El Sol Newspaper, September 19, 1958, Page 3

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Viernes 19 de Septiembre de 1958 plo oo ooo ojo oo o ejerzo ode onto dejo ooo > AL. La Cerveza mas Grandiosa de América con VERDADERO sabor a Pilsner! ; Arizona Brewing Company, Inc., Phoenix, Arizona IS Re Poor tn zorzo zo zoto zo ooo zolo totor tomo zoo: tt e otero A MEMBER FEDERAL DEPOSIT INSURANCE Toro onzrezo oia eoszo zoo zolo egreso rzoszecie: A A IIS Article in Reader's Digest Reveals Jittery Pre-Menstrual Tension Is So Often a Needless Misery! oped ... or strikingly relieved a and Siscomforkl 3 oub of 4 wornen got glorious relief! . Taken regularly, Pinkham' '- Meves the headaches, cramps, nerv- ous tensicn .. . during and before your perod. Many women never sufter—even on the first day! Why should you? This month, start tak- ing Pinkham's. See if you don't escupe pre-menstrual tension ...so often the cause of unhappiness. Get Lydia E. 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Esorooropos ABUNDAVITA EL MARAVILLOSO NUTRITIVO ABUNDAVITA es un nutritivo suplemental de calidad superior que está al alcance de todos los bolsillos. DR AOS e Es un alimento concentrado que está ayudando y haciendo maravillas a muchos de los que aprecian la buena salud y el sentir del bienestar. POR SOLO 14 CENTAVOS AL DIA USTED PUEDE ASEGURAR SU SALUD. Pídalo por Correo: o por Teléfono: P. 0. Box 1448 WO 7-4023 Subscríbase al Periódico "EL SOL” “EL SOL”, SEMANARIO POPULAR INDEPENDIENTE HISTORIAS VERIDICAS UN DRAMA EN EL MAR Por CARLOS FRANCO SODJA El inolvidable desastre de Cape Town. — Viaje placentero.— Olas como montañas. — S. O. S. Cape Town. — Visión de pesadilla. — Supervivientes enloquecidos. El carguero “Dunedin Star” navegaba normalmente, de- jando balancear su estructura, con sus 18,000 toneladas de carga, sobre aquel mar azul e infinito del Atlántico del Sur; al mediodía habían cruzado sin contratiempo alguno el tró- pico de Capricornio y esperaban, corriendo, a 18 nudos, es- tar antes de las dos de la mañana frente a la desembocadura del Río Orange. El destino final de aquel barco, cuyo capitán Charles Lee, conocía de sobra aquella ruta a lo largo del con- tinente africano, era el puerto Elizabeth, al sudeste del ex- tremo sur de la Unión Sudafricana, provincia del Cabo, A las cuatro de la tarde con catorce minutos, el mar co- menzó a encresparse y para cuando el primer oficial hizo sus observaciones a la puesta del sol, para corregir el rumbo y ratificar la situación, el mar estaba ya embravecido de tal suerte, que era muy difícil mantener el rumbo y dejar fija la aguja en el compás, siquiera el tiempo suficiente para hacer la lectura en el sextante. A las once de la noche con cuarenta y cuatro minutos, un estruendo espantoso hizo saltar de coys y literas a los marineros que dormían en el sollado de proa; la carga se ha- bían desestibado a causa de los bandazos y cabeceos de la na- ve y había que ir, con peligro de perecer aplastados por la carga, a tratar de sujetarla y volverla a estibar en las bode- gas. Maldiciendo como es la típica costumbre marinera, iban los hombres rumbo a las bodegas, cuando salió chillando co- mo un mono, el cociero Bronton Sue, que se había quemado con el café hirviente que humeaba sobre la estufa. Tras el grito agudo del cocinero había venido un esstruendo metáli- co y demoníaco, cuando sartenes y peroles se habían caído por las fuertes sacudidas. Con.mucho trabajo se logró volver a estibar la carga, hubo algunos lesionados y el primer contramaestre pidió autorización para aguardar el amanecer, a fin de continuar el resto del trabajo, en la bodega de mesana. EL DESASTRE A las dos de la mañana en punto, ocurrió el desastre... El “Dunedin Star” luchaba contra aquellas .olas gigan- tescas, verdaderas montañas de agua que caían sobre la dé- bil nave, insignificante en medio de aquella abrumadora can- tidad de: agua procelosa, cuando un bandazo hizo crujir de nuevo las entrañas del barco, sobrevino