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PAGINA CUATRO La Cabeza de Pancho Villa... (Viene de la página 3) sobre los cuales siguieron los asaltantes disparando, cayen- do muertos, acribillados a ti- ros. El resto de los america- nos. cuando ya estuvieron a- h- o del tren, recibieron la or- den del propio Pablo López, de que se quitaran toda la ropa que traían, inclusive los zapatos y los calcetines, que- dándose en calzoncillos y ca- miseta, a pesar de un viento frío que empezaba a soplar de la sierra, puesto que era en pleno invierno. Luego los for- maron a lo largo de la vía del tren y López ordenó que dos de sus soldados fueran ma- tando de americano en ame- ricano hasta que acabaran con el grupo; algunos de los cuales querían escapar, pero a Culatazos los hacían volver a la línea. Minutos más tarde aquello era un montón de ca- dáveres chorreando sangre en siniestras y macabras posi- ciones. Unos habían caído so- bre los otros, alguno con la cara al sol, con gesto horri- ble, demostraba el dolor de su agonía, semidesnudo y con- traído... Pablo López preguntó a los “EL SOL”, SEMANARIO POPULAR INDEPENDIENTE soldados que cuidaban las puertas de los carros, para que nadie saliera: —¿No hay ningún otro gringo por allí? Cuando le contestaron que no, ordenó que bajaran los soldados y el tren siguiera su marcha, no sin que antes el general Beltrán, villista tam- bién, entrara al departamento del expres y recogiera $6,158 en plata que iban en distintos sacos. El tren se puso de nue- vo en marcha rumbo a Chi- huahua, porque la vía estaba obstruída para Cusihuiriáchic llevando la noticia de la tre- menda hecatombe que pronto sacudió los nervios de los a- mericanos en extras de los periódicos que por millones in- formaron a todos los habitan- tes de los Estados Unidos. Esto pasó el lunes 10 de e- nero de 1916 a ocho kilóme- tros de Santa Isabel, cerca de una pequeña estación que se llama Baeza, en la línea del Ferrocarril del Noroeste. El crimen dió lugar a que cuatro días más tarde, es de- cir, el catorce de enero del mismo año de 1916, Don Ve- nustiano Carranza expidiera en Querétaro un decreto de un alcance político enorme, decreto que decía: Venustiano Carranza, Pri- mer Jefe del Ejército Consti- ¿ Escuchen Cantares RR II YA QUEDAN MUY POCOS ¡Apurese! a Comprar el Libro de la Vida de EDRO INFANTE Datos Biograficos de su Vida Artistica y Amorosa ecsccccsrccosooso Mustrado con Fotografías en cada Página. ............:o.::. El Mejor Retrato del Querido Idolo en la Portada. ES LA VIDA DE PEDRO INFANTE, ARTISTICA, AMOROSA Y DE SU HOGAR. ADEMAS ADJUNTO EL CANCIONERO DE “EL SOL”. CON LAS CANCIONES MAS MODERNAS — TODAS LAS CANCIONES NUEVAS LAS ENCUENTRA EN ESTE LIBRO — NO HAY OTRO CANCIONERO MAS + 1448 O. 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HAGA SU PEDIDO LUEGO, ANTES QUE SE AGOTE. “EL SOL”, 62 Sur de la Calle Tercera III RADIO NN A A dee pozo zo nzn zo zo ojo rzojoszorzoezo nie zenzo oleo rzo ajo ezo: zo Phoenix, Arizona Teléfono AL 3-4948 Phoenix Pé ES RS S SE . oo ezo zoz zo qorzorzo oz qomo zoe qe. k Ss zoozo zoo 29, AS s ES] ES zos: Bn pozo ozono zo ezo zo rzozo to zozozo qee A Ó ES tucionalista y Encargado del Poder Ejecutivo de la Unión, en uso de las facultades ex- traordinarias de que me en- cuentro investido, y Conside- rando: que la frecuencia con que están repitiéndose los a- tentados por las gavillas de bandidos que han quedado dispersas en diversos lugares del país, después de que el E- jército Constitucionalista ani- quiló a la reacción armada, reclama enérgicas medidas de represión y un severo castigo para los responsables de tales crímenes; y en vista del últi- mo atentado que cometieron, en un punto distante a ocho kilómetros al Oeste de Santa Isabel, del Estado de Chihua- hua, los forajidos que capita- nean los cabecillas Rafael Castro y Pablo López, perte- necientes a las fuerzas de Francisco Villa, de quien re- ciben órdenes, asaltando un tren de pasajeros y dando muerte a dieciocho ciudada- nos americanos; según el pre- cedente establecido por el Go- bierno Constitucionalista en casos análogos registrados an- teriormente, he tenido a bien expedir el siguiente decreto: Art. 1.