Subscribers enjoy higher page view limit, downloads, and exclusive features.
Viernes 27 de Julio de 1956. Semblanzas Sociales El Sr. Don Eduardo Angulo y su Muy Fina y Distinguida Familia *x QUIEN SABE ADMINISTRAR SU CASA DESEMPEÑA LA MAS ALTA Y VERDADERA FUN- CION CIUDADANA. Es una tarde ardorosa, envuel- ve la esfera un calor prodigioso y seco; la luz quema y parece sangre de sol derramada en la gran copa brillante, nueva y pu- lida que se llama Phoenix; ruti- lante copón lleno de luz ardien- te, a cuyo conjuro han recobra- do su salud millares y millares de gentes venidas a estas lati- tudes, en busca de este sol de Arizona, caluroso y bravo, pero bendecido y codiciado. Es la ho- ra de vesper, sesenta minutos más y se llenará el poniente de ese maravilloso espectáculo que nos ofrece el horizonte para des- pedir al SOL, al sol que se hun- de en una inmensa fragua de lumbre, cuyos resplandores íg- neos tiñen de rojo, de un rojo de lumbre viva: el cielo y toda la línea cardinal que cada día se come a nuestro Astro Rey. e Buscamos a la familia de don Eduardo Angulo, quien reside en 1202 al Este de la Palm Line y, recibimos la magnífica impre- sión que dá el exterior de su elegante residencia, situada pre- cisamente, en el local que for- ma la esquina. Se nos presenta una casa nueva, con fachada en la que dominan los muros y ma- cizos de ladrillo fino, hecho de tierra cernida y roja; a la vez que una construcción grande, perfecta y delicada, con soleras modernas y un corto, ¡pero muy bien cultivado jardín. La finísi- ma dama de la casa, se digna dispensarnos la más gentil re- cepción, entramos y, luego tuvi- mos el placer de saludar a toda la familia: Don Eduardo Angu- lo, su esposa la señora Horten- sia Enríquez de Angulo; su hi- jita la joven profesora Irma An- gulo de Rodríguez y, el esposo de esta jovencita, el Profesor Luis Paleo Rodríguez. Nos sentimos a- cariciados por la refrigeración ideal de la finca, nos complace sobremanera ver el mobiliario, alfombras, ornamentos, todo de primera calidad y, todo bien dis- puesto, expresando que la dami- ta de la casa, sabe dar lo que corresponde a cada sitio, de a- cuerdo con los exigentes cáno- nes de la educación y la sociabi- lidad. Advertimos en las cuatro personas que forman la familia, dos parejas, el Sr. Angulo y su bellísima señora, el joven Luís Paelo Rodríguez y su esposa, la encantadora Irmita Angulo de Rodríguez, estos últimos, profe- sores y, en el disfrute aún de su feliz y merecida luna de miel, porque aún son recién casados. La bondad y educación, la a- mabilidad que advertimos en el mutuo trato entre las dos pare- jas, que no ¡parecen de papás a hijos, sino dos parejas de her- manos, nos afirma desde luego la dulce impresión de que esta- mos en un hogar, en lo que es un verdadero hogar: un paraíso en cuyo refugio se disfrutan to- das las dichas. Hemos recorrido el mundo y gustado sus amar- guras, y visto sus desengaños, y probado cómo la gloria sabe a cenizas; y que todas las nobles aspiraciones anhelosas por lo in- finito, se abrevian y se reducen al dulce nido del hogar. No ne- cesitamos como Prometeo, reco- ger la lumbre del SOL: no hay lumbre como el amable fuego de un hogar bien provisto. Ya no necesitamos de armas como las de los dioses antiguos, del rayo que hierve en las nubes: no hay rayo como el reflejo de una mirada sincera y amorosa; no hay mejor espacio que el de la santa casa en donde rei- nan nuestros padres y nuestros hijos, no hay pasión como, esa que jamás cansa ni hastía, y que en espacio brevísimo resu- me y compendia la vida entera y se dilata hasta la eternidad. No hay que afanarse tanto por el materialismo y por sus aspi- raciones, porque no hay siquie- ra poesía, ni arte, ni inspiración, como la que exhala esa religión purísima que se llama la reli- gión de la familia, el culto a sus dulces y profundos