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Página 4. La Sra. Carlota de Lechuga (arriba al centro) toma el pulso de la paciente, Adela Primera, en un curso para que las amas de casa puedan administrar ayuda en caso de emergencia. Bajo los auspicios de la Cruz Roja se llevaron a cabo las clases en el Phoenix Christian Center y bajo las instrucciones de la Sra. Shaughnessy. enfermera titulada. De izquierda a derecha: Una Maurer, Sra. Andrea Sesma, Sra. Jesse Ruíz, Srita. Ada Joyner, Louise Moran, Srd. Lechuga, Sra. Dolores Morano, Sra. E. V. Mesa, Srita. Primera, Sra. Cuca Servin y la Srita. Lucy Arce. : “EL SOL” SEMANARIO POPULAR INDEPENDIENTE La Doncella de Loarre Cerró, Basilio, la puerta cui- dadosamente y se acercó al lar, Conde gruesos troncos aserrados oficiaban de taburetes. Era un mozo simpático. Muy despierto e inteligente. Era cazador de o- ficio y servía de guía a los tra- jinantes y viajeros que solían cruzar la frontera. Invitó con un gesto a sentarse a las dos mujeres y se dejó caer él a su vez en uno de los asientos. —Se habla mucho por Afa- gón y por Valencia, señora. Dí- cese que no tardará en estallar la guerra civil si el Rey nues- to señor no se aviene a razones y se muestra conforme en seña- lar un sucesor a la corona. —¡Un sucesor a la corona!— exclamo Blanca con indignado asombro. — Pues, ?qué acaso no lo hay?? ?No tiene derzcho a esa sucesión el Conde de Ur- gel? ?Y no le reconoció su Al- teza, el rey D. Martín, esos de- rechos desde el momento 'en q' le nombró Procurador y Gober. nador del Reiño y Condestable de Aragón?. . . Sabe, Basilio, _que la Historia de Aragón dice que solo se confieren esos car- gos al heredero del trono. El solo hecho de conferirlos es ya como una consagración —afir- mó enérgicamente la doncella. — Más sabé vuestra merced que yo, torpe de mi, y mejor entrada debe andar; perg por lo visto han cambiado los tiempos y el Rey, que Dios guarde, no piensa como pensaron sus ante- cesores, o es que juega con dos barajas, porque se rumora por todo el reino que aunque S. A. honró a D. Jaime de Aragón, muy alto y poderoso señor Con- . de de Urgel, su cuñado, con esos títulos de Procurador y Gober- nador y Condestable, que vos nombrasteis,, se curó al mismo tiempo de dar instrucciones se- cretas a los Urreas y a los Here- redias que, según cuentan, son dos casas de las más importan tes, nobles y ricas de Zaragoza, para que no le dejasen entrar en esa ciudad, ni ejercer la pro curación general, sin embargo de las provisiones que en esta razón llevaba el Conde de Ur- gel. Así se cuenta en mercados, figones y posadas. Yo, torpe se- ré, pecador de mí; pero no he perdido frase ni rumor y no he dejado de advertir que hay mar de fondo bajo y tranquilidad a- parente de las personas. En los corrillos se habla de la sucesión y de la guerra, y los grandes señores reclutan mesnadas y aún traen de afuera soldados asalariados. Los que yo acompa ñé a Valencia venían del extran jero y se recataban de mí para sus pláticas. Negocio de guerra o de intriga débia llevar, yo no sé, mas, ?qué queréis que os diga? Para mi, que se mueven los bandos de los sucesores bus cando el arrimar cada cual el ascua a su sardina. —Así será. Nuestra señora do ña Violante recibe también co- rreos misteriosos que le llegan de lejos y se encierra con*el al- caide del castillo y con mosen Berenguer para contestarlos. —Doña Violenta trabaja por D. Jaime de Aragón —dijo Basilio, convencido. —?Por quién iba a hacerlo con mayor justicia? —protestó Blanca. —Todos