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PAGINA CUATRO No Abrirán Nuevos Campos Bélicos de los Alemanes BAD VILBEL, Alemania.— El jefe social demócrata alemán, Erich Ollenhauer dijo hoy que “el camino que conduce al res- tablecimiento de la unidad ale- mana pasa únicamente por las salas de conferencia y no por nuevos campos de batalla”. El presidente del P. S. D., que hablaba ante los delegados de su partido en Hesse meridional, criticó vivamente la política ex- terior del canciller Konrad Ade- nauer. Pretender que la forma- ción del 12 divisiones alemanas, ¡miento de la unidad alemana. “EL SOL” SEMANARIO POPULAR INDEPENDIENTE dijo, podría contribuir a la se- e. e guridad de Europa o de Alema- mo nía, sería engañar al pueblo ale- d mán. Agregó que el P. S. D. no] Sigue de la Pág. Tres) aceptará ninguna tentativa de esta suerte? Solo en Jerusalén, compromiso para revisar su aC- cercado de enemigos que pueden titud (contraria) respecto de la |lreconocerte y derramar tu san- comunidad defensiva europea. ¡gre, que es la mía... ¿Dónde Ollehauer declaró luego que la concesión de soberanía a la! zona soviética hecha por los di- rigentes rusos era la respuesta directa,a la votación de las en- miendas constitucionales sobre el rearme en-la asamblea fede- | ral y a su aprobación por los al- tos «comisarios aliados. Terminó diciendo que lo importante aho- ra es no hacer nada, en materia de política exterior, que pueda comprometer todavía más las posibilidades de un restableci- LA MEDICINA DEL CURANDERO Ahora la podrán obtener fácilmente. A. NEGHOHOSSIAN “El Maesrto de la Salud” LA MEDICINA COLORADA que ha Ayudado a más de 125,000 personas en 2 años y medio y puede ayudarles. Del 15 al 30 de cada mes estará en su lugar: SEIS MILLAS AL N. DE CASA GRANDE. ñ EL SOL 62 S. 3d St. Entre Washingten y Jefferson P. O. Box 1448. 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El perfume de tus her- mosos cabellos fortalece mi es- píritu abatido y da vigor a la dolorosa alma, que se agita he- rida de muerte con tu ausencia dentro “de mi ser. ¡Jesús, Jesús mío, piensa que mi corazón su- ¡fre la agonía de la muerte go- EA MORTENSEN - KINGSLEY LA AGENCIA DE FUNERALES PREFERIDA DE LOS MEXICANOS: Se atiende con respetuosa actividad. zando la plenitud de la vida, y dentro de mi cerebro se ensan- cha por instantes la sombría y aterradora soledad de tu amor, si le pierdo! María llegó dolorida a Jeru- salén, recorrió las calles y llamó con temblorosa mano á las puer- tas de sus parientes y amigos; pero ¡ay! su Hijo adorado no parecía. Todos los que abrían las cerradas puertas de sus ca- sas, la recibían con la sonrisa en los labios, diciéndole con fra- ternal dulzura: —¡Oh! Dichosos somos, María, pues regresas a nuestro hogar. lena de gracia y hermosura. —No me llaméis Noemi, (her- mosura), —les decía, —; llamad- me Mara, (amarga), porque el Todopoderoso me ha llenado de amargura. Hace tres días era fe- liz y dichosa, mi hijo sonreía a mi lado, el calor de 'sus miradas llegaba a mi corazón, dándole vida, y hoy lloro a mi Hijo per- dido, y le busco, y corro, y en vano me fatigo. ¡Mi Hijo no pa- rece, no encuentro a mi Jesús! Mientras que la Madre doloro- sa buscaba al Hijo perdido,” con los dolores de la agonía en el co- razón, las lágrimas en los divi- nos ojos y el desconsuelo. pinta- do en su purísimo semblante, Jesús, siguiendo las órdenes de su Santo Padre, se había insta- lado en los pórticos de la Sina- goga, que más adelante