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PAGINA CUATRO MORTENSEN - KINGSLEY LA AGENCIA DE FUNERALES PREFERIDA DE LOS MEXICANOS Se atiende con respetuosa actividad. Teléfono: 4-3119 1020 West Washington St. Article in Reader's Digest Reveals Jittery Pre-Menstrual Tension ls So Often a Needless Misery! suffer terrible nervous ten- stopped ... or ly relieved son feel jittery, irritable, de- . . pain and discomfort! 3 out of 4 A Delore your period women got glorious relief! ab each month? A startling article in Taken regularly, Pinkham' .- READER'S DIGEST reveals such lievesthe headaches, cramps, Nerv= pre-menstrual torment is needless 0us tension .. . during and before misery in many cases! your period. Many women never "Thousands have already discov- Sufler—even on the first day! Why éred how to avoid such suffering. should you? This month, start tak- With Lydia Pinkham's Compound ing Pinkham's. 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MEXICO, D. F.— “Pedro Infan- te no dejó testamento”, dijo el director de cine Rogelio Gonzá- lez, quien dirigió al actor en una de las últimas películas de su vida “Escuela de Rateros” y que fué amigo íntimo de Infante, quien en cierta ocasión le dijo: “Si me mato, ahí que se hagan bolas con el dinero que he ga- nado”. Rogelio González solía acom- pañar en algunos de sus vuelos al actor y le platicaba de sus intenciones de ampliar sus in- versiones en la compañía de aviación TAMSA, al mismo tiem- po que le encargaba buscar bue- nos argumentos para sus pelí- culas y le decía: “Después de los éxitos de las últimas cintas no podemos exponernos a filmar malas películas, las tenemos que hacer mejores, para venderlas a Europa”. Durante su carrera artística, Pedro deseó ayudar a su herma- no Angel y le ofreció un papel estelar a su lado a su lado en el film “Los Gavilanes” que re- sultó un mal negocio. Pedro des- pués de una gira enviaba a su hermano Angel para que éste a- provechara la fama del actor fa- lecido. Supersticioso, Pedro In- fante antes de las actuaciones importantes llamaba a su esposa María Luisa León y le suplica- ba: “Negrita, dame tu bendición para poder actuar bien”. El día anterior a su muerte, María Luisa León estrenó el úl- timo regalo que le hizo Pedro: un automóvil Cadillac, último modelo. El cinedirector Rogelio Gonzá- le zreiteró que Pedro no presen- tía su final trágico y se burlaba rada vez que alguien le reco- mendaba hacer su testamento. ES DIFICIL CALCULAR LA FORTUNA DE PEDRO Los restos de Pedro Infante descansan ya al lado. de la tum- ba de su padre en el cemente- rio Jardín. Ahora, la fortuna que dejó el artista es lo que provoca la atención de sus parientes. María Luisa León viuda de Infante declara que no tiene in- terés en el dinero de Pedro. Irma Dorantes dice lo mismo y agrega que es imposible y has- ta inhumano pensar ahora en eso, cuando el dolor oprime su corazón. La señora Refugio Cruz viuda de Infante, en medio del dolor y la tortura por la pérdida de su hijo, sigue firme en decir: “To- dos los hijos de Pedro tienen que gozar de lo que dejó mi hijo. No pueden quedar en el desampa- ro”. De momento, nadie sabe cuál es su fortuna. Se calcula entre 10 a 15 millones de pesos. PEDRO NUNCA SE ATREVIO A PEDIRME EL DIVORCIO María Luisa León viuda de In- fante, después de lo que inicial- (PIPE EEE AVES E EVE E EEE "UATENCION!! Jovenes, Señoritas: ¿ESTAN USTEDES, PROXIMOS A CONTRAER MATRIMONIO? Ordenen sus Participaciones Matrimoniales en: “EL SOL” 62 Sur Calle Tercera Ñ D (Entre Washington y Jefferson) Phoenix, Arizona En donde además encuentran ustedes, una gran variedad de: O Azahares O Coronas O Velos O Rosarios O Libros de Oir Misa. II II NI II E mente declaró a la prensa, dijo después que “estaba dispuesta a darle el divorcio a Pedro”, y a- grega, “pero él nunca se atrevió a pedírmelo cara a cara; se va- lía de intermediarios y eso nun- ca lo acepté para hacer respetar la legitimidad de mi hogar”. LA FORTUNA DE MARIA LUISA Y DE IRMA La actual fortuna de María Luisa es la más considerable: posee un automóvil Cadillac 1956 valuado en 190,000 pesos; dos residencias en Rébsamen 728 y 