los pretendientes cre- erán tener los mejores derechos La gente habla y habla ... Cla- ro que los Lunas rompen lanzas por el Conde de Urgel y los U- rreas y Heredias levantan ban- dera por el infante castellano D. Fernando de Antequera. No falta quien dice que en el secre to de su corazón, el Rey se in- clina hacia su nieto D. Fadri- que. . . —insinuó Basilio. —/Oh, no! Eso nunca, —protes tó Blanca, exaltada. —En la Constitución aragone sa se dice muy claramente que no podrán ocupar los bastardos el trono. Y D. Fadrique —<que es muy niño todavía— no es más que un hijo natural de Mar tín de Sicilia. . —Pero los sicilianos, que no tienen una Constitución como la aragonesa, dicen que ayuda- rán a su príncipe. —¡Oh, Dios nos asista! —ex- clamó Ana aterrada.— Va a ser una guerra muy reñida la que vamos a padecer entonces, po bres de nosotros, si ese buen rey ¡ D. Martín no se aviene a razo- nes. —El Rey cuentan que es muy flaco de voluntad y gira como la veleta hacia el último viento que sopla. . —insinuó Basilio. —Pero, ?no piensa ese Hom. bre cómo va a dejar a su pue-, blo?. ¡Qué terrible herencia la de una guerra civil! —volvió a estremecerse. Ana. Blanca había callado y ataba, rememorando, cabos sueltos que había oído algunas veces en las charlas de sobremesa o en los ratos de recreo. Porque sus .reve- do el buen Rey _por de reciente muerte de su único hijo, D. Mar tín de Sicilia, prestóse al casa- miento como un autómata. Como un eco venían a la me moria de la doncella de Loarre las críticas acerbas. y, las' sátiras crueles.con que el atrevido y po co respetuoso D. Antón de Luna comentara un día este matrimo nio del monarca en una sobre- mesa con su hermana doña Vio lante; y aun si la Abadesa no le hiciera callar con gesto do-;¡ minante, sabe Dios hasta. qué¡ terreno escabroso y nada hones to hubiera resbalado el cínico caballero en sus apreciaciones. Se hablaba de remedios que pro pinaban al Rey los que ansia- ban la venida del príncipe he- redero. —Las bodas del Rey comenza ren muy mal —dijo Basilio pa- sado un rato, como si de pronto reraemorase viejos recuerdos, — El mismo día de su casamiento 'cuentan que. recibió una emba- ¡jada del Rey de Francia soli, ! citando que nombrase heredero ¿ol trono asu hijo el Duque de Calabria. Esto fué ' tenido por ¡todos como de mal aguero. ... —?Tú crees, Basilio? — se a- larmó la muchacha. =— ¡Pobre reino! — gimió me valga, que estamos todos so bre un volcán. El fuego va so- cabando bajo la ceniza. Nada aparente, pero por dentro mina y no sabemos cuándo será el 200 mento en que surja la llama. —¡Pobre mi: reino! —gimió rencias, las Madres, aunque de|la mujer acobardada. nombre vivían apartadas del mundo, en realidad se preocupa ban hasta perder el sueño de lo que acontecía en él. Había oído. decir que D. Mar tín —el Rey— se casó sin ilu- sión y sin amor a los cincuenta años, ya viudo y cansado de vi vir, por conveniencias de Esta- do. Precisaba que naciera un he redero para evitar las contingen cias de esta guerra que ahora se cernía amenazadora sobre sus reinos y los magnatés que le ro deaban, ansiosos de conseguir dicha sucesión se diéron buena | maña a convencerle de que ca- sara con doña Margarita de Pra des, señora principalísima, de|: la mejor nobleza, doncella y jo ven y no mal parecida. Desola- | LE IA. Como Está Su Sis- tema Nervioso? —Se han dado ustedes cuen- ta del'hecho que puede suce- der de que uno de sus nervios esté trampado y ser la causa» le su padecimiento continuo. Examinación de la espina y ce