debían servirle de tribuna para predi- car su nueva ley, y los doctores y fariseos escuchaban absortos sus divinas palabras y sus con- ceptos maravillosos. Aquellos an- cianos, mudos, asombrados, ven- cidos, impotentes ante aquel tierno adolescente que se había presentado ante ellos con la hu- mildad del pobre y con el mo- desto traje de los galileos de la montaña, se preguntaban en voz baja: —¿Quién es ese niño? ¿En qué sinagoga ha aprendido lo que sabe? ¿Qué rabino, qué doc- tor de la ley le ha enseñado esas preguntas, a las que nosotros no sabemos responder, y a las cua- les da él mismo una solución tan clara, tan profunda, tan irre- cusable? ¿Qué mueve su lengua con tan prodigiosa fecundidad? DanTel sería vencido por su pa- labra, y Salomón rompería su pluma escuchándole. Jesús cesaba en sus discur- sos de cuando en cuando. En-| tonces nadie se atrevería a in- terrumpirle, pero todos le obser- vaban con interés, con una cu- riosidad creciente. Sus largos ca- bellos, de color de bronce anti- guo, partidos por mitad de su ancha y luminosa frente, caían en gruesos y agraciados bucles sobre sus hombros. En sus gar- zos y melancólicos ojos deste- llaba una chispa de luz divina, y el influjo de su mirada llega- ba hasta los más recónditos plie- gues del alma. Su frente irra- diaba como la de Moisés al sa- lir del Tabernáculo. Su aspecto era tranquilo y majestuoso co- mo el de Daniel delante de los acusadores de Susana. Los doc- tores, al verle llegar hacia las gradas de la Sinagoga, se ima- ginaron a David en el momento en que Saúl le vió llegar peque- fñuelo y sereno a recibir la un- ción santa. Pero en aquellos ojos, en aque- lla frente, en aquel ademán, ha- bía algo más de la sagrada ins- piración que embelleció las fac- ciones del rey poeta, porque Je- sús encerraba en su ser el es- píritu incomparable de Dios. Tanta majestad, tanta he: sura, tanto saber en un fhiño, llenaron de asombro y admira- ción. a los sabios doctores del templo. Los ancianos, temero- sos de una nueva derrota, no se atrevieron a dirigirle la pala- bra cuando María, seguida de José, su esposo, llegó a las gra- das de la Sinagoga. La afli- gida Madre lanzó un grito de gozo al ver a su Hijo; pero toda la alegría de su corazón se'con- virtió en sorpresa viéndole sen- tado entre los doctores de la ley, a El, un niño de doce años. El asombro, y algunas sabias pa- labras de su Hijo que llegaron a sus oídos la detuvieron unos Dios Mío! Dios Mío! ¿Por qué me has Abandonado? (Viene de la Pág. 2) y la mirada provocadora. Los dos fijaron sus altivos ojos en el pálido e inmóvil cuerpo de Jesús. Uno de estos hom- bres se llamaba Longinos, y el otro Samuel Beli-Beth. La Madre afligida había caído desfallecida al pie de la cruz; Magdalena, Juan y algunas piadosas mujeres la rodeaban, prodigándole los únicos consuelos que en tn doloroso tran- ce puede ofrecer la amistad: las lágrimas. Samuel y Longi- nos después de contemplar breve rato a Jesús, dirigieron en torno una mirada burlona a aquellos hombres que ha- blaban con el rostro hundido en la tierra, y aquellas mu- jeres que huyendo aterradas gritaban: ¡Era el Mesías! ¡Era el Cristo! ¿Qué hemos hecho? ¡Ay, de los hijos de Israel! Beli-Beth avanzó unos pasos, y extendiendo el brazo en dirección a la cruz, exclamó: —¡Nazareno! ¡Nazareno! ¡Nazareno!... ¿No me res- pondes? ¡No importa! Escucha mis, palabras. Yo me río de la voz de la tempestad, y desprecio a esa raza cobarde que huye espantada cuando vibra el rayo