El Sol Newspaper, May 31, 1957, Page 4

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PAGINA CUATRO MORTENSEN - KINGSLEY LA AGENCIA DE FUNERALES PREFERIDA DE LOS MEXICANOS Se atiende con respetuosa actividad. Teléfono: 4-3119 1020 West Washington St. O A A A A AA nos nos nono : ESCUCHEN: "SERENATA NOCTURNAL” Con: Humberto Uribe TODOS LOS DOMINGOS 10:00 P. M. KRIZ -- 1230 kc. Article in Reader's Digest Reveals - Jittery Pre-Menstrual Tension * ls So Often a Needless Misery! suffer terrible nervous ten- stopped ... or A relieved al ji , irritable, de- ...pain and discomío: 1'3 oub of 4 pressed — just before your Len women got glorious relief! 'h month? A startling article in Taken regular]: ER'S DIGEST pe e Ad e ¿e E pre-menstrual torment is nee: Ss Er A: pan, palo ! SDE ny misery in many cases suffer—even on the first day! eS Thousands have already discov- i . should you? This month, start tak- ured how to avoid such suffering. 108 y a it cros dont With Qi Pinkham's Compound estape p and Tablets, they're so much hap- 6 “ ult ften the cause of unhappiness, pier, less tense as those “diffic ol on app E In doctors' tests on amazing days” approach! Lila Plakham's Pinkham' Vege- has a remarkable | product, 3 out of 4 women got | table Compound ... soothing effect on | relief of nervous distress, pain! | OT convenient new Wonderful relief during and | Tablets which have before those “di days”! ding iron a 12p.m the source of such distress, In doctors” tests, Pinkham's Subscríbase al Periódico "EL SOL” Ragsdaleo-Rodríguez CASA FUNERARIA Precios Módicos. Velaciones Toda la Noche si así lo Desean. 1100 E. CALLE JEFFERSON Tel. Oficina: Tel. Casa: AL 2-3471 AL 3-2786 Facilidades de Pago, “EL SOL”, SEMANARIO POPULAR INDEPENDIENTE La Muerte Rompio el... (Viene de la página 3) No como resolvió el dilema Federico García Lorca con su ge- nial Gracia de poeta consuma- do, no matando, desde luego que no, Pedro era un hombre que había saboreado y aprovechado los beneficios que da la civili- zación. Pedro era un hombre civiliza- do. Entonces acudió al divorcio. Lo malo estuvo en que su sen- sibilidad exagerada y su senti- mentalidad, lo hizo rehuir, el lastimar a María Luisa. La siguió tratando con el mis- mo comedimiento y atención de siempre. La siguió respetando. La siguió sosteniendo económi- camente. Le hizo y regaló una residencia. En el juzgado de Primera Ins- tancia de Tetecala, Estado de Morelos, tramitó su divorcio Pe- dro Infante de María Luisa Le- ón de Infante. Le fue concedida la separación defintiva a Pedro. Con el certificado de divorcio pudo convencer a Irma Aguirre —Dorantes— para que ambos emprendieran una huída román- tica en avión para Mérida, Yu- catán. Y en llegando allá los tórto- los enamorados, se casaron. La vida y el mundo sonreían a Pedro. Los triunfos continuaron ]lo- viendo como luces de bengala. Triunfaba Pedro en el cine, pe- ro triunfaba también en la te- levisión, radio y teatro. Sus pre- sentaciones personales echaban abajo la casa. Tenía una preocupación: po- ner en alto el nombre de Méxi- co. MARIA LUISA LEON DE INFAN- TE DEFENDIO SU TITULO DE ESPOSA LEGITIMA. Pasaban los meses. María Luisa León de Infante ¡perdonaba el donjuanismo de Pedro deseosa de evitarle dolores de cabeza, mala: propaganda, en fin, cuanto tendiera a perjudicar su situación de astro del cine mexicano. Pero cuando se enteró de que el mundo empezaba a tener el hogar de Inma Dorantes y de Pe- dro, como la residencia legítima de la familia de