El Sol Newspaper, May 14, 1943, Page 3

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Viernes, 14 de Mayo de 1943 - Nota Editorial Por considerado de actualidad reproducimos a continuación ] algunas frases de “La Oración de los Pueblos Débiles” por. Manuel Castro Ramírez, ExMinistro de Relaciones Exteriores de El Salva- dor. “Haced, Señor, que creamos en el principio de igual- dad, para que nos imaginemos vivir el reinado de la justicia; haced que los grandes afiancen su grandeza en la coopera- ción y solidaridad, para que el progreso sea aliento de vida y esperanza y no látigo que fustigue; haced que la libertad deje de ser un mito, para que a todos nos ampare; haced que la Independencia no se pierda entre las garras del ego- ísmo de los pueblos grandes; haced amable la convivencia internacional, mediante la devoción absoluta al principio del respeto al derecho ajeno; haced que la paz sea la resul- tante de la armonía social y fuerza; haced que los dones de no imposición grosera de la la naturaleza no pasen a ma- nos extrañas; haced que la tierra dé frutos abundantes pa- ra nuestros hijos; pero haced también que el sol calcine nuestros campos y el agua se torne en fuego, si plantas con- quistadoras pisan nuestras campiñas. . . Haced que a falta de fuerza material nos sobre fuerza moral para vivir con honra .. . Haced que termine el reinado de la violencia y que se acabe la era de los abusos; haced que llegue a roa-.- zarse algún día el ideal del desarme, para que la agricultur« florezca, la industria recobre su prestigio y la ciencla luz- ca su esplendor; haced que renazca la fe en un porven*: ven turoso, en el cual no haya civilización sin armonía, armonía sin orden, orden sin paz, paz sin justicia. . . El Choque Entre Don Eulalio Y Villa Un mes después de la entrada de las fuerzas zapatistas a la ciudad de México, precisamente en la fría y nublada manaña del 27 de diciembre de 1914, circu- laban los rumores más contradic- torios y se advertían síntomas de algo extraordinario hasta trá- gico. La inquietud y lá incerti- dumbre se retrataban en todos los semblantes, y como para su- brayarla, se encontraba tendido en línea desplegada un fuerte! contingente de la caballería de| la División del Norte, con las ca- rabinas embrazadas, desde la Plaza de la Reforma hasta su in- tersección con la Calzada de los Insurgentes, prolongándose la mis ma línea por la calzada que se acaba de mencionar. Los rumores eran confusos y| nadie sabía a ciencia cierta lo que había ocurrido. Decíase de un fuerte choque personal entre el Presidente de la República, gene . ral Eulalio Gutiérrez, y el general Francisco Villa, comandante en jefe de las fuerzas convencionis- | tas, y hasta se aseguraba que el general Gutiérrez, con algunos de. los funcionarios más allegados de su gobierno, pretendió la noche | anterior fugarse ¡de la capital, y que las fuerzas de la División del Norte se lo habían impedido, Como síntoma muy alarmante se miraba el hecho de que aquellas fuerzas villistas se encontraban tendidas desde hora muy tempra na precisamente frente a la re- sidencia del Gen Gutiérrez quien ocupaba el palacete Braniff, ubi cado en el primer tramo del Pa- seo de la Reforma. DISENSIONES ENTRE CONVENCIONISTAS De hecho habían surgido gra- ves disensiones entre los princi- pales jefes convencionistas. Ha- bía sido asesinado el general Gui- llermo García Aragón y dado muer te al periodista don Paulino Mar- tínez y el asesinato se atribuía a unos agentes de Villa expre- samente encargados de ese pro- ditorio crimen. También habían matado al teniente David G. Berlanga, destacado miembro de la Convención. Se habían regis- trado tiroteos, con muertos y he- Yídos, entre fuerzas del Ejército LOS | Libertador del Sur, a las órdenes del general Banderas, y soldados que estaban mandados por el ge- neral Buelna, y el escándalo ha- bía ocurrfdo en la calle de San Juan de Letrán. Existía una guerra sorda de intrigas, recelos y desconfianza. Nadie tenía fe “en nadie ni sabía a qué atenerse. Días antes habían