Diario las Américas Newspaper, November 11, 1956, Page 6

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EN CHARLA CON EL EMBAJADOR DE CUBA EN WASHINGTO . )» Medio Siglo:de Labor Diplomatica (Una Entrevista Especial de Guillermo Cabrera Leiva Especial para DIARIO LAS AMERICAS) Hemos acudido a la Embajada SUMARIO vos, con un aire de solemnidad de Cuba_en compaiia del Dr; f que no hemos vuelto a ver en Franeisco Aguirre,«Vicepresiden- otro monarcas del mundo. JOVIALIDAD Y CAMPECHANIA DEL REPRESENTANTE DE CUBA EN WASHINGTON.—SUS COMIENZOS AL LADO. DE SANCHEZ DE BUSTAMANTE.—FRANCIA, BERLIN, ROMA Y LA CONFERENCIA DE VERSALLES. —DELEGADO. PERMANENTE EN GINEBRA. — EX EMBAJADOR EN MEXICO Y EX MINISTRO DE ESTADO Conferencia Internacional, ENTRA EN LA “EDAD CANONICA”, — SU MAYOR ek Gus Beis corre: ORGULLO: NUEVE NIETOS. Pie te y Editor del DIARIO LAS AMERICAS, para una entrevista indispensable. Porque se trata nada. menos que de las Bodas de Oro del Embajador Miguel Angel de la Campa y Caraveda con la diplomacia, un aniversa- rio que vale destacar por lo que significa para Cuba y por el mé- El Embajador de la Campa, en una amena descripcién, nos va llevando por el teatro de sus primeras actividades. Nos intere- sa_ saber cual fue su primera gran Conferencia Internacional, rito que entrana para este criollo dignatario. La expresiém jovial y campe- chana del maximo representan- te de Cuba en los Estados Uni- dos, nos gana desde el primer momento en que nos tiende Ja mano. La diplomacia ha sido pa- ra él la atmosfera natural de su vida de adulto. De ahi que su trato y sus maneras, hechas al roce y a los trajines de las can- cillerias, sean en este cubanisi- mo Embajador una virtud ma- tural que adorna a ratos el buen humor de sus expresiones y la vena anecdética oportuna. Apenas hemos comenzado a hilvanar nuestra conversacién cuando irrumpe un mensajero amable, es decir, otro embaja- dor tan importante como el que mas: el aromatico café cubano, que nos tramsporta mentalmente a nuestras nativas regiones villa- renas y nos hace sentirnos en casa. Queremos conocer, antes que nada, cuales fueron las pri- meras experiencias diplomaticas de] Embajador de la Campa, en Jas que cumple ahora cincuenta anos. De donde brota una respues- ta interesante: Mi gran éxito fue al princi- pio, a los 23 afios, nos dice ‘con una sonrisa en los labios, por- que es a todas luces un éxito comenzar de diplomatico en Pa- ris, y a esa edad! Yo era entonces el mas joven de los diplomati- é cos cubanos, y la Republica de Cuba, como otros paises latino- americanos de vida relativamen- te corta, aparecia a los ojos de los gobiernos europeos como uno mas entre los nifos malcriados de nuestro continente. Nos interesa saber su criterio respecto a la Diplomacia en esos anos y la de nuestros dias. En- filamos la pregunta y el Dr. Campa nos responde: Todo era bien distinto en 1906. La vida menos violenta, menos ruda. El estilo y Ja reaceién del individuo iban a tono con la atmdsfera circundantes. La maquina, las costumbres y las exigencias de nuestros dias aun no habian em- pujado al hombre con la rudeza de hoy. En el campo de la diplo- macia, reflejo légico de ese or- den de cosas, todo lucia mas sua- ve y menos rudo. Hoy es mas dificil hacer diplomacia, per lo complejo que se ha hecho el mundo. Graduado en leyes a los 18 afios, el Embajador de la.Cam- pa hizo sus primeros trabajos juridicos a la sombra del emi- nente jurisconsulto don Anto- nio Sanchez de Bustamante, cu- ya orientacién y compania con- tribuyeron enormemente a mo- delar su caracter y a enriquecer su experiencia profesional. Con el destacado internacio- nalista recorre las capitales de Europa y asiste a importantes conferencias. Era quiza el mejor maestro que podia encontrar en aquellos anos formativos el jo- ven diplomatico recién salido a “Ja arena del Viejo Mundo. Mi nombramiento a ka Emba- jada de Cuba en Francia, ocurri- do hace cincuenta afios, era ape- nas el comienzo de un viajar in- cesante. La Republica de Cuba era casi desconocida como na- cién independiente, y me tocd a mi, entre otras labores, presen- tar oficialmente a mi joven pa- tria ante algunas cortes europeas. De Paris pasé a Roma, de alli a Bruselas y mas tarde a La Haya, donde tuve la oportuni- dad de entregar a la reina ho- Jandesa, Guillermina, las cartas eredenciales que me acreditaban como primer representante cu- bano ante el Reino de los Paf- ses Bajos. Este hecho establecié las relaciones oficiales entre Cu- ba y Holanda. En Berlin, ya en 1912, pude presenciar en todo su esplendor el reinado de Guillermo II, el Kaiser, que muy pocos afios des- pués iba a ser el eje de un te- rrible drama mundial. La narracién de