Pedro, pensó que era su obligación defender su calidad de esposa legítima. Y por conducto de su apode- rado jurídico, el licenciado Ar- mando del Castillo, acudió ante el Juez Segundo Civil, solicitan- do declarara insubsistente el di- vorcio que “al vapor” obtuvo Pe- dro Infante del Juez de Primera Instancia de Tetecala, Morelos. El Juzgado Segundo Civil, a- cordó afirmativamente la solici- tud. - Entonces María Luisa León de Infante, con ese fallo acudió an- te el Juez de Primera Instancia de Villa Obregón, solicitando que se declarara nulo el matri- monio de Irma Aguirre —Doran- tes— con Pedro Infante, en Mé- rida, Yucatán, acordando el Juz- gado procedente la solicitud, fa- 116 a favor de María Luisa y de- ya !ATENCION!! Jovenes, Señoritas: ¿ESTAN USTEDES, PROXIMOS A CONTRAER MATRIMONIO? Ordenen sus Participaciones Matrimoniales en: “EL SOL” 62 Sur Calle Tercera (Entre Washington y Jefferson) Phoenix, Arizona En donde además encuentran ustedes, una gran variedad de: e Azahares O Coronas e Velos O Rosarios O Libros de Oir Misa. AE VET EVE VE VE VE VE VE VE VEN EE EEE EEES claró nulo el matrimonio. Ante estos hechos que la colo- caban en una situación desaira- da y vergonzosa, Irma Dorantes interpuso un amparo contra el fallo del Juez de Primera Instan- cia de Villa Obregón y contra la Tercera Sala del Tribunal Su- perior de Justicia, por la senten- cia del 22 de abril de 1955, que declaraba nulo su matrimonio con Pedro Infante. El amparo fué elevado a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la que lo negó, aunque reconoció como hija legítima de Pedro Infante e Irma Dorantes, a la uequeñuela de dos años que habían procreado, considerando que Irma obró de buena fe al contraer matrimonio con Pedro. ESCANDALO EN EL MUNDO SOCIAL Y ARTISTICO DE MEXICO María Luisa León de Infante fue a la parroquia de la Colo- nia Narvarte —es miembro de la Junta Parroquial— y el ele- var sus preces a la Santísima Virgen de Guadalupe, por el cur- so que habían tomado los acon- tecimientos, le pidió su inter- cesión para que Pedro Infante | regresara a su casa. Mientras que todo esto suce- día Infante se encontraba en Mérida. En todos sus actos, María Lui- sa León de Infante llevó consigo a la hija adoptiva suya y de Pedro, la niña de diez años de edad Dora María Infante León. —“Durante los años de sepa- ración de Pedro, he mantenido buena amistad con él. No perdí la esperanza de que algún día volviera a nuestro hogar. Me he negado a servir cualquiera pro- paganda que hubiera podido per judicarlo. Pero ahora, ya puedo Sensible Defunción . ) en Superior, del Sr. 2 / 4 Tomás J. Rodríguez El sábado 18 del actual, a las 9 de la mañana falleció el es- timable caballero Sr. Don To- más J. Rodríguez, a la edad de 76 años. El Sr. Rodríguez vivía en Florence, Arizona, con su fa- milia, y fué allí en donde pasó a mejor vida. Sus funerales se verificaron como sigue: El lunes día 20 por la noche se efectuó el Velorio en la Ca- sa de Funerales de Florence; el recinto luctuoso estaba mate- rialmente cubierto de flores frescas, las que fueron enviadas por las muchas amistades de la familia, que goza de muchas simpatías en ese lugar y en es- ta capital. El martes a las 11 de la mañana se celebró Solem- ne Misa de Cuerpo Presente en la Iglesia de la Asunción en e- se mismo lugar, y de ahí partió el cortejo fúnebre hacia el Pan- teón de Coolidge en donde se| verificó el Sepelio, El funeral fue muy concurri- do, y la familia recibió muchas muestras de simpatía y condo- lencias por tan triste aconteci- miento. Sobreviven al finado, su esti- mable esposa la Sra. Secundina G. Vda. de Rodríguez; sus hijos: Ramón, Inés R. de Méndez, So- corro R. de Fierros, Eduardo, María de Jesús R. de King, An- tonio, Apolonia R. de Alejandro, Vicente, Antonia R. de Ruiz y Julia Rodríguez. Dos hermanos: Luis Rodríguez e Inocencio Ro- dríguez. 