El Sol Newspaper, April 26, 1957, Page 3

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Viernes 26 de Abril de 1957. HAZAÑAS DE PANCHO VILLA Por JOSE M. FRANCES Interesante libro del que es autor José M. Frances, que trata de la vida y aventuras del famoso guerri- lero Pancho Villa, el Centauro del Norte, y que se vende en “EL SOL” 62 Sur Calle Tercera, Phoenix. (Continúa de la semana pasada) Pero muy pronto se percata de su error y se dirige a la nación para que desautorice al nuevo dictador. El odio que ha germinado entre los dos hombres adquiere matices más sombríos cada vez. Los primeros “rounds” del terrible encuentro favorecen a Pancho, El orgulloso jefe, que no admitía ni el diálogo cuando lo de Zacatecas, trasmite a su enemigo un emisario Alvaro Obregón, nada menos. Y, en Chihuahua, se sientan a la mesa, el lobo y el ocelote. Esto, en cierta manera, garantiza la seguridad de Obre- gón. Dado el temperamento montaraz de Villa, no es fácil que atente contra quien ha compartido con él, el pan y la sal. Y ambos contemplan desde el balcón el desfile de las fuerzas de Francisco Villa. Este va diciendo a su enemigo. —Vea usted, mi amigo: Aquí tenemos a Urbina, mi com- padre, con sus muchachos Los que siguen, los manda Fierro -...¿Decía usted? ¿ésos? Es la columna de Raul Madero, el que ayudó a salvar mi vida de las garras de Huerta. Y fíjese bien en mis artilleros. Tienen por jefe a don Felipe Angeles, a quien usted conoce.... La estancia de Obregón en la fortaleza villista, duró días. No hubo, no pudo haber acuerdo. Villa desconocía a Carran- za y anunciaba su propósito de recomendar la lucha contra él. Obregón entendía que, ocupada la capital, todo había ter- minado. Ni uno ni otro daban su brazo a torcer. “La actitud de Calles y de Hill, para conmigo dista mu- cho de ser amistosa. Hay que estar prevenidos”, comunica- ba Angeles desde Ciudad espro —¡Los muy hijos de....! ¡Tratan mal a don Felipe que les puede dar lecciones de decencia! —ruge enfurecido el lobo de la sierra.... ¡Que me traigan aquí a Obregón! Presente el sonorense, Villa le increpa y le acusa de do- blez. —-Usted es un traidor y lo voy a fusilar ahorita mismo! Obregón, muy valiente, no se inmuta. Afirma que su vi- da está al servicio de la Revolución y que para él sera un tim- bre de gloria morir sacrificado. Poco se imagina que así será, en efecto, lo que le ocurra más tarde. El coronel Serrano, acompañante de Obregón, a quien también alcanza la brutal sentencia, recuerda a Villa que las leyes de la hospitalidad las respetan hasta los salvajes. Y el “condottiero” durangueño, más feroz que taimado, más violento que cazurrio, le da la razón y suspende el irre- flexivo fusilamiento, con gran contrariedad de Fierro, que le reprocha su blandura. Se sientan todos a cenar —¡otra vez el. pan y la sal!— Y Pancho quiso mudar el disco. Estaba dispuesto a un enten- dimiento. ¿Por qué se andarían matando unos a otros, los revolucionarios? Obregón sugiere una Convención en la que Villa esté representado. El guerrillero se inclina a aceptar, cuando llega un despacho de Hill y Calles. “Ninguna orden del general Obregón será obedecida por nosotros mientras se halle en territorio villista”. Pancho pierde otra vez la serenidad. Pero se contiene por aquello del pan y la sal. No obstante, conmina a sus huéspe- des para que se vayan. Si se han de volver a encontrar, que sea con las armas en la mano. La razón acompañaba a Venustiano Carranza al adver- tir los peligros que podían reportar al país las continuadas victorias de Villa, que iba consolidando su pedestal. Pero nun- ca un hombre tan bien educado, un gobernante