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Viernes 10 de Marzo de 1950. LA VOZ TERRIBLE ENFERMEDAD DEL CANCER LA PLANTA SE REGALA A LOS NECESITADOS La iniciativa privada realiza meritoria labor 3 Por Manuel Angel Bayardi Queremos hacer nota, que só- lo creemos en aquellas verdades científicas. Es decir, lo que ha podido ser comprobado median- te pruebas y experiencias, Por lo tanto, lo que a cuntinuación se consigna se hace de acuerlo con las reservas de rigor en es- tos casos y porque nunca he- mos 'sido vehículo para el char- latanismo. Tampoco hemos ce- rrado los oídos a la voz del pue-| blo, el cual ha ido aumentando ¡ cada vez más de tono,su pala- bra, hasta llegar a nosotros, Y por «eso, hoy mejor que nunca, ¡, nos hacemos portavoces del pue blo para decir lo siguiente: ¡ “Relataba yo entre amigo3, có mo una tía mía había muerto bsce poco víc:.n-a de esa temi- ble enfermedad del cáncer. Al- guien arguyó que de haberlo sa bido antes, me hubiera recomen dado con un señor, quien obse-| quia una Corteza de árbol que se llama Cuachala.ate y que es tan milagrosa que cura varias afecciones del cáncer, las úlce- ras y las heridas que sanan 14- pidamente cuando se pon tal corteza hecha polvo. á p “De pronto, la dirección donde tal producto se obsequiaba, no se sabía. Luego, otro día al ha-¡ blar sobre el mismo asunto, in-| tervino otra persona para aseve, rar lo anterior, es decir, que tal - corteza curaba muchas enferme, dades y que por la calle de Mo- tolinía se obsequiaba. DEL PUEBLO HABLA DE UNA YERBA MARAVILLOSA QUE CURA LA “EL SOL”, SEMANARIO POPULAR INDEPENDIENTE regresar por la misma senda y faltara una. “Trató de hacerlo el penitente pero el visato se había llevado las plumas y consternado fué a ños, Desde: entonces me prometi |£ontárselo ai sacerdote. obsequiar a cuantos me la soli- citaran, la corteza de este árbol cosa que he venido haciendo sin retribución alguna. RUTAS DE EMOCION NO DEBEMOS MURMURAR E al que levanta calumnias..Dios DEL “PROJIMO “Hable usted —me dijo una o e a la mujer a- gentil y bella dama, de mane- | 7] no quier= sino corazones ras y porte distinguido— de e-fsencillos y puro“. Dios nos man- sas mujeres que se pasan el díala, ser tolerantes y benévolos en las Iglesias mascullando A-Ícon las faltas de los otros. Y El vemarías y Padrenuestros y -lnos dió el ejamplo cfreciendo apenas salen a la calle murmu- mejill. «a que le dieran la ran de toda la. humanidad. Ha- o O a e ble usted de la falta de caridad| Era Dios y podía hacerlo. No- c:istiana que existe er el mur- |sotros, miserables gusanos lle-- do entero, de ese afán de criti-|nos de defectos, nunca podría- la honra que mancillaste no puede recuperarse, Y el muchacho se fué a vera su madre y le coríesó la verdad y su esposo que dió crédito a sus mentiras se pegó un balazo debido al remordimiento. La honra aj=1a debe sernos 5 o Ig blo a otro. Una vez hecho esto, «alforja de caminata por el lar- muere, que el amor se va. Sin recoger todas las plumas sin q' go: sendero'de la existencia, po-|embargo, nuestra imprevisión lo demos encontrar salud y amor? expone a dejar de ser, constan- De estos dos tesoros se derivan | temente. Sólo cuando ya no lo tantos factores de dicha, tantas 'tenemos, llega a nuestra mente posibilidades de bienistar, que [y aun a nuestro corazón el razo- —Así fué tu pecado—le dijo— cosa preciosa. Dios no perdona: ca, que hace qu> la vida ajena, esté siempre enla boca de log desocupados. iCuánta desgracia no origina a veces un chisme, o.una calum .Áxa” Así es— respondí— Y ofrecí tratar el tema, De. niña leí aquella novela de Pérez Escrich, en la que cuenta el caso de una señora casada con un hombre con el que era muy feliz, y ambos vivían en un pueblecito pequeño. En otro pue blo vivían los :vadres de él y el hermano mág pequeño. Una mañana la suegra envió un recado a su nuera por media ción del hijo pequeño y le pidió traer la respuesta lo más pron- to posible. - Fl chiquillo quería jugar y se mos Ímitarle. Pero desde luego, si está en nosotros no hablar mal de na- die y aun callar si sabemos al- go que hiera la 1eputación de otra mujer. La dama que me pidió tocar este tema se sentía realmente dolorida por algo que escuch5 y que a su juicio, era