32 nietos y 4 bisnietos. Enviamos nuestras condolen- cias a tan afligida familia y e- levamos nuestras oraciones al Todo Poderoso por el eterno des- canso de su alma. “EL SOL”, 62 SUR CALLE 3a. DriR Roles of HEADACHE Ease PAINS OF HEADACHE, NEURAL- GIA, NEURITIS with STANBACK TABLETS or POWDERS. STANBACK combines several medically proven pain relievers . . . The added effectiveness of these MULTIPLE ingredients brings faster, more complete relief, easing anxiety and tension usually accom panying pain. Snop Bock mtb STANBACK STANBACK CEomocas) against any preparation you've ever used PTU (S Guaranteed by 2 Good Housekeeping estonio hablar y expresar mis sentimien- ¡tos. Siempre me he considerado su única esposa de Pedro. Sus aventuras con otras mujeres no me han quitado el sueño, porque soy su legítima esposa, como a- hora lo prueba el fallo de la Su- prema Corte de la Nación. Pedro ha tenido para mí y para nues- tra hijita, todas las consideracio- nes y respeto que se deben a una verdadera esposa. Mi corazón de mujer y de esposa, estará dis- puesto a perdonarle todo y a ol- vidar....” Se había armado el gran es- cándalo en el mundo fílmico y teatral y en la sociedad. Irma Aguirre no era ni podía ser “de Infante”. Entonces ¿qué era? Aunque apena decirlo, era otra de las amantes de Pedro. Pedro, desde Mérida, se dis- puso a regresar a la Capital a afrontar la tempestad. TODO MUNDO IGNORABA QUE HARIA PEDRO INFANTE Todo el mundo ignoraba qué haría Pedro Infante. ¿Regresaría al lado de su le- gítima esposa María Luisa León de Infante y de su hijita Dora María Infante de León? ¿Intentaría en alguna forma de reasumir su vida conyugal al lado de Irma Aguirre o Dorantes y de su niña de dos años, para juntos esperar el advenimiento de otra criatura por nacer, es decir al ahora póstumo hijo de Pedro? ¿No daré el divorcio a Pedro. Espero que cumpla con su obli- gación de reintegrarse al hogar. Nuestra hija y yo lo esperamos co nlos brazos abiertos” —decla- ró llorando María Luisa León de Infante. —No acusaré a Pedro de los delitos de adulterio y biga- mia”. —“No he estado empeñada en tenerlo a mi lado. Simplemente he defendido mi papel de espo- sa, conforme a la ley y a la igle- sia, ante las que estamos uni- dos. UN INAPELABLE FALLO DE DIOS RESOLVIO EL DRAMA DE PEDRO INFANTE La absorción profunda de la metrópoli en el drama de Pedro Infante, María Luisa León de Infante, Irma Aguirre y de las criaturas de estas dos mujeres, repentina y brutalmente se in- terrumpió, quedando la ciudad de México consternada con esa interrupción. ¡“PEDRO INFANTE PERECIO”!! Pedro era el máximo accionis- ta de la Empresa Aérea TAMSA cuyas terminales son la Ciudad de México y los Estados del Sur- este. Con la regularidad que le per- mitían sus numerosas ocupacio- nes, volaba, tripulando personal- mente el avión, tres veces por semana, ida y vuelta a la capi- tal yucateca. Tenía licencia de piloto aviador ilimitada. Partió para la capital mexica- na, acompañado del piloto Víc- tor Manuel Vidal, en el avión ¡carguero matrícula XAUM, en el cual también iba el mecánico de vuelo Mariano Bautista. A poco de haber despegado de