Subscribers enjoy higher page view limit, downloads, and exclusive features.
“16, SOL” SEMANARIO POPULAR INDEPENDIENTA o 5 o —— a a ¡ted debe reconocer mi situación ¡brel as peñas que siguen a con. con uno. que malo. De esos hubo tantos. Viernes 1 de Abril de 1949, . As a a A > a 1. ISólo eso es bastante para sepa. |tinuación, los cangrejos practi.¡ —¿Usted cree que yo me pue- rar a personas que han sido co-¡can caminos laboriosamente. Mi|do contar entre esas personas? locadas de pronto en la vida enj¡les de pececillos diminutos dis., —Ampliamente, sí, señora. un plan osocial tan distinto. curren sin parar bajo las aguas!|Bueno: ya estamos en marcha hasta los mejoreso! . . > CAPITULO HI —¿Quiénes son aquellos que vienen, Pocha? Pero esos fueron los que. guar- daron las espaldas a la gentuza Rafaél María, suspiró. La justi- cia tendría razón. Y pensó tam- Noche —Eso son aciertos solamente. Lo que perdura es la personali. Blanca Por la turqueza del azulado'minando sobre la arena en bus mar rizado de leves espumas, el ca de su albornoz, con el pinar balandro se desliza de costado, espeso por fondo. Pasa una ga- con la vela hinchada por el vien tecillo de levante. En la popa, la muchacha se deja mecer por el encanto de este día y de este ' momento que ha de recordar con nostalgia cuando esté dan. do vueltas, explayosa sobre el platón de la sala de exposicio. rres, vistiendo ¡ante los ojos dis. plicentes de mujeres de distinta condición, los caprivchosos mo- délos de la acreditada firma de ¡viota. Los barcos de la pesca se cruzan con el balandro en pre- miosa vuelta hacia el insignifi cante puerto pesquero del lugar —Esá más lejos de lo que pa rece —<comenta Mercedes. —En el mar, las distancias en gañan — asiente él; — pero de todos modos llegaremos pronto. ¿No tendrá usted prisa, verdad? —¿Qué prisa quiere usted que tenga? Con llegar a tiempo pa- dad efectiva de cada cual y es- té colocada en el plano social en esté, siempre será la misma mu- jer estimable. —Gracias. Es usted muy ama ble; pero sin duda desconoce mi Situación. : —No sé... Estoy trabajando —No es sino un mérito más en quien nació rica. —Siempre empeña usted en verlo todo por el lado bueno. Hoy se ha levantado usted opti. mista. - —No es una circunstancia En todo momento opino igual. —Me gano la vida siendo mode lo en una casa de modas. Quizá usted la haya oído nom- brar: Madame Petuois. —¡Hombre, sí! Casi todas mis para vivir. primas se visten allí. Las dee de un tono claro transparente. hacia el puerto. El viento hará¡bién en el mezclote de senti Pocha se incorpora medias' d —Lo que yo le decía a usted. |lo que falte. Dentro de media mientos que habría en aquella casa donde un hijo fué asesina sobre la arena y deja inactivas por un momento sus manos, q' Se puede desembarcar con toda !hora, en la playa, frente al “cha comodidad y hasta bañarse en esta playa Y para subir hasta el faro hay este formidable cami. no ladeado de pitas y chumbe- ras. —¡Y con higps chumbos colo. reando ya! ¡Qué ricos! !Con lo que a mí me gustan. —Voy a cogerle a usted unos cuantos. let” de los Lóriga. Vamos a co- mernos los higos. l —¿Cómo? —Pues con una navajita muy cuca que llevo yo siempre como única arma ofensiva y defensi- va. —Tranga: yo los pelaré. * —No, que se lenará de pin- chas. —Ya verá como no. Déme. Ante las protestas de Rafaél María, Mercedes se resiste, y al fín triunfa. . —Es usted una mujercita vo- luntariosa. —No, por Dios, que se llenará usted de pinchas. Rafaél María, galante, quizá queriendo destruir con esta ga. lantería el mal efecto que su inconveniencia de un momente antes haya producido en la mu.