un verda- ddero crimen. y No hay que meterse en la 1- glesia todo el día, “Primero está la cbligación que la devoció1” Y mucho menos salir del templo para dedicarse a murmurar del ¡prájimo. Respetemos la vida de los de- más para ser respetados. Evite- mos echarle fuego a la hoguera si alguien está atacando honras Disculpemos las debilidades. | casi debeiiamos estar comple- tamente satisfechos «1 poseer- los. ¿Cuánto vale para nosotros la salud?? A pesar de que com- prendemos que su pérdida es una de las peores desgracias que pueden ocurrirnos, y de q, cuando nos damos cuenta de q' la hemos perdido, nos quejamos a todos los tonos y recurrimos a todos los medios posibles pa- ra recuperarla, cuando la posee mos, guardamos hacia ella cier - |ta indiferencia. El am:," es para el alma, lo q' la salud es para el cuerpo. Ur cuerpo sin salud, decae, langui- dece y .muere. Un alma sin a- mor, pasa por iguales etapas hasta encontrar, asímismo la muerte, ¡Cuánto vacío, cuánta oscuri- dad en el alma sin amor! De ello podemos darnos cuenta des pués de haberlo perdido, cuan- do'“ncs sentimos ap:astadas porj e! peso de nuestro desastre mo- ral .Artes...sabemos que ul a- mor es de valor inapreciable en la vida de los seres, pero nos ha bituamos a él y en una forrra inconsciente, lo consideramos como. una circunstancia normas er. nuestra vida. Hasta en el orden material de las cosas procedemos en la mis- ma firma. No son poca3 los ri- cos que conociendo el valor de su fortuna y el beneficio que de ella reciben, en todo piensan, menos en que esa fortuna, sus- ¡ceptible de mermarse, puede pa rar en nada algún día. Cuando la miseria asoma sus garras es- -pantables, es cuando los lamen- tos pueblan el espacio, cuando le hizo pesado cumplir el reca lol yaqgje sabe su origen ni el por “la desesperación toma sitio en Fuí y busqué tal dirección pc-|Por lo cua: al caro de una hora ro nadie supo informar sobre el¡!e inventó a su madre algo te- engañan. particular. Cuando ya el asunto lo tenía casi olvidado; un día el licenciado ' Hector “Domínguez Piñgarrón me habló sobre la mi lagrosa” corteza y de sus mara- villosos efectos en el aparato digestivo, sólo que también ha- bía perdido la dirección. Esta charla se efectuaba a bordo de un Carro de ruleteo, pues resul- taba más cómodo por el proble- ma del estacionamiento ir en esa fozmá que en el prop!) carro del Gerente de Películas Nacio- nales. Entoncés el chofer que . había escuchado la conversa- ción, intervino dando la direc- ción donde tal corteza se obse- quiaba. $ Desde entonces me propuse averiguar cuanto pudiera para dar a conocer la dirección don- de tal corteza se regalaba a todo el que la solicita, pues bien pu- diera ser que algunos encuntra- | ran alivio en esta pócima: de ra- ras cualidades curativas. BENTFICA LABOR HU- MANITARIA , “Cuando llegué hasta el señor Fernández Alonso, me rogó en todos los tonos que no diera a la publicidad su nombre y mu- cho menos la dirección donde tal corteza se obsequia, pues ya en la actualidad son de cuaren- ta a cincuenta personas las que diariamente visitan su estable- cimiento, ocasionándole más mo lestias que beneficios, puesto q' él en lo personal nada pergigue con la labor que desarrolla des- de hace nueve años. “A preguntas nuestras 'accede a decir que cuándo la autora de sus días contrajo 'el cáncez, los médicos más famosog sobre la materia fueron consultados y to dos estuviergn de acuerdo en darle poco menos que' cuatro meses de vida. s “Desesperado contó su aflicti- va situación a un amigo, médi- co y catedrático de la Escuela Nacional de Medicina, quien le dijo que había .recibido noticias de que Ja corteza de un árol llamado Cuachalalate y de la costa Chica de Guerreo había lo grado curaciones -verdaderamen te asombrasas; que él nun:za lo había recatado por no ser. medi- cina recomen“:ble, pues no ha- bía sido comprabada científica - mente. “Así que sin tardanza me fui a Guerrero y preguntó a numero sas personas sobre la existen- cia de ese árbol. Cuando ya.re- gresaba descorazonado porque nadie quería proporcionarme in- formes, una persona se me acer có y me obsequió aproximada- mente dos kilos de la corteza dándome las indicaciones de có mo utilizarla. “Los resultados a los ocho días fueron realmente maravillosos: los dolores. desaparecieron y ha ce aproximadamente año y me- dio"que tuve la pena de perder a mi madrecita «¿e una afección cardíaca. Como usted ve, los. cuatro meses de los médicos se convirtieron en cerca de ocho a- rrible: E —Fuí y encontró cerrada la qué a veces hay apariencias q” 205, Corazones. , La verdad la sabe Dios. Y sólo a El le toca juzgar nues casa y momentos después vi 3a- | ¿ros actos. lir a un hombre y Fulana lo des pedía con: murho cariño Pur eso no le di tu recado mamá. - La señora creyó la vil caium- nia. Y cuando dos dius más tur Nadie está limpio de culpa. Nadie puede presumir de ser del todo puro. Y el verdadero cristiano se guarda muy bien de atacar ni de extender los hechos d: vino su hijo casalo, le conté lde otros como un lienzo man- con la mayo: weserva lo que se- gún el pequeñ, nabía visto. Fsto origin* la separación de los esposos y la muerte dela mujer que, sabiénilose” inoce1- te, se cansó de 1"petir que el r.uzhacho no haba ido a su «a- sa y que era ¡a:so de toda falsa- dad el chism2. Fero el tiemio pasó, el mu- chacho fué hombre y un extriño| chado para exponerlo a la pico- ta pública. Practiquemos la caridad tal y como Dinos nos manda practi- carla. DE MUJER A MUJER IMPREVISION Muchos y muy grandes -on * |fenderlos, remordimiento, se le metió - eu los bienes de -que gozarros en la el corazón com> un gusano. Le¡vida, por más que nr siempre perseguía el recuerdo de su cri- seamos lo bastante sincetos pa- rien. Y fué en busca del confe |ra confesarlo. Existen, sin em- Sí, son muchos los btenes que. poseemos sobre la tierra, pero no sabemos estimarlos lo sufi- ciente para sentirnos felices con ellos. No sabemos siquiera de- para conservarlos siempre. La imprevisión reina en nuestros actos y cuando nos damos cuenta de lo ocurrido, es con frecuencia demasiado tarde rara remediarlo. Poseemos el tesoro de la sa- lud que nos permite ir de un si- tio para otro libremente y gozar de cuanto la” Naturaleza ofrece, ponienáe a nuestro alcance infi nitas posibilidades, que para trocarse en realidad no necesi- tan de ctra cosa que de la fir- meza de nuestra voluntad, pera ....Continuamente exponemos ese precioso tesoro a desapare- cer a nuestro lado. La suerte nos ha brindado el infinito bien de un amor, cuya sor., al que le hizo la confider.- |bargo, tesuros tuye valor nos es dulzura y beneficios saborea- cia de su pecado. Lo oyó éste y le mandó como penitencia, tomar una gallina a la que habría de arrancar las plumas en el trayecto de un pue vertido siquiera. Entre ellos so- bresalenr: la salud y el amor. En efecto, ¿qué más puede pedir un ser humano, en cuya ZAPATERIA PABLO CALDERON 145 al Este de la Calle Madison Servicio en Composturas de Calzado. .Personal Competente MEDIAS SUELAS DESDE $1.25 a $1.75 PABLO CALDERON, Propietario. PAN. - AMERICAN PRODUCE CO. 817 E. MADISON (Por dentro de la Marqueta) « COMPREN A PRECIO DE MAYOREO: Hojas para tamales— chile colorado— papas— frijol pinto, camote— ajos— cebolla— Todas clase de verduras—Le- chuga— Tomate— Plátanos— Naranjas— Limones... Visiten el lugar y ahorren muy buena cantidad de dinero... OOMPREN a PRECIO de MAYOREO LO QUE GUSTEN... TELEFONO: 3-1432 LE DUELEN LOS PIES?? Nosotros esrregimos los Arcos Caídos, Flat Feet, Dedos Toreldos, Ampollas, Callos, Talones Adoloridos. . Todos estos males son la causa de: PHEERNAS ADOLORIDAS Y DOLORES DE ESPALDA Vean al Dr. H. B. Murray, Ph. T. Número 5 al Oeste de Adams Teléfono: 2-1552 Phoenix Arizona el amor se mina, que el amor se namiento tardío: sí lo hubiera comprendido mejor...si lo hubie ra amado un poco más... Y asímismo los ricos, cuyo 'habría de vaciarse jamás, se dan cuenta de su imprevisión cuando extraen de él la última moneda. Cundo h:«:mos perdido los más grandes, los mejores tesoros q' ta vida puede brindarnos; cuan do nuestra salud se haya mina- da y en su lugar el dolor hace presa en nuestro cuerpo; cuan- do la luz incomparable de una mirada, que era aliento y con- suelo, fe y esperanza, se ha apar tado por siempre de nosotros; cuando la faz terrorífica de la miseria asoma detrás de la puer ta, apenas si acertamos a decir: Isi yo lo hubiera previsto! POE AR OBRERITO —. Por GABRIEL MISTRAL Madre: cuando sea grande !ay!, qué mozo el que tendrás! Te levantaré en mis brazos como el viento alza el trigal. Yo no sé si haré tu casa cual me hiciste tú el pañal, o si fundiré los bronces, los que son eternidad. ¡Qué hermosa casa he de (hacerte tu niñito, tu titán, y qué sombra tan amante el alero te va a dar! Yo te 1egaré una huerta, y iu falda he de colmar ¡con las frutas pertumadas, pura miel y suavidad. 