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PAGINA CUATRO El 'Ratonazo', el "Pajarazo'... (Viene de la página 3) que golpeara abajo? AS: —Oye, allí estás equivocado. Hubo muchos que oye- ron cuando Lupe Serrano le gritaba: “¡Pégalo abajo... abajo .... abajo!”. AP: —¿Y entonces por qué no le hizo caso Mauro? AS: —Yo creo que por quedar bien ante el público, al que hacía mucho tiempo no le veía. Creyó que podía noquear fácilmente arriba. AP: —¿Y te fijaste cómo tenía una “llanta de manteca en la barriga Mauro? Eso no debió permitirlo el manager, AS: —Tienes razón en eso, además, Mauro Vázquez, si quiere seguir en el boxeo, debería APRENDER en verdad a boxear, pues hasta la fecha no sabe sino hacer posturitas y se ve en los entrenamientos como un campeón del mundo. Ojalá y tomara unas vacaciones y luego se pusiera a observar pe- leas, a estudiar libros y a preguntarle a los viejos boxeadores y aficionados, que afortunadamente hay muchísimos que le pueden enseñar; pero esos jovencitos, ya cuando esstán a cier- ta altura, no quieren oír consejos, se creen unos dioses, y lo siento, porque al rato le van a infringir la primera derrota, y si a esa sigue otra y luego otra, va a resultar que nuestra bri- llantísima promesa, el gran prospecto mexicano, va a dar a peleas semifinales. eS Pos de veras que sí, mano, en eso no había pen- AS: —Lo peor que puede sucederle es que se vaya otra vez a Estados Unidos y le pongan otros “escalones” que le hagan llenarse de humo la cabeza... Como tú dices, ¡lásti- ma! Yo aquí me bajo, adiós... AP: —Pues yo también me bajo, quiero seguir hablando de esto que comenta todo el México boxístico —y dirigién- dose al crofer gritó: “¡Bajan!”. Y se bajaron los dos aficionados, el “picudo” y el “sere- no”, dándonos tema para estos renglones, que son la voz au- téntica del pueblo. Pretenden Capturar al Abominable .... (Viene de la página 3) hasta instalarse en el campamento de Walung, minúsculo vi- llorio habitado por amables y hospitalarios sherpas, amigos de los ““sahibs” blancos. Allí reclutaron cargadores recios y buenos andarines, capaces de soportar el frío cortante de las cimas. _ Los cazadores llevan una jauria de sabuezos “Bluetick”, criados en Norteamérica y entrenados especialmente en la cacería de osos y pumas. Saben seguir largamente un rastro y mantener la presa acorralada sin causarle daño hasta que los amos llegan al lugar, lo que es muy importante para quie- nes se proponen capturar vivo a un “yeti”. Los audaces aventureros tienen preparadas unas Cáp- sulas, en tiros de escopeta, cargadas con una droga de efec- tos paralizadores Htemporales, que pueden dispararse a más de treinta o cuarenta metros, con precisión. y Han establecido puestos de observación en los extremos de los valles solitarios, con cámaras fotográficas y. de cine para poder tomar películas de cualquier “Hombre dé las Nieves” que salga impelido por el hambre de buscar su ali- mento fuera de las zonas heladas. Y se han colocado tram- pas especiales para prender a los yetis, sin lastimarlos, en el caso de que los sherpas los ahuyenten intencionalmente, obli- gándolos a buscar refugios cercanos. LA GUARIDA DEL YETI Después de duras jornadas llegaron al borde del:territo- rio donde se supone que habita el Hombre de las Nievés. Los grupos se han esparcido estratégicamente a través de los al- tos valles y, de acuerdo con los planes trazados anticipada- mente, los cazadores blancos se han disfrazado de nativos, usando ropas de los sherpas, ásperas y gruesas, gorros de lana y botas tibetanas de fieltro, hasta la rodilla. Para hacer más completo el “camouflage”, se han teñido las caras de color bronceado. Y siguen la táctica de simular los movimien- tos de los pastores errantes de yacs,.o de los pepenadores de bayas. Esta táctica se debe a que, distintos animales de las mon- tañas, entre ellos los lobos, huyen de los hombres blancos y, en cambio, se aproximan a corta distancia de los sherpas y tibetanos sin mostrar mayor desconfianza y se echan en el suelo. Es probable que los yetis, que no demuestran gran te- mor ante los nativos y hasta han capturado y dado muerte a varios sherpas, se