en muchos casos Co- ¡je la' dificultad. Sl: Reumatismo, etc., curan! DAMA AYUDANTE Se Habla Epañol DR. FREEMAN D. C..Phc..M., L Doctor Quiropráctico Tel. 2-1885 1104 E. Moreland se —?Por quiéri tomarás tú las armas si eso' llega, Basilio? Y en la voz de la doncella sonaban notas agudas de an- siedad. —Yo soy fiel vasallo de los Lu nas. Mi deber me obliga a de- fender la causa que ellos defien dan. E Blanca movió dubitativa y PROGRAMA de la Radiodifusora 960 Kilociclos Todos Los DOMINGOS Dando principio el Domingo 28 de .este mes. En este programa se tocarán TRES DE LAS CANCIONES De 7:15 a 7:30 de la Mañana MAS POPULARES de la semana. Este Programa será presentado por la CITY RADIO CO. de esta ciudad. LA RADIODIFUSORA KOOL PRESENTA LO MEJOR EN PROGRAMAS DE RADIO — desalentada la rubia cabeza. * —No es eso Basilio, lo que yo, te pregunto. . . Ese sería tu de ber; pero, ?cuál sería tu gusto? —apremió. Basilio vaciló un instante. Re suelto declaró al fín en sincero arranque que. le» valió toda la; simpatía de la muchacha: —-Podrá tener mejores o peo: res derechos: yo rio soy quien para discutirlos. Pero todas mis simpatías. son para el coride de Urgel. Y así” piensan la mayor parte de los catalanes, aragone- ses y valencianos. Yo he corrido por campos, lugares, caminos, y posadas y he sentido pláticas ltivar la tierrá' ton Aranquilidad de grandes y de chicos, de se-- fiores y de villanos. Don Jaime de Aragón es como un ídolo pa- ra el pueblo: es joven, apues- to, bién parecido; tiene hermo- sas cualidades; la gente le ado- ra; caballero sin tacha, gran se- fior desde los piés a la cabeza, generoso y magnánimo. . .Don Jaime de Aragón sería un gran rey. El pueblo conoce su carác- ter enérgico, impetuoso y osa- do. Todo el fuego de.su juven- tud se le desborda en entusias- || mos que llevarían al reino .a grandes empresas. Es natural que Castilla le mire con recelo y tiemble al pensamiento de q' pueda empuñar el cetro. Por eso oponén a las suyas las pre- tensiones del infante D. Fernan- do. —¡Bah! Los aragoneses. esti- man con mayor derecho al con- de de Urgel —braveó Blanca. —Si no hubiera traidores. —murmuró con amargura el mozo. —?Cómo? —Las rencillas y enemistades de los grandes señores traen a veces consecuencias funestas para un reino y en Dios y en mi ánima que quisiera aquivo- carme; pero. temo— y conmigo lo “temen quienes pesan y en- tienden más que yo— que la Ti validad de los Urreas- y los Lu- nas va a traer más rastro de lo que fuera de desear, —Quieres decir... . _jotra cosa que de su gallardía, —Que es público y notorio q' por el solo hecho de defender los Lunas la causa del de Urgel, |; wan a abrazar los Urreas la del| infante de Castilla. —¡Dios: ponga su santa-ma- no! —rezongó Ana. El silencio se adueñó de los! tres, acobardados por negros pensamientos. Era muy. cierto queen Aragón y en Valencia la nobleza andaba en rivalida- des que podían dar un alarman!' te giro a una contienda dinás- | tica, al enconar la lucha con; sus propias rencillas y hacer de, la. cuestión política una cues- | tión personal. Andaban a muer- '., te en luchas rivales Centellas y , Vilaraguts en Valencia y no da ban paz a la espada en Aragón Lunas, Urreas, Solares, Lanuzas y Cerdanes. Era de esperar que todos estos grandes señores vie- ran en la guerra por la sucesión un medio de intensificar la 'lu- cha con sus rivales. Y no estaba el pueblo tan dormido como pa- ra no ver el grandísimo .peligro a a “que con este: se “les. venía en- cima aunque' el: estado llano no quisiera la