senti- mientos. Una buena esposa pue- de ser muy feliz en el nido amo- roso del matrimonio y, con sus alas angelicales, puede darle e- terno calor a nuestros corazones. ¡Alabada sea la felicidad domés- tica, remanso de paz y de ven- turas, dulzura del cielo, bendi- ción de Dios! Esta ventura que sinceramente consagramos al ho- gar, nos la inspira la CASA DE ANGULO; que nunca falte en los labios de los moradores de ese hogar: la miel de la felici- dad, ni el encanto de la vida. Que en ellos se vea nuestra ju- ventud, porque han constituído una de las residencias elegantes puesta en esta ciudad por nues- tra gente; y creemos en la po- sibilidad de que haya muchos de los nuestros con posibilidad económica, pero hasta ahora no se vé que den a sus recursos el mejor empleo a que puede desti- narse*lo que Dios nos da, esto es: vivir dignamente y con todas las comodidades posibles, como lo ha hecho el Sr. Angulo y otras personas, en lo que es de reco- nocerse un mérito y un grande conocimiento: el de saber dis- frutar en unión de la familia, de todo lo que Dios nos da! DON EDUARDO ANGULO: Es un caballero en la extensión pro- pia del vocablo. Persona atenta, educada, hombre trabajador en un grado de invariable constan- cia y de esfuerzo admirables. Ca- da día deja su casa a las cua- tro de la mañana para irse a dirigir su negocio y, regresa has- ta ya tarde, después de una in- tensa faena, a recuperar fuer- zas con la dulzura de su finísi- ma familia. Esta lucha es dia- ria, inclusive el día“domingo; pero él se muestra contento, ha- bla de sus duras faerias con ale- gría, dándole gracias a Dios por- que le permite trabajar ahora que sólo cuenta 42 años; cifra sus esperanzas en tener un día, cuando pasen años, la manera de retirarse a pasar los últimos ciclos de la vida, al lado de su -muy distinguida y gentilísima señora. LA SEÑORA HORTENSIA EN- RIQUEZ DE ANGULO: Es la rei- na de la Casa de Angulo, el es- poso pudiéramos decir que es el primer ministro de la casa, pe- ro ella es el ángel de un hogar que mucho se merece, porque es una señora joven y bellísima: alta, con una tez morena y clara, hecha como de aceitunas de Cas- tilla y pétalos de jazmín, y de una gracia y transparencia ver- daderamente indecibles; tiene o- jos negros, de una profundidad que atrae y, los deja ver tam- bién como un manantial de gra- cia y de alegría; la nariz de un corte estatuario, arrancando de una frente espaciosa y serena; el mentó de su cara es oval y delicado, como si hubiese sido trazado por Fidias o Rafael; la boca es discreta y, al abrirse, revela unos dientes de armonio- sísimas proporciones y de nívea blancura; tiene un aire majes- tuoso y solemne dentro del más exquisito recogimiento y la más sencilla presencia. Sus modales son suaves como la fragancia en las flores; es muy femenina, delicada; es una dama destina- da para el hogar, es virtuosa y prudente, parece una hermana de su linda hija. IRMA ANGULO DE RODRI- GUEZ: Es la muy graciosa y be- “EL SOL”, SEMANARIO POPULAR INDEPENDIENTE Ma E DESCRIPCION DE ESTE MOSAICO: De izquierda a derecha (arriba) Señores profesores: Luis Paelo Rodríguez e Irmi- ta Angulo de Rodríguez.— Don Eduardo Angulo y su muy distinguida señora, Hortensia Enríquez de Angulo. (Abajo) de izquierda; a derecha: La señora de Angulo sirviendo a su esposo una taza de rico café, — Don Eduardo Angulo con su Nace una Niña, a los Esposos Cáñez El día 22 del presente mes nació una preciosa niña en el Hospital San José. La niña es hijita del Sr. Lupe Cáñez y de su muy jovencita esposa la Sra. Beatriz Quintero de Cáñez. Con mucha alegría fue recibida la recién nacida por sus abuelitos los señores Enrique Quintero y su estimable esposa la Sra. Es- ther de Quintero. La preciosa niña llega con su- erte, pues es la primera bisnie- ta de la Sra. María Carpena, quien es sabido cuánto amor siente por los