atrevan a tratar de atacarlos, confun- diéndolos con éstos, o por lo menos los dejen acercarse lo suficiente para fotografiarlos o dispararles las cápsulas som- níferas y paralizantes. Algunos campamentos, que se encuentran bajo la -línea de las nieves, son cubiertos con ramas y tierras para ocul- tarlos. Otros se han excavado entre los hielos. Algunos iativos en viaje, han hablado con los expedicio- narios informándoles haber visto u oído cosas y narraciones sobre los yetis. Los mayores son monstruos impresionantes, pero ses les ha descubierto muy contadas veces. Los más pe- queños, que varían entre dos y dos y medio metros de esta- tura, son encontrados con más frecuencia, en grupos de cua- tro o cinco. La aventura se ha iniciado ya, en su fase más apasio- nante y peligrosa. Con modernos equipos de alpinismo, los exploradores de la vanguardia avanzan entre espesas Capas de nieve, usando hachuelas y sogas para vencer las laderas más verticales. Tratan de abrirse paso hasta penetrar en el Barún, a catorce mil pies de altura y adentrarse en una zona salvaje y desoslada, donde viven los ejemplares tímidos, es- pantadizos y alerta de la fauna del Alto Himalaya y donde se supone que tiene sus habitaciones, quizás en cavernas el yeti gigante, el cual según la leyenda, no perdona a ningún ser viviente que se atreva a perturbarlo en su guarida. INVITACIONES PARA MATRIMONIO, sólo en “EL SOL” - 62 Sur Calle Tercera “EL SOL”, SEMANARÍO POPULAR INDEPENDIENTE LA VIDA TERRENA DE SU SANTIDAD PIO XII... (Viene de la página 3) hace mantenerse erguido duran- te muchas horas en las ceremo- nias molestas, durante las cua- les tiene que cargar sobre los hombros ornamentos que pesan más de 40 kilos en conjunto. Mucho se ha dicho últimamente, que toda su singular capacidad de trabajo, que toda su resisten- cia se debe a puras causas físi. cas, a la ingestión que frecuen- temente hace de ciertos prepa- rados químicos que su doctor de cabecera, el suizo Niehans le tiene siempre a mano. El Vati- cano jamás ha aceptado ni tam- poco rechazado esta teoría pero la verdad es que toda la perso- na del Papa irradía un fuego e- nérgico como si El fuese una fuente de vida. El gesto de sus manos es firme y definitivo, co. mo corresponde a un hombre que frecuentemente tiene qué seña- lar con índice de fuego muchos errores que continuamente ame- nazan la paz del mundo y la pu- reza de la religión. Pero el bra- zo se contrae dulcemente, como atrayendo hacia sí, a niños pe- queños, cuando se dispone a ben- decir. Y la bendición de un vie- jo es siempre apetecible, así sea el abuelo de casa que el Padre de todos los creyentes. Una vida tan singular no pue- de menos que estar regulada, Pio XII es tan vigoroso a sus años porque jamás ha dejado de hacer rudo ejercicio. Imagínense- lo haciendo “sentadillas”. Pero los músculos, lejos de aniqui- larse se reponen ágilmente a la solicitud: de su dueño. Su vida terrena se inicia a las 6 de la mañana, después que muchas veces solamente ha dormido cua- tro horas escasas. Antes de tomar su infaltable ducha fría, hace ejercicios durante una hora. Y después se razura con una má- quina “Phillips” que le fué re- galada por el Príncipe Bernar- do y mientras sube y baja el brazo tiene en sus manos un jil- guerillo que lo mira curiosa- mente. Dicho pajarito alterna tan curioso circo con un cardenal ro- jo que canta admirablemente, que goza de tanta preferencia que es el único que es admitido a la mesa pontificia. El dulce animalito corretea entre los pla- tos, come las migajas y mira cu- riosamente a su señor, torciendo la cabecita, como si quisiese en- tender totalmente el privilegio de que es objeto. Y cuando la diligente Madre Pasqualina, alemana que cuida del Papa, recoge el albo mantel, Pío XII se encamina a su estu- dio ¡para iniciar su diaria, pesá- da y rendidora labor. Recibe pri- mero al Secretario de Estado en funciones y luego a los prelados con quienes tiene algún asunto. Dispone de un teléfono para lla- marlos, el cual tiene la curio- sa particularidad de que permi- te hablar con el Santo Padre cuando él lo quiere, pero jamás será posible llamarle desde nin- guna parte del