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“EL SOL”, SEMANARIO POPULAR INDEPENDIENTE Viernes 26 de Septiembre de 1952. Published every Priday by J. C. Franco Entered as second class matter March 20, 1940 at the Post Office at Phoenix, Arizona under the Act of March 3, 4879. No mos hacemos respensables de las ideas entendidas por nues- tes colaboradores. Pera precio de anuncio diríjanse « las oficinas situadas en 62 So. 3rd, St. Teléfono 3-4848. Teda subscripción debe pagarse adelantada, y cuando el subs- criptor desee que se cambie el envio del periódico a otra dirección, deberá notificarlo y acompañar la suma de diez centavos. * SUBSCMPTION DADES Por Year 33.90 Six Marriles $1.00 AN out-of-town subscriptions must be pald in advance for at least a period of six months. AU payments must be mads to the Editos Post Address P. O. Bco 1448 Phoenix, Arizona. “De orden de Cordero, se situó Elizondo en la frontera de Coa- huila, con algunas tropas de aquella provincia, en el lugar cono- cido con el nombre de la Peña, con el fín de observar los movi- inientos de Gutiérrez deLara, cuando supo que éste había in- vadido Texas. 3 Cuando Arredondo, sabedor de los 'acóontecimientos de Texas, marchó con sus fuerzas para Béjar, ordenó desde luego á Elizon- do q' obrara siempre en combinación con su ejército, pero éste cre-* yó que él bastaba para derrotar a Gutiérrez, y ganarse para sí to- da la gloria, marchó con sólo sus tropas para Béjar; pero Gutié- rrez salió a su encuentro y lo encontró en la Alazán, donde lo de- rrotó completamente, haciéndole más de cuatrocientos muertos, muchos prisioneros y Elizondo escapó, en vergonzosa fuga, dejan- do en el campo todos sus cañones, parque y municiones. Por esos días fué despojado del mando Gutiérrez de Lara, por don José Alvarez de Toledo, quien tomó el mando del ejército, y salió de Béjar al encuentro de Arredondo que ya se aproximaba. El 19 de agosto de 1813, en el río de Medina, á siete leguas de Béjar, se encontró con la avanzada de Arredondo, la que estaba al mando de Elizondo, al que rechazaron los insurgentes y siguieron en su persecución, hasta encontrarse con el grueso del ejército de Arredondo, en el lugar llamado el Atascoso, y después de una re- fiida acción que duró cuatro horas, fueron derrotados completa- mente los insurgentes, Al saberse en Béjar de esta derrota se apoderó el pánico de to- dos los habitantes y los más comprometidos, hombres, mujeres, niños y ancianos, salieron huyendo para Estados Unidos, á caba- llo, en burros, á pié y como cada uno pudo escapar. Cuando Arredondo entró á San Antonio, no llevaba un solo prisionero, pues á todos los había fusilado, hasta los heridos, y al teneíse noticia de que la mayoría del vecindario iba huyendo rum bo a Esatdos, Unidos, Elizondo, ardiendo en cólera, pidió permiso para perseguirlos, el q' en el acto lo fué concedido por Arredondo. Ya al salir Elizondo en persecución de los fugitivos, el padre Camacho, su inseparable ámigo, que debía acompañarlo, dice en su relación, que se paseaba en la alameda de San Antonio, con el teniente don Miguel Múzquiz, conocido por “el Chiquito”, y que és- te le dijo, con mucha reserva: “vas a marchar con Elizondo, y es necesario que tengas mucho cuidado. Padre Manuel, Arredondo ve con celo y envidia el valimento que tu compadre tiene con el virrey a causa de lo de Baján, Teme que de un momento á otro le quiten el mando de estas provincias, para dárselo a él, y yo sé de positivo que ha resuelto su muerte. Con que mucho cuidado. Pa- dre Manuel, no por la amistad que le tienes vayas á envolverte en su ruina. Con ustedes marcha el capitán Serrano, europeo de las confianzas de Arredondo, y lleva tropa europea de la que nunca ha militado á las órdenes de Elizondó: desconfía de él; no vaya á ser el encargado de despacharlos”. El día siguiente salió Elizondo, y cuantos infelices alcanza- ban sus guerrillas les daba muerte, los desnudaban y dejaban los cadáveres insepultos para que sirvieran de pasto á las fieras y á las aves de rapiña. s Una de las familias que huyeron de Béjar, fué la del patriota don Joaquín Leal, la que se componía