El Sol Newspaper, March 15, 1957, Page 4

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PAGINA CUATRO ESCUCHEN: “SERENATA NOCTURNAL” Con: Humberto Uribe TODOS LOS DOMINGOS KRIZ -- 1230 kc. Grand Hotel para Mexicano-Norteamericanos UN HOGAR PARA USTED Y SU FAMILIA “ Cuando Venga a Phoenix, haga. su casa'en el “GRAND HOTEL” - encontrará cuartos con buenas camas a precio muy razonable 502 EAST WASH. — AL 2-0041 — Phoenix a Articlé in Reader's Digest Reveals Jittery Pre-Menstrual Tension ls So Often a Needless Misery! a ¿e Or: ly relieved dE Mono ¿ná dicomndo 1'3 out of 4 women got glorious relief! Taken ly, Pinkham's re- lieves the headaches, cramps, nerv- ous tension .. . during and before" Pinkham's. See if you don't re-menstrual tension ...so e cause of unhappiness. Get Lydia A Pinkham's Vege- table Com] ... or convenient new ts which have blood - building iron added. At ts, y doctor e Lyata Pinkhany's ooo E and Mrablets, they're so much hap- pier, less tense as those “difficult days” approach! Lydia Pinkham's dE miles os es 500! 'ss, pain the source of such | Wonderful relief during and before those “difficult days”! | - distress, In doc! tests, Pinkham's Subscríbase al Periódico “EL SOL” Semanario Popular Independiente . MORTENSEN - KINGSLEY LA AGENCIA DE FUNERALES PREFERIDA DE LOS MEXICANOS | a Se atiende con respetuosa actividad. Teléfono: 4-3119 ¿1020 West Washington St. “EL SOL”, SEMANARIO POPULAR INDEPENDIENTE Durante los sesenta años que duró la carrera de Connie Mack dentro del base-ball, primero ro- mo pelotero y después.como má- nager, se escribieron acerca de él no menos de cincuenta millo- nes de palabras, pero un detalle del que el venerable Connie se enorgulleció mucho ha permane- cido sin publicarse. Y de no haber sido por Joe Cugden, “jovencito” de 84 años de edad quien es buscador en la región de Filadelfia de los Car- denales de San Luis, ese gran momento de Connie Mack, Mis- ter base-ball, hubiera permane- cido en secreto. Ello pasó en 1893, cuando Joe era el tercer catcher de los Pi- ratas y Connie era el catcher número uno... “el más sagaz y mañoso catcher en el negocio”. . Mack se había recuperado lo suficiente después de una pier- na fracturada para poder cat- chear y batear, pero no, podía correr. Por tanto Sudgen, bajo las viejas reglas, fué permitido correr por él después de un hit.... si era que Connie Mack conecta- ba alguno ese día. “Connie dijo a su compañero antes del juego que seguramen- te no iría a tener gran trabajo, ya que segúmysu propia confe- sión no era un buen bateador. “Pero vaya si ese dia no logró dar de cuatro cuatro. Pasé una tarde muy atareada corriendo por él” —confiese Sudgen. _“—No te olvides”, —dijo Con- nie Mack, “cuantas veces ten- gas oportunidad, comentas que este día conecté de cuatro cua- tro”. Pero de alguna. forma ol- vidé relatar ese feliz aconteci- miento hasta ahora. Fué esa la única vez en la vida de Connie que tuvo un día perfecto al bat, y era tan modesto que nunca se lo contó a nadie. ¿Pocas personas, en ninguna ra- ma de la vida llevan su edad tan fácilmente como Sudgen. No fué sino hasta que cumplió los 71 años que dejó de calentar pit- cheres de los Cardenales en el campamento de entrenamiento primaveral. —“Tuve que dejar de hacerlo, —Aice con pesar. Esos tipos como Morton Cooper, Johnny Beazley y Brasley eran demasiado rápi- dos ya mí. Fué esa misma pierna fractu- rada de Connie que. dió a Sug- den su oportunidad en las Ligas Mayores. —“Fuí el muchacho” más a- fortunado de las Ligas Mayores. Y yo nunca tuve la intención de jugar base-ball. Tenía un magnífico empleo en Aramingo, en Filadelfia en donde nací. Pe- ro acepté el puesto de catcher con el equipo de Charleston. Y cuando ese club se convirtió en parte de la Asociación del Sur, yo fuí vendido con un pitcher a los Piratas. En vez de hacer el viaje directamente me detuve en casa por un día. Cuando me en- caminé nuevamente rumbo al o- este estaba listo para bajarme en Pittsburgh cuando vi al equi- po abordar el tren en que yo iba. Por lo tanto reporté al ma- nager Al Buckenberg que me di- jor “Es cosa buena que estés a- IATENCION!! Jovenes, Señoritas: . ¿ESTAN USTEDES, PROXIMOS A CONTRAER MATRIMONIO? Ordenen sus Participaciones Matrimoniales en: “EL SOL” 62 Sur Calle Tercera (Entre Washington y