mundo. Después que los asuntos diarios de la Iglesisa de todo el mundo han sido evacuados, Pío XII se dedi- ca a dar audiencias. Las priva- das, prelados con quien tiene al- gún asunto, suelen hacerse en su Biblioteca y las Públicas en la Basílica Vaticana. Si hablar no Cuesta mucho trabajo, supón- gase cual sea cuando se tiene que hacer, dos veces a la sema- na y en ocho lenguas ante un auditorio que jamás es menor de las 15,000 gentes y que llega a subir a medio milión de escu- chas cuando las Audiencias se hacen en la gran Plaza de San Pedro, la más bella del mundo. El Papa tiene que estar pensan- do constantemente en todos los eventos de la tierra, porque sien- do un ojo vigilante siempre tiene qué dar la voz de alerta cuando el error se presenta. No hay a- sunto científico, filosófico, teoló- gico, artístico o político que es- cape a su juicio. Y para siempre poder darlo a la altura de su rango no puede menos que estar siempre sobre los libros estu- diando, y con las gentes, consul- tanto. Si bien se sabe de El que jamás puede errar, tal cosa. se debe entenderse que así sucede cuando lo -hace “ex cátedra”, es decir, con su autoridad de Vica- rio de Cristo en la vida real está expuesto como todo ser humano a caer en contradicción y hasta en pecado. Cuando el último peregrino ha salido de la enorme Basílica Va- ticana, Su Santidad pasa al co- medor, es la suya una magra ración que más se aproxima a la de un anacoreta que a la idea que tenemos de cómo comen los curas. Medio año consume ver- duras y frutas solamente, las cuales le son traídas cada día de Gastelgandolfo donde la San- ta Sede posee algunas propie- dades y donde se ubica el cas- tillo al cual se retira, desde ju- lio a noviembre, para pasar allá los meses festivales que en Ro- ma son invivibles ya que el ca- lor es sencillamente sofocante. Come muy poca carne y cuando lo hace se le debe proporcionar sin grasa. Por la mañana su de- sayuno consiste en una taza de café negro y un trozo de pan. Por la noche casi no cena. No to- do se debe a un estricto régimen, claro está. Hay que tener en cuenta que un anciano de su e- dad no puede ser un gastrónomo Viernes 26 de a de 1958 consumado y que desde hace tiempo ha padecido del estóma- go, enfermedad que hace tres años estuvo a punto e costarle su vida. Poco comer, poco dormir y mu- cho trabajo, son al parecer las normas que sigue, para conser- var la salud, el Vicario de Cris- to. El pasajero que se aventure por la gran Plaza de San Pedro, a media noche, todavía puede ver una lucesita alerta que cin- tila en el tercer piso del Palacio Apostólico. Es allí donde Pío XII vigila y labora en la defensa de la Iglesia de Cristo. Subscríbase al Periódico E SOL” con ¡ RARA ARA Eo otr aaeecz ERA Pe A + E ES ES po zoz rro ze zo zo zoom eos 2 «zoo A] goorecorcacónanonrnrarecaroso.. 5 cae A al AMANECER” Efren ValenZuela LUNES a SABADO de 500 a 7:00 A.M. KPOK 1440 KHOcIcióS YA : QUEDAN MUY POCOS ¡Apurese! a Comprar el Libro de la Vida de PEDRO INFANTE Datos Biograficos de su Vida Artistica y Amorosa sscsooscsassss Mustrado con Fotografías en cada Página. ..oo:o..<w=w::: El Mejor Retrato del Querido Idolo en la Portada. ES LA VIDA DE PEDRO INFANTE, ARTISTICA, AMOROSA Y DE SU HOGAR. ADEMAS ADJUNTO EL CANCIONERO DE “EL SOL”. CON LAS CANCIONES MAS MODERNAS — TODAS LAS CANCIONES NUEVAS LAS ENCUENTRA EN ESTE LIBRO — NO HAY OTRO CANCIONERO MAS MODERNO EN NINGUNA OTRA PARTE! PIDA USTED SU LIBRO DE PEDRO INFANTE HOY MISMO! SI LO HACE POR CORREO, ASI: "od “EL SOL” MANDE USTED $1.00, O PIDALO POR C. O. D. HAGA SU PEDIDO LUEGO, ANTES QUE SE AGOTE. “EL SOL”, 62 Sur de la Calle Tercera ISI NR LNAAN ANA EAA R A EA DR. LEON M. | HERBERT | 15 AL NORTE DE LA CALLE 4 ñ 1 TELEFONO: AL 3-3806 / Ñ El Doctor Herbert anuncia a sus clientes y amigos que | está nuevamente a sus Órdenes en su oficina y consul- é > => > o torio, y Horas de Oficina de lunes a sábado: si De9a.m.alp.m. y de 2p.m.a6p.m. : de 9 de la mañana a 2 de la tardé D SUBSCRIBASE AL PERIODICO MEXICANO "EL SOL” WNNNAVAAANEN poe: A EPIA ODIA a ABI Enzo zzz zzz tool qerzoede zo colrzo o gorro zo ezo zoo qero > Phoenix, Arizona Teléfono AL 3-4948 Phoenix ¿