el estruendo espan- toso y el barco escoró hacia el costado de estribor, embarcan- do peligrosamente el agua del mar. Era imperioso volver a estibar la carga caída en la bo- dega, o sacar esa misma carga y arrojarla al mar embrave- cido; los férreos hombres del mar se aprestaron a las manio- bras; con ganchos y con estorbos bajaron hasta donde la car- ga bailoteaba peligrosamente. Un fuerte viento levantó como cartón la tapa-escoltilla, elevando la lona como una hoja de periódico a muchos metros de distancia. Un golpe de mar cubrió horrorosamente a los hombres y a la tapa-escoltilla y verdaderas toneladas de agua pene- traron a la bodega; adentro quedaban atrapados siete hom- bres y el primer contramaestre. El barco se escoró dramáticamente y un segundo golpe lo aniquiló. El mar llegó hasta el cuarto de máquinas, el va- por escapó por ventiladores y manguerotes, los hombres, só- lo cuatro, pudieron salir gritando, entre nubes de vapor y grasa quemada. Después explotaron las calderas. Quienes pudieron sobreponerse al trágico momento, e- charon manos de los botes salvavidas y los botaron al agua. Unicamente dos de los seis botes se quedaron bailoteando so- bre aquellas montañas de agua, enormes masas en movimien- to antes jamás vistas por marinero alguno en el mundo. A las siete y media de la mañana, solamente un bote salvavidas con cinco, de los 87 hombres que componían la tripulación del “Dunedin Star”, luchaba denodadamente con- tra las olas, tratando de matenerse a flote, pugnando esos cinco hombres por detener el agua que entraba como ríos. En la prisa angustiosa por salvarse, ninguno de los hom- bres había tenido tiempo de achar al bote ni una brújula, ni una castaña de agua, ni un aparejo. Ni un radio para pedir auxilio. Nada....! Sin embargo, dos de esos avezados hombres del mar es- taban seguros que con el viento empujándolos así y dirigién- dose con los remos cuanto pudieran, lograrían llegar a la Ba- hía de Santa Elena o a Ciudad del Cabo, en donde encontra- rían seguro refugio. UN MAR DE MUERTE Con la desesperación de sentir la verdadera furia del mar cirniéndose sobre ellos, los cinco hombres luchaban co- mo podían por llegar a una playa, cuando se les heló la san- gre en las venas. —Miren, allí....! —gritó a las 10.41 el maquinista Lyman Rush. Pero no había necesidad de ese grito, todos habían visto un espectáculo inolvidable, aterrador, indescriptible. Allí, frente a ellos y en un sector como de dos kilómetros, flota- ban entre las montañas espumosas de agua, varios cientos de cabezas, confundidas entre muebles, palmeras, maderas, tinas y cacharros. . Eran cientos de hombres y mujeres, pero sobre todo mu- jeres, que luchaban contra el mar, que pugnaban por flotar, llevando muchas de ellas en la espalda, a chiquillos de pecho, a criaturas que no sabían nadar; niños, hombres y mujeres (Pasa a la página 4) ALGO SOBRE LOS VICIOS Por ALICIA GOMEZ JAUREGUI MEXICO, D. F., Sept. 19 de 1958 Contra el vicio de pedir dinero hay la virtud de prestar al 50% ...-Mensual. XXX Hay mujeres que padecen el feo vicio de mentir, y lo hacen muy bien, porque sus maestros fueron.... los hombres. XXX Entre los vicios menores está el cigarro.... ¡Ya ve usted, todos los menores fuman! XXX Los vicios se corrigen con fuer- za de voluntad. ¡Gracioso! El hombre de voluntad no tiene vi- cios. xxx Los vicios y los complejos son el azote de nuestros simples, in- genuos y desorientados médicos psiquiatras. XXX El escritor de fama es casi siempre un “vicioso genial”. La frase en sí, ya es un vicio. Xxx Para evitar el vicio por los es- tupefacientes hay brigadas de policía tan eficientes como un buen anuncio. AUMENTAN LAS VENTAS. XXX ¡Muerte al vicio! ¡Destruir las amapolas! Incluyendo la ama- pola del camino y la amapolita morada de los llanos de Tepito, etc., ete. xxx (Pasa a la página 4) ¿Por qué Está Usted Enfermo? DR. D. R. BETTNER, N:D: se habla español. Visite la Clínica en EL LADO NORTE: 1137 West McDowell Rd. Phoenix, Arizona de9a.m.abp.m. Jueves por la tarde Cerrado. TELEFONO AL 2-0541 Martes y Viernes por la noche: de 7 hasta las 9 p. m. Domingo: de 2 a 3 p. m. PAGINA TRES RECUERDOS DE LA REVOLUCION MEXICANA:— e. EL CHINO .. VEINTICUATRO Por el general JESUS MILLAN NAVA Los fuetazos del general Amaro. — Reacción viril de Bolívar Sierra. — El regimiento de los Tordillos. — Romance con María Zavaleta. — “La Gata”, bella morena de ojos verdes. — La célebre arracada. — Toma de Zitácuaro. — Morelia en poder de la Revolución. — Café de chinos, a falta de algo mejor. MEXICO, D. F.