de él,.su esposa doña: Ma- ría Arocha, cuatro hijos varones y tres mujeres, sin llevar más ví- veres.que un saco de maíz, y sin más ropa que la que llevaban puesta, y así caminaron doce días por el desierto, habiéndoseles incorporado en el camino don Miguel Arocha y sus hijos, doña Angela Arocha, también con ters hijos, don Antonio, don Fran- cisco y don Ignacio Delgado, los que fueron descubiertos el día 30 de agosto, en la loma del Toro, inmediata al río de la Trinidad, por una guerrilla de Elizondo que iba al mando del alférez don Fernando Rodríguez, quien les marcó el alto á los fugitivos, y co- mo el joven don Antonio Delgado hiciera ademán de defenderse, fué derribado de un tiro, y los soldados lo remataron a lanzadas, sin atender a las lágrimas de la madre que rogaba a Rodríguez, q' siquiera lo dejara confesarse, á lo que éste contestó: “que se con- fiese con los diablos, él y cuántos le rodean que están condena- dos'. Dejaron el cadáver de Delgado tirado para pasto de las fie- ras, amarraron á los hombres y los llevaron entre filas a ellos y las mujeres, hasta el campamento de Elizondo, quien con voz co- lérica preguntó al verlos: “¿qué familias son éstas?” “Los Leales, los Arochas y Delgados', le contestó Rodríguez. “Pues que se dis- pongan porque todos deben morir', replicó Elizondo; y el Padre Camacho comenzó inmediatamente a confesarlos y luego que hu- bo terminado fueron fusilados á la vista. de las familias. Al marchar al suplicio, don Fernando Delgado, se volvió a donde estaba su familia y con voz firme y sonora les dijo: “A Dios madre. A Dios hermanos, vamos a morir por nuestra patria. ¡Has- ta el cielo!!” Diariamente llevaban las guerrillas nuevos fugitivos y Eli- zondo los hacía fusilar, y á las mujeres las conservaba presas; los cadáveres quedaban insepultos, y el campo presentaba un aspec- to horroroso: cadáveres en estado de descomposición; cadáveres devorados por las aves y las fieras, y huesos humanos sueltos, a- marillentas calaveras que rodaban por donde quiera, y una at- mósfera infecta y pestilente que hacía insoportable la vida en el campo, - Por fín, ya que se hubieron fusilado más de cien patriotas E- lizondo se vió obligado á levantar el campo el 19 de septiembre de 1813, porque hasta el agua se había corrompido. Llevaba presos 72 hombres y 114 mujeres y muchos niños de 5 a 9 años y de pecho, las mujeres que no podían andar al paso de la tropa y los soldados, las apaleában con las lanzas para obli- garlas á andar á su paso, y así pudieron llegar ese día a orillas del río Trinidad, donde Elizondo mandó acampar. “Este jefe había etsado todo ese día más triste y misantropo que de costumbre, y el capitán Ignacio Serrano que lo seguía de cerca tenía un aspecto feroz”. “Puesto el campamento ya entrada la noche, Elizondo se re- tiró a su tienda de campaña con su cuñado el coronel D. Isidro de la Garza, que era su segundo en Jefe, y el Padre Don Manuel Ca- «macho, á la suya. Según este refería, al ver el aspecto de Serrano que no había hablado una palabra en todo el día y que contem- plaba con ferocidad á Elizondo, se acordó de lo que le había dicho en Béjar Don Miguel Múzquiz (El Chiquito) y tuvo miedo. Le ha- bló á su fiel asistente y le dijo: “Galindo, estoy muy cansado y tengo necesidad de dormir un rato; pero tengo miedo.—¿Miedo?— ¿de qué Padre? Le preguntó el soldado, —De todo, le respondió el Padre, y principalmente de ese gachupín Captán Serrano. —Duer- ma, Padre, que yo lo cuidaré, quedando de centinela á la puerta de su tienda. Y el soldado se ciñó su espada, tomó y reconoció su escopeta, para ver si estaba bien cargada y en corriente y se sen- tó a la puerta de la tienda”, £l Padre se durmió y el soldado ¡e refirió después: que cosa de media noche vió salir de su tienda al Capitán Serrano, embo- zado en su capa y que se dirigió a la tienda del mismo Padre Ca- marxño. Luego el soldado le vió que traía el sable desenvainado debajo del brazo, pues se le descubría gran parte que no alcanza- ba á ocultar la capa, se puso en pié con la escopeta en la mano. “¿El Padre capellán?” le preguntó el soldado. —Está durmiendo: le contestó. —Es