guerra —el estado llano En aguélla época, como en todas, vivía de la paz, que per- mite fabricar, comerciar y cul- — ya se cuidaría la nobleza de encenderle para satisfacción de sus conveniéncias y de sus ven| 0 1 Como leye suspiro, la donce- lla de Loarre se arancó a sus cavilaciones, volviéndose hacia Basilio. A —?Se sabe por dónde anda ahora D, Jaime de Aragón? — preguntó lentamente. —Dicen que, se encerró. en Ba laguer con su esposa doña Isa bel y sus hijás muy disgustado del doble trato del Rey— atfir- mó Basilio. , —?Vístele tú por suerte algu na vez al Conde, Basilio? — pre guntó de repente la -doncella, con cierta ansiedad que hubo de sorprender al avisado mozo. —?Verle? Claro que sí. ?Vos no, doña Blanca? Se apesadumbró la doncella. —No: yo no. __—Pues ha estado en Loarre varias veces. —S:, estuvo. Cuando para en el. monasterio, las Madres pier- den la cabeza, No saben cómo! mullirle los colchones ni q' golo sinas inventar para tener conten to. Y cuando se marcha, se diría que aun flota en el aire su pre-. sencia porque en buen tiempo sus reverencias no hablan de de sus ocurrencias, de su gene- rosidad de príncipe, de su devo- ción de cristiano. ¡Las buenas Madres! —se echó a reír, burlo- na, la doncella. Es el Conde un carácter arre- batado y fogoso lleno de pasión y de entusiasmos; y vos no de- béis olvidar que las Madres son también mujeres y se dejan influenciar por el mundo. Has- ta. nuestra señora la Abadesa, tan indomable y recia. . sugi- rió Basilio con malici. Calla, BaBsilio. Eso son vie jas historias —murmuró Ana, econ terror. —No hay nada malo en lo ¡ que voy a referir. Y todo el país lo sabe —se excusó el mozo. —Menos yo, por lo visto— con testó Blanca.— Pero si tratas de convencerme de que la Aba- desa de Trasovares, intrigante indomable y traviesa, ha podido sentir el encanto. de, un amor, no vas a poder lograrlo, Basilio. ¡No hay en ella el menor indi- cio de romanticísmo o ternura. ?Concibes tú que alguna vez —35 años de experiencia PRALL SERVICE Toda clase de reparaciones de Máquinas de Coser y Vacuum Cleaners También partes para cual- . quier marca. Todo trabajo garantizado . 351 N. 4th Ayenue Tel. 46710 —, Phoenix, AÁriz. nd Quiere Usted Reformar Su.Casa? Para toda clase de construcciones o aa de edifi- A Mamen : ustedes a: RODRIGUEZ Y RODRIGUEZ Expertos. en toda +lase de trabajos de construcción. Ha- cen presupuestos y se encargan de conseguir los materia- les necesarios. Llamen a: Oswaldo Rodríguez 124 W. 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No era hermosa, según cuentan, nuestra señora, había enamorado locamente — como una, mujer de sus condicio : y se nes de corazón y de carácter debía enamorarse— de ese ga- llardo Conde D. Jaime de Ara- gón. Era él un príncipe de 'estir- pe real, como que desciende de línea recta del Rey D. Al- fonso IV, que de Dios goce (y Basilio alzó reverente su monte ra y se inclinó al mentar al Rey) y sobre él tenía el sobera no Otros planes que luego se Pasa a la página 5 AN SE INSTALAN VIDRIOS DE CARRO Se Componen las Puertas, Cerraduras, Canalitos y Reguladores, etc. FLANDERS' GLASS SHOP Se habla Español 1845 E. Washington St.” $1 CUPON CUPON Phoenix, Arizona CUPON — $1 Durante esta semana unicamente puede usar Ud. este a- nuncio como CUPON. Traigalo y le haremos un descuento! . Unicamente un Cupon por persona es permitido! RADIOS AUTOMATICOS Ano RECestost RADIO AHORA SE ENCUENTRAN en : El SOL VICTROLAS AUTOMATICAS a muy bajo costo. 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