de categoría, debió haber incurrido en la grosería de no contestar siquiera el telegrama con que Villa le felicitó en ocasión del aniversa- rio de su levantamiento, Su táctica de molestar y zaherir al gran guerrillero, tampoco fue buena y después de un encuen- tro en septiembre, entre carrancistas y villistas, y de una convención preliminar en el Congreso de Diputados capita- linos, vino la tan llevada y traída Convención de Aguascalien- tes, la cual, debiendo resolver todo, no resolvió nada. —¿De cierto cree usted que con que Villa deje la Divi- sión y don Venustiano la Presidencia, llegaremos a entender- nos? —Pos.... quién sabe. Con esta locución tan mexicana respondía un oficial de fortuna a un oficial de carrera, en los pasillos de la mencio- nada convención. En el salón truenan voces y se cruzan palabras fuertes. Están presentes delegados villistas y zapatistas. Estos vetan al general Villarreal para presidente y, por ello, se nombra a Eulalio Gutiérrez, para reemplazar a Carranza. —Vean ustedes, —se comenta en un corrillo—. Obre- gón acaba de obsequiarnos un didscurso, que parte el cora- zón. Si le creemos, no hay hombre más sincero y leal que él para con Carranza y para con Villa. Y a todos nos consta que no puede tragar a este último. Y ha jurado batirse contra todo el que no respete lo acordado en esta asamblea. —El tiempo nons dirá contra quien se bate, el sonorense. Francisco Villa, como sabemos, es un hijo del pueblo, en- cumbrado a una posición excesiva para sus dotes diplomáti- cas O palatinas. Y nadie debe extrañar que, habiendo triun- fado una y otra vez, en sus luchas con la muerte, se le suba non poco a la cabeza la admiración por sí mismo. La Revolu- ción, la mira como cosa propia y estima un atentado a sus deberes indiscutibles la más insignificante contradicción. Don Venustiano Carranza, hombre tan infatuado o más que Villa, olvidó que bien poca cosa hubiera podido lograr por sí mismo, Y se aferró con desaforado apetito al Poder. Comprendió que Villa le estorbaba, pues nunca tendría en aquel lobo un perrito faldero, y cometió inauditas torpezas en la tarea de dominarle. Llegó a negarle carbón para los mo- vimientos de la División del Norte y ya hemos visto el tono de las órdenes que le cursaba. Y los defectos personales y políticos de Villa, de Carran- za, de Zapata, de Obregón y de todos en globo, estaban lla- mados a costar torrentes de sangre y un empobrecimiento inevitable de la Patria, por quien todos pretendían lidiar. Don Venustiano Carranza hizo caso omiso de lo acorda- (Pasa a la página 4) “EL SOL”, SEMANARIO PÓPULAR INDEPENDIENTE Pedro Infante, de Carpintero Humilde a Idolo del Pueblo Pedro había nacido en Mazatlán hace 40 años :-: Constantes viajes de la familia :-: Aprendiz de carpintero :-: Ingresa como baterista en una orquesta :-: Acosado por las admiradoras :-: Hacia México :-: Su voz y su guitarra :-: María Luisa lo impul- sa :-: El primer contrato y los primeros aplausos :-: “La Feria de las Flores” y “Viva mi Desgracia” :-: Medio millón por película :-: Seis años de piloto :-: Seis mil cartas de enamoradas al mes. De humilde carpintero, senci- lo y amable, Pedro Infante lle- gó a ser, en veinte años, el actor de cine más popular de México. A todo mundo agradaba y a to- dos complacía. Lo mismo de carpintero que actor, toda su vida fué siempre el mismo: sencillo, humano, jo- vial, alegre. Vió la primera luz en el puer- to de Mazatlán, el 19 de noviem- bre de 1917. Siempre al lado de su madre, la señora Refugio Cruz viuda de Infante, Pedro no completó sus estudios primarios por los cons- tantes viajes de la familia, de Mazatlán a