¡ —Me madre me lama cabezo- chacha maniobra hasta arriar [na. Es más gréfico.— comenta la vela y atraca con maestriajPelando el primer chumbo.—1 su balandro junto a los escalo.|gracias que soy así, porque si nes del desembarcadero. llego a ser uno de esos epíritus durante toda la tarde han traba jado febrilmente en una labor de lana. Il —Me parece que Julio Noceda y Rafaél María BeBltrán. ; do por la horda mientras el pa- dre ocupaba distinguido lugar en las trincheras de la revolu-. ción, y.el más acendrado senti miento religioso y tradicionalis-' ta llenaba los corazones de :a esposa y de las hijas en abierta pugna con el padre y marido. Rafaél María varió el balan- dro sobre la arena, enfrente del pinar, y fué a buscar el blanco albornoz de Mercedes. Cuando llegaron bajo lá. sombrilla de los Lóriga, las muchachas ya no estaban. Se despidieron a la puerta de la verja de la villa. setán entrenando toda la sema gatas: . —Quisiera que ganara cuales quiera menos ese pavo real de Rafaél María. —Pobre chico! ¿No te es sim. pático? Demasiada fachenda. —Eso es que no te ha hech: brevemente. —¿No entra. usted? el Cee , , —No: vendré a la tarde. O : E + —Bastante tiene él con Elení: Mercedes :se marchó derecha al cuarto de baño. Se duchó en Lóriga. raneo. ¡Qué pintas de hombres, —Ya. Irán a embarcarse. Se * na Y como mañana son las re. .: >” —¡Qué se lo crea Elenín? “ * ** —¿No quiere usted subir con. |Pusilánimes, ¡a buena hora solu, dos puñados, y entrando en el —Pues se lo ha creído. la casa donde trabaja. Su cabe|ra vestirme para el almuerzo, so llera rubia — ode un magnífico |bra. En casa de los Lóriga se dis rubio artificial exigido por Ma-|fruta de una completa indepen- migo? ciono el problema de mi casa! dormitorio que compartía con ¡Suances:.. y En este momento dan las do-| Ellale alarga el chumbo pe-|Elenín, se dispuso a cambiarse —¿ Unas chicas morenas, con —No estaría yo tan tranquila : se ¡Para el almuerzo. enel pellejo de Elenín. ¿Te has * E dame Petuois — se riza al hu- medo atrecillo del mar y el des. orden en que ha quedado al qui tarse el gorrito de goma color coral y sacudírsele como pudiee . ra hacerlo un perrito de aguas la favorece hasta el extremo de que nunca estuvo tan bonita Por lo menos as ílo piensa el comandante de su barco. Rafaél Marí ano es imperti. nente. Hombre muy educado, sa be cómo ha de tratarse a cada mujer en cada momento —cien- cia suprema y difícil —, y se da cuenta de que piropo a esta mu- jer ultraelegante — en aparien- cia — resultaría de una torpeza insigne. Lo sabe pobre y desl. graciada; comprende que no es una mujer que se debe conducir hacia caminos de aventuras es- cabrosas, demasiado sería y has ta demasiado religioso para eso, y ni pensar tampoco en que pue da llegarse a ella con pretensio nes formáles. ¡buena su madre! Con un suspiro, se tiende en el panel y contempla el paisaje maravilloso del mar, el cielo y el sol. La paya y el pinar se ven cada vez más lejos. Ya los niños que corretean sobre la arena mo jándose los pies son como pun titos apenas. discernibles. Las sombrillas policromaads sikuen floreciendo como un jardín exó dencia. Cada cual hacemos lo q' nos viene en gana. —Son buena gente. ¡las narices acaballadas y... ¡Oh, perdón; — se detiene con. fusa. —Siga, siga usted — ríe él de —«¿Por qué le parece a Merce- buena gana. Con las narices des que hay en este comentario lacaballadas y los dientes hacia tan sencillo un leve fondo de i-¡fuera! Son muy feas las pobre- ronía? ¿Es que Rafaél María lcitas, es verdad. desprecia un poco a la familia de la muchacha con quién feste- ja? ¿Es que desde su altura de aristócrata de estirpe les mi