desaparecido de la capital algu- nos miembros destacados de la Convención, que se llevaron la bandera de la misma en la que BISEMANARÍO POPULAR INDEPENDIENTE Página 3 ¡ estaban estampadas las firmas de | lón verde. A su izuierda. Urbina, todos los que juraron cumplir los: y a su derecha, González Garza acuerdos de la asamblea revolu- cionaria de Aguascalientes, y aun que primero se dijo que se ha- bían marchado al campo carran- cista, días después se averiguó que se encontraban en San Luis Potosi y que habían marchado a esa ciudad por instrucciones ' del general Gutiérrez. Se dió el caso escandaloso de que uno de los ministros del ga- binete de Gutiérrez, el Secreta- rio de Instrucción Pública, licen- ciado José Vasconcelos, tuviera que salir a la calle resguardado siempre por policías, en virtud de haber sido amenazado de muer te por un general zapatista. Y poco después hubo de huir ese ministro a Pachuca. UN CITATORIO URGENTE La Convención estaba en rece- so y sólo funcionaba una Comi- sión. Permanente designaba por la misma en Aguas-calientes. El presidente de esa Comisión Per- manente citó desde muy tempra- ina hora y con el carácter de muy urgente, para tratar asuntos gra- vísimos, a todos sus miembros, a fin de que se reunieran puntual- mente a las diez de la mañana en el Salón Verde de la Cámara de Diputados. El mismo citatorio ex presaba que concurriría a la jun- ta el general Francisco Villa. Un poco antes de las diez de aquella mañana fría y nublada del 27 de diciembre de 1914, se encontraban congregados en el mencionado salón verde los miem bros de la Comisión Permanente que en seguida se expresan: Pán- filo Natera, Manuel Zavala, Ale- jandro R. Aceves, Vito Alessio Robles, Mauricio Contreras, Luis González, Roque González Gar- zá, Dionisio Marines Valera, Es- teban Márquez, Alberto B. Piña, y Carlos de la Vega. Todos preguntaban a González Garza el motivo de aquel citato- rio, pero el interpelado respondía con aire misterioso: —Ya lo sabrán “ahora que: lle- gue el general Villa. LA'IRRITACION DEL CENTAU- RO DEL "NORTE Es A las diez en punto de la ma- ñiana hizo violenta irrupción un grupo encabezado por el general Villa. Lo acompañaban el gene- ral Tomás Urbina, ocn mirada y fo Fierro, de estatura corpulenta y mirada dura, el general Rodol- 1 foRodríguez, Felipe Riveros, go- bernador de Sinaloa, y media do- cena de “dorados.” Al Centauro del Norte le lla- meaban los ojos y sus ademanes eran extremadamente violentos. Tomó asiento en la cabecera de una de las grandes mesas que se encuentran en el centro del sa- La prensa aplaude las conferencias Tenidas por Roosevelt y Avila Camacho | w¡ASHINGTON.—En toda de prensa americana se han paciito entusiastas comenta- tos editoriales sobre la con- ia que celebraron re- enter > los presidentes de éxico y «e los Estados Uni- ldos y casi unánimemente se asegura que estos contactos rsonales entre los dos jefes E estado, para estudiar y re- solver los problemas comunes, 'presagian una era de mejor comprensión entre ambos paí- ses y sirven de lazo de unión entre el mundo sajón y. el latino. “En los comentarios que publicó el New York Times a propósito de la histórica reunión, se leen, entre otras cosas, las siguientes: “Desde hace mucho tiempo es evi- dente que la habilidad que demos- tremos en el establecimiento de amistosas relaciones con México y 3u pueblo, será la piedra de toque de todo nuestro programa de cola- boración interamericana. La visita pue se hicieron. y las palabras sin- «eras de buena voluntad que pro- munciaron ambos presidentes, son i¡Sndicativas de los notables progre- sos que se han alcanzado.” Notable contribución de México “El presidente Roosevelt rindió tributo, con toda justicia, al papel de primer orden que México está desarrollando en pro de la colabo- «ración del hemisferio, a su produc- ión de materiales estratégicos ¡para la guerra y a los caracteres altamente sociales de la emigración de trabajadores agrícolas mexica- nos a los Estados Unidos.” + El Evening Star de Wáshington refleja en sus