730, donde vive, y es dueña de un lote en el Pedregal de San Angel. Su posición le permite ac- tuar como secretaria del Club Protección a la Madre y el Niño, que integran damas de alta so- ciedad y que sostiene centros de niños indigentes. El lado difícil lo ofrece Irma Dorantes. Poco después de cum- plir 22 años, se enfrenta a este panorama: murió Pedro y ella se quedó con su hijita Irma, de dos años, y otro que viene en camino. La casa de Pensilvania 262, donde ella vive, está a nom- bre del extinto artista. Tiene u- na camioneta modelo 1955 va- luada en 35,000 pesos. Un pia- no en que tocaban ambos, con valor de 6,000 pesos; un televi- sor de 5,000 pesos y equipo de cocina, muebles, etc., valuados en otros 8,000 pesos. Se asegura que Pedro le dejó la mansión de Mérida, con valor de millón y medio de pesos, pero de este da- to no hay confirmación. Sobre lo que hará en lo futu- ro, Irma ha dicho: “Realmente lo único que puedo hacer es re- tornar al cine, donde filmé 15 películas y donde fuí tan feliz actuando en muchas con mi Pe- dro”. En 1952 intervino en su última cinta, “Pepe, el Toro”, con Infante, en una historia inspi- rada en la vida de José Infante. Irma cobró $4,500 por su papel. MARIA LUISA ESTA ENFERMA DE LOS NERVIOS En los últimos días, María Lui- sa León ha visitado a diversos médicos. Asegura que se siente enferma y habla de un tumor en el cerebro y otras enfermedades. Los médicos tras examinarla, a- tribuyen a los nervios sus en- fermedades. No tiene nada. LLEVARA UN PARQUE EL NOMBRE DE PEDRO Para perpetuar la memoria de Pedro Infante, el diputado y li- cenciado Luis M. Farías propu- so a la Asociación Nacional de Actores que se construya un par- que deportivo infantil que lleve el nombre del mencionado artis- ta. Sugiere, al efecto, que la men- cionada Asociación organice u- na “olimpiada de los artistas”, para recaudar fondos destinados a la construcción del parque de- portivo, en la cual deberán par- ticipar quienes se dedican al ar- te en el cine, el teatro, la radio y la televisión, medios en los que actuó y obtuvo fama el can- tante. Considera el diputado Farías que esa es la mejor manera de perpetuar el nombre del extin- to artista, pues no debe olvidar- se que a éste lo distinguió su afición a todas las manifesta- ciones deportivas y su estímulo a la niñez. LAS DOS VIUDAS DE PEDRO INFANTE ESTUVIERON EN EL VELORIO TAMBIEN ESTUVIERON PRESENTES, TRES ¿HIJOS DEL ACTOR MEXICO, D. F.— María Luisa León de Infante e Irma Doran- tes asistieron, cada una por su lado, al velatorio y funerales de Pedro Infante. También estuvie- ron tres hijos del actor: Lupita Infante, de 19 años y Lupita y Pedro Infante Torrentera. La primera llegó de Sinaloa. Irma Dorantes permaneció al lado de la madre y las hermanas del malogrado artista. Por su parte, María Luisa León, que o- cupaba un asiento en el luneta- rio del teatro “Jorge Negrete”, donde se efectuó el velorio, era atendida de vez en vez por An- gel y José Infante, hermanos de Pedro. PROCURARON QUE NO SE JUNTARAN Los hermanos de Pedro procu- raron que María Luisa León e Irma Dorantes, no estuvieran cerca la una de la otra. Irma estuvo al lado de la se- fiora Refugio Cruz viuda de In- fante, en el camerino del teatro “Jorge Negrete”, o en el foro del mismo. El hecho de que Irma volara a Mérida para estar al lado de los despojos de Pedro disgustó a María Luisa León, y por ello se evitó que la primera regresa- ra en el mismo aparato que con- dujo el cadáver del actor a esta capital. El día del sepelio, cerca de las 10, la madre y las herma- nas de Pedro Infante salieron del camerino y se dirigieron al foro del teatro, para rezar un rosario junto al ataúd. Irma Dorantes estaba a un la- do de la señora Refugio Cruz viuda de Infante y al otro, Lu- pita Infante. Y cerca de ellas, Lupita y Pedro Infante Torrente- ra. Mientras tanto, María Luisa León actuó discretamente. Ni si- quiera miraba hacia el foro. Cuando a las 10:30 horas, se dispuso organizar la salida del cortejo, María Luisa abandonó primero la capilla. María Luisa abandonó primero la capilla. Más tarde salió Irma, siempre acompañada de los Infante. VOLVIERON