profetas, “y los pastores publican el naci- miento del Salvador del Mundo, “si que también los justos y los ancianos de Israel hacen brillar “esta verdad. “Uno y otro sexo, jóvenes y viejos, autorizan esta creencia, “confirmada con sañtos mila- gros. Una Virgen concibe, una mu- jer estéril, pare, Elizabeih pro- fetuza, el Mago adora, y una viuda confiesa este suceso mara villoso, “y el justo lo espera.” La hora de presentar al Niño en “la Sala de los Primogénitos' sonó, y José, dejando a Su San- ta Esposa en log atrios del tem- plo entró en la casa de Dios con su Hijo en brazos. Pero !ay! Allí Jesús fué trata- do con el último de los hebreos. El sacerdote que recibió la o: frenda de inanos del padre, ni ¡mirada al Dios Niño. El judío avariento y mal sé- cerdote miraba con despr2vu 2: pobre don que el honrad> car- pintero venía «a ofrecer; ante vi altar de los holocaustos. La sed de oro endurecia el «c- razón de Ja mayor parte de los rabinos de aquella época glor.. sa e inmortal. Jesús era pobre, y por consiguiente, fué miradd como 'basura del mundo.” L El egoista sacrificado: recibió de manos de José las inocentes aves destinadas por el Levítico. murmurando palabras groseras e intempestivas a las que el glo rioso Patriarca cerró los oídos, preguntándose a sí mismo por qué aquel hombre pretendía hu millarle tan duramente, cuando a pocos pasos de allí, a la en- trada del Templo, su glorioso Hijo había sido la admiración de los que le rodeaban. Según Josefo, en sus 'Antigue dades judaicas”, y Bensaje en su “Historia de las judíos”, el lu jo y la avaricia de los principe: 'de los sacerdotes de Jerusalér. era inconcebible. Los pontífices enviaban a su. satélites por los campos a arre- ¡batar los diezmos: Esto reducí: la los simples sacerdotes a vivi pobremente sin otro alimento q' higos y nueces, porque entonces a los pobres desatendidos levi- tas se les acusaba de insubordi- romanos. El gobernador Félix encerró: un día 40 en una cárcel, sólo por complacer a los príncipes de la Sinagoga. Otra bajeza, otra úlcera mo- ral se había encarnado en el co- razón de los doctores judíos, más repugnante, más desprecia ble si se quiere que la avaricia: la venganza, 'Aq'uel que no ali menta su odio, y no se vengue, es indigno del título de rabino”. Esta máxima horrible y cruel la practicaban con una escrupu- losidad criminal. La venida de Cristo al mundo era una necesidad, porque la ruina, el caos, estaban próximos Jesús fué el Salvador del hor bre; la antorcha divina que vi- no a derramar los claros rayos de su luz sobre las espesas ti- nieblas que envolvían a la so- ciedad. El inmortal Balmes lo ha di- cho; nosotros lo "repetimos con él: “Sombrío cuadro (el Protes- tantosmo y el Catolicismo) por cierto, presentaba la sociedad en cuyo centro nació el Cristia- riencias y herida en su corazón con enfermedad de muerteá o- frecía la imagen de la corrup- “Si soy electo Gobernador, yo Demócra siquiera se Gignó dedicar une. > ¡eli único preservativo contra la ¡disolución social, el germen de ación y eran entregados a 10s] nos en mi Oficina. Creo que tienen todo derecho a tener re- presentación en todas las faces de gobierno”. OBERNADOR Viernes 13 de Agosto de 1950, ción más asquerosa velada con el brillante ropaje de la osien- tación y de la opulencia.” “La moral sin bsae, las cos- tumbres sin pudor, sin freno 1a. pasiones, las leyes sin sanción za religión sin Dios, fiotaban las ideas a merced de las preuci Fpaciones del fanatismo religiosc y de las cavilaciones tiiosóiicas “Era el hombre un hondo mis íerio para sí mismo, y ni sabía estimar su dignidad, pues que consentía que se le revajase a. nivel de los brutos ” “El Cristianismo apareció y sin proclamar ninguna altera- zión en las formas políticas, sir intentar contra ningún gobier- mo, sin ingerirse en naua que ¿uese mundano y terernal, llenó a los hombres con una noble sa lud, llamándolos al camino de una felicidad eterna, al paso y iba derramando a menas llenas una regeneración lenta y pací- fica, pero grande, inmensa, dur: dera a las pruebas de los tras tornos de los sigios; y ese pre servativo contra la a.solución s cial, ese germen de inestimable mejoras, era una enseñanza el vada y pura derramad sobre tc dos los hombres sin excepció. de edades, sexos, de condicione como ung lluvia benéfica qu se desata en suavs2 raudales s bre una campaña mustia y ag tada.” pdescrita por la ley, saló de ¿tempio, y reuniéndose con su Santa Esposa abandonó la em. dnd sacerdotal, y toruando el «. mino de Galilea se encaminó « ..