comentarios la opi-' nión de los principales diarios de : Nueva York, Baltimore, Boston, Chicago, San Luis y San Francisto. Dice el Star: “Después de la guerra, como lo hizo en el pasado, México desem- peñará un papel de capital impor- tancia en a hemisferio occidental. Sin una estrecha compre. nuestro país y nuestro n diato vecino del sur, será a todas » luces imposible llevar a cabo nues- tro ideal de solidaridad continental.” El actual conflicto encuentra a las dos repúblicas americanas empeña- das en una lucha común para des- truir, según palabras del presidente Avila Camacho, la barbarie que han implantado los dictadores.” Criterio periodístico de México Semejantes a éstas son las de- claraciones de los periódicos mexi- canos El Nacional y Excelsior. El Nacional hizo la observación de que “los Estados Unidos han con- centrado todos sus esfuerzos en la. hora de prueba,” y dijo que la Po- lítica de Buen Vecino “constituye los medios para asegurar y gran- jearse el afecto de todos los pueblos de este hemisferio.” E El Correio de Manha, de Rio de Janeiro, escribes Kutt en el Sacramento Bee. “La reunión de los dos estadistas americanos en esta turbulenta época que agita la vida del mundo tan profundamente, impresiona 2 todos los pueblos del continente que los ideales comunes herma- nado.” La radioemisión chilena puso de manifiesto, en un programa espe- cial sobre la visita en cuestión, “1 voluntad de perfeccionar la unión entre los pueblos americanos.” El Congreso Mexicano felicitó a! presidente Avila Camacho por ha- berse visitado con el presidente Roosevelt, llamando esta reunión “de la mayor importancia para la nación mexicana y para las liberta- des humanas que ahora se encuen» tran en juego.” pasos de tejón, el general” Rodol- ' Todos los remás delegados toma- | ron asiento en torno de la misma | mesa. Los generales Fierro y Ro- dríguez y los seis “dorados” ocu- paron las sillas pegadas a las pa- | redes, y precisamente a retaguar- | dia de los delegados. 1 Quizá no haya sido muy có-| moda ni muy libre la deliberación | tienendo a las espaldas a media docena de “dorados.” LAS QUEJAS DEL GENERAL | VILLA Sin preámbulos, con los ojos! flameantes y dejando escapar es- pumarajos por las comisuras de los labios y accionando con gran violencia, el general Villa dijo con | vOZz ronca: —Señores, los he mandado lla- mar a ustedes, como representan | tes de la Convención, para darles | la queja de que ese tal por cual de Eulalio Gutiérrez, nos está traicionando y que anoche se iba |! a pelar de la capital para unirse con Obregón. Ya estaba todo lis- to para la fuga en un tren espe- cial, con algunos de sus ministros; | pero yo lo' supe oportunamente por el general Chao, gobernador | del Distrito, y mandé ocupar con fuerzas todas las estaciones y to- das las garitas y desde la madru- | gada hay fuerzas mías que rodean la casa de ese traidor. De mí no se burla nadie, y vengo a avi- sarles que en este ¡momento lo voy a desenmascarar y a castigar- | trevista. | rodeado de soldados villistas. | sofá a los generales lo como' se merece. . . Todo lo anterior entre una le-¡ tanía de injurias. Villa y sus al compañantes se pusieron de pie.| abló Alessio Robles, | —Señor general, esría preferi- ble que usted no fuera. Es me- jor que vayamos nosotros; con-; ferenciaremos con el Presidente, ¡ l'utsed con el resultado de la en- Cualquier escándalo al único que favorece es al enemi- e —Bueno, bueno, — interrum- pió Villa vayan ustedes y ajústenle cuentas a ese tal por cual. Y salió rápidamente. ¡UNA VIOLENTA ENTREVISTA Dos o tres minutos después, los miembros de la Comisión Per- manente se dirigieron al palace- te de Braniff, que encontraron Su- | bieron rápidamente la escalera y | en el salón principal, encontraron con sorpresa al general Villa y a! sus acompañantes. Sentados en el Gutiérrez y José Isabel Robles, Secretario de Guerra; en sillones inmediatos al | sofá, a los generales Villa y Urbi | na; en sillas respaldadas a los| rpúiros, a los demás. La primera parte de la escena fué