—Queda fuera de la Ley el cabecilla reaccionario ex general Francisco Villa. Art. 2.—Quedan fuera de la Ley los cabecillas reacciona- rios ex generales Rafael Cas- tro y ex coronel Pablo López. Art. 3.—Cualquier ciudada- no de la República puede a- prehender a los cabecillas Francisco Villa, Rafael Cas- tro y Pablo López y ejecutar- los sin formación de causa, le- vantando una acta en que se hagan constar. su identifica- ción y fusilamiento.—Consti- tución y Reforma.—Dado en la Ciudad de Querétaro a los catorce días del mes de enero de mil novecientos dieciséis. — V. CARRANZA. Cerca de dos millones y me- dio de pesos reclamaron los Estados Unidos a nombre de los familiares de los america- nos asesinados en Santa Isa- bel; pero en virtud de ese de- creto, y de haber sido fusila- do Pablo López, cuando me- ses después fué aprehendido, hechos que demostraban que el gobierno mexicano dictó las medidas necesarias y cas- tigó a los culpables, la Comi- sión Especial de Reclamacio- nes México-Americana, for- mada por los abogados Rodri- go Octavio, Fernando Gonzá- lez Roa, Ernest B. Perry, A- quiles Elurdoy y Hanrey W. Anderson, fallaron el 26 de a- bril de 1926, por mayoría, contra el voto del comisiona- do americano Perry, que se desechaban las 17 reclamacio- nes presentadas por los suce- sos de Santa Isabel. Así concluyó esta espanto- sa tragedia que por muchísi- mo tiempo conmovió la opi- nión pública americana y del mundo entero. EL PRISIONERO DE VILLA A raíz del terrible asalto de Santa Isabel, que fué el 10 de enero de 1916, en el que perecieron muchos america- nos a manos de las tropas vi- llistas que comandaba direc- tamente Pablo López, al mar- char éstas en dirección al Norte, con el fin preconcebido de llegar a Columbus, tuvie- ron un serio combate el quin- ce de febrero siguiente, en la Hacienda de Santa Ana, pro- piedad del periodista america- no Hearst, con las tropas ca- rrancistas que no esperaban al enemigo, de manera que por ambos lados hubo una es- pantosa carnicería, quedando el campo por los villistas quie- nes se apoderaron de ciento catorce prisioneros: que, como no era posible custodiar en la marcha hacia el Norte, ni era tampoco conveniente, según el Viernes sentir de Villa ponerlos en li- bertad porque volverían a en- grosar las filas carrancistas, se ordenó el fusilamiento de la mayor parte de ellos, habien- do sido sacrificados ochenta, en números redondos. Entre los treinta y cuatro que quedaron se encontraba un muchacho de unos catorce años, Francisco Galván, que parecía no darse cuenta exac- ta del peligro que corría por- que se le veía sonriente, no obstante la cantidad enorme de sacrificios humanos que es- taba contemplando. Se halla- ba él entre los destinados al sacrificio, pero debió su salva- ción a un curioso y sencillo incidente. Cuando el grupo anterior al que él estaba, fué fusilado, uno de los oficiales de Villa que lo vió sonriendo le dijo: “Oye, tú, ¿qué no te das cuenta de que te van a fu- silar?”. “SÍ...” contestó el mu- Fuerzas.-- (Viene de la Página 3) Y debido a este cambio conti- nuo, nos dejamos llevar a veces también de la tentación. El tri- no de un pájaro, el perfume de Una rosa, despiertan en nosotros extrañas voluptuosidades y ce- rramos los ojos para no ver si- no esa visión interior que nos seduce. La mujer más virtuosa ha sen- tido en un momento determina- do, la tentación de pecar. El deseo de conocer todo eso que hasta ayer le fué vedado, no siempre vence la tentación. Hay mujeres que saben rechazarla, y a semejanza de San Antonio, desdeñó el pecado y volvió la mirada hacia Dios. > Pero no pudo impedir que ese deseo se esbozara en su alma. No está en nosotros detener el pensamiento. Ninguno podría aunque se lo proponga, dejar de experimentar determinadas sensaciones. Pueden sí dominarse. Puede que