niños. El Sr. Quin- tero es hijo de la Sra. Carpena. Seguramente que al bautizar al pequeño niño, que tanto pla- cer a causado en tres hogares, se celebrará al estilo mexicano, con mucho ruido y con mucha fiesta. Los abuelitos paternos son el Sr. Manuel Cáñez y su esti- mable esposa la Sra. Lupe de Cáñez. “EL SOL” felicita a la joven pareja y les desea que su primo- génita siga creciendo tan linda y sanita como nació. Los esposos Cáñez viven en 1412 al Este de la calle Durango, en esta capital. llísima hija de los señores An- gulo, es equivalencia de su ma- má hecha ternura, es el encan- to del papá y claro, también de su esposo. Irma es el retrato de la ternura, de la delicadeza, de la sensibilidad, de la inocencia, de toda esa parte femenil de la naturaleza humana que pare- ce venida al mundo para encan- tarlo y esclarecerlo y convertirlo en el edén perdido, que ya se esconde en nuestro s recuerdos (Pasa a la página 4) señora, en la mesa de su comedor privado. *k LOS UNICOS COCES PUROS QUE LE HAN SIDO DADOS AL HOM- BRE SOBRE LA TIERRA, SON LOS GOCES DE LA FAMILIA. 4 Preciosal [ 2 Boda Palomo - Roman Estuvo Muy Concurrida Como anunciamos, el domingo 22 del presente se verificó el enlace matrimonial de la gra- ciosa señorita Frances Palomo ton el estimable joven Alfonso L. Román. Elegantes invitacio- nes circularon entre las muchas amistades de los jóvenes con- trayentes, las que fueron firma- das por los padres de la novia: Sr. Don Martín Palomo y espo- sa, la estimable Sra. Francisca de Palomo y por la mamá del novio: Sra. Manuela L. Vda. de Román. La Ceremonia Religiosa se ve- rificó en la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, situada en la calle Sherman al Este en el Gol-| den Gate. Misa Solemne canta- da por la señorita Frances Aros, cantante reconocida en todo -A- rizona, se llevó a cabo para unir a dos jóvenes pertenecientes a finas familias de esta capital. La Iglesia fue insuficiente pa- ra dar cabida a la gran canti- dad de familias que asistieron a presenciar el matrimonio de Frances Palomo y de su hoy jo- ven esposo; -la Iglesia lucía a- dorno especial y la novia entró del brazo de su padre el Sr. Pa- lomo, luciendo elegante * traje blanco estilo antiguo, de punto y encaje, manga larga y cuello alto, las crinolinas eran anchí- simas dando a la novia una fi- gurita muy graciosa; su ramo era de azucenas y, su corona de Celebró su Cumpleaños, el Gracioso Niníto Luisito Pérez, de Pioria, Áriz. El domingo anterior, cumplió seis años de edad el gracioso ni.- ño Luisito González, hijito del Sr. Pedro González y de su esti- mable esposa la señora Carme- lita de González. La familia Gon- zález vive en las inmediaciones de Pioria y, para festejar a su hijito se verificó un pasatiempo muy alegre, al que asistieron los amiguitos de Luisito. Se que- bró una preciosa piñata y se re- partieron golosinas y refrescos. Ya tarde se sirvió una merienda muy rica y se partió el tradicio- nal pastel que lucía 6 velitas color azul. El niño gentilmente obsequió de su pastel a todos sus amiguitos después de haber- lo partido y de que todos, en el momento de apagar las velitas, cantaron el “Feliz Cumpleaños”. Los padres del niño, sus abue- litos y tíos, asistieron a la fies- ta, ayudando a la señora de la casa a regalar y festejar a la gente menuda, la que se retiró encantada de la fiesta de Lui- sito, al que colmaron de regali- tos los que él abrió lleno de gusto antes de que la fiesta ter- minara. “EL SOL” envía sus felicita- ciones al niño festejado y les desea muchos años más de vida dichosa y alegre la lado de sus buenos y amables papacitos. azahares remataba sobre su fren- te morena, desde donde caía un precioso velo de punto con ador- nos de encaje fino. Al llegar al altar, el novio la recibió para enseguida esperar la bendición nupcial de parte del Rev. Padre Alberto, Párroco de la: Iglesia. Siguieron las madrinas, las que lucían trajes de punto en color azul verde y sombreritos del mis- mo material; ramos de flores frescas y guantes hasta el codo. Ellos eran: el estimable Sr. Je- sús G. Aguilar Jr., y la Sra. Pau- lita Palomo de Aguilar, herma- na de la novia y el Sr. Rick Méndes y su esposa la Sra. Ma- ry A. de Méndes. La Corte de Honor la integra- ban las preciosas señoritas: Ma- ry Lou López, muy graciosa y simpática; la encantadora seño- rita Mary Román y la linda y monísima señorita Julia Palo- mo. Los estimables jóvenes: Je- sse Banegas, Frank Higuera y Fidel Campos, acompañaron a las damitas. La graciosa niña Ana L. Palomo, vestida en traje de ceremonia, fue la Niña de las Flores, y el gracioso niño Ricki P. Aguilar fue el Porta-Anillos. Todo el conjunto lució encan- tador; el ambiente en la Iglesia era solemne y al salir después de la Ceremonia, los novios fue- ron recibidos con una lluvia de arroz y los muchos cientos de felicitaciones por parte de sus numerosas amistades. En la casa de la familia Pa- lomo, situada en 708 al Sur de la calle 10, tuvo lugar elegante recepción; se partió el pastel de (Pasa a la página 4) PAGINA TRES NUESTRO CORRIDO SEMANAL: A LAS LINDAS FINIQUEÑAS Ninguno cante victoria aunque en el estribo esté, que muchos estando arriba se suelen quedar a pié. Aunque veas a la prudencia con las manos hacia arriba, no abuses de,tu pujanza, ¡también quema la saliva! Son curiosos los que tratan de copiar ideas ajenas, de ganas se mueren muchos sin poder hacerlas buenas. Conviene ver la corrida desde cómoda barrera, así se ¡puede saber: cuál es la gente torera. En eso de torería no valen dogmas ni leyes, pues nada se puede hacer cuando salen puros bueyes. Cálmense a los chicharrones, diviértanse del tancredo, pero no se crean que pueden dar atole con el dedo. Es mucho mejor cantarle a las muchachas de Phoenix, a sus mejillas que son hechas de miel y jazmines. ' "A sus ojos vernaleños que magnetizan al hombre, pues con tan lindas miradas no hay mortal que no se dome. Todas crecen muy bonito como la mata de trigo, yo me'stoy apreviniendo, siquiera para testigo. Hay altas y delgaditas, mas yo como son las quiero, hay esbeltas como nardo que huelen a perfumero. Palomita consentida, vete a decirle a la luna: que hay bellezas en Phoenix, que valen una fortuna. Pelona: dicen que tienes ternauras de pichoncito, voy a decirle a tu madre que me dé tu cariñito. También dicen que te cargas lo que no se vé por fuera: ¡un corazón de ternura, una joya verdadera! Peloncita finiqueña: tus mejillas de arrebol, tus ojitos y tus labios, son mi vida, son mi SOL. Y si hay bato que resongue porque siempre pienso en tí, yo no sé lo que me hiciste desde aquel día que te ví. Te veo cuando estoy despierto, también cuando estoy dormido, y de tanto que te veo me siento como aturdido. En la ciudad, en el valle, en el mismo firmamento, en todas partes te.veo dueña de mi pensamiento. y Dile, mi fiel palomita, el mismo día que la veas, que aquí todas son bonitas y no se conocen feas. Sólo qué por ser tan lindas se meten profundamente, y no salen ni con chorros de la agua más caliente. Y luego que si salieran, lucharíamos con pasión, para encerrarlas por vida ¡en el mismo corazón! Váyase mi palomita y platíquele a la luna, pero llévele de prenda el retrato de mi Bruna. Ya me voy a retirar y con esta me despido, me tiene perjudicado el flechazo de Cupido. La Sra. Juanita Delgado e Hijos, para California En viaje de recreo salieron el miércoles rumbo a Los Angeles, California, la Sra. Juanita Del- gado y sus tres niños: Juanito, Laurencio y Espiridión. La familia Delgado permane- cerá dos semanas en aquella po- blación, visitando a sus fami- liares y amistades. Según nos informó la señora Delgado, pien- san salir de ese lugar y llegar hasta San Francisco en donde (Pasa a la página 4)