Jefferson) ) Phoe En donde nix, Arizona además encuentran ustedes, una gran variedad de: O Azahares e Coronas e Velos O Rosarios O Libros de Oir Misa. quí. Si no te hubieras presenta- do te habria mandado buscar”. Connie Mack, que era el cat- cher de planta, se rompió una pierna esa misma tarde. El se- gundo receptor estaba suspendi- do. Así que antes aún de que terminara de verme en un uni- forme de las Mayores ya estaba anunciado para catchear contra los Cachorros de Chicago. Joe catcheó 19 juegos segui- dos, recibió la primera de 18 fracturas de dedos, y luego to- mó asiento en la banca. Pero e- se día en 1893 fué el comienzo de una carrera —beisbolística en las Mayores que se pronlongó a 13 años. : Joe aclara que fué el peor cat- cher cuando trataba de fildear un globo de foul. Aunque tenía un buen brazo, sus tiros a la segunda base siempre quebra- ban como un lanzamiento de “tirabuzón”. Durante los años que pasé fuí vendido por los Piratas —re- cuerda Joe— Bobby Wallace so- lía recibir mis tiros. Cada uno de ellos era por el lado de la primera base. Casi no pasaba un día en que el guante o los za- patos de Bobby sufrieran corta- duras de spikes de los corredo- res que se barrían viniendo de la primera base. Sudgen es de los pocos vetera- nos que no critican a los pelote- ros modernos. Sublimiza a los antiguos. —“Conozco a- los jugadores modernos solo por estarlos vién- besa clase dé conocimientos. Pe- ro entre los peloteros con quie- nes jugué en contra, Ty Cobb era el mejor jugador completo; Clark Griffith y Eddie Plank e- ran los pitcheres más inteligen- tes: Walter Johnson el más rá- pido: Bobby Wallace el mejor short-stop defensivo que jamás he visto y Connie Mack el hom- bre más gentil que jamás he co- nocido. El mejor hallazgo de Joe co- mo buscador fué Vean Gregg, el pitcher zurdo. que por tres temporadas fué ganador «de 20 o más juegos con Cleveland en 1911, 12 y 13. Gregg se lastimó el brazo en 1913 y aunque per- maneció en la Liga Americana hasta 1925 ya nunca fué gana- dor consistente, xXx Hace años, cuando el inmor- tal Babe Ruth se encontraba en -CONFFETTI DEPORTIVO Una sesión del tipo de las a- costumbradas en las Secciones Mineras de México, fué la que celebró la noche del viernes la Confederación Deportiva Mexica- na en la ciudad de México. Hubo de todo: insultos, cona- to de duelo, los dimes y dire- tes y solamente faltaron las pis- tolas para que terminara como el Rosario de Amozoc. Los directores de este organis- mo renunciaron en pleno y so- lamente uno de sus miembros quedó a salvo. ¡Si las Olimpíadas se gana- ran con gritos e insultos, con sólo mandar los directores de nuestro deporte en México, ga- naría algunas medallas de oro! xXx Verdadera fiebre de beisbol hay en Milwaukee, pues a las dos horas de haberse puesto a la venta los boletos para la i- nauguración de las Ligas Ma- yores en esa plaza, se agotaron las localidades. La inauguración será. hasta el 18 de abril próxi- mo. También se han vendido lo- calidades para 865 mil especta- dores para los juegos regulares de Ja temporada. xXx Mickey Mantle, el formidable jonronero de los Yanquis de la ciudad de Nueva York, afirma que ya se siente bien de la ro- dilla de la pierna derecha, en la que tuvo dolores la semana pa- sada ' durante los entrenamien- tos en St, Petersburg, Florida. xXx El francés Robert Cohen, ex- campeón. mundial de peso ga- llo, dijo en el Congo, Belga, que después de pensarlo bien, había decidido no volver al boxeo. Hace poco tiempo se había anunciado que Cohen tenía in: tenciones de volver a los rings pero ahora el peleador francés con los Cafés, después de que|' do y no es justo juzgarlos sobre | . El Mago Septien- Dice: '. lo más alto de su gloriosa ca- rrera, como el más grande ju- gador en la historia del depor- te rey, los Yanquis tenían un rechoncho y pequeño carga bats que sentía adoración por el Bam bino. Este pequeño carga bats, cre- ció adorando a Babe Ruth. Le tenía, una lealtad enorme. Era un esclavo dispuesto a obedecer a la menor indicación. Ese carga bats seguía a Babe Ruth por todas partes. Le servía con orgullo de man- dadero. Limpiaba como si fuera una joya, los enormes zapatos del Babe. . Era su mensajero, su valet y sobre todo eso, el que le esco- gía el bat para conectar de jon- ron. Ese pequeño carga bats habría