El Sol Newspaper, April 29, 1955, Page 3

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En algunas ocasiones, cuando el amor llama a las puertas de un corazón femenino, él se des- pierta, se despedaza y se encuen- tra en condiciones de saber si de- be o no recibirle, pero otras o- casiones hay, en que la mujer no despierta del todo. Abre la puerta al que llama sin dejar de soñar y medio sonámbula, lo invita a pasar. ¿Quién es él?.... En realidad, ella no lo sabe, mas como no ha despertado, co- mo aun se encuentra envuelta en los vapores de ese sueño que la hace mirar todo de acuerdo con sus deseos, da por hecho que se trata precisamente del príncipe de sus sueños dorados, que escuchando su llamado, ha- ce acto de presencia en su vida. Y, tal como si en realidad exis- tiesen esos príncipes en la vida humana, ella quiere continuar su sueño, +sin- apartarse ni un solo instante de ese mundo ma- ravilloso que ha sido capaz dé crear. E » Pero, al poco tiempo ocurre que aquel príncipe, que está muy lejos de ser tal y de adaptarse a las condiciones exigidas den; tro del mundo especial de los sueños, principia a desentonar, rompiendo uno tras otro los en- r£antos de que la mujer lo ha- bía rodeado, hasta dejar ese su mundo ilusorio, destrozado y ho- rrible. Tan horrible como es en ocasiones la realidad, cuando se despierta a ella de pronto. ¿Qué es lo que ocurre enton- ces? Lo inevitable. La mujer se siente defraudada en sus más caros sentimientos, lesionada en sus más íntimos intereses y el hombre, ese hombre a quien dentro de sus sueños creyó el príncipe deseado, le parece aho- ra sencillamente insoportable. Si el despertar de su grato sueño, se realiza cuando no hay unión legal de por medio, es decir, cuando aún no se ha lle- gado al matrimonio, menos mal, porque aún puede ella, desde luego, apartarse a un lado y em- prender de nuevo su camino. Pero cuando este despertar, es- te darse cuenta de la realidad se efectúa cuando ella ya se ha casado, entorices la tragedia que se viene encima es espantosa. ¿Y.... quién tiene la culpa de todo esto?.... Claro que ella a- rrojará sobre el hombre toda la responsabilidad de su desgracia, pero nosotras sabemos que no es así. El hombre que llegó a su vi- da, no era desde siempre, sino un hombre, contodos los defectos que les son propios. Nunca sonó con ser un príncipe encantado, nunca le fué y consecuentemen- te, ignora cuanto a.esa clase' de seres se refiere. Se ha portado, desde luego, con la novia o con la esposa, como corresponde a un hombre, más o menos llenos de defectos, o de cualidades, pe- ro sólo un hombre de todas ma- neras. Si la mujer sin dejar de so- fiar, porque esta es una de las prerrogativas más valiosas en el ser humano, no pasa en sus sue- ños de un terreno razonable, y es capaz de volver a la realidad en un momento determinado, por haberla mezclado convenien- temente a sus sueños, ella sabrá desde el primer momento que a- quel que llama a su puerta, es un hombre, porque en la reali- dad no existen los bellos prín- cipes que sólo encontramos en las páginas ilustradas de los be- llos cuentos de hadas, y espera- rá de ese hombre, sólo lo que de un hombre puede esperarse. En ocasiones, y no pocas por cierto, ese hombre dá más de lo que una mujer sensata e inteligente espera de él. . Si vivimos, si necesitamos vi- vir con los pies puestos sobre el suelo, no nos olvidemos de que todo cuanto podamos adquirir dentro del terreno humano, es- tará también colocado a ese ni- vel. No pretendamos encontrar ángeles sobre la tierra y démo- nos por conformes si el destino nos depara en el camino un hombre bueno. Sepamos enton- ces estimarlo y conservarlo. APEE/Z/E/EN Lea "EL SOL” El Periódico