— A esta enécdota, como a muchas de la Revolución, sin ser alteradas en el fondo, se le han apli- cado diversas versiones. Sucede que quienes las oyen relatar las van transmitiendo a su vez un poco modificadas hasta que de ellas no queda patente sino el hecho real, atribuído a los más variados personajes y a veces desfigurada su intención de tal manera que viene a reducirse a un simple chascarrillo como en el caso que nos ocupa. Así sucedió con la que se refiere al audaz subalterno que rechazó con dignidad los fuetazos del general Amaro, desen- fundando el revólver y apuntándole al corazón al verse ame- nazado por el entonces irascible jefe. “¿No, mi general —ex- clamó con entereza—; a mí no me fuetea— ¡Si lo intenta, se muere!”. A muchos jefes militares se ha atribuido esta osa- día. Pero sólo fue Bolívar Sierra, el jefe del famoso regimien- to de los tordillos, quien reaccionó en tal forma en Morelia ante la perspectiva de semejante humillación. Ningún otro subalterno se hubiera atrevido a ello, ni el mismo Bolivar si no hubiera sido por su extremada juventud y su inexpe- riencia. El continente majestuoso del general Amaro, subyu- gaba. Igual confusión se registró con el cuento de la también famosa arracada del propio general Amaro, atribuyéndose su origen a diversas causas que se prestaron a las más pin- torecas especulaciones, la mayoría de ellas relacionada con un voto, con una promesa varonil si fracasaba en sus audaces golpes, durante el drama sangriento de la Revolución. No, no fue nada de esto. La arracada del general Amaro fue un ro- mance con María Zavaleta, la joven que regenteaba en Coyu- ca de Catalán, Gro., la fonda pueblerina donde el general, siendo entonces cabo primero de rurales, habilitado de ma- yor, tomaba sus alimentos. Fue esta chica atrevida quien le perforó el lóbulo por sorpresa cuando dormía la siesta en una hamaca y le puso después una de sus arracadas, la que el ge- neral mandó reducir considerablemente y la llevó durante la (Pasa a la página 4) UN TESTIMONIO DE SALUD Este es un testimonio a to- ;;:: da la Colonia Mexicana, de lo que este grande Doctor ha hecho en mis enferme- dades. Tenía 20 años enfer- ma de tairro y estando ope- rada 2 veces. Esos 20 años . padecí y perdí la voz, casi ho podía hablar y tenía una : complicación en las piernas y los pies. Eran unas dolen- cias que no quería llorar | sino gritar del dolor que sen- tía. Algunos de mis vecinos son testigos; pero viendo un día el Periódico “El Sol” me enteré de este Doctor y lo fuí a ver ya sin esperanzas. Pero qué sorpresa, que el primer día que me dió el primer tratamiento, otro día me sentí como nueva de mis pies y piernas y hasta hoy estoy aan primero a Dios y después a este Doctor tan ama- ble y a sus tratamientos. Así que: queridos amigos, si ustedes tienen algo semejante vayan, yo les aseguro que se-aliviarán y no sufran más; yo les recomiendo que vayan sin demora, y es tan considerado este doctor! Su nombre es D. R. BETTNER. SABINA OSORIO. Teléfono AL 2-7286 Phoenix, Ariz. 954 W. Mohave. ¡ATENCION!! JOVENES, SENORITAS: ¿ESTAN USTEDES PROXIMOS A CONTRAER MATRIMONIO? Ordenen sus Participaciones Matrimoniales en: “EL SOL” 62 al Sur de la Calle Tercera (Entre Washington y Jefferson) Phoenix, Arizona En donde además encuentran ustedes, una gran variedad de: e Azahares e Coronas e Velos O Rosarios . e Libros de Oir Misa. CASO e. “BONA

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