urgente lo que tengo que hablar con él. —Aun- que lo sea. No se le puede hablar. —Está bien.....está bien, dijo Se- rrano y se fué para la tienda de Elizondo. “En ella dormían como unos justos, éste y su cuñado Don Isi- dro de la Garza, el cual estaba más cerca de la puerta. El fué la arimera víctima, Empuñó Serrano su sable y le dió dos estocadas »asándolo de costado a costado. Apenas pudo incorporarse, dar un zrito y quedó muerto. Elizondo lo escuchó, quiso ponerse en pié y 'omar su sable; pero antes que lo lograra ya el de Serrano le ha- ía entrado por el pecho y salido por la espalda: luego le dió otras los estocadas más, una en el estómago y otra en la garganta. Y todo quedó en silencio y nadie se apercibió de lo q' había pasado. “Sólo el asistente del Padre Camacho había observado desde tejos lo acaecido; mientras volvía á despertar al Padze y partici- várselo, Serráno paso á paso se fué a la tienda del Coronel Don Tomás Quintero, á quien le correspondía el mando á falta de Eli- zondo y su segundo, y estuvo hablando largamente con él. “Después salió Quintero en compañía de Serrano y fueron al junto en que estaba la tropa de éste, que se hallaba en pié y con as armás en la mano, y lo entregó en clase de preso á un tenien- te diciéndole lo cuidara mucho por que estaba loco. “Como la orden del día anterior era que al amanecer se ha- bía de emprender la marcha, los prisioneros y prisioneras esta- ban ya formados cuando espiró Elizondo, y así se les obligó a per- manecer, resistiendo los abrasadores rayos de un sol de fuego, has ta como á la una de la tarde, en que quedó concluída la inhuma- atón del cadáver del que fué Don Ignacio Elizondo al que ningu- nos honores se le hicieron por la tropa. “Así acabó el tristemente célebre Don Ignacio Elizondo, y su suerpo fué inhumado allí, á la margen izquierda del río de Gua- lalupe, á cosa de 50 leguas del desemboque de éste en la bahía tel Espíritu Santo, del Golfo' de México, y como á 40 leguas de la sijudad de Béjar. El lugar donde descansan sus restos mortales «quedó olvidado y nadie en la actualidad dirá: aquí fué sepultado 21 proditor del inmortal Hidalgo". El Dr. González, en su Historia de Nuevo León”, después de >0p'ar esta parte de la relación del general Sánchez, dice, refirién- lose a Elizondo: “Asombra ciertamente el ver á qué grado tan alto de -cruel- dad y depravación pudo llegar este miserable. El, verdaderamen- te lobo con piel de oveja, se presentó ante Hidalgo y Allende con tas apariencias de un amigo, para aprehenderlos y entregarlos maniatados a la muerte: él fusilaba en Monclova á sus compañe- sos de armas, que se habían pasado como él mismo de las tropas eales á los independientes: ¿cómo pudo olvidar tan pronto su in- feliz condición de tránsfuja doble, vuelto después á las filas rea- stas, traicionando á uno y otro partido, y haciéndose reo de muer + ante los dos á la vez? ¿Por qué este malvado manifestó tanto »mcono cuantra las familias de Béjar, que, sin tomar ni haber to- nado los armas, huían solamente por evitar injustas persecucio- 12s y las ordinarias crueldades de los realistas? ¿Por qué matar lá gentes inculpadas e inermes? ¿Por qué traatr tan indignamente a las mujeres y á los niños? “¡Ah! pronto la Providencia se cansó de sufrir á este desventu- rado, indigno aun de ser hombre y dispuso librar de él á la tierra, y para ello se valió, no de un rayo venido de las nubes, ni un ejér- cito armado, sino de un loco verdadero y fingido, que en un mo- mento lo cosiera á estocadas, sin que Sus numerosos servidores pudieran evitarlo, y sin que hicieran después ninguna demostra- ción de sentimiento, pues estando presentes, al depositarlo en la tierra, no se dignaron tributarle ni los honores militares”. “Para adquirir el mando de un regimiento se portó con la ma- licia y astucia de la zorra; mientras tuvo el mando se portó como tigre que mata y destroza no por necesidad, sino por gusto; y, por fín, murió de muerte desastrada, y después de muerto, fué trata- do como perro”. . Srita. Frances Áros Dedicamos unas palabras de 7] reconocimiento a la Srita. Fran- - ces Aros, distinguida joven de