demasiado violenta. Villa en- tre un aluvión de malas palabras decía manoteando: —-Usted es un tal por cual; nos está traicionando, y a mí no me hace tonto nadie. ¿Usted se iba a fugar anoche? Eulalio Gutiérrez contestó valentía y sequedad: —Me iba de aquí porque no quiero hacerme cómplice de los asesinatos que se están cometien do todos los días. ¿Y adónde se iba usted? —A la punta de un cerro, con testó con enteraza el general Gu- tiérrez. con —-Pero no se irá solo — replicó Villa—, yo lo seguiré con todos los hombres que vengo manejan- do. Por lo pronto, no puede us- ted irse. Todas las estaciones es- tán ocupadas por soldados míos. ningún tren. —Me iré aunque sea en burro. INTERENVCION CONCILIADO- RA DEL GENERAL ROBLES Villa con frases descompuestas, mandó a Fierro: —Que inmediatamente se -cam- bie la guardia de esta casa —. Y agregó! dirigiéndose. a Gutiérrez: Í —queda usted preso. Intervino el general Robles en forma conciliadora: —Mi general, le ruego no ha- ga eso. Las gentes se entienden hablando. Si el general Gutiérrez tiene algunas quejas, que se las diga a usted, y estoy seguro que podrán arreglarse todas las difi- cultades. Yo le respondo que el Presidente no saldrá «e la ciudad de México. Las frases de Kobles parecie- ron calmar la ira de Villa, LAS CAUSAS DEL DISTANCIA- MIENTO Y el comandante en jefe de las fuerzas convencionistas, con mú- cha menos violencia, expresó, di- rigiéndose a Gutiérrez: —A ver, diga usted cuáles son las quejas que tiene de mí. yo le obedezco en todo, en la buena y en mala fortuna. ¿Qué ie he he- cho? Gutiérrez, con las orejas viva- mente encendidos, replicó: —Estoy cansado de tanto ase sinato y de tanto plagio y de tan to saqueo, pero principalmente porque usted mandó matar a Da- vid Berlanga y porque ha llega- do su atrevimiento a tal grado, que usted amenazó a uno de mis ¡ ministros... —¿A cuál ministro? — inte- rrumpió Villa. —A Vasconcelos, contestó el Presidente interino de la Repú- blica. —Mire usted — explicó Villa PAE: , A ” e] N y después iremos a dar cuenta a| Sin órdenes mías no puede salir; —, yo mandé matar a 'Berlanga porque era un falderillo que me andaba ladrando. Me cansé y el di una patada. En cuanto a ese tal por cual de Vasconcelos mien te y remiente. Lo único que qui se fue salvarlo de un grave peli- gro, y en lugar de agradacerlo ese huelep. . . le vino con un chis me. Mire lo que pasó: “El Aga- chado” quería quebrarlo . . “El Agachado” vino y me dijo que * cuando estaba preso en la Peni- tenciaría en la época del señor Madero, se le presentó ese Vas- concelos. diciéndole que era muy influyente, y que si le daba mil pesos, - él se comprometía a sa- carlo de la cárcel. Y me contó Banderas su familia empe- nó hasta ropa para juntar ochocientos pesos, que con miles de sacrificios le dieron al licen- ciadito, ése, y Vasconcelos se fué como los mayates, contoy hebra, y no volvió a ver “al Agacha- do”, y mo dió una sola plumada en su proceso. “El Agachado” me anunció que o yo mandaba qui- tar a Vasconcelos de ministro o él lo quebraba. Yo, queriendo sal var a ese que era muy lambis- cón conmigo, lo mandé llamar y le dije lo que decía “El Agacha do,” y le agregé que había man- dado al general Angeles a que tomara Monterrey y que, como él corría - peligro quedándose aquí porque “El Agachado” es €... y cumple lo que ofrece, le iba a dar una carta de recomendación para que lo nombraran secreta- rio de gobierno en Monterrey. Ya ve usted, ese tal es un ar- guendero. que la Para Villa era lo mismo Se- cretario del Gobierno en una pro vincia que Secretario de Instruc- ción Pública. Pero Vasconcelos, altamente ofendido en su sober- biba, había sembrado una cizaña muy difícil de extirpar. Superior Tamale Tiene el gusto de anunciar y ofrecer a su numerosa clintela, sus dos despachos: EL NUEVO 'SUPERIOR TAMALE en 615 E. Washington St.—Tel: 3-6360 CON SEVERO, HURTADO COMO GERENTE El ANTIGUO ; : "SUPERIOR TAMALE Como siempre en 345 E. Jefferson St. Teléfono 4-5760 CON EL PROF. 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