estos prime- ros episodios, escuchados de un testigo presencial, evocan en nuestro pensamiento las lecturas infantiles, los cromos de las re- vistas que nos venian de Espafia, donde. aparecian los soberanos de-esa época en trajes lamati- —La Conferencia de Paz de Versalles, que comenzé a fines de 1918, fue realmente la pri- mera magna reunidn internacio- nal a la que asisti como diplo- matico. Era yo subalterno del Dr. Bustamante, quien acudia en nombre de Cuba con el grado mayor. Nos acompanaba también Guillermo de Blanck, diplomati- co de larga permanencia en Lon dres. —Alli vi de cerca, por prime- Ta vez, a los cuatro grandes de esos dias. Recuerdo perfectamen- te la figura de Wilson, y la de aquellos tres delegados que asis- tieron a la cabeza de la repre- sentacién norteamericana, Lans- ing, Bliss y House. De los sitios europeos visita- dos, nos interesa saber cual fue el que dejé en su animo de di- plomatico joven la mas profun- da impresién. Y el Embajador de Ja Campa nos describe las cere- monias celebradas en Alemania, alla por 1912 o 13, con motivo de los funerales del Regente de Baviera. —Vi ante mis ojos uno de Jos mas imponentes desfiles de la Trealeza mundial. Se trataba de un acto en que los asistentes, nobles y- principes en su mayo- ria, desplegaron ante mi vista un lujo y elegancia inolvidables. Era lo mas rancio de la aristocracia de aquellos afios, algo que ya se ha desvanecido en nuestros dias. Y con posterioridad a Versa- Iles, intercalamos, ;qué otra con- ferencia de importancia le sir- vid de escenario a su labor di- plomatica? —Ginebra. Allf se traté de en- cauzar la paz mundial mediante los esfuerzos de la Liga de las Naciones. Tuve el privilegio de asistir a las tres primeras asam- bleas de la Liga por Jos anos de 1920, 21 y 22, y ser el Delegado Permanente de Cuba en Gine- bra, una labor que incrementé enormemente mi experiencia en las lides internacionales. Mientras se desenvuelve la conversacién, a intervalos fuga- ces, hemos visto a unos metros un hermoso estuche de cristal, donde el Embajador conserva sus ‘Multiples condecoraciones. He. mos sentido la tentacién de in- quirir por ellas, hasta que al fin Janzamos Ja pregunta. —En medio siglo de activida- des diplomaticas, nos dice, tie- nen por fuerza que acumularse buen numero de cruces y ban- das. Pero entre todas éstas guar- do especial recuerdo de la que adorné por primera vez mi_pe- cho, como gesto benévolo del Gobierno de Italia, hace ya mu- chos anos, Alli resplandecen, en tonos y colores. diferentes, medallones, cruces, estrellas y escudos de oro, plata, esmaltes e incrusta- ciones de toda forma, como un rico joyero internacional. La Le- gién de Honor, orgullo de todo buen diplomatico, no podia fal- tar en esa vasta coleccién. Y en torno a ella admiramos, mas que la gloria de Francia, el espiritu de modestia con que el Embaja- dor de la Campa nos habla de sus nobles trofeos. La vida del embajador de Ja Campa, como la de todo hombre de su profesién en nuestros pai- ses hispanoamericanos, ha pasa- do por multiples etapas. Desde las actividades revolucionarias, que emprendié con motivo de la protesta liberal contra las inten- ciones reeleccionistas de Estrada Palma, hasta la de candidato a eargos electivos, no han faltado ratos de noble ocio para dar Tienda a Ja imaginacién y escri- EN SU DESPACHO del edific Angel de la Campa, departe bir obras de ficcién, como su in- teresante novela “Cenizas Glorio- sas”, y sus estudios sobre politi- ca exterior cubana, con especial tendencia a las cuestiones del Caribe. Nos interesa, en este sentido, Ja labor diplomatica del Repre- sentante cubano en Jos paises de América. Y a nuestra pregunta nos responde: —Es en México donde mayor actividad permanente desplegué como Embajador de Cuba. Era entonces Ministro del Exterior en la vecina.republica e] notable Puig de Cassaurane, con quien hube de cultivar una gran amis- tad. En el hermano pais perma- neci como tal hasta la caida de Machado. Posteriormente volvi en 1933. —Luego, como Ministro de Es- tado de Cuba, tuve mayor opor- tunidad de interesarme por las euestiones americanas, y de coo- perar, desde aquella posicién, al espiritu§ panamericanista orien- tado desde Washington por la politica del Buen- Vecino inicia- da por Roosevelt. En la Primera Conferencia de Cancilleres, cele- brada en Panama en 1939, me cupo el privilegio de haber su- gerido con éxito la idea de la Zona de Seguridad Americana, un empefio en el que me Vi an pliamente secundado por la de. legacién norteamericana, cuyos Embajador Campa con su nieto, Hor: Consejero de la Embajada de Cuba Averhoff y sefiora Miguelina de Ja ~

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