-Nazareth. CAPITULO V EL BOSQUE HOSPITALARIO Muy corta fué la permanenc; de los Santos Esposos en Gali lea. Simeón había vaticinado : la gloriosa Madre que un puña traspasaría su pecho; y escritc estaba en los cielos que las pr labras del ancaino debían cun plirse muy en breve. El mes de febrero se ha'lah próximo « la mitad de su cá.. tera, (. ¿ndo una u0 José se levactó azurado de -u lecho. La voz úe Jehová habia inie- rtrumpido su tranquilo sueño. Estas palabras misteriosas hai bían liegado a su oído: “Leván- ;¡ tate y toma al Niño y a su Ma- dre, y huye a Egipto, y permane ce allí hasta que yo te avise so bre tu vuelta, porque Herodes va en busca del Niño para ma- tarle.” Aun el eco mistarioso de la di vina revelación zumbaba en los oídos de José cuando precipita- damente llegó a la puerta del dormitorio de su Esposa, y le dijo con agitado acento: —María, despierta y deja tu lecho, coge en tus brazos al ino- cente Niño, y disponte a empren der un viaje largo y penoso. —¿Partir de Nazareth? pre- guntó la Virgen íY a dónde? —A Egipto: Dios nos lo orde- na; Herodes busca a nuestro Hi- jo para matarle. María dió un grito, y precipi- tándose sobre la cuna abrazó a Jesús como si en su seno se ha- llara más seguro del puñal ase- sino el Hijo de sus entrañas, El niño despertó enviando una angelical sonrisa a su aterrada Madre. A Esta sonrisa cual rayo de sol después de la torménta,- tranqui / emplearé Hispano-America- ta Para 93 lizó el agotado espíritu de la Vir gen, y luego volviéndose hacia el Patriarca que permanecía res petuosamente junto a la puerta, dijo.: —Entra, José, y no temas: Je- sús sonríe, y su sonrisa es co- mo el arco iris de la tarde que disipa las cargadas nubes. —Dios nos ordena ejecutar lo que te he dicho, repuso el an- ciano. —Partamos, pues, y desde el cielo Jehová vele por nosotros durante el viaje, dijo María con santa resignación. Los esposos dispusieron preci- pitadamente lo más necesario para el viaje. Pero !ay. eran tan pobres!...La Santa Virgen colocó en un saco de lino algunos pañales y pie- zas de ropa indispensables, mientras que José, buscando en el cajón de una mesa de pino sus pobres economías, las guar- dó cuidadosamente en una bol- sa de cuero. “La Trinidad de la tierra” sa- lió de Nazareth con lágrimas en los ojos y el dolor en el corazón, cuando los astros de la noche se hallaban en la mitad de su mis- teriosa carrera. El ángel les había anunciado un gran peligro, pero no les ha bía dicho la manera de salvario. De Nazareth a Egiptomediaba una disatncia de ciento sesenta leguas. Y después, ¿cómo atravesar el desierto con sus olas de arena, sin más cabalgadura que una modestai pollina? Los árabes, que como bandas de buitres se lanzan sobie ¡as caravanas armadas que pueden resistirles, ¿no les amenazaban también con sus largas lanzas y corvos puñales, a ellos, pobres indefensos y abandonados 'via- jeros que no podían presentar contra el hierro enemigo más q' sus lágrimas y sus súplicas? Pero dejemos estas reflexiones para colocarlas en acción más adelantóe. Ya muy entrado el día, los viajeros, temerosos de Que ia luz del sol les entregara a sus enemigos, se ocultaron en un bosquecillo de palmeras de la tribu de Zabulón, cuya solitaria" y abundosa sombra les ofrecía un abrigo durante las horas del día, La sonrsia del inocente Niño, el transparente cielo, el aura embalsamada de los campos, co menzaron a tranquilizar el au- gustiado corazón de María, cuan do José, que se hallaba ocupado en los prepartivos de la frugal comida, paralizó sus brazos y quedóse inmóvil con el oído a- tento. - —¿Has oído María? le guntó a la Virgen. La joven Nazarena escuchó, un momento. Sus sonrosadas mejillas pali- decieron, e instintivamente apre tó a su Hijo contra el corazón. El Niño no sonreía, las tórto- las no arrullaban; los pajarillos del bosque suspendieron los ar- pados trinos en su gargantas, y una nube, oscureció el ardiente disco del sol. DIENTES POSTIZOS Alineadaó y ajustadas en 20 Minutos - z $2.50 por pluco 11 W. Adame (arriba) pre- Relina Cuarto 221 Yes. 2.114: AAA UBA» CAPACES DICK HARLESS “Yo siempre he tenido empleados Hispano-Americanos a mi servicio, hasta en mi práctica privada como Abogado.” Poo e roPcremlr A A