ra por encima del hombro? ¿Y... había de caer un hombre tan principal como Rafaél María en esa vulgaridad? ... Afirma ella, con todo el agradecimiento de su corazón: —Buenísimas personas. Defec tos, claro está, todos tenemos; pero a buenos sentimientos no ¡hay quien les gane. Yo tengo que contar mucho y bueno de ¡todos ellos. —Pero muy distinguidas, y con un gusto verdaderamente exquisito para elegir. —Eso, sí. Debe usted conocer a la muchísima gente “bien”. —Pues a todo Madrid. —Y ladeben conocer a usted también, claro. —A mí, personalmente, no. Co nocen a la madelo de Madame Petuois, que no es lo mismo. Yo soy un se anónimo. —Este invierno le haré a us- ted alguna visita. —¿S1...? No crea, vienen mu. chos caballeros acompañando Y —¿Es usted antigua amiga d: [lag señoras a ver la exposición. los óriga.? Vendrá usted con Elenín, ¿no? —Conocí a Elenín y a Margo El, sonrie, sin responder, y a- en el colegio de las Madres Ir- |Hende 1 la maniobda de la vela landesas. Nos hicimos amigas. [gue necesita un areglo. Ya están Y desde entonces no hemos en. |muy cerca del islote. friado la amistad, a pesar de. ¿Hace mucho tiempo que SCe detiene un punto, cohibi- [trabaja usted en la casa de mo» da. Suspira apenas, sus ojos ¡das? se ensombrecen y al fín, ven-| —Bastante, sí. Desde.....desde: ciendo su vacilación, termina: Jque enceraron a mi padre —... de tantas cosas como han . Rafaél María enrojece, pertur debido separarnos. bado. Con sua impremeditada Rafaél María la mira larga- ¡pregunta ha tocado una herida tico sobre: el fondo de las villas ce en el reloj de la torre parrojadol y él lo acepta. Mientras quial del pueblecillo de pesca-|lo come, la mira pensativo di- dores que se agrupa en la leja-|ciéndose cuál habrá sido el cal nía, hacia la izquierda. vario de adaptación de esta po —No, gracias. Es demasiado|bre criatura a todas luces edu- tarde. Nos entetendríamos y yo|jcada en un ambiente de refina llegaría cson la lengua fuera al|miento y distinción. Luego, dis comedor, Si a usted le parece, [fruta viéndola comer una deli- lo deparemos para otro día... y|cia la pulpa azucorrada de los traeremos a Elenín. chumbos. —¿Qué falta nos hace Elenín?| -—¿Se marcha usted pronto o —¡No sea usted ingrato! !Con| estará todavía, aquí, algún lo que le quiere la chiquilla! |tiempo? — pregunta pasado ur. —Amor de temporada. rato. . —Pues la familia no lo estima| -——Me quedan ocho dias. así: —Pocos son. —¿De veras? —¡Ay,sí, muy pocos, por des —Lo han tomado en serio. [|gracia! , —i¡¡Tiene gracia! Lo que me-' -—¿Y no habrá forma de' ha- nos se me ha pasado a mí por blar con Madame y que alar. las mientes es formalizar esas gara estas vacaciones? 3 relaciones. —Ni pensarlo. Hay cinco mo —Pues es muy mona y muy delos en la cas ay soy la prime buena Eienín. ra que ha tenido vacaciones. Elenín estaba hundida en un gran butacón de terciopelo sal- da esta semana de entrenamien. * món y lacras blancas, con una to apenas se les ve juntos... y en cara de a palmo. Apenas con- testó al saludo de Mercedes, más que son un gruñido. Un instante, Mercedes' se escamó pensando si se habría molesta- cambio suele ir mucho a nadar y a embarcarse con esa mucha. cha que está invitada en su casa? —¡Bah! Esa muchacha es una do lá muchacha porque ella na bía dado un paseo en balandro con su galán; peri decidida a encaratse con la situación, pre- guntó a quemarropa: —¿Qué te pasa, rica? Otro gruñido incorrecto. —¿Disgustos...? (pasándose el cepillo por el brillante cabello modelo de cierta casa de modas que las de Lóriga han invitado porcaridad para que pase sus vacaciones. —Lo cual no quita pra que sea formidable. Y