A ESTAR CERCA En el Cementerio Jardín vol- vieron a estar cerca. Cuando a las 12.27 horas, el ataúd fue llevado a la capilla del cementerio, iba seguido por Irma y la madre y hermanas de Pedro, así como del líder Jaime Fernández, en tanto que María Luisa era acompañada por sus parientes y por Francisco Caste- llanos, funcionario de Actores. En el interior, estuvieron se- paradas, en tanto que se celebra- ban los oficios. A las 12:40 horas salieron de la capilla y minutos después se aproximaron, cada cual por su lado, a la fosa en que se depo- sitaron los restos de Infante. Ninguna de las dos quiso pro- nunciar palabra alguna cuando el reportero trató de interrogar- las. Lloraban copiosamente. NO PUDO ESTAR SU MADRE JUNTO A LA FOSA La madre de Pedro no pudo estar junto a la fosa en el mo- mento de la inhumación, porque sus fuerzas y su dolor, no se lo permitieron. Cuando la muchedumbre se había dispersado, la señora a- bandonó la capilla del cemente- rio y se dirigió a orar junto a la fosa. Sufriendo intensamente por la pérdida de su hijo, la señora tu- vo varios desmayos. Berta y Carmela, hermanas del artista estuvieron al lado de su madre. á Cuando a las 12:40 horas fue- ron sacados de la capilla del cementerio los restos de Pedro, ya la señora no pudo dar un pa- so y se desplomó en los brazos de sus hijas. Se llamó inmediatamente a un médico, quien impartió auxilios. Sus hijas y algunos parientes le frotaban alcohol en el rostro y en la nuca. AUMENTO SU DOLOR El dolor de la señora aumen- tó cuando un grupo de maria- chis entonó algunas canciones, muchas de las cuales había oído en voz de su hijo. También le impresionó hondamente el ulu- lar de las.sirenas que anuncia- ban el descenso del féretro. La inhumación estuvo en pe- ligro de suspenderse, pues al- guien que vió muy delicada a la señora llegó hasta el sepulcro diciendo que era urgente la a- tención médica, pero un emisa- rio corroboró que no había peli- gro por el momento. Médicos y ambulantes se diri- gieron apresuradamente a la ca- pilla, pero ya estaba ahí un prac- ticante atendiendo a la señora. No se le separó, después, un só- lo momento. “Hijo mío, te has ido... No puede ser... Pedro de mi vida”, fueron algunas de las frases que en su desesperación y dolor pro- nunciaba la señora. (Pasa a la Página 5) Viernes 26 de Abril de 1957. HAZAÑAS DE PANCHO VILLA... (Viene de la página 3 do en Aguascalientes, como antes de lo dispuesto en Torreón. Cursó órdenes terminantes a todos los generales, conminán- ddoles a obedecer, y partió a Veracruz con sus adictos. Pero, ¿no es Eulalio Gutiérrez el Presidente? —Ríase usted de los peces de colores. Diálogos como éste se oían en todas partes. El mexicano, acaso por lo que tiene de español, es muy dado a tomar en broma las situaciones más trágicas. Así también oímos. —Parece que Villa ya abandonó el mando de la División. —ESsO se cree usted. Ya no manda la División del Norte sino el “Ejército Convencionista”.... Es decir, la misma divi- sión, rebautizada. Y como coronamiento de los rumores, circulaban jui- cios del tenor que sigue: —¿No que Obregón se iba a batir contra el que no aca- tara lo convenido en Aguascalientes? —-Pues, verá usted. Como Carranza no acata nada de eso, Obregón, en cumplimiento de lo jurado, se batirá.... con Villa, que sí lo acata, a su manera... Pero el hecho es que Villa, tomó, o pareció tomar, en serio la presidencia de Gutiérrez y entró en la capital el 3 de diciembre, acompañando al general electo. En ella, estaba ya, desde una semana antes, Emiliano Zapata. Iv La ciudad de los Palacios, se estremece de horror, Los almibarados petimetres, los encartonados aristócratas, las damas encopetadas y las vendedoras de amor, están con el alma en un hilo. El año 1915, entra ranqueando en el Aná- huac. Las calles se ven llenas de sombreros tejanos villistas y de los enormes de palma, que usan los zapatistas. Todos cargan pistolas de 2 en 2 y hasta de 3 en 3, y cananas reple- tas de cartuchos. Los surianos, sobre todo, ofrecen un aspec- to tremebundo. Muchos son prietos, casi negros, y les em- briaga circular como dueños por la ciudad donde anidan los