el Campo Aéreo el pesado avión, sobrecargado, uno de sus moto- res falló. Con la máquina restan- te funcionando, fue imposible que se sostuviera en el espacio y vino a tierra en un suburbio de Mérida, matándose los tres tripulantes, y matando a la se- ñorita Ruth Rusell de 18 años, al chocar contra la tierra e in- cendiarse. LA MUERTE RESOLVIO EL TRIANGULO PASIONAL Pedro Infante telefoneó un día antes del trágico accidente que le ocasionó la muerte, a su re- presentante en esa capital Anto- nio Matouk, ordenándole tuvie- ra preparados un millón de pe- sos en efectivo, que proyectaba entregar a su esposa legítima María Luisa León ahora viuda de Infante, para obtener su con- sentimiento a su libertad. Esos eran los anhelos de Pe- dro. Pero el destino se río sardóni- co de los proyectos y deseos de los hombres. El tenía el secreto de la solución al triángulo pasio- ña amoroso de Pedro Infante, Ir- ma Dorantes y María Luisa Le- ón. Y esa solución escalofriante, y pavorosa, ha hundido en el aba- timiento a todos los mexicanos. Pero el destino todo lo resolvió con: ¡La muerte de Pedro Infante! Viernes 31 de Mayo de 1957. HAZAÑAS DE PANCHO VILLA... (Viene de la página 3) nes de Carranza, un capitán, de nombre Ancheta, antiguo músico y agente vendedor, logró fugarse disfrazado de ran- chero. Aprehendido en el campo, por los villistas, fué condu- cido ante el gran jefe. Este lo interrogó: —Se me hace que usted no es ranchero.... Tiene las ma- nos muy cuidadas... A ver, digame el nombre de cada clase de esos costales de maíz.... Aprisa.... El pobre Ancheta, siendo capitán no sabía gran cosa de guerra, pero aún sabía menos de maíz. Titubeó y metió las extremidades. Villa dijo: —Lo que dije, un pelón.... Fusíilenmelo.... La desesperación hizo reaccionar a Ancheta, el cual gi- inió: —Mi general... soy artista... Digo la verdad, me aga- rraron en la leva.... Toco el piano y el violín.... Por eso deser- té.... No soy soldado... Pancho lo miró de hito en hito y ordenó. —Suba usted a ese carro de ferrocarril. —Una vez en el sitio indicado siguió diciendo—: A ver viejas, limpien el piano. Este que aquí ven dice que sabe tocarlo... Ancheta se sentó ante el teclado y el ceño de Villa se desarrugó al ver que el tipo sabía el oficio. No entendía qué era aquello .Tampoco lo sabían los oficiales presentes ni las mujeres. Pancho inquirió: —¿Qué está usted tocando? —La “heróica”, de Beethoven —repuso Ancheta. —No sé quién es. No conozco otra heróica que la “Ade- lita”.... A ver, toque usted “Las Tres Pelonas”. Hasta que le ordene otra cosa. Así lo hizo el infeliz. Al cabo de un rato Villa se ausentó sin decir nada y el pobre Ancheta siguió con “Las Tres Pe- lonas” hasta la medianoche... Sudó mucho de cansancio y de miedo. Pero logró salvar el pellejo. Un tal Parker, norteamericano inmensamente rico fué capturado por las gentes de Villa. Este, no quiso matarle pa- ra evitarse los quebraderos de cabeza que le originó el “caso Brenton”, pero le exigió doscientos mil pesos de rescate. —;¡Doscientos mil pesos! —gimió el hombre— ¡Yo no valgo ni la mitad! —Usted no vale ni un quinto. Pero, ¿qué me dice de sus minas? La esposa del rehén, aportó la suma pedida. Pero como lo hiciera en billetes, Villa exigió plata. Conseguida que la hubo, dijo a sus fieles: —Todo esto para equipar a muchos que han sido vícti- mas de esos extranjeros. Si los hubieran tratado mejor que yo, estarían con ellos y no conmigo. Francisco Villa era como esos explosivos que, empleados con