El Sol Newspaper, November 30, 1962, Page 4

PAGINA CUATRO DISCOS a: EL DOMINGO EN "EL SOL” 62 AL SUR DE LA CALLE TERCERA ( ) TELEFONO ALpine 3-4948 PHOENIX, ARIZ. | . ESCUCHE: “La Tarde KTAR-I'V RECONOCIDOS ARTISTAS EN Da “EL SOL”, SEMANARIO POPULAR INDEPENDIENTE Pocas veces la frase tiene un sentido de respeto y ad- miración cuando se habla de “una mujer del mundo”. Ca- si siempre se ha: supuesto que se trata de una mujer mun- dana, de las que no pueden llegar a la altura de las que nos vamos a ocupar en estas líneas. No es lo mismo “mun: dana” que “del mundo”. Y basta suprimir una letra y decir “una mujer de mundo” para significar cosa distinta. Esta mujer del mundo, que acaba de morir, sobrepasa la estatura normal de las demás mujeres. Era alta, en verdad; pero su altura mejor era la de solemnidad y profundida- des. Fué más allá del hogar, de la ciudad, del país, de la sociedad, para colocarse den- tro del mundo entero, que la miraba con devoción. Huér- fana, consciente de que por los caminos de la atracción femenina .no podría figurar, asume el papel de redentora DARRZRERARARRARARARRRARARRRAARARRRRRIRAARARARRARRRRIZAIAARRIIIARIUIAAARNARA, ada” con CARLOS MONTANO F. Cada Domingo 2%30 A 10:30 A.M. Canal ] 2 PERSONA PRERSAARAARRRRRARRAIRARAAARRRRRZARAR KZON Teléfono WE 6-3381 DPELLLIZAARAARRRIIAZIIAATAARARARARAARNRAR KZON"-“-1190 UNA MUJER DEL MUNDO y la suerte le depara a un compañero que en una época atrajo la atención universal desde el poder formidable de los Estados Unidos. Se habrá advertido que nos referimos a la señora Anna Eleanora Roosevelt. Su figuración política co- mienza con aspectos sobresa- lientes durante la campaña presidencial de su marido. Ella es la secretaria, la en- cendedora de los entusiasmos, la que va hacia el público, ha- cia las masas, mientras el compañero y candidato usa una silla de ruedas con mu- cha frecuencia, agotado por la parllisis. Pero, ¡qué fulminan- te inteligencia se desarrollaba dentro de aquel cráneo en suz- penso, irradiando proyectos 'humanitarios! Roosevelt es el revolucionario en el país más conservador del Continente. Extrae vigorosamente de sí mismo el remedio contra su postración y contra la pos- tración práctica del país en los duros tiempos de la infla- ción, en tanto que el cuerpo del paralítico director se su- jeta a normas sobrehumanas. Lo sostienen por debajo de los brazos sus ayudantes per- sonales en las obligadas cere- monias protocolarias. El de- muestra una vez más la sobe- ranía del pensamiento, la fuerza de las ideas sobre la carne y los huesos del hom- bre. Golpeado por la enferme- dad, Roosevelt encuentra te- rreno en su inmovilidad para robustecer la mente. Y piensa en los niños pobres que no tienen ni la voluntad ni las de natación por horas, el ma- saje tenaz, la dieta. Sólo el ce- rebro era el movimiento fe- bril para crear hospitales in- fantiles y dirigir los amargos negocios del Estado. Con el sufrimiento se desarrolló en él la bondad antes que la amargura. Es clásica su son- risa abierta, clara, sobrepo- niéndose a la tristeza de su condición física. Una extraña resignación sonriente preva- lecía en un espíritu batallador por los ideales. Puede decirse ahora que Franklin Delano Roosevelt fué la bondad y, a su lado, la esposa constituía la energía en acción visible. Así se rompensaban. Pero además de eso, en ella había admiración para el esposo y fué el mejor de sus propa- gandistas, Le dió hijos en la sagrada sentencia de la ma- ternidad; mas también supo desplazarse del horizonte fa- miliar para transitar más allá en el campo social que toda mujer moderna debe recorrer con las delicadas limitaciones de la femineidad. Una vez escuchamos a la señora Roosevelt, en la tribu- na de las Naciones Unidas. Su inteligencia abarcaba con jui- ciosa medida todos los proble- mas humanos. Buscaba, la paz, el abrigo, la identificación de los hombres de todas las lati- tudes y de todas las razas. Una de las características de la señora Roosevelt fué el amor a los negros. Un detalle entre mil la coloca en un pe- destal sobresaliente: rompe los anticuados moldes aristo- cráticos al llevar al escenario de la Opera de Washington, facilidades de él para Curar- qe había sido el sancta sánc- se. Jamás se ha visto decisión |tórum de elegidos, a una ar- tan continua, para pelear Con- |ti<ta de raza negra que no ha- tra la enfermedad desde que amanecía el sol. La piscina 1190 u su vaz 94 Dr. Oeste Madison bía podido antes atravesar el muro. La conduce al sitio de honor de la Casa Blanca y aquellas paredes escuchan por primera vez la voz de una la sublimidad de su arte los prejuicios sostenidos por una República que nació a la vida con el convencimiento de la igualdad; pero que, ¡aun aho- ra!, no puede unanimizar ese sentimiento, Cuando el cadáver de Fran- klin Delano Roosevelt pasaba por las calles y los campos, rumbo al solitario rincón de Hyde Park, gruesas columnas de niños, mujeres y hombres negros lloraban a ambos la- dos de la vía. Por allí iba el benefactor de una raza, el otro Lincoln moderno, rumbo a su definitiva morada. Se su- cedían las escenas patéticas en aquel desfile de hace 17 años. ¡Cómo han de llorar ahora las muchedumbres, no sólo de negros, con la noticia de la amiga de la Humanidad, de la mujer del mundo, la Pri- mera Dama a quien nadie en las distintas regiones del glo- bo pudo disputarle ese puesto! Era alta, moldeada, sin| atractivos físicos; pero sabía rodearse de ellos cuando em- pezaba la exposición de sus ideas para satisfacer las ne- cesidades del semejante. Se embellecía desde que pronun- ciaba las primeras palabras. Nosotros vimos cómo hasta los que no comprendían su idioma se enternecían con el acento de su voz. No la enten- dían, pero los conmovía, Sa- bían lo que había de alma en las palabras. Y ese es uno de los milagros en la grandeza de los seres predestinados. loo SN _— — Noticias de Cine... (Viene de la página 3) pieza como carnicero, después sigue boxeador y termina co- mo cantante.... dice que algún día se filmará su verdadera mujer de color que borra con|* Viernes 30 de Noviembre de 1962 A. La Cerveza mas Grandiosa de América con VERDADERO sabor a Pilsner! Arizona Brewing Company, Inc., Phoenix, Arizona AS B« E Television SE VENDE Y SE DA SERVICIO : 1908 $. 16th St. Tel. AL 4-3880 ABIERTO DE LUNES A SABADO DE 9 A. M. A 8 P. M. — DOMINGOS DE 1 P.M. A 5P. M. 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