dado con gusto su vida, si el gran Babe Ruth se la hubiera pedido. En lo más alto de su gloria, Babe Ruth tenía un horrendo ca- rácter. Para él no existían reglas de ninguna especie, y las que re- gían dentro del club sentía ver- dadero deleite en violarlas. Jugaba a la baraja toda la no- che antes de un partido. Escapaba por las noches pro- vétando terribles escándalos. Es- cándalos tan grandes que ser- vían de encabezados a los perió- dicos. Pero para el pequeño car- ga bats, Babe Ruth era un san- to. Una tarde, antes de un parti- do de gran” importancia, Babe Ruth sintió estar débil. Inmedia- tamente ordenó a su fiel servi- dor ir a buscar un par de hot dogs y una limonada. El. bat boy se lanzó con los ímpetus de un' toro de lidia a cumplir los deseos de su amo y señor. Poco después regresaba con una docena de hot dogs y unas cuantas botellas de limonada, que Babe Ruth procedió a depo- sitar en su amplio estómago en unos cuantos minutos. Por supuesto; nadie sabía és- to, excepto Babe Ruth y el pe- queño carga bats. Esa tarde, el jugador del mi- llón de dólares cayó enfermo con un terrible dolor de estómago que le arrancaba gritos de do- lor capaces de oirse en todo el mundo. Rápidamente fué condu- cido a un hospital ante general consternación. grandes títulos que Babe Ruth estaba moribundo. Cuando el manager de los Yanquis conoció poco después que la causa de la enfermedad había sido ocasionada por un atracón de hot dogs, tomó una medida de seguridad para el fu- turo: despedir al pequeño cdrga bats. Bien, Babe Ruth se- recobraba poco después y regresaba a lan- zar pelotas fuera del parque, y continuando sus grandes días de gloria. ¿Y el pequeño carga bats? — ¡preguntarán ustedes. Por lo pronto se sintió el ser más desdichado de la tierra. No podía estar ya junto a su gran ídolo. Sus sueños de llegar a ser un estrella de base-ball quedaron rotos. 1 Pero el destino lo llevó por o- tro camino, porque con el tiem- po, ese carga bats iba a conver- tirse en un famoso actor .de la pantalla. Todos ustedes lo cono- cen: WILLIAM BENDIX. Sin embargo, la parte extraña de esta historia, es que William Bendix pudo llegar a ser Babe Ruth. ¿Recuerdan ustedes la pe- lícula llamada “La Historia de Babe Ruth”? El fué el actor es- cogido para hacer el.papel de la fabulosa vida del más grande jugador de todos los tiempos y para Bendix el hombre más grande que ha pisado el globo terráqueo. . (Pasa a la Página 5) ¿E (Viene de la página 3) ¿Cuál de los dos Lozanos fué el más grande? La misma pre- gunta se formuló cuando Salva- dor Díaz Mirón editó su Libro “Lascas”. Como yo no soy un crítico literario sino un viejo que está escribiendo sus memo- rias ,me limito a decir que pre- fiero al compañero que estuvo ligado con mi juventud. Esta im- presión es netamente subjetiva. Admiro mucho al segundo Lo- zano pero el primero estuvo más cerca de mi corazón. Siempre me han fascinado más los ins- pirados espontáneos que los cul- Viernes 15 de Marzo de 1957. HAZAÑAS DE PANCHO VILLA ... (Viene de la página 3) “¡Qué viene Villa”! Lo que sigue puede ser más o menos trágico, según ha- ya sido el comportamiento de los habitantes, en fecha re- ciente o remota, Pero lo sorprendente es que a primera hora de la tarde, el pánico se producía en una ciudad, cuya ren- dición era exigida a balazos. —Ese hombre es el demonio —decía don Valentín, o don Serapio, o doña Regalada—, ¡Tiene la osadía de batirse a campo abierto con los federales! —Y lo peor es que les gana —concluía cualquiera de los oyentes. A veces, con mal disimulada satisfacción. Porque Villa tuvo partidarios en los sitios más insospechados. Su hueste crecía, crecía y eso le daba sinsabores. No siempre había comida, pasto y municiones para todos. Era necesario buscar esas cosas donde las hubiera. De aquí parte gran número de las acusaciones que aun se le lanzan de asal- tante vulgar y aprovechador de la bola. El sabido aforismo: “En la guerra como en la guerra” no rezaba con él. Si las tropas gobiernistas se incautan de ln rebaño de bueyes, se las justifica, porque visten uniforme. Si Pancho Villa, se apo- dera de ún solo carnero, es un ladrón y un granuja. TI XA La moral guerrera de Villa, se resume así: “El valiente debe ver con desprecio absoluto la propia vida... y, más que eso, la de los demás”.... Los