inteligencia, prestan buenos servicios al hombre, pero que provocan horribles estragos como estallen a deshora. De igual modo, Pancho que en ocasiones era desprendido y mag- nánimo, que no se embriagó con las riquezas, que era sobrio y de no malas costumbres como sabemos, y, en su estado normal era bueno y simpático en el trato, cuando perdía la serenidad se transformaba en un ejército de diablos y de in- quisidores metidos en el cuerpo de un solo hombre. Demuestra esto el caso de “Don José”. Este, de apellido Ruiz, figuraba entre los jefes que más apreció Villa durante sus campañas de la buena época. Andaban juntos desde la época de Madero y se profesaban mutuo y verdadero afecto. Pues bien, cuando a raíz de la desastrosa campaña de Sonora, que fué la Rusia del Papoleón de Chihuahua, Ruíz abandonó a Villa, acaso asqueado por lo de Columbus, el guerrillero experimentó uno de sus arrebatos y ordenó que lo mataran como a un perro, dondequiera que le echaran el guante. Y en agosto de 1916, en Satevó, de donde era oriundo Ruóz, hizo fusilar a su hermano Antonio. Y no contento con esto, roció a su abuelita Leogarda Barrio, con petróleo de la tienda que regenteaba y la quemó viva con otras cinco mu- jeres. Se cuenta que la anciana, que tenía pasta de heroína, arrojó a los verdugos una caja de cerillos, para que activa- sen la hoguera... Inútil ponderar el horror que desde aquella fecha sintió “Don José” por quien había sido su jefe y amigo. El doctor Andrés Villarreal, compadre y amigo íntimo de Villa, que fungió como uno de los organizadores de su ex- celente servicio sanitario, fue objeto de una calumnia, que le atribuyó responsabilidades en el desastre de Aguascalientes. Pancho, como todos los déspotas, era fácil de engañar. Creyóá lo que le dijeron y, en uno de sus prontos, fulminó las peores amenazas contra el “compadre desleal”. Dió orden de que se le capturase en El Paso, donde ahora vivía, y se lo trajeran atado a la cola de un caballo. En su postrer tentativa contra Ciudad Juárez, en 1919, Francisco Villa acampaba en Villa Ahumada, cuando su her- mano Hipólito sufrió un ataque cerebral. El Centauro, que era de cera blanda para sus familiares, al ver que fallaban todos los remedios ocasionales, se acordó de la pericia de su antiguo compadre y le mandó una carta patética, suplicando su presencia inmediata para salvar la vida del hermano. El doctor, al recibir la carta, se vió ante un dilema. Si acudía al llamado y lo capturaba Carranza, moría sin reme- dio. Si no acudía, Villa, sentiría revivir su antiguo odio y no dejaría de matarlo también. Finalmente, el espíritu profe- sional se impuso. Fué a Villa Ahumada y logró curar a Hipólito. Cuando se disponía a partir, Villa le ofreció un voluminoso paquete de papel moneda americana. Villarreal, norteño, y por. lo tanto noble, rechazó el dinero. —Gracias, mi general —dijo—. No quiero dinero. Me basta con saber que vuelvo a merecer su confianza y que so- mos amigos. —Más que amigos, —replicó Villa—. Somos compadres, y ahora sí que lo seremos hasta la muerte. Pancho Villa no perdonaba a quienes se alejaban de su lado, en campaña, no ya para pasarse al enemigo, sino tan sólo para retirarse a la vida privada. En cambio nada tenía contra aquellos a quienes había licenciado él, en las tres o cuatro veces que disolvió sus fuerzas. Cuéntase de un labriego que se le unió en las primeras campañas y le sirvió fiel y eficazmente. (Continuará la semana próxima)

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