El Sol Newspaper, February 5, 1960, Page 3

Page views left: 0

You have reached the hourly page view limit. Unlock higher limit to our entire archive!

Subscribers enjoy higher page view limit, downloads, and exclusive features.

Text content (automatically generated)

Viernes 5 de Febrero de Espléndido escenario. Avecita encuentra una condiscípula. Agobiante calor. Maleta per- dida. Opinan los empleados del Jaragua. Banderas. RIO DE JANEIRO.—El es- cenario en que se desarrolló la cena que ofreció el Presidente Kubitschek al Presidente Ló- pez Mateos, fué de grandiosi- dad, lujo, elegancia y esplen- dor extraordinarios. Los amplios salones del Pa- lacio Tamaraty, antigua fin- ca de un noble de ese mismo nombre y en donde actual- mente se alojan las oficinas del Ministerio de Relaciones, lucieron una feérica ilumina- ción. En el centro del patio de la hermosa residencia, hay un estanque en el que nadan tres cisnes. El pórtico de columnas jónicas, da acceso a un gran salón, cuyo piso es de már- mol y sus pilastras de plata. Allí fué servida a cena. E lescenario, cuyo equiva- lente en México puediera ser 1960 “EL SOL”, SEMANARIO POPULAR INDEPENDIENTE PAGINA TRES SUR Vida y Hazañas de Joaquin Murