El Sol Newspaper, January 28, 1949, Page 4

Page views left: 0

You have reached the hourly page view limit. Unlock higher limit to our entire archive!

Subscribers enjoy higher page view limit, downloads, and exclusive features.

Text content (automatically generated)

Página Seis. ¡_OKÉ— a 7 o. 5 5 o ——— El CANDELABRO ENTERRADO Desde aquella noche vandál., nadie veneraban como a él Pe LY ñ lica. pasaron los años inquietos Pues era el último y único que Ali grande. Todos . conside. |2romático el viento, caía una en el imperio romano, y sucedió | consuspropios ojos había visto raban inimaginable que pudie- o muelle como terciopelo, más en el tiempo en que vive un hombre solo, de lo que an_ tes había sucedido en siete ge. neraciones. Otro emperador lle. gó al poder sobre Roma y otro, y otrom ás, uno se llamó Auri- candelabro de Moisés, el can delabro del templo de Salomón a la Menorah que, huérfana de luces, yaciasepultada en el. te- | soro de los vándalos. Cuando llegaban a Roma mercaderes 0 SOL” SEMANAAlo POPULAR INDEPENDIENTE | Clinaban sobrel as aguas negras! de su aflicción. Era tarde, y el sol se bajó ob. blicuamente entre pinos y cipre ses. Mariposas de abigarrados colores aleteaban alrededor de los judios, como en torno a tron cos en descomposición, libélu_ las con alas de: los colores del arco iris posábanse descuidadas ¡en sus espaldas encorvadas, y en la hierba exuberante juga-_ ban escarabajos alrededor de sussandalias. En el folaje que con como oro, abanicaba |ba una prenda de un acontecic- s Pero los judios no levantaron ran apagarse esos ojos humano: ¡los ojos ni los corazones. Im. que habían visto el candelabro del Señor, sin haber presencia_|Pelíanse una yotra vez hacia "do el retorno de la Menorah; y [renovada tristeza, recordando cuidaban su existencia como¡Siempre de nuevo en lamento un símbolo de la voluntad divi. común el abatimiento de su pue y otras veces aquellos, y jamás la justicia. ¿Qué tenían ellos q” ver con todo eso? ¿Qué era Car- tago, Bizancio o Roma para .su corazón,que sólo se preocupaba poruna ciudad: Jerusalén? Unicamente Benjamín Marne fesh, el amargamente probado, alzó entonces la vista: —¿Y el candelabro? —Está a salvo. Belisario lo tomó como botín. Y he sabido quel o leva junto con los demás tesoros a Bizancio. Solo entonces se estremecie_ ron los otros. Sólo entonces comprendiereon la pregunta de Benjamín;una vez más debía traña. La noticia cayó como tea encendida sobre la. estructura sombría del duelo. Levantáron- se rápidamente del suelo, salta ¡<A A A A KA A A viajar el candelabro a tierra ex¡ Viernes 28 de Enero de 1949. PE A DA TENE Pero ahora comprendo que aún | losrompieron en trozos más lar me estaba destinado algo en es;gos ymá s cortos y se los repar ta vida. Yo vi el principio; aho- [tieron. La suerte se decidió” por ra me llama el fín. Joaquín ben Gamaliel, un jo- Respetuosos atendieron los ven de veinte años, alto y fuer. ¡demás a la obscuridad de su|te, herrero deprofesión, mas al ¡hablar. Finalmente, preguntó |que no querían, pues ignoraba uno de tellos en voz baja al lla Escritura y ero el suyo un mo superior: do de ser impaciente. Sus ma- —¿Qué piensas hacer? nos estaban manchadas de san —Creo que Dios sólo me g1ar|gre; había muerto a su sirio de dabatanto tiempo la vida y la|Esmirna en una pelea, y huido luz del os ojos para que vuelvaja Roma antes de que los algua a ver el candelabro. Debo irme|cilesl o prendieran. Todos se a Bizancio. Lo que no consiguió |extrañaban incomodados para elniño —rescatar lo sagrado pa|sus adéntros, de que la suerte ra nosotros—quizás lo logre el|hubiese tocado precisamente a anciano. ese tercó y feroz y no a un hom Todos vibraban de emoción |bre respetuoso y beato. Pero al e impaciencia. Todos considera | adelantarse Joaquín, como el ban en verdad, increíble quejelegido, el anciano apenas alzó ese frágil anciano pudiese re_|la vista y le ordenó: l cuperar el candelabro del más| —Prepara todo. Mañana a la tarde partiremos. na. No había fiesta sin él, ni blo. No comían, ni bebían, ni di ron sobre los sepulcros, rodea_|Poderoso emperador del mundo, lius.Uno asesinaba o expulsaba al otro, de huevo invadian pue blos germanos la ciudad y la saqueaban. Otrá vez (y eso siempre dentro del espaci» de vida de una sola generación), fueron coronados nuevos empe_ radores, y depués, y por fín, jos últimos de Roma, Licerius, y Julius, Neposy Romulus An. gustulus, hasta que luego se incuataban del dominio rigoro_ sos guerreros nórditos, Odoacro y Teodorico. Pero también este imperio gótico, del que sus re- yes creían que, endurecido en la disciplina y ceñido en acero, sobrevivía generaciones. cayó y decayó en los años de esa mis. ma generación, mientras en el Norte emigfaban y se unían pueblos y, allende el mar, el Bizancio, se levantó otra Roma, Parecíaque desde la noche en quel a Menorah se encaminó porla Porta Portuensis, no debía haber más paz y tranquilidad procedentes de Livorno, Génova o Salermo, de Maguntcia, Tréve_ ris a los países de levante, se dirigían siempre primero a-Ssu casa para ver de cara a cara al hombre que con sus propios ojos había visto aún los objetos sa- grados de Moisés y Salomón. In clinábanse respetuosos delante del viejo como ante una imagen sagrada, y contemplaban con , conmovido terror su brazo tulli_ doy losd eosd palpaban la ma- no que otrora había tocado al candelabro del Señor. Y aun cuando todos sabían —pues en aquel tiempo el verbo se difun_ día tan activo por el mundo co moh oy lo escrito—, lo que Ben- jamín Marnefesh había sufrido en aquella noche vandálica, no dejaban de rogarle que una y otra vez les narrase el viaje de esa noche. Y con eternamente igual paciencia contaba ell an. ¡ciano siempre el éxodo del can; delabro, y un fulgor atravesaba | en la milenaria ciudad del Tí.|la maraña de su barba cada vez ber a Hacía tiempo ya, que la muer te se había llevado a los once| viejos que acompañaron al can delabro en aquel su último via. je, y ya estaban enterrados tam bién sus hijos, y eran ancianos ya.sus nietos. Más seguía en vida Benjamín, el nieto de Ab- thalion, el testigo de aquella noche vandálica. El niño de en tonces se había convertido en mozo, el mozo en hombre y el hombre en anciano. Siete de sushi jos le habían precedido en la muerte, y uno de sus nie_ tos había perecido cuando el populacho incendió, bajo Teodo rico, la sinagoga, Pero él, con su brazo destrozado, vivía aún, así como en el bosque la tem- pestad derriba a los árboles a diestra y siniestra y queda uno solo, el más fuerte, así sobre_ vivía ese anciano al tiempo, y vió morir a emperadores y desa parecer imperios. La muerte só. lo respetaba a él, y su nombre era grande y casi tanto entre los judíos del mundo. Llamá. banle por su brazo destrozado: Benjamín Marnefesh, lo que quiere decir: el hombre a quien Dios. probó amargamente; y á | que anunciaba lo que en aquel entonces le había predicho Rab- ¡bi Eliéser, el puro y claro, cuyo (tos en ese día mortal; reuniéron cuerpo se había hundido en la fosa, hacía mucho tiempo ya. Advertia a sus visitantes que no debían desanimarse, pues no había llegado a su término el viaje del símbolo sacro; el can delabro volvería a Jerusalén y entonces terminaría su propio destierro y se volvería a reunir el pueblo en torno a su símbolo salvado. De esa suerte, todos sa lían reconfortados de su casa, y enlazaban su nombre en la oración pidiendo por que perma neciera muchot iempo junto a su pueblo el cocsolador, el testi go, el último que había visto los objetos sagrados. Y Benjamín, el tan duramen_ te probado, el niño de aquella noche lejana, llegó a los seten- ta años, a los ochenta y cinco, a los ochenta y siete. Poco a poco encorváronse ya sus hom. bros bajo el peso del tiempo, su vista perdió claridad, y a ve ces cansábase en medio del dia Pero ninguno de los judios de Roma quería creer que la muer te pudiese cobrar poder sobre él pues su existencia les significa CACTUS THRIVES Because lt Saves ! cause it 'absorbs and lcomo sauces, se doblaban e in_ | Y. after year, cactus survives the long, hot, dry spells that kill many other kinds of vegetation be- possible particle of moisture it can aw from the air or soil. Every bit of rain after a shower, every drop of dew, is-saved against a time of drouth. rigían la mirada hacia la clari dad del día; sólo leyeron unos a otros los cánticos que se re. ferían a la destrucción del tem_ plo y la caída de Jerusalén, y a bendición a su paso, y donde |Pesar de que cada palabra de quiera que se reunían, apesa. esos cantares dolorosos estaha dumbrados o para la fiesta, |Marcada desde hacia tiempo ya, siempre se le reservaba el sitio¡Con fuego hasta en la última deh' onor en la mesa. [gota de su sangre, las repetían XXX siempre de nuevo para agudizar lel dolor y sentirlo destrozar su Así honraron los judíos de Ro|corazón. -No querían sentir sino ma a Benjamín Marnefesh, co.|pena en ese obscurísimo dia., y; moel más viejo y digno de la co|por eso recordaron, amén de su munidad aquella vez que, se- [propia expatriación y humilla- gún ordenaba la costumbre, se/|ción, los sinsabores y sufrimien reunieron en el cementerio enltos de los muertos, el penoso el día más triste del año,, el 9| destino de todo su pueblo, y con de Ab, el día de la destrucción lsus palabras renovaron y recor del templo, aquel día de som. ldaron mutuamente los sufri_ bría recordación que había he-|mientos del pasado. Y como és cho de sus padres unos sin pa_|tos en Roma así estaban senta- tria y los había esparcido como) dos, con los cobellos cubiertos sal sobre los países de la tierra'de ceniza y la indumentaria No estaban sentados en la casa | destrozada, los judios en todas de oraciones, pues poco tiempo ¡ las ciudades y comunidades del atrás la había ultrajado el. po-:mundo, juntos a las tumbas, pulacho hostil, sino que desea_|y desde un extremo del mundo banhallarse cerca de sus muer-|hasta el otro hablaban y leían a la mismah ora los mismos la mentos, la lamentación de Je_ remías por la caída «de Jerusa- lén que se había convertido en burla de los pueblos. Y sabían que esa pena y esa lamentación del común exilio constituía su sola unidad en la Tierra. servicio religioso en que no se le nombrara. Donde iba, incli_ nábanse devotos los ancianos ante el patriarca, cada uno pro nunciaba la sentencia de la se fuera de la ciudad, donde sus padres estaban seputados en tierra extraña, para quejarse unos a otros del propio exilio. Estaban sentados entre 198 se_ pulcros, olgunos sobre losas ro- tas ya; sabían que se hallaban junto a sus padres, hijos tam.- bién de su tristeza, y en las lo- sas de los antepasados leían los nombres y su elogio. En mu_ chas piedras estaban grabados, encima de los nombres, símbo. los, dos manos cruzadas como testimonio de clerecía, o el cán taro de ablución de los Levita, o un león, o una estrella de Da_ vid, Una de las posas paradas ostentaba una reproducción del candelabro de siete brazos, de la Menorah, para significar que el que allá dormía el sueño e- terno había sido un sabio, un gran justi y el mismo lumbre_ ra de Israel. Delante de esa tumba estaba seritado Benja. mín Marnefesh rodeado por o_ tros, con cenizas esparcidas so._ bre la cabeza, con las vestimien tas rotas como los demás que, Mientras estaban sentados y murmuraban y se trituraban el do, no se daban cuenta de que elsol y los troncos de los pinos y Cipreses se doraban más y más y que, como iluminados p por una luz interior, empezaron a arder rojizos. No notaban que elnueve de Ab, el día dela gran tristeza, llegaba paulatinamen_ tea su fín. y que se acercaba la hora de su última oración. En ese rechinó afuera el portón aherrumbado del cementerio. ba, no se levantaron , y también Si bien oían que alguien entra. el extraño esperaba silencioso hasta que se terminara de pro_ nunciar la postrer plegaria. Só tlo entonces miró el jefe comunidad al recién llegado y le saludó: —Bendito sea el que llega... La paz le acompañe, judío. Y preguntó entonces el supe- rior: —¿De dónde vienes y a qué co munidad perteneces? —La comunidad con que he vivido, no existe más; he huído en un barco de Cartago. Algo grande ha sucedido, Justiniano, el emperador, ha enviado desde Bizancio, un ejército cotra los vándalos, y Belisario, su gene_ ral, ha tomado Cartago, la bas- tilla de los piratas. El rey de los vándalos está preso y su im perio aniquilado. Todo lo que los bandidos han robado duran te años y años, Belisario lo cap turó y lo lelvó a Bizancio. La guerra ha terminado. Los judios lo miraron indife_ rentes y mudos, sin levantarse, ¡qué les significaba Bizancio y Cartagol Edom era todo eso y Amelec, el eterno enemigo. E- sos pueblos impíos estaban con tinuamente en guerra sin sen_ tido, unas veces ganaban éstos Saz as stores every ron al desconocido, sollozaron y Moraron: —¡Ay! A Bizancio! Nuevamen te a través del mar! Otra vez a tierra extraña... De nuevo lo arrastrarían triunfantes como Tito, el maldito.. Siempre a otro país y nunca a Jerusalén... Ay denosotros!! Era como si se hubiera tocado ¡Una herida con acero candante “Pues, recánditamente temían y se inquietaban que al trasla- darse los objetos sagrados del arca, debían de exilar ellos tam ibién, otro y otra vez, en busca de una patria que no era tal. Así sucedía desde que se des_ aniquilaba de nuevo su existen cia. El dolor pasado y el pre- sente se confundían impetuo_ y sin embargo, embriagada la guntó receloso: —¿Cómo habrás de resistir cientemente fuerte para sopor_ La comunidad romana pasó fe en el milagro. Uno solo pre-|todo el día siguiente a ese nue, ve de Ab, en excitada actividad Ninguno de los judios se cuida tanl argo viaje? Piensa que sonjba de su propio negocio, todos tres semanas sobre el mar in_|traían y recolectaban dinero, y vernal. Temo que no seas sufi-|los que eran pobres, tomaron prestado contra prenda, y las trozara el templo y siempre se' tar tal fatiga. mujeres dieron sus presillas y dose trata de lo Sagrado. Aque. [ellos la seguridad de que Ben. lla vez también lo fuí. Cuando |jamín estaba predestinado a res me llevaron, un niñito, creían[catar la Menorah del nuevo que el camino era demasiado [cautiverio y a decidir alempe_ cansador y, sin embargo, lo cujrador a repartir al pueblo con' brí hasta el final. Sólo hará fal|sus objetos sagrados, como otro ta pues mi brazo está deshecho, |ra lo había hecho Ciro. Día y que me acompañe un hombre |noche escribieron cartas a todas vigoroso, y además joven, para |las comunidades del Este, a'Es. que sea testigo ante una gene-|mirna, Creta y Salónica, a Tar -ración venidera, como lo fuí yojzos Nicea y Trebisonda, para q' ante la vuestra. envieran mensajeros a Bizancio | Pasó la vista buscando en tor|y aprontasen dinero a fin de q' —Siempre se es fuerte, cuan-|piedras. Pues se acrecentaba en - samente Todos gritaban, sollo- no suyo, miró a uno tras otro!se realizase el sacro acto de la zaban y se quejaban, y los pa.'delos hombres como si quisiera jliberación. Avisaron a los her. jaritos que habían estado sen? examinarlos. Cada cual tembla|manos de Bizancio y Galata a' corazón con el dolor del recuer| de la; tados pacíficamente en archi. viejas piedras se desbandaron multo de los hombres. Uno solo, Benjamín, el ancia- ¿ba bajo esa mirada palpitante, [anticipadamente allanasen a ly sentía su punto hasta en el|Benjamín Marnefesh, el ar» y huyeron ante el ardiente tu_lenmudecido corazón. Todos an_*gamente probado, como el ele_ helaban ser elegidos para la mi [sión, y todos eran demasiado gido, el camino hacía el gran- dioso evento, Al mismo tiempo * no, se había quedado tranquilo¡cohibidos para presentarse. To-|preparaban las mujeres mantos sobrel apiedra enmohecida, y ca|dos esperaban con el alma conjalmohadas y alimentos para el llaba mientras confundían y lloraban. Sin que lo supiera, habíanse unido sus manos, y como soñando estaba sentado sonriendo quedamente ala lápida funeraria en que se hallaba grabada la silueta de la Menorah. De pronto relucía en su ajado rostro de anciano algo del niño que había sido en en aquella noche. Alisáronse 1 las arrugas, los labios se abrie ron suaves, y lal igera sonrisa parecía pasar de su boca sobre el cuerpo entero que, inclinado ,sobre sí mismo, escuchaba ha_ cia adentro. Por último, fijóse alguien en el anciano, y se avergonzó de su propia irritación. Quedóse respetuosamente parado y tocó despacio al. próximo. :Calláron- se uno tras otro y todos miraban nube blanca sobre su obscuro entre los muertos debajo de la tierra, a cuyas tumbas rodeaban sombreándolas. Sólo por el si_ lencio obsoluto sintió Benjamin que todos lo miraban. Se levan tó con dificultad, pues, ya era] decrépito, de. la .piedra: rota en que había estado sentado; a to- dos les pareció de repente ro_ busto como nunca, así cómo en tonces lo veían, con el rostro circundado de: mechones argen- tinos, el cabello ardiente como llama blanca por debajo del go rrito de seda. Nunca sintieron tan íntimamente como en esa hora que Mernefesh, el amarga mente probado, también era un mensajero. Más Benjamín co_ menzó y había en su palabra lad evoción de una plegaria: —Ahorá sé por qué Dios me conservó hasta escta hora. Siem pre me preguntaba por qué rom pía inútil el pan, por me esqui. vala muerte, a mi, anciano, can sado e inservible, que ya no anhela sino el silencio. Ya me desalentaba, pues demasiado sufrimiento vi en nuestro pue_ blo y se cansó mi esperanza. té: rá mía la elección. Echad la suerte. Que Dios me elija al que debeser. los demás se |movida. Pero el anciano inclinó | viaje, a fin de que los labios la cabeza y murmuró únicamen |del piadoso no tuvieran que to car nada impuro en el barco. —No, no quiero decidir. No se'Y a pesar de que les era pro_ ,hibido a los judios de Roma ir en coche o en caballo, manda. ron secretamente esperar un ca entonces sin respirar al viejo, | cuya sonrisa flotaba como una¡] dolor. Hízose un silencio como! rruaje fuera de las puertas, de rrancaront allos de la hierba lac iudad para que el anciano que crecía entre los sepulcros, no comenzase su viaje fatigado NAAAASANLATAO UNION CLEANERS NATALIO VELAZQUEZ, Propietario. Los hombres se juntaron, a_ | Se Recoje y Entrega a Domicilio, llamando al tel.: 48919 ( 1017 Este de la Calle Jefferson E SODENCDNO DEDO DER IAIO SINS OLAS LA BOTICA RAMONA “Es la Botica de los Mexicanos" El más Escrupuloso y Rápido despachó de Recstia. Se surten recetas de todos los médicos, por menos precios. Su dollar compra más en la Ramona. Vendemos el legítimo PULMOTOL Gerente. V.R. CANALEZ 325 E. des > St. Teléfono: 3.9185 Phoenix, Arizona. A | >VUELE USTED IE?" MEXICA Visitar por avión lag ciudades de llo, Guaymas, Ciudad Obregón, sulta más barato utilizando el sergio y Ingrese a la ALIANZA HISPANO AMERICANA La Alianza Hispano Americana es la Sociedad Fraternal de la Raza. La A- lianza expide pólizas de seguro para toda la fámilia a precios muy cómodos. Además se imparte protección a los so- Like cactus, folks who “absoib and store” a part of what they earn during their most productive years, builí y reservoir of savings against financial “drouths.” These people have the satisfaction of knowing that they are preparing for any money-emergency which may arise. If you have not yet started a savings program of your own, “you are cordially invited to come in and open a' savings account with your very next pay check, Then you, too, can enjoy the real sense of security : which comes with having «money in the bank, Mazatlán, Cananea, N. Casas ... Em- huahua, Torreón, Monterrey, la eagikil y otros puntos de la República Menxlcarta, se diario. Somos representantes de Aeronaves du Mó- xico, S. A:, las Lineas Aereas Mexicanas, B. A. y la American Lines. —Podemos arreglarle su excursión a México, con todos les gastos pagados. —Haga sus reservaciones en nuestra Oficina. Nada mee nos pagará por ello. Veanos. SOUTHWEST TRAVEL AGENCY Phoenix, Aria. cios. Tome un Seguro para usted y para sus niños. Vean al Señor CARLOS MORALES, Organizador Regional de la A.H.A, 6 VALLEY NATIONAL BANIKS HE TWENTY-ElIGHT FRIENDLY CONVENIENT OFFICES. IN ARIZONA A MEMBER FEDERAL DEPOSIT INSURANCE CORPORATION VALLEY NATIONAL BANK En el Vestíbulo del Hotel Adams O Llame al teléfono 4-2665

Other pages from this issue: