El Sol Newspaper, October 14, 1949, Page 4

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Con artistas como, sú hija >. usted” y 'esé cañtorazo de “Pa: —Lucita también tocá bástan- . sinuó doña eledonia, ¿un poquitillo. quis- quillosá aún, pero aviniéndose úna actitud de concordia y * sin olvidar, claro 'está, que Luci a era su pregunta nuera. a Mas no supo lo que había he- 10, porque “éllo fue darle e) ie á4'la stuta doña Bala: pata le se agárrara a gancho con 1 aspécto más candoroso del : mundo y “le diera ala infeliz cía memoria, en su ; —+¿Lucita, dice usted?” Lucita lo - hace “todo “como: los “propios 'ángelés.-Es: uh encanto de niña. Oigaí y a-propósito de Lucita .:. ¿No ha leído: usted la notic*: en los periódicas?- ¿No? . sé a: qué se refiere. us- - —¡Hija, pues «si todo Guada- veloz estuvo ayer en,el palacio felicitando. a los condes! Yo lo eí-en:A. B 'C, en casa de don Jo- sé Zorrilla y en seguidita cáí- mos en la cuenta; después, .en casa del Juez, que comí con e- llos, «porque era el cumpleaños de doña irene y tuvieron. la aten ción de invitarme, Dios se lo pa gui (doña Celedonia palide- ció. de Fábia); también lo leímos en El Debate y 'en El Siglo Fu- uro y'hHoy copia “el sueltecito El Correo “de Andalucía. Lo cual q' doña Lúz no pudo recibir a tan- tisima gente como estuvo a ver- la y*tuve yo que encargarme, gusto por cierto, de . (Nuevo ataque de ce- AA esa tar viée” postergada: por la “prima “Luz”, puesto 'que se' considera cón mayores derechos que doña Bala para desempeñar el cargo de camarera, mayor o dama de «honor acidental de la enferma). —Pues hija, no he sabido na- ao . —Ya nos extrañaba a todos q'; usted. tan íntima.... y parienta a- demás no: apareciera. .* > - —¿Y _de.qué se trata, se pue- de saberse? ' ies —Pues mire usted; los perió- dicos lo [ponen en cifras. como! aquel que dice...Vamos,. de la 'avilla dée:horabuenas. sim afirmar ni el) La viuda: se doña Celedonia la mayor de las, adas traperas¿ de que ha- | vida. los en la Carabanchela, que se| pero. las señas son mortales, y Mos Condes han acogido las en- ¿Ja- mido como. un gato que tuvier1 enve- dado un ratoncillo entr= sus pa tas y jugara con él; 10 del suel- ¡to. de periódico es verdad, pero |es una insigne mentira que na- die. se permitiera hacer la má: ¡Jeye, insinuación <obre el asun- to en el palacio de Guadaveloz, ¡ni muchísimo: menos dar la en- horabuena a los Condes. No ohs- tante, doña Celedon:a comulga ba, créá! 1amente, con ruedas de molino, - ñ S SÍ señora; el suelto viene a decir, poco más o menos: “Há- blase de la posible hoda del pri- mogénito .de .un prócer casteila- no de a primera robleza espa- ñola, con la gentilísima hija — muy joven por cierto, —de un acaudalado título andaluz, de rancia estirpe. No podemos cCo- cic más, sino que la novia es «June .bellísima rubia y que el presunto futuro 1 conoció er Sevisla. durante a' última sema- ina Santa” Conque “verda y con ¡9sag... alcarraza.” ¡. —Pues no le vea la punta por —Hága usted memoria y verá cómo se le ve. ¿Ne recuerda us- ¡ted .que los-Condes estuvieron Cofradías yla Feria de este año pasado? ¿No fué usted también una o dos veces con su marido y su hija y se los encontró en el paseo y los. vió en la caseta del Círculo” ¿Y no iban con e- los una muchachita muy bonita y un joven muy ejegante, y has- ta algunos días. unos- señores, un matrimonio que por la cuen ta debían ser los padres de los ¡dos jóvenes? A ri me dijo tojo lesto Pantracio Luque; y por é) supe yo que el matrimonio eran los mbarqueses de Alarcos y* 3 dos niño3, sus, hijos, que ha- bían vemáo a Sevilla” invitados por los Con ies. Bueño: pues, «les de entonces, Jucita recibe w.a carta dia. >, uras veces da Ma drid, otr: San Sebastián, o- tras de. Paris ctras de Biarritz. algunas cesde