simpatiquísi, - ma. —No digo que no; pero Ra. dublo:) faél María es tan orgulolso y + - —¿Por qué no me o cuentas, |tan distanciante que no sé cómo-. albina? ¡se ha decidido a salir a la calle ¡en compañía de una chica que : ¡se gana la vida, ni cómo se lo consciente su hermana, que tam ¡bién tiene mucha tierra en La Y Elenín estalló como cohete. —¡¡Esa idiota de Felisa Zamo rano! —De acuerdo: muy buena. —¿Entonces...? —Usted no me quiere bien, Mercedes. —¿Enemigo del matrimonio? —En principio, no; pero lar- ga fecha. ¡¡Se está tan bien así ..Esta quiero, la otra me quiere —¡Vaya un pinta! Salta -con limpieza al muelle se sube en dos.zancadas por las peñas para acortar camino has- ta unas chumberas que están - erizadas de higos de estupendo muy mona y —¿Qué? Ahora, han de ir turnando las Que: estaba cdiciendocon du | me AS ,Corrillo mientras tomaban un .é PoR mí? ¡Cotél, que Rafaél María sólo vie ne conmigo para pasar el rato. y que yo soy una polina si me O Creo. —¡Mira tú que rica, mujer' ¿Eso dice esa «estupida? —Claro está. Y por mi también ¡Hubiéramos hecho bonitos excur; siones. —Al verano que viene. si Dios quiere que volvamos a reunir- nos aquí. 2 Rafaél María, tumbado en el eS eS panel, calla ahora y piensa en esta vida juvenil encadenada al yugo del trabajo — un traba —¿Y tu haces caso, guapa? —Es que aún dice más — hi. 'Habana. —¿Ves? Ya se han acercado al grupo de los Lóriga. Yo que yo te digo. En las narices de, Elenín, está metiéndose con..'a otra en una de plnes que da miedo. ¡¡Anda! Ya se han em. parejado. Ahora, el balandro. —Pues no es ella sola, porque: Guillermina me parece que se embarca con Julio Noceda.-- “E —Se necesitan ganas. de persianas verdes, azules, amarillas, rojas, de un rojo ra- bioso, La moda incongruente , en abierta pugna con la estética y hasta con la higiene de los-o- jos. Con “el ruidito blando y can mente, un poco intrigado. En |en carne viva. ¡Pobre Mercedes! realidad de verdad, lo ha estado| —Tuvimos que echarnos a la desde el primer momento. La [arena mi hermana y yo. Mi casa llegada de Mercedes Sandovaljera un desastre. El único que causó cierto revuelo en Pollaresfhubiera podido llevarlo adelan Se dijo, se comentó, se mintió, |te era un hermano mío, pero lo aspecto, y cogiendo dos planas piedfas se ingenia para separar los higos de la planta. sin tocar los con las manos. Luego, los deposita en su pañuelo, coge las jo que a días debe ser pesado— mientras esas otras chiquillas casquivanas, que han tenido más suerte que ella, malgastan su tiempo en vaciedades y pa- san por el mundo sin realizar pó, sollozando, la pequeña. formidable. Me cogen ganas dado cuenta de que durante to. —No digas, que el mar está >: —A ver. , —Sí: dice que a quien quiere es a ella y no a mí; que por las noches en cuanto me acuesta. ya ves qué frasecita, como si él ne pusiera el pijama y me nx bañarme. —Capaz serías. Rafaél María Beltrán gobierna su balandro con la maestría de un consumado deportista. En la se fantaseó y al fín el señoríojlo asesinaron. dencioso del mar, ya no llegan hasta ellos los ecos de charlas natural y la elegancia indiscu- tible:; la educación y la simpa tía de la muchacha, se impusie, —Perdón. He sido terriblemen te indiscreto. —No hay de qué. Son cosas y jolgorio que un rato antes se percibían con precisión. | Guillermina sigue nadando. Su bañador blanco surge entre el azul del agua, resaltando vi. parecerá “como una estatua ca. 1856 is lis kind ron a toda aquella gente recelo-'que sabe todo el mundo. say exigente. Cuando los Lóri.! Sé acercaron a la parte «el torno al. islote, cuya costa sor- ¡islote donde está la línda pla- prende lelna de maravilla a —¿Tantas casas— murmura yita de aguas claras y finísima _goroso su silueta de diestra na-|él, inconsciente de que se pre-'arena. Existe como un brev em dadora... Un momento más y a. para a forzar una confidencia. |barcadero y en su muro se ha for ga la invitaban... | —Tantas, sí. Yo creo que us-/mado un banco de almejas. So GIVE A $50,000 seems a breath-taking price for ar old penny postage stamp — canceled, atthat! But the British Guiana one cent stamp of the world's rarest stamp. There ¡is only one of in existence. Scarcity sent the price soaring. Fortunately, there's no searcity of Uncle Sam's 1949 postage stamps, so you can well afford to use them to bank by mail. Banking by mail is the ideal way to save yourself time and trouble. For example, you . can make deposits in your"checking or savings-aecoun?- without leaving your own_cool, comfortable home al office. No unnecessary trips to the bank, no parkint problems, no bus fares to pay. You can choose your own banking hours, too — any time of the day or nighí that suits your convenience. d Come in, or write, for a supply of free, self-ad= “ressed bank-by-mail envelopes. They're all you need to enjoy the many benefits of this fast, safe, convenient Valley Bank service. VALLEY NATIONAL BANIK MEMBER FEDERAL k TWENTY-ElGHT FRIENDLY AA VALLE KATIONAL BANK CONVENIENT OFFICES IN ARIZONA A DEPOSIT INSURANCE CORPORATION e cuatro puntas y baja en dos saltos. % —Aquí los tiene usted. Se aplica a izar la vela otra nada útil. Piensa en el calvário popa, la figura impecable de > de esta muchachita, que vivirá años y años así, a menos .que tiera en la cama, vamos! Pues y Mercedes, vestida de blanco, en cuanto me acuesta, se va 2 con uno de los más lindos mode unplobremático marido la: saqu' Club a buscarla a ella para bai de penas y se la lleve a un ho-¡lar. . gar modestó, parqúe de la ma. —Tonterías- ¿A santo de qué nera que están el mundo y los tenía que hacer Raíaél María hombres, no es de esperar que *sa co nedia contigo? —¡Qué formidable! .. — co-[|un millonafio vaya a casarse —Lo que yo digo. menta entusiasmada. |con la modelo de Madame Pe. —Pues entonces. Mira: pusta —¿Discfrúta con la excursión tuois, Eso, en el cine. Se marchi, mente esta mañana nos ha al. verdad? Esto es mucho mejor¡tará la fresca belelza, se hará'canzado a Guillermina y a mí vez y comienzan a navegar en Mercedes. | los de la casa de Madame Pe. tuoise. El mar se muestra cómo una' lámina transparente: 'Delan te de elos, rumbo al. cabo de Oropesa, seguramente van Gui. llermina y Julio Noceda. Más " tarde ha de recordap Mercedes todos los incidentes de esta tar de que ha de marcar un pal 7 que bañarse con cuatro niñas tontas y media docena de seño ritos redículos. —Desde luego que sí, dicho sea sin agraviar a nadie. —Yo--me aburro en.ese plan de playa de moda. Mi hermana me llama salvaje, y Elenín me hace eslenitas; pero por mi gus to me pasaría el día a bordo. ¿a qué viene uno, sin no? Para enchaquetarme y pintarla, bien estoy en la Embajada, ¿no le parece? Yo he de terminar mi vida haciéndome anacoreta. —¡¡Buen anacoretá nos dé Dios! —Sí: me gustan la soledad y la compenetración conmigo mis mo y con la naturaleza. —Entonces yo le he estorpea- do a usted hoy el.paseo. —De ninguna manera. Cuan- do se va con personas compren sivas,: inteligentes y simpáticas es el plan ideal, porque ayudan a disfrutar compenetrándose Ingreseala... ALIANZA HISPANO AMERICANA La Alianza Hispano Americana es la Sociedad Fraternal de la Raza. La A- lianza expide pólizas de seguro para toda la familia a precios muy cómodos. Además se imparte protección a los 