1 O, mejor, te haré tapices, y la juncia he de trenzar; o, mejor, tendré un molino el que canta y hace el pan. !Ay!, qué alegre tu hombrecito en la fragua va a cantar o en la rueda del molino o en las jarcias en el mar. Cuenta, cuenta las ventanas, que estas manos abrirán; cuenta, cuenta las gavillas si las puedes tú contar..... (Con la greda purpurina me enseñaste tú a crear, y me diste en tus canciones todo el valle y todo el mar..... !Ay, qué hermoso niño el tuyo, que jugando te pondrá en lo alto de las parvas |imposible negar, ni pasar inad-¡mos con deleite. Sabemos que !y en las olas del trigal.... 1 A LA BOTICA RAMONA 325 E. WASHINGTON TEL.: 4-8519 CANALEZ “RUMA - SAN" SE DAN DIEZ DIAS DE PRUEBA GRATIS LAS PASTILLAS “RUMA-SAN” A La Mejor Medicina del Siglo para la REUMA FOTOGRAFÍAS PRECIOS ESPECIALES PARA LOS XMAS LA PRIMERA ES Gratis “José” de Hollywood Corte Este Anuncio y Llame a 3-1406 para q' le den una cita SE HABLA ESPAÑOL Western Studio 331 WEST WASHINGTON STREET bolsillo repleto parecía que n> | Página Tres, SECCION DE CONSULTAS PARA LA MUJER ANGELITA; GLENDALE, ARIZ. — ¿Qué es posible hacer en este caso? El amor no entiende de razonamientos Puede ser que en más o menos tiempo ese joven se arrepien ta de haber preferido a la amiga de usted, cuando bien pu- do elegirla a usted misma, pero por ahora, amiguita, no le queda otro remedio que conformarse. Los sentimientos a- morosos siguen órdenes del corazón, por más que éstas re- sulten muchas veces desatinadas; en usted misma puede en contrar la comprobación, de modo que no es posible enca- minarlos hacia determinado sitio, si ellos no van por sí mis- mos. Si él ama a otra, espere usted la llegada del que ha de amarla a usted; ojalá que sepa despertar para sí, ese senti- miento que hoy ha quedado incomprendido. POBRE MADRE — Permítame usted que le diga, se- fora, que si efectivamente las hijas tienen el deber moral de ayudar a su madre, en cuanto pueden trabajar, si ella se encuentra en malas condiciones económicas, también es una indiscutible verdad, que esas hijas tienen derecho a mi- rar hacia su propio porvenir y a crear sus propias ilusiones. Si su hija ha encontrado un hombre que la ama, que desea hacerla su esposa y tal vez con ello logre la felicidad que le corresponde, no debe ser usted quién se lo impida. Toca a usted enfrentarse a su propia situación y tratar de reme- diarla sin contar para ello con el secrificio de su hija; tal hecho corresponde a su papel de madre. LUCIA, PHOENIX, ARIZ. — La venganza, amiga nuestra, no conduce a la satisfacción que usted supone; to- do lo contrario, estoy por asegurarle que es más incómodo el papel del victimario, que el de la víctima misma, porque ésta, conserva su conciencia tranquila, lo que significa un tesoro de gran valor. ¿Qué ganaría usted con vengarse del hombre que le ha mentido, un amor que no sentía? ¿Deja- ría por ello de haberla engañado? ¿Mejoraría la situación de usted? Nada de eso. ¿Entonces? No, señorita; por el con trario, alégrese de haber descubierto a tiempo, la clase de individuo que era ese a quien usted había entregado su co- razón, y permanezca superior a él, MARIA, TEMPE, ARIZ. — Eso, amiga, depende del con- cepto que el individuo tenga de la hombría, en la que debe entrar la cortesía, la caballerosidad, ese sentido natural de superioridad que induce al hombre de verdad a prestar su ayuda en toda forma a la mujer uge ama, a procurar que ella se sienta apoyada en su brazo y amparada por él. Des- graciadamente ese concepto va cuesta abajo en nuestros tiempos y la mayoría de los hombres ponen poco cuidado en él, No toca a usted reformar las cosas, sino conformarse con ellas o dejarlas; esa clase de insinuaciones, no debe nunca hacerlas la mujer. 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