El Sol Newspaper, October 26, 1956, Page 5

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Viernes 26 de Octubre de 1956. Dé USTED SU VOTO a NUESTRO QUERIDO PRESIDENTE: Dwight D. Eisenhower quien mediante sus normas de gran gobierno ha mantenido LA PAZ, prosperidad y felicidad para toda la familia de las Américas y del mundo entero. Para Presidente, Sostenga a IKE La oficina del Secretario del Estado ha estado en las manos de un partido la mayoría del tiempo a través de la historia del Estado y bajo el cóntrol de UN HOMBRE. : ES Buell E. Tade REPUBLICANO para SECRETARIO de ESTADO EL 6 DE NOVIEMBRE SUPERVISOR por el DISFRITO No. 2 INVITACIONES PARA MATRIMONIO, sólo en “EL SOL” - 62 Sur: Calle Tercera CONTINUE STRONG AND “EL SOL”; NUESTRO CUENTO SEMANAL: “El Guardafaro”... (Viene de la página 2) daños. La encontró junto a la puerta que comunicaba con la recámara, tirada sobre un cos- tado, quejándose lastimosamen- te, Ramón corrió hacia ella y la levantó, pálido de susto, para llevarla a su cama. La mujer, entrecortadas las palabras, bal; buceó quedamente: —El niño... —Ejtá- bien —respondió el guardafaro volviendo el rostro a la camita donde el niño, azora- do, había dejado de llorar. —No, éste —dijo ella—, seña- lando con la vista su viente vo- luminoso. —¿Te sientej mal? —pregun- tó Ramón—, poniéndola sobre la cama. —Sí.... —suspiró ella. Después cerró un momento los ojos. Ramón se incorporó-como ata- rantado, buscando por los rinco- nes y sobre los muebles, como tratando de encontrar una solu- ción. Se acercó a la ventana pa- ra mirar la oscuridad creciente de afuera, mientras en su cere- bro se revolvía un torbellino de ideas, La mujer lanzó un gemido a- pagado, mordiéndose los labios y búscó a su marido que, fué hacia ella y la miró con tristeza. Las manos de la. enferma se a- garraban a la colcha con deses- "petación. —Hija, voy a bujcar al déóctor —dijo el guardafaro. Ella lo vió, con los ojos Mlo- rosos, y exclamó.con un.suspiro "casi imperceptible: —No vaj a poder... —S5i. Voy —dijo'ál fin y se fué “la la" percha a descolgar, su im- permeable y su gorra de hule. Y salió de la pieza diciendo: —Orita' vuelvo; ..” Al abrirla puerta exterior, una potente fugada“de viento le 'azo- tó :la cara. Rumbo a la-.garita, donde guardabá la pequeña lan- cha de emergencia, _empezaron a ttamborilear sobre” su impermea- ble y su gorra las primeras go- ] tas de lluvia. El aguacero fué su- biendo de .intensidad paulatina- Merite. Ramón arrastró: la. em- barcación 'hasta la orilla, donde las olas sé azotaban desespera- damente con un sordo rebullir de espumas despedazadas. Em- barcado, a merced del oleaje pi- fado que hacía cabecear peli- “grosamente la lancha le dió miedo y recordó el hundimiento del “Lucero”; los rostros de de- sésperación de sus compañeros que, vencidos por _la fatiga, se abandonaban a morir; los es- fuerzos agotadores que él hizo hasta que encontró el pedazo de mástil que fué su. salvación... Se acercó a la popa--para echar a aridar el motor, y observando las empinadas” crestas ,de las olas, se dió cuenta que easi no tenía probabilidades de llégar ál puer- to. Dudó un moméñto y estuvo a punto de regresar, pero la esce- na que vió al salir del faro lo decidió. z ; + Ellos son primero —pensó— y de un, enérgico piolazo echó a .andar “el motor, que comenzó a| toser quedamente. A A: medida que se internaba en el mar, la frágil barca avanzaba más trabajosamente, ladeándose y saltando sobre los lomos enor- mes de las olas.: Volvió: la cara ,| hacia el faro, que destacaba su figura imponente; Después se fueron perdiendo los contornos de los matorrales y de la garita, anegados de oscuridad. Ya iba cenca de'la mitad, pero llevaba los “brazos-engarrotados de frío y fatigados por sostener el timón, La lluvía estaba en su apogeo y-lo había caladó hasta POSITIVE LEADERSHIP BY RE- RE-ELECTING MORRISON ATTORNEY GENERAL HIS EVERY PUBLIC ACT HAS SERVED ARIZONA'S WELFARE los- huesos. A un costado de la lancha se levantó una enorme montaña de agua que, al caer sobre ellá la volteó. Ramón, atontado con el|. golpe, se fué a: fondo, pero la impresión fría del agua lo rea- nimó. Salió desesperadamente a la superficie, se safó el pesado inpermeable y buscó la lancha a la luz incierta de los relámpa- gos. Nada flotaba en el hervidero de espumas saladas que lo ro- deaban. Ramón estuvo un mo- mento indeciso, aguijoneado por el miedo a morir ahogado, y si- guió buscando febrilmente mien- tras se iba deshaciendo de la ro- pa. Pasado un rato se decidió nadar hacia la playa; pero pron- to el agotamiento hizo presa de sus brazos cánsados. Aunque ya adivinaba cerca la playa, por los borrosos contornos que veía, lo embargó el desaliento... ¿Y si nó llegaba? ¿Qué sería de- su mujer y de su hijito, sólos en el faro? Impulsado por el recuerdo, braceó de nuevo, aguantando so- bre sus espaldas los golpes de mar que de cuando en cuando lo sumergían y le desquebraja- ban los huesos. Con horror notó que poco a po- co su bracéo iba siendo más dé- bil, y sus patadas más irregula- res. Ya no aguantaba. el dolor en os músculos, y, de pronto, un “calambre” le atenazó la planta de un pie, produciéndole un iín- tenso dolor. —María— gritó. Y desapareció: en las aguas, revolviéndose y 'manoteando de- sesperadamente. Cuando Volvió a la superficie, con los ojos desorbitados de as-] fixia y el rostro lívido, vió fren- te a él, muy tenue, la. luz del faro como «un «camino luminoso hacia el cielo, aclarado por los relámpagos; y sintió una espiral roja que le subió por dentro y le ensangrentó los ojos, perdió el sentido y fué descendiendo al seno del mar. La aurora desgarró las tinie- blas de la: tormenta, juntando con maravillosas coloraciones -la superficie tersa de las aguas. Un vientecillo fresco :y salobre em- ¡pujaba al “Elena” rumbo al puerto, hinchando ligeramente la “cangreja” y los “foques”. En la popa, con la “caña” -del timón entre las manos, iba don Julio, el patrón, hombre avejen- tado y curtido en sol y brisa; moreno, sumamente velludo y con los ojos verdes enrojecidos de insomnios y alcohol. Un marinero de cara renegri- da se incorporó de pronto, di- ciendole: —Mire ujté, ejtá prendido el faro. ¿Qué habrá pasao? (Continuará la semana próxima) Joe Haldiman Jr. SENADOR del ESTADO SEMANARIO POPULAR INDEPENDIENTE PAGINA CINCO Respalde a Sostenga a JOHN J. 0DES CONGRESIST epublicano DISTRITO No. El Esta Sirviendo a Usted

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