sobre sus cabezas: la mía no se inclina jamás. Si eres hombre, te venceré, estoy seguro de ello; y si eres Dios, te advierto que me hallo dis- puesto para la lucha. Tú me has dicho que sería inmortal, pues, bien, sólo los dioses son inmortales. Yo soy Dios: co- mience la lucha. Samuel Beli-Beth abandonó el Cólgota soltando una terrible carcajada. Longinos había admirado en silencio a aquel hombre. Quiso seguirle con la mirada, pero fue en vano, porque Longinos padecía una enfermedad crónica en la vista y era casi ciego. En aquel momento los verdugos, repuestos algún tanto del asombro que les causaba la fie- reza de los elementos, se acercaron a las cruces, y viendo que Dimas y GeStas aún no habían muerto, comenzaron a quebrarles los huesos. Longinos hizo que su caballo se acer- cara hacia la cruz de Cristo casi hasta tocarla, y alzando la lanza, exclamó con bronco y poderoso acento: —Falso profeta, yo también me río del miedo de tus compatriotas. Por fin has muerto sin que yo haya visto un milagro de los que dicen que has hecho; es un desconsuelo, y/la punta de mi lanza va a demostrarte mi justo enojo. Longinos asestó un terrible lanzazo en el costado de- recho de Jesús. La acerada punta abrió una ancha herida en el santísimo pecho del Nazareno. Por aquella herida brotó un caño de sangre y agua, que ocrrió como un purísimo arroyo por la lanza de Loginos, humedeciendo sus manos. Longinos sintió al contacto de aquella sangre algo extraño dentro de su ser, Maquinalmente la lanza se desprendió de su manos, y se frotó los ojos. La sangre de Jesús tocó sus rojos párpados, y entonces Longinos notó con asombro que había recobrado la vista. En seguida lanzó un grito, E ba- jando de su caballo, exclamó: —;¡Milagro! ¡Milagro! ¡Jesús, Dios mío, yo creo en tu infinita providencia! Y cayendo a los pies de Jesús, le adoró. instantes. | —“¿Por qué me buscabais? ¿Era aquel niño el que bus-|¿No sabéis que en las cosas que Viernés 16 de Abril de 1954 No Llegue tarde ...! “IDEAL SHOE SERVICE” advierte a usted... no espere hasta el último momento rai traer sus zapatos de “Easter” para que nuestros exper- tos los limpien y tiñan. ZAPATOS NUEVOS a Easter de sus ZAPATO; VIEJOS si usted a ve a “IDEAL SHOE SERVICE"" ESQUINA DE WASHINGTON Y CENTRAL en 16 al Sur de la Avenida Central. 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Su madre lo com- prendió, y uniéndose de nuevo la Familia, salieron de la ciu- dad y se encaminaron hacia Na- zaret. Por el camino, aquella Madre amorosa quiso saber có- mo había vivido durante los tres amargos días de separación, y se lo preguntó. —¿Dónde has comido y dor- mido estos tres días, Hijo ado- con toda cortesía luego que llegue! VEA A VICKIE EN 1106 SUR AVENIDA CENTRAL Para Telefonear de día llame al número: AL 2-1092 Para llamar de noche o también de día: AL 4-8521 tu madre? —Dios no olvida a los pobres, y la hospitalidad tiene las puer- tas abiertas para todos los des- validos que llegan a ellas con la fe en el alma. Jesús había mendigado el sus- tento por las calles de Jerusa- la mansedumbre que iba a pre- dicar en breve, de la pobreza que iba a defender muy pronto. Lle- garon a Nazaret, donde Jesucris- to creció en sabiduría, en cari- dad y en gracias, esperando la hora de su dolorosa peregrina- ción sobre la tierra del hom- Y Jesús respondió: rado, faltándote el cuidado de lén. Era el primer destello de |bre. Escuchen Serenata Nocturnal CON: Efren Valenzuela 10p.m.a 12 p.m. KR IZ 1230 kilociclos