Londres. Y siem- pre llevan los sobres un mua- brete mi en. un estul» hobilario con una corona eshdal porque el novio ne-, relame de gusto, |' ¡ninguna parte, (Blanca de ira). en sn casa de Sevilla para las| scómeo que consiste | Igo es mucho escribir una carta diaria), lleva el título de Conde de Fontidueña, como de la casa ide Alarcos. Le digo yo a usted daveloz la. del suelto de la pren- sa. vero que tanto si es como si no, hay moros en la costa; por- ¡que si no hubiera bastante con los datos que yo he aportado después de recogerlos cuidadosa mente porque a mí no me gusta correrme de ligero en ningún a- ¡sunto, está la actitud de los Con ldes que paece confirmar en un 'todo lo dicho por los periódicos. Pues, sí, todo Guadaveloz ha Jcsfilado por aquella casa. Con decirle a usted que hasta estu- vieron las de Guzmán el Bueno, ique son como el Santo Viático, lque no sale más que en loz ca- [sos extremos. —Pues que sea para bien y para muchos años. Ya iré yo por allí. Claro que esto lo dijo doña Ce ledonia verde de coraje y con ganas de tirarle a la viuda un ¡mordisco que le dejara marcada por vitalicio; y despidiéndose sin más ceremonia se largo ha- cia su cas apostrofando in men- ¡te a los Condes con lo más flori- 'do/ del diccoinario: “Bandidos, sinverguenzas, cochinos, zorros, isolapones, más callados que el Callao de Lima, que mie usetd si sería callado que le pusieran el Callao. A bien que ya se en- cargaría ella de meterle los Cris tos en el cuerpo a la chirislaqui lla de Lucita, la muy escuchimi zada, que en fuerza de. ser bo- nita y fina parecía... una gata ¿con arestín.,.. Ya se lo diría ella a la muy suavona.... La noticia crispó los nervios incontenidos de doña Celedonia a pesar de su probable falta de ¡fundamento, ya que truncaba ¡en flor sus fantásticos proyectos matrimoniales con Juanito Fa- ¡chada. | EE Con su taconeo de buena mo- za, cuyo garbo conserva muy ¡bien a pesar de la cdad —“no hay viuda sin pretensión”— do- ña Bala corre .a lo largo de la legendaria calle de Abd-ul-Azis y se detiene frente a un case- rón muy antiguo, cuadrado y imaczo, en cuya portada de ar- ico rebajado luce un escudo su blasón heráldico rematado por un casco y una cimera. El pos- tigo está abierto, según costum- ¡bre patriarcal de las hidalgas señoritas de Guzmán el Bueno. Hay una quietúd monacal, per- fumada de violetas, en la entra da zocalada de azulejos policro- mos. Todo está tan aljofifado y bruñido que charolea de puro limpio. Adviértese en todos los pormenores que las dueñas de la casa se esmeran en acicalarla como a una niña mocita; acaso porque tienen muy pocos que- braderos de cabeza que distrai- ga su atención. Tras la cancela forja, adivína- |se un patio precioso con arcadas manera enigmática :como se ci-¡o lo que s*a «aunque me parece románicas vestidas en enveda- “cen: esas, cosas tan... delicadas, ¡a mí que pará un simple ami- deras, en la cual una magnífica -Ho-had been paying high interest rates, and ly refinancing charges every three years, ever since he Wh * your e could - like reht— * increaseschis equily in 1 his home in 1934.. Try as he might, he had not been Feduce the óriginal debt by a s pretiy discouraged until we showed him how easily : Dag ofÉ that old-fashioned morigage—in full —with a láwtosi FHA Mortgage Loan! . ww Bill has no mortgage worties. Under liberal Valley -Bani-FHA termo, he has up to 20 years to repay his loan— in small, monthly instalments. 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Al ruído de los pasos de Doña Bala, asoma una do- méstica...., una de esas fámu- las vinculadas a lag casas aris- tocráticas, pegada a sus señores [como las lapas a las peñas, res- petuosas, fieles, bien educadas. Recibe a doña Bala y la aposen ta en un gabinete con gran cie- rre de cristales que sale al pa- tio; un cierre en el que cantan, como en desafío, tres preciosos la canarios. —-Hija, qué sorpresa... ¿Cómo estás? : La vocecita sorprende a la vii la en piena contemplación de una magnífica fotografía que ¿hay sobre, el piano entre un bus tó de Beethoven y un perrito de |China; el retrato sugestivo de adolescente todavía: María Lui- sa Alvarez, la ahijada de una Bueno. La que acaba d entrar ahora es doña Dominga, la me- nor de las dos hermanas; doña Dominga de Guzmán, Guzmán el Bueno y Pozo-Hondo. Su he: mana se llama doña Josefa de Calasanz, Guzmán el Bueno y Pozo-Hondo, también, natural- mente. Esta es la madrina de María Luisa Alvarez. Las dos son viejas y solteronas Forman parte de la aristocracia más ve- nerable de la región; son hijas de un general, y proceden, allá en lacuarta o quinta genera- ción, de Peralta de la Sal, patria de San José de Calasanz, el A- póstol de la juventud, santo fun dador de los Escolapios. Por e- llo estas señoras tienen la ma- nía de ser parientes del insigne fundador de' las Escuelas Pías. 1 por, ello también, o mejor a. cho, por su apellido Guzmán (al que elas agregan “el Bueno”, con no sabemos qué fundamen- to) se tienen también por pa- rientes de Santo Domingo de Guzmán, el glorioso instaurador ¡del Santo Rosario. Por eso dice ¡de ellas Pancracio Luque: | —Pues señor, estas criaturas ¡están entroncadas con todo el ¡Almanaque sin sacar a los sig- nos del Zodíaco. Aparte de esta manía inofen- siva y de la de creerse parien- tes de toda la aristocracia espa- fioola presente, pasada y venide- ra, las hermanas Guzmán el Bueno son excelentes personas, piadosas caritativas y dignas de todo respeto, Son las únicas superviventes de la numerosa prole del difunto generai Guz- .mán. Fuerron siete hermanas. lviven las dos antedichas y han muerto las otras Cinco. -Ninguna- se casó. Todas murieron solteras y, cvmo la mayor parte “de las solteras, tuvieron y' tienen -la manía de los pretendientes de- echados, y éstas, además, de los pretendientes aristócratas.' ' Doña Bala se volvió presta- figurita regordeta de doña Do- minga, que avanzaba cariñosa- mente hacia ella con -las - dos inahos extendidas. —¿Cómo quiere ustad que es- té doña Dominga”? !Molidá, hija molida! ¿Usted sabe los días q' llevo - con la: organización. de los ¡las Co nferencias? — dija la viuda en contestación a su sa- ludo. —Como que si no fuero por tí. —De manera que pasaba cer- ca d aquí, de correteo para la susodicha tómbola y he dicho, go; aunque pierda media hora me voy a ver como.siguen las: de Guzmán el Bueno. —Pues, hija, tantas gracias..... Voy a llamar a Josefa, siéntate.. -—Si está ocupada no la moles te; no traigo nada preciso, gus- to de verlas nada más.- —¿Y te parece poto? 'Riin..... riij riiiin..... —Señorita —A la señorita Josefa que venga en seguida, que está a- Fqui esta señora. VNientras doña Dominga deba el recado a la doméstica, doña Bala había vuelto a tomar cl 10 trato de María Luisa Alvarez, y le contemplaba embebecida. —¿Sabe usted, doña Dominga que se ha puesto muy guapa es ta chiquilla? a —¿Quién, María Luisa? Tiene a quién parecerse. Su madre fué guapísima; se disputaban la primacía entre ella y la conde- sa de Guadaveloz. También-Luz era preciosa, pero yo.no sé si f.