Guamúchil, Sinaloa. En un taller de carpintería de un pariente, ingresó como a- prendiz. Mientfas cepillaba los gruesos tablones no dejaba de entonar las melodías de moda. Se mostraba feliz en su m Sin complejos ni prejuicios, a los 17 años, pidió que le ense- fñaran a tocar la batería y se- manas más tarde se presentaba como integrante de la orquesta “Royal” en Culiacán, Sinaloa, donde ganó un pequeño sueldo que le pareció fabuloso. Desde joven, su apuesta figu- ra, su amabilidad y su carácter fueron poderosos atractivos pa- ra las muchachas. En Mazatlán sorteó algunas dificultades por el número de admiradoras que tenía. En los jardines de Mazatlán y de Culiacán, por petición de sus amigos o amigas, cantaba las tonadas de moda. Prefería las canciones ran“heras que desde entonces le eran muy aplaudi- das. Por 1935, Pedro abandonó Ma- zatlán y llegó a la ciudad de México, más bien en busca de aventuras que de fortuna o de triunfo. Nadie le había indica- do lo que atesoraba en su gar- ganta y en su carácter. Sólo le acompañaba una gui- tarra que aprendió a tocar con sus compañeros de la orquesta “Royal”. Así recorrió restauran- tes y centros de reunión, donde lograba reunir algunos pesos pa- ra sostenerse. De esta manera vivió más de tres años hasta que, en 1938, co- noció a su primera esposa, Ma- ría Luisa León, quien le alabó su voz y lo impulsó a presentar- se en alguna radiodifusora. DOCE PESOS POR PROGRAMA Fué así como un año después, ya casado con María Luisa, lo- gró su primer contrato para can- tar en la XEB, estación radioemi- sora de la capital, en la que ga- naba $12.50 por programa de 30 minutos. Con el matrimonio, Pedro for- jó una ilusión y una necesidad, la de mayores ingresos. Buscó entonces algunas amistades y conocidos que le ayudaron a pre- sentarse en el "roof garden” del hotel Reforma, donde se mantu- vo algún tiempo y cosechó mu- chos aplausos. AMí conoció al productor cine- matográfico Ismael Rodríguez, quien le. dió oportunidad de in- gresar en el cine. Con empeño, preparó su papel para la pelí- cula “La Feria de las Flores” en 1939, pero su voz, con marcado acento norteño no resultó buena y en la película se le dobló. Esto hizo que su esposa Ma- ría Luisa le indicara que hiciese ejercicios de modulación de la voz y que practicara con ahinco sus canciones. “Viva mi Desgracia”, tercera película filmada por Pedro, fué el inicio de su actual popula- ridad. SEGUIA TENAZ EN EL ESTUDIO Sin abandonar su modestia, su sencillez, Pedro, alentado por su primera esposa, seguía en el es- tudio y en la práctica de su voz, de sus modales, de su mímica, necesarios para el cine. Durante más de 10 afios, fué artista exclusivo de la compañía productora “Rodríguez Herma- nos”, quienes lo convirtieron en el ídolo de las multitudes con muchas películas, entre otras “Cartas Marcadas”, “Angelitos Negros”, “La Barca de Oro”. Grabó millares de discos de las más populares canciones, es- pecialmente rancheras, y dedicó iambién centenares de fotogra- fías. A últimas fechas, recibía unas seis mil cartas mensuales de mujeres de diversos países de Centro y Sudamérica, La pareja más popular en 1952 la constituyeron Pedro y Blanca Estela Pavón que se dijo fue el amor de su vida y que pereció también trágicamente en un ac- cidente de aviación. En varias ocasiones formó par- te de la terna para elegir el me- jor actor de la Academia de Cien- cias y Artes Cinematográficas de México, cuyo premio es un “A- riel”. Este lo obtuvo hasta 1955 con la película “La Vida no Va- le Nada”. Ya para entonces, Pedro sos- tenía con sus ingresos a toda su familia. A su madre a la que ha- bía traído a México, a sus her- lio.| manas y a un ejército de sobri- nos y parientes. GANABA UNA FORTUNA Pedro Infante Hegó a ser uno de los artistas que más cobra- ban en México. Ganaba un pro- medio de 400,000 pesos por pe- lícula, lo que le permitió ser accioinista de “Matouk Films”. En 1956, durante una entrevista de prensa, el actor dijo haber ga- nado más de tres millones de pe- sos en el cine. Sin alardes de ninguna natu- raleza y más bien enemigo de la publicidad, Pedro siempre estaba listo a tender la mano a quien lo solicitaba. Realizó muchas o- bras de caridad que han queda- do en el recuerdo de las perso- nas y que él jamás las mencio- nó. Hizo un fuerte donativo a la Asociación Nacional de Actores pará: las.obrás. de la Clínica' def' Actores. Su inquietud lo llevó a apren- der el manejo de aviones. En 1951 le fué otorgada la prime- ra licencia por la Secretaría de Comunicaciones. Siempre se sen- tía feliz, pero en estas ocasiones especiales lo era más. En 1947 había sufrido un ac- cidente automovilístico en Gua- múchil, Sinaloa. En aquella o- casión lo acompañaba el Trío Culiacán y Pedro sufrió varias heridas en el rostro que le de- jaron algunas huellas. Por ello afirmaba no tener miedo a volar. Cuentan sus a- migos que mostraba gran placer al verse frente al timón de un aeroplano. Al igual que en sus días de ESCUCHEN “Cantares AL AMANECER” con Efren Valenzuela LUNES a SABADO PORERENENENENE canpintero, cuando manejaba u- na nave aérea entonaba una canción. Era su alegría. Es 1952, una falla de la avio- neta que tripulaba y en la que llevaba como acompañante a Lu- pita Torrentera, le hizo estrellar el aparato cenca de Zitácuaro, Michoacán. La nave se incendió y tanto él como su acompañan- te resultaron con serias lesiones. PROTECTOR DE TODA SU FAMILIA La fama, el dinero, la atrac- ción a las mujeres, no le hicie- ron cambiar en nada el carácter ni su personalidad al gran actor. Constituía hasta el momento de su muerte, el padre, el hijo, el hermano y el protector de to- da su familia. El día que se supo la noticia de su muerte, en Sierra Vista 168 donde viven sus hermanos y sus muchos sobrinos, la escena no podía ser más patética. Ayes de dolor confundidos con palabras entrecortadas, hacían morderse los labios a los visitantes, amis- tades y periodistas. La hermana mayor de Pedro se arrojó a los pies de su hijo, cuando el niño llegó a la casa de la colonia Lindavista y con voz entrecortada por el llanto le dijo: “Pedro no ha muerto, no puede morir, él vive, no es po- sible que tu tío haya muerto, más que tu tío era tu padre mis- mo, era tu todo”. En la casa de Sierra Vista, in- contables fotografías de Pedro decoran los recintos y en 'una mesita del interior hay un grue- so álbum con fotografías de to- das las películas donde Pedro tomó parte. En su carnet de piloto apare- een acreditadas 2,989 horas de vuelo. La primera licencia le fué cancelada por Comunicacio- nes con motivo del accidente en Zitácuaro. Pedro Infante reunió una for- tuna que se calcula en más de 10 millones de pesos y que será distribuida entre dos niños que tuvo con Lupita Torrentera y una niña que tiene con Irma Dorantes y otro que está próxi- mo a nacer de Irma. ACHING MUSCLES Relieve pains of tired, sore, aching Do cles with STANBACK, tablets or powders STANBACK acts fast to bring comforting relief... because the STANBACK formula combines several prescription type in gredie ts for fast relief of pajn. PAGINA TRES RS VALLEY NATIONAL El banco nacional más grande en Arizona IAS IS A ... La Cerveza mas Grandiosa de América con VERDADERO sabor a Pilsner! 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