intelectuales le son hostiles, tanto como Villa a ellos. Cuantos trató fueron desagradecidos. Don Abraham Gonzá- lez es la única excepción. Los llamaba “curritos” y no so- portaba su presencia. Más tarde no iba dejar de aconsejar a Madero, que los ahorcara a todos. —Mi jefe —le informa un soldado que salió en descubier- Los periódicos anunciaban con' ta—, el tren viene pa'cá.... Ya mero se ve el humo... —Pos a darle en la torre.... muchachos.... Ya sabéis.... Comp en antes... explosivos se disponen con arreglo a la experiencia adquirida, Llega el tren y a los pocos minutos salta la má- quina hecha pedazos. Y si algún superviviente “huele feo” se le fusila sin formación de causa. * Muy lamentable todo eso. Pero no debemos olvidar la massacre que el general Navarro, de rrotado en el Tecolote, hiciera en Pedernales, cuando marchaba con sus tropas so- bre ciudad Guerrero. . Llegadas las fuerzas a Pedernales, con ánimo de tomar- se un descanso, los habitantes se recluyen en sus casas, en lugar de vitorear y aclamar a los recién llegados. Navarro interpreta aquella actitud como una muestra de hostilidad, y ordena que se areste a treinta hombres a la buena de Dios, sin preguntarles siquiera: su nombre. Y seguidamente, se les fusila en la Plaza principal. —Recordemos —proclama un ciudadano honorable— que Juan Navarro es un hombre queha recibido mejor edu- cación que Villa. Es doblemente reprobable en él, un desa- guisado como el de Pedernales. | Los pedernales suelen producir chispas. En esta ocasión las chispas fueron los centenares de hombres que se unieron a Villa, quien les juró que la atrocidad sería vengada. ¿Represalías? Por todo lo alto. Las atrocidades se arras- tran las unas a los otras como rabos de cerezas. Siempre ha ocurrido así en todos los pueblos donde se han producido con- vulsiones revolucionarias. Y, siempre, el más culpable es el más culto, o que por tal se tiene. á Iv En San Andrés, Villa derrota al Coronel Yepes, quien perece en la contienda, Este nuevo triunfo del guerrillero contra una tropa organizada, contribuye a consolidar su nombradía. A poco, Francisco Villa se ve en un mal paso. Ha salido a correr la pólvora con un dest, to reducido. Un escu- cha, le previene que una fuerte partida de caballería le anda buscando, cerca de allí. : Villa no se amilana. Se detiene en un villorio y llama al herrero. > —Manito, —dícele—, me vas a herrar estos treinta ca- ballos con las herraduras al revés. El pobre hombre no sabe qué perisar, pero Villa no ad- mite réplicas. Obedece a toda prisa-y parten los animales con sus jinetes, marcando en la carretera huellas invertidas. Pan- cho, con el resto de su destacamento, se oculta en los mon- tes inmediatos. ; Aparece el escuadrón y, como era de esperar, sale al galope por la dirección equivocada. Villa y los suyos, dejan tranquilamente su escondite y se reunen en el lugar previa- mente convenido con los treinta actores de la comedia. Con herramiento que les prestó el herrero, restablecen las he- 'rraduras en debida forma y se internan, todos, en la sierra. Los maderistas, con gran consternación de don Francis- co, ya no respetan vidas y haciendas como al empezar la bo- la. Los desmanes del enemigo han provocado tal fenómeno. El crimen de Pedernales galvanizó a los revolucionarios hasta . el extremo de permitirles deshacer un cuerpo de ejército en el Cañón del Mal paso, cerca de Bustillos, Todo Chihuahua, estado que mide cerca de un cuarto de millón de kilómetros cuadrados, cedió la iniciativa a Villa y a los Maderistas. v —Estas gentes primtivas desconocen las leyes de la gue- rra —clama el general García Cuéllar, enviado por don Por- firio a regular la revolución, mediante planes estratégicos perfectamente madurados—. Muchas veces están perdidos. Pero, en su ignorancia, no saben que lo están, Resisten y.... el diablo los ayuda. La alusión al Maligno, encubría la amarga verdad. Los supuestos vencidos, solían poner a las operaciones el broche de una nueva dderrota gubernamental. Y no porque no su- piesen guerrear, como decía Cuéllar, sino porque guerreaban a. su manera. A la manera que requerían los escenarios de las batallas, de las emboscadas y los golpes de mano. tivadores de la forma perfecta. (Continuará la semana próxima)

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