la razón se sobreponga y lo- gremos, ahogar esa voz que can- ta su dulce canción en el silen- cio de la noche. Todo depende de la educación y de la fuerza espiritual de cada quien. Hay seres que solo saben obe- decer a su instinto animal. No les importa nada, despre- cian los prejuicios. Creen que en la vida deben satisfacerse todos esos impulsos. Y ruedan y ruedan hasta lle- gar al precipicio. Cada uno de nosotros lleva en sí la fórmula del bien y del mal. Podemos elegir libremente. Rechazar aquello que no debe ser. Tratar de que domine en noso- tros la razón. Que la bondad se abra en nuestro corazón como una rosa. Y ahuyentar los malos pensa- mientos que nos empujan hacia actos vergonzosos, que serán i- rremediables si se les convierte en realidad. 7 de Noviembre de 1958. chacho, “pero que voy a ha- cer? Lo único que siento es no coconer al general Villa, que dicen que por allí anda....” “—Sígueme”, le dijo el o- tro, “te lo voy a enseñar”. A poco estaba frente a Vi- lla, a quien le contaron, más bien dicho, le contó el que lo llevaba, que aquel muchacho parecía no tener conciencia del peligro que sobre él pesa- ba porque estaba sonriendo. Entre tanto el muchacho veía con asombro a Villa, de arri- ba a abajo, con tal insistencia y seriedad que cuando el ofi- cial acabó de decirle lo relati- vo al muchacho, Villa volteó la cara y al darse cuenta de como lo veía, le dijo: —-*¿Qué ves tú, muchacho? —-“'Mi Jefe”, contesta el pri- sionero, “¿qué usted es el ge- neral Villa?” —“Pos ya lo ves, mucha- chito..-%; —ZLa verdad, mi Jefe, como nos habían dicho los carran- cistas que era usted un asesi- no, un matón, un hombre ma- lo como nadie en Chihuahua, yo creía que era usted más feo que un tigre de los que hay por estas tierras; pero es usted un hombre bien pareci- do, fuerte, con cara de buena gente; de manera que yo creo que usted no es el General Vi- lla o los carrancistas son unos mentirosos....! Soltó Villa una carcajada y le echó el brazo al hombro; y riendo todavía, ordenó que le devolvieran su máuser y su caballo al muchacho y que lo pusieran a sus inmediatas ór- denes. El muchacho aquel dió las gracias con una sonrisa; pero no despegó los labios pa- ra más. Ya en la noche dos grandes jarros de café calien- te, tomado cerca de su Jefe, le quitaron el frío de la muer- te, si es que lo sintió en al- gún momento; pero de todos modos el frío del aire que so- plaba desde la sierra en aquel febrero helado. A la mañana siguiente muy temprano emprendieron la marcha hacia el Norte; nadie sabía a qué punto fijo, pero ¿qué importa..? seguramente que lo sabía el General Villa y con eso era bastante. A ve- ces el Jefe se adelantaba per- diéndose entre los vericuetos de la sierra con algunos de sus Jefes y luego retrocedía como para dar aliento a los que atrás venían. La columna se compondría de unos qui- nientos hombres muy bien ar- mados y hasta con caballos de repuesto, de los que habían quitado a los carrancistas en Santa Ana, que los llevaban de rienda. (Continuará la semana próxima) Invitaciones para Matrimonio solo en “EL SOL” 62 Sur de calle Tercera Article in Reader's Digest Reveals Jittery Pre-Menstrual Tension Is So Often a Needless Misery! Do you suffer terrible nervous ten- sion — feel jittery, irritable, de- pressed — just before your Me each month? A startling article in READER'S DIGEST reveals such pre-menstrual torment is needless misery in many cases! Thousands have already discov- ered how to avoid such suffering. With Lydia Pinkham's Compound and Tablets, they're so much hap- pier, less tense as those “difficult days” do Lydia Pinkham's has a remarkable soothing effect on the source of such distress, In doctors' tests, Pinkham's Lo doctors' tests on amazing product, 3 out of 4 women got relief of nervous distr+ss, pais ! Wonderful relief during aud before those “difficult days”! nped .... or strikingly relieved eo. and discomfort! 3 oub of 4 Forsen got glorious relief! 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