explotadores de los campesinos. Los hombres de Villa, tienen algo más de prestancia militar. Pero no hay que fiar en ellos. Sobre todo cuando han ingerido más alcohol del aconsejable. Pancho on fuma ni bebe, ni tiene por qué pisar los burdeles. Cuando una mujer le interesa más a él que él a ella, la lleva al altar. Ha llevado muchas. Muy pocas en cambio le han se- guido al registro civil. Pero sus gentes son de carne y la car- ne es flaca. —¡Oh!... señora Nativitias.... Están ahí.... ésos... La vieja zorra se dispone a ahogar su miedo, haciendo zalemas al grupo que llega, Las pobres chicas, pintarrajea- das, se acicalan temblando. Tal vez sus lindos ojos o sus bue- nas formas las salven de un balazo. Pero, en general, no son tan maltratadas como creían. Los lobos de verdad, los felinos de la selva, los más fieros pájaros de presa, suelen no ser malos para las hembras. —BBBUUUM.... Bbbbbuuuum.... —Los espejos de poco precio o de mucho—, con los candiles de fleco de cristal, son el blanco favorito de las pistolas de los visitantes. Si algún civil, rijoso, se obstina en permanecer en el burdel, es sacado a la calle a puntapiés, como mínimo.... Y da principio una or- gía de bajos vuelos, que se repite en centenares de sitios, por la atemorizada ciudad. Uno de estos lances tuvo un final trágico. En un restau- rante, donde cenaban algunos oficiales villistas, se originó un incidente, motivado por la testarudez de un mesero, que se olvidó de que contra la fuerza no vale el derecho. Hubo dife- rencias a la hora de pagar la cuenta y, con ellas, un escanda- lazo, que cortó cierto joven escritor revolucionario, llamado Berlanga, haciendo efectivo el pago de su bolsillo e increpan- do a los alborotadores, que así denigraban a la revolución. Los rijosos se quejaron a Fierro y este informó a Villa de lo ocurrido. —¿Conque esas tenemos? ¿Y dices que un escritor? — Ya sabemos que Pancho sentía un horror instintivo por los intelectuales—. ¡Insultar a mis muchachos es insultarme a mí! Me lo buscas y me lo fusilas.... Así lo hizo Fierro; el encargo encajaba mucho con sus gustos. Y el noble muchacho debió morir con la sonrisa de desdén y de tristeza con que murieron Vergniaud y sus gi- rondinos. Confesemos que Francisco Villa era desconcertante. Jun- to a docenas de actos magnánimos y generosos, nos ofrece con demasiada profusión atrocidades como ésta, IV Nuestro esforzado caudillo, que ya vestía, con empaque, uniforme de general, no ve con simpatía al presidente al cual acaba de instalar. Su candidato personal era Felipe Angeles. Por ello, sin ndesobedecer a Gutiérrez practicaba una políti- ca obstruccionista ante sus disposiciones; Gutiérrez por su parte, se sentnía esclavo del titán que le protegía, cubriendo su escasa personalidad. He aquí que el día menos pensado, a nuestro héroe se le ocurre sentarse en el sillón presidencial en presencia de sus amigos, Zapata entre ellos. Bromea al respecto y Fierro le di- ce: —¡Qué bueno que se quedara usted ahí sentado! —Tú no eres amigo mío si me pides eso, Fierrito. Harto mal hablan de mí, llamándome avorazado.... No, no. No quie- ro ser Presidente..... Con un presidente en Veracruz, ya evacuada por los nor- teamericanos, y otro en el Palacio Nacional, mediatizado por el Centauro del Norte, sin contar con el sonorense Obregón que si no es presidente, aspira a serlo aunque no lo diga, la situación general no tiene nada de halagiieña. Desde luego, un hombre de la modalidad de Eulalio Gu- tiérrez, carece de vigor espiritual y del temple de lucha in- dispensable para imponerse a las circunstancias. A principios del año 1915, deja la capital y transfiere su mandato a Roque González. Este halla el paquete demasiado agobiante y sube al poder un licenciado; Lagos Cházaro. Entre dimes y diretes, maniobras, cabildeos y miserias, transcurren meses enteros. Venustiano Carranza regresa a México en agosto. Pan- cho Villa, se halla de nuevo en el Norte, y, al frente de sus indomables dorados, prosigue una guerra a muerte contra Carranza, con el mismo furor y energía con que antaño combatiera a Porfirio Díaz y Victoriano Huerta. (Continuará la semana próxima)