'so- cios. Tome un Seguro para usted y para sus niños. $ Teléfono: 3-2304 ó 4-3488 dispuesto a dejarse a la pobre DL DALDADA DA PADA DA PASPA ZAPPA | Chiquilla en cuanto acabe el ve Vean al Señor CARLOS MORALES, Organizador Regional de la A.H.A. canslo el. gesto alegre de su bo ¡Cuando estábamos' nadando” cer ca, se doblegará su esbeltez al¡“a de la boya grande y nos ha peso de la edad... ¿ entonces, [embarcado un rato. qué? Tendrá que buscar otra —Sí, os hemos visto. Y Guillef ocupación,acaso más pesada y|mina meha dicho que tú le a. menos. Jurátiva y. .en sus horas compañabas hasta rodear el is. de nostalgia mirará hacia atrás |lote. y Se preguntará “qué es lo que; —Bueno: pues hemos /estad: su juventud y su bélleza tuvie-|hablando de ti. ron que agradecerle al a vida”.| —¿Sí? ..¿ Yqué? Rafaél María no ocnoce al pa|zLa ansiedad de la muchacha dre deMercedes; pero piensa q'lmueve acompasión a Mercedes entre todos los desaciertos y las|¿Qué será más cruel? ¿Darle faltas que pudo cometer, ningu-|alas a su amor a sabiendas de ina tan :grave. como esta absurda |que Rafaél María le ha de jugar locura de meterse en política [una mala pasada, o...? Pero un para hacer caer ahora el peso |día de vida es vida, piensa Mer dé su pecado sobre seres inocen|cedes. Así como así, tiene que tes. Bienes incautados por los [padecer iguak el día que él la tribunales de responsabilidades |diga adiós, y si puede vivir con y este clavo de saberle encerra |felicidad unos dias, ¿por qué do para Dios sabe cuándo. ¡y |negárselos? gracias que hizo algo bueno yj —Pues nada. Enamoradísimo. ello le salvó de lo peor; ¿A qué, —¡Qué respiro, Merceditas! se metería este hombre en seme| —Pues claro, tonta. No hagas jantes mangoneos? “Un: desdicha ¡caso de nadie. Si pudieran, te lo do, un inconsciente, más tonto|quitarían con las dos manos. A E + vivir y disfrutar. —:¡Si siempre te tuviera a mi lado. —Me ha dicho que vendrá es- ta tarde. Conque ahora a comer; entre esos pormenores que aho. ra la pasan inadvertidos,. a. .. rirá honores de primer término, uno trivial» el hociquito con q' Elenín ha despedido a su galán, Las pequeñas causas. —¿Mañana la regata,; al fin? —pregunta Mercedes, jugando con el agua, la mano metida en el charco azul hasta cerca del ¡Codo, mirando a lo lejos la vi sión maravillosa de de un pal. saje en el que se confuden to. ¡dos los colores del arco iris; tierra, cielo, mar, pinos, huertos de naranjos. buena suerte. —Le deseo la copa. —¿La ha visto? cido el Club. ¿Y son ustedes mu chos? —na docenita. dE . El viento hincha la vela. El ] balandro se inclina de estribor y poco ap oco se va tumbando, Mercedes no es nerviosa —cosa extraña en una: mujer — y mira i e después “a leer un ratito esa no. vela tan interesante a ver si la acabamos y se casan 0.ho se ca san esas pobres personaS; y lue go a ponerte muy guapa, para q' a él se le encandilen los ojos y ellas se mueran de rabia. Elenín amenaza destruir la integridad «del peinado recién compuesto de Mercedes con el aluvión de besos y apretones de que los hace objteo. Esta, riendo, retoca los desperfectos de su traje, se prende en el es. cote un clavel rojo. se perfuma levemente, se pasa un dedo hu- medecido por las pestañas... y piensa en Rafaél María, tan des prendido de todo amor y tan con curiosidad esta posición di. ¡ fícil.., $ —¿No tiene usted miedo? — ' pregunta él. í —Por ahora, no. AAA MADAM ROSE —PALMISTA-— Contesta todas las Preguntas ' de. su Pasado, Presente y ' “Futuro en Español, 1025 East Van Buren Siempre Abierto ; Enseguida del Wagon Wheel: á —Sí: es estupenda. Se ha Ju. ' importantísimo en su vid" —Mañana, sí. Deseéme usted ;