y] esta colonia, positivamente des- HH] tacada como verdadero líder de 7] nuestra juventud, porque -el lí- der es quiéranlo o no, la perso- E na que sirve de guía, dedirector; es la persona que tiene acierto - para guiar las cosas y que lo hace con dignidad, demostrando + virtud, es decir, desinterés y rec-| py titud; sólo poseyendo esas cua- lidades se puede llegar a líder y, la señoñorita Aros es desintere- sada y trabajadora, el líder de- be ser ejemplar en la acción, es decir, debe trabajar. Líder no es el olgazán ní el aprovechado, si- no el trabajador y, ya lo hemos - dicho, el que trabaja con desin- terés y entusiasmo, iluminado por la luz divina del ideal que persigue, ese es el líder y, esta señorita es entusiasta, trabaja- |] dora, decente, incapaz de lanzar ataques a persona alguna o de sostener pasiones lo que sí tiene es mucha dedicación, espíritu de responsabilidad en todos sus pro cederes, ya hemos dicho tam- (El bién, mucha honradez en su ac- tuación, por lo cual le hemos en- comendado el cargo de Tesorera 7] de la Junta Patriótica Oficial y, 7] no se ha sentado a esperar que 7] le lleven dinero, ha salido a tra- bajar día a día y de noche, res- plandeciendo en su cara de vir- gen, la virtud y la honradez, uns honradez y una capacidad bien - demostrada, por eso la hemos considerado como una señorita líder, lo sostenemos y nos senti- mos orgullosos de su valiosa y| MN decidida cooperación- ¡Que Dios| MW ¡la conserve muchos años, para honor de sus familiares y bien - ¡de nuestra Colonia! [| ¡ El Gran Morelos Salvado Por Galea- na en Cuautla Por David Mejía. Amaneció el 18 de febrero de 1812. Desde las primeras horas de la mañana fueron ocupadas las principales alturas, en particu- lar las del convento de San Die- go, el fuerte más inmediato a la corretera de México. Terminada la mañana, una ex tensa polvareda por el Norte de Cuautla, anuncaiba la proximi- dad del enemigo. El General Morelos con su an teojo, sobre la torre de San Die- go, observaba los movimiento: Las avanzadas de las fuerza. realistas ocuparon el Calvario el grueso del ejército se tendió a uno y otro lado de aquel pun- to, en los extensos campos de Guadalupe y Santa Inés. El Genera] Calleja, seguido de su Estado Mayor, recorrió veloz mente a tiro de cañón el contor- no de la ciudad, sin ser inquie zado en lo más mínimo. Volviés dose a uno de los jefes que le a compañaban le dijo: | No nos será difícil el ataqu: de semejante-poblacho,..Vea us ¡ted que edificios; Exceptuand ¡tres o cuatro iglesias, todo lo de |Imás son jacales y huertas. ——Cierto, señor. Apenas se con cibe cómo esto gian corifeo, s: ha encerrado en semejante villo rrio.— Al decir esto, una sonris: de desdén plegaba sus labios. Todos, adulando al general »urlaban más.o menos la can didez del cura, que con tan cor ta cantidad de gente, pretendí: hacer resistencia en aquel des amparado lugar al más podero so ejército realista y al más bra- vo de sus jefes. Esta era la música que hala- zaba lós oídos de Calleja. Así su vuelta por el corto perímetro de la ciudad se volvió un paseo pa- ra él lleno de satisfacciones, tan- to por la opinión de sus acom- pañantes, como por juicio que él mismo se formara a la vista de tan pequeñapoblación. Llegado de nuevo al Calvario, se propuso hacer avanzar como exploradora una pequeña. fuer- za, no sin tener la precaución de emboscar en las huertas de los lados un número competente de tiradores con un cañón. Sabía ya él el arrojo de Morelos, y espe- taba hacerlo caer en el lazo. Mientras esto ocurría en el cam- po realista, el general indepen- diente con Galeana, Matamoros y los Bravo, discutía la conve- niencia de inquietar la vanguar- dia de Calleja. Galeana no lo creía oportuno y sus compañeros opinaron del mismo modo, temiendo el arro- jo de su general; pero éste les tranquilizó por completo, asegu- rándoles que sólo pretendía con su anteojo observar bien al ene- migo desde un punto más cer- cano. Pasa a la Página 8, CON: — Dr.A.6. del Valle y Lugo Está a las órdenes de su numerosa clientela en el edificio "FOX THEATRE BUILDING”, 2do. 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