- A AA. ¡rá pasión; a mí me gustaba A una muchacha preciosa, aunque. de las señoritas de Guzmán el; mente y dio cara a la menuda |. “EL SOL” SEMANALIO POPULAR INDEPENDIENTR cd más la madre de María Luisa. —Pues dichosa la rama que ¡al tronco sale, porque como de- cía mi padre que esié en gloria: “El hijo que no se parece a sus padres es un cochino”. Pero crea usted que me he quedado sorprendida, porque desde la úl tima vez que estuvo esta niña en Guadaveloz hasta la fecha, hay que ver cómo ha cambiado —Las muchachas, dad, se tranforman mucho. —¿Y qué saven ustedes de ella? —Pues nada. Ahora está en Palma de Mallorca con su padre Le nombraron magistrado de a- quella Audiencia por Todos San tos. Este curso ya no ha vuelto al Cclegio, Ese retrato es el de su primer traje de persona ma- yor; no me atrevo a decor de “largo”, porque ahoha hasta gas viejas vamos por la rorlilla, es decir, yo no, ni mi hermana tam1.oco, no lo mande Dios, porque yo digo que eso es per- der el juicio y darle que rvír a la gente, pero no faltan tontas que tienen ganas de dar que hablar, dicho sea sin ánimo dc ofender a nadie Pues sí; ya la presentaron en sociedad, y, poz cierto, que ha tenido mucho éx to. -—Naturalmente. !Si es un en- canto de niña! —A mi hermana y a mí se nos antoja un poquito. pronto para meterla en el mundo; pero a esa “dice su padre, como el po bce es viudo y está en una po- ¡ ¿ción donde no tiene ni siqu:e tá una parienta Jejan”, que < ¿guien ha de hacer los hon»res d esu casa y qu quién rmejur que su hija para presidir sus co rídas y sus reua. ies y recivir a sus amistades y representa: Meramente su ca31 Y cl ima ru, dicen que lo hac= como los pruorio0s ángeles. —Y que no estará su padre q' se le caerá la baba con esa hi- ja tan hermosa... —Puedes figurártelo. Mira si es así, que mi hermana quería a “todo trance que pasara las Navidades con nosotras y.... !ca! ni pensarlo; su padre a0 la suel ta, no puede vivir sin ella. Es ¡Una chifladura. Nos ha prome- tido enviarla .este verano!... Ve- ¡remos si lo cumple que mila: !grito será. —El pobre señor tampoca la ha C.sfrutado mucho, doña Do- ga. --Es verdad, que aun era ta- rniañita como un gorgojo cuan ay. al morir su madre, la rm“: tisron en,el Col »gio. -—Así es que es ura cosa muy natural que don Vicente Alv+ rez no se vea site de disfru'a1 de la compañía “. ¡a niña. l: malo será que cu: Iguier día la pierda para ín s*.c'1 a seculor:im porque «:«n esa c. ra y ese Cu2.- po y esos ojos, (s.ed me dirá si no le lloverán .c:w: pretendien- tes.... Y rica y )uena, y bien e- ducada y de 1: :"m'":ia principal !Ay, ay, ay! que no vaya hacien do. muchas: cuentas el magistra 'do consla niña, no sea que le pase lo que a la lechera con el cántaro.- - —'!Qué vámos a hacerie, h No creas, que algo de eso pier- so yo también, pero por ahora sólo tiene dieciséis años.... Mira, aquí está Josefa. Como su hermana, doña Jose- fa es pequeñita, regordeta, afa- ble cariñosa gy, como ella, revela un optimismo que parece refla- jarse también en los que la tra- tan, como si fuese contagioso. Como casi todas lás personas que viven recluídas en casa, las señoritas de Guzmán el “Bueno cias de la lecalidad; no se crea por esto que son chismosas. o maldicientes; nada de eso: un [poco curiosas tan sólo, achaque muy. corriente entre las soltero- nas viejas, y las señoritas ha mucha «tiempo que pasaron del Cabo de Buena Esperanza y na- vegan. a toda vela hacia los se- serta, la parte más occidental del poyetón. Todo sea por Dios. «Después de una letanía de cumplidos que halagan a doña Bala, empiezan a. abrumarla a preguntas sobre los conocidos y los. no. conocidos. Al fín, van a parar a Luz, la “Condesa de Guadaveloz. 2 . —Y la Condesa, ¿cómo se en- cuentra? —¿De su gripe? Muy bien, completamente bien, gracias a Dios. : —Más vale así, (Doña Josefa) —Me alegro. (doña Dominga) —Pero ahora le cogen unas crisis nerviosas que la quitan el ¡Sueño y el apetito.. lo mismo, lo. mismo que cundo el Conde tuvo el percance del auto, hará unos guatro años..¿No se acuer- dan ustedes? Pues lo mismito le entra; yo me encontraba pre ¡sente anteayer, precisamente., —Pero oye; entonces fue del susto. Estaba muy explicado, pe To ahora... en esa e- — —Y Yahora ha sido de un dis- gusto de padre y muy señor mío que le dio la otra semana esa porta marismeña de doña Cele- 'donia —declaró tan campante ¡doña Bala, muy segura de cau- sar sensación. —¿Doña Cele...? —¿Qué me cuentas? —Sií, señoras; el saco de vien- to de doña Celedonia que no sa- lía de casa de Guadaveloz, aun- que le echaran los cabestros, porque es decir que no se que- daba a dormir “con su prima uz porque no había quien la em pujara a ello, que por su cuenta no hubiera quedado, para que ahora haya venido a hacer la de los gitanos,.que si no la pa- gan a la entrada la pegan a la salida... , —'!Caramba, mujer, me dejas atónita! —¿ Yqué ha pasado- —¿Que qué ha pasado? Pues un melodrama; ,que cuando. un bruto coge un lindazo, ni el lin dazo deja al bruto, ni el bruto al lindazo ; y a doña Celedonia se le había plantado entre ceja y ceja la idea de hacer un ca- samiento doble. —¿Cómo- ? —!Jesús, María! —Ya lo creo, Juanito Fachada para ucita y Caminito para Ja- vier. | —!Santísimo Sacramento! ¡To, ¿esa mujer está loca? —'!Qué ha de estar loca, doña Josefa! Esa mujer es que és una carreta de viento y se le han su- bido por lo visto a la cabeza los cuatro cuartos que ha hecho el marido con los ultramarinos y ahora le ha dado a ventolera por emparentar con la aristo- cracia, —No está mal. —Pero es que ella no piensa q” honra y provecho no caben en u nsaco y que todo no puede tenerse en este mundo; además de que ciertas cosas son impo- sibles.... ¿Quién habrá en todo Guadaveloz que sea capaz de encontrar en su punto al inútil de Juanito Carabanche para ese capullito de rosas que se llama Luz Guadaveloz. —Y sobre todo, BaBla, que aunque la gente no quiera, aun hay clases; y esas barreras no 3e traspasan decorosamente si- no cuando está el amor para dis culparlo y nivelarlo todo — dijo ¡gravemente doña Dominga. | * —Pues nada, la buena señora ,se había hecho esa ilusión y ha ¡salido como el gallo de Morón: sin plumas y cacareando. —Pero, ¿es que ha tenido el ¡atrevimiento de proponerle e” lasunto, así pelado, a la Conde sa? —!Ca!, ro señora. Verá us- ted; verán ustedes. Es que estos días pasados dos o tres periódi- cos de Madrid y otros tantos de Sovilla publicaron un sueltecito en las notas de sociedad, alusi- vo a noviazgo de Luz con el ma- yorazgo de la casa de-Alarcos.... —¿De Alarcos? ¿Estás oyen do, Josefa? Será sin duda hijc Pe- .|de, Pepe Alarcos, el famoso Pepe Alarcos que te pretendió a tí... 'Virgen, y qué enamoramientc de hombre! No he visto en mi vida cosa igual. Una chifladura ¿Conque el mayorazgo, de Alar- cos? —El Conde de Fontidueña, sí, señora. Claro que todavía no es una cosa oficial, pero vaya us- ted a recordarles los pavos a los periodistas. Uno de ellos ha lan zado el suelto y cate usted que ha llegado a manos de doña Ce- ledonia. Bueno, se conoce que lo sintió como si le hubieran puesto un par de banderillas de dichosa tómbola.a beneficio de sienten el afán de conocer noti-'fuego .y hecha una mantgolfie- ra... porque, según cuenta Rocío, lla doncella de la Condesa, aque ¿“Mo no era mujer, aquello era 'u- na. vaca marina, se metió en el tocador de Luz, donde se encon traba aún a pobre convalecien- do de su gripe y... !pásmense ustedes!, le pidió explicaciones. —Qué desahogo. —Luz debió haber ehado la misma cuenta en sus palabras que en un perro muerto. —Pero, doña Dominga de mi alma, si se le puso como un ba- sílisco! Aun llora la pobre Con- desa cuando se acuerda. Como una verduera, talmente, —Se creería que estaba aun detrás del mostrador vendiendo comestibles... ? —!!Pobre Condesa! Vaya, que siempre se han de pelear los burros y luego han de pagar los arrieros... —Cuentan que le dijo... lo q' un perro no oye. La suerte que ¡tuvo ella fue que el Conde no estaba, porque don Javier” es hombre que si a olye levantarle el gallo a su mujer, a pone de |patitas en o más ancho de la calle. Como que le dió una de sofiones y le armó una traca- ¡mondana que a la pobre doña Luz le cogió el sopitipando y hu ¿bo que ir corriendo por don José Zorrilla. Y desde entonces que 1 38 mt Viernes 14 de Octubre de 1949. ¡está fastidiada ¡ —Pues di que se ha lucido ¡doña Celedonia. —Oye: con toda eso la amis- tad habrá quedado muy cuar- teado. —¿Cómo cuarteada? 