de los Mexicanos IEEE EJE, "DE MUJER A MUJER' o RUTAS DE EMOCION Por ROSARIO SANSORES ¿QUIEN CONDENA? El lamentable drama en que perdió la vida un hombre casado, de intachable conducta, al parecer, pone sobre el ta- pete una vez más la corrupción que ha ido poco a poco soca- vando la firmeza del hogar mexicano. La certeza de que un divorcio puede derribarle lleva a muchísimas mujeres a aceptar los requiebros de los hombres casados, con la remota esperanza de ocupar ellas el lugar de la esposa. Si supieran que jamás podrían alcanzar este objetivo se cuidarían más y no se arriesgarían con tanta facilidad. Además, el deseo de lucir ciertos trajes y joyas, cuando se tiene un sueldo que no da para tales vanidades, influye en mucho. Primero se acepta el paseo; más tarde, la invitación a bailar o la cena en un restaurante de lujo. Y lenta, pero seguramente, la aventura va tomando ca- riz más serio. La esposa en su hogar necesita luchar con mil cosas que la colocan en un plano desfavorable. Tener que atender a sus hijos, a la servidumbre, al manejo de la casa. El tiem- po no le alcanza para estar desde temprano, irreprochable- mente ataviada. Además, sobre ella recae el peso de todas las obligacio- nes, el mal humor del marido, que siempre tiene un pretexto para justificarlo, las enfermedades de los niños y mil cir- cunstancias adversas. La amante, en cambio, no tiene nada de esto. Cuando las cosas han pasado a ser efectivas, tiene siem- pre sirvientes y dinero, y no tiene ninguna obligación ni ha contraído ningún deber. Puede estar a todas horas lindamente ataviada y dis- puesta a disfrutar, del placer para acompañar al hombre donde éste quiera llevarla. No lo atosiga con reproches, porque es demasiada lista y sabe que nada es de peores resultados que celar. Además, en el fondo, o único que buscan es ventajas y las perderían empleando otros procedimientos. El hombre no se mira nunca al espejo. Cree que para él la juventud es un don que cerá siempre. ON repara en que sus cabellos-van escaseando, en que asoman las primeras canas, las primeras arrugas y que su figura pierde esbeltez y flexibilidad. En cambio, se fija en que su mujer ya no es aquélla ra- diante muchacha, que llevó al altar vestida de novia. El tiempo va marcando sus huellas, Convirtiendo poco a poco lo que fué hermoso en pálido y triste. Además, el buen humor, el deseo de reír a todas horas, tampoco subsisten. La esposa presiente que algo se va interponiendo entre ella y su marido. Lo huele, pero no sabe exactamente dónde está el origen. Nunca faltan buenas amigas que se encarguen de con- tarle algo: —V ¡ayer a Fulano en tal lugar y lo acompañaba una chica muy guapa. Seguramente será su secretaria. —¿No te contó tu marido que nos encontramos ayer en tal sitio? ... La sospecha brota un día. Atando cabos, llega a la con- clusión de que otra mujer le está robando lo que juzga suyo. 'Le está robando la paz de su hogar, la tranquilidad de su vida, el amor de su marido. Miles de mujeres se hacen las que nada saben. Es una buena táctica. Creen que pudiera ser un capricho pasajero y están dispuestas de antemano al perdón. Pero no todos los temperamentos son iguales. No todas las mujeres se resuelven a ser mártires, (Pasa la página 6) le pertene- Completo Des / Escuchen Fiesta Pan- Americana CON: 8:00 p. K Madame Fatima 4838 South Central Ave. Phoenix. =P “Siempre Listos!! Hacemos Trabajo 342 AL NORTE DE LA CALLE 16 Phoenix, Ariz Semanario Popular Independiente Efren Valenzuela LUNES A VIERNES 1340 kilociclos | PAGINA TRES PALMISTA Acaba de Llegar Nuevamente CONTESTA TODAS LAS PREGUNTAS DE SU PASADO, PRESENTE Y FUTURO EN ESPAÑOL!! TEL. 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