'Bonito se puso el Conde en cuanto se enteró! Como que no se encaró con don Bernabé porque en cuan se le calmó un poco el a- rrebato «ayó en la cuenta de q' el pozre señor es un ser inofen- sivo que, de seguro, no ha te- nido arte ni parte en las andan- zas de su costilla, ¿Cuarteada, dice usted? Completamente ro- ta. Como que ni el saludo. —Pues bien, Bala, yo nc me alegro del mal de nadie, ¿es- tas?; pero en medio de todo y, amentando desde luego las con- secuencias que todo esto ha te- nido para la salud de la Con- desa, le está muy dequetebien empleado lo que acaba de pasar le; para que no se fíe de grajas peladas, para que abra el ojo y aprenda a no democratizarse tanto. No, no, hija de mi alma: cada cual con los suyos y la gen te de nuestra clase y en un pue- blo. ha de mirar muchísimo con quién se mezcla y ver de no ex- tender los pies más allá de don- de le alcance la manta, porque uego vienen todas estas cositas tan desagradabes. ¿Ves tú? Por eso nosotras, en casita, y aquí no entra nadie que no sea de los nuestros. Tanto se me da que nos llamen orgullosas los que quisieran meterse en nuestro tra to y no pueden. Quien despre- cia, mercar quiere. 'Vaya con do fio Celedonia! Al fín, hijo de ga to, caza ratón; y lo que me ex- traña es que muchísimo antes no haya enseñado la oreja, por- que todo el pueblo se extrafia- ba de que tuviera esa mujer tan ta entrada en casa de los Con- des, porque es cosita que siem- pre ha sido un macho pilongo desde que era tamañita.... 'Si me acordaré yo! Su padre tenía mucho qué agradecerle al mío; siempre que se veía en apuros acudía a pedirle dinero, lo cual ,que era un buen sujeto el pobre ....5 pero lo que toca a Celedonia siempre ha sido máe retorcida que una barrena. En fín, está visto que el hacer bien a villa- nos es echar agua en el mar — concluyó filosóficamente doña Josefa. Charlaron un poco ms se condodieron nuevamente dei es- tado de salud de la Condesa, y doña Bala se fue, convencida de que en el término de ocho días, a más tardar, todas las cá balas, comentarios e hipótesis que s» hacían en el pueblo so- bre la inesperada ruptura de la arabanchela con su “prima luz” ¡se desvanecerían para dejar c!a ¡ramente asentada la oscueta verdad. Esta misión quedaba encomendada al espíritu de pro paganda de las señoritas de Guzmán el Bueno. Recibían mu cho y a gente muy selecta, esta- pega ociosas y con ganas de ha- blar, y tenían atragantada a do fia Celedonia en su cualidad e nueva rica. Doña Bala salió de casa de las señoritas de Guzmán el Bue no convencidísima de que por mucha que fuese la discreción de los Condes (que a nadie die- ron a entender lo más mínimo) y por mucho que extremaran la prudencia los Carabancheles, que habían recurrido al silencio como único medio de que no trascendiese el ridículo y poco airoso asunto en el cual doña |¡Celedonia “había hundido la pata hasta la rodilla”, todo Gua [E conocería al dedillo la “verdad” de lo acontecido antes deque transcurriese una sema- na. XL Continuará la semana entrante Give ¡Now * x*+ *x To Your Community Chest RPP SPARE Se Pintan Carros Buen Trabajo y a Precio Razo- mable - Servicio de Guardafan- gos y Carrocería - Tapicería y Soldaduras de Todas clases! SE AFILAN Y SZ LES COMPO- NEN DIENTES A ZERRUCHOS También ponemos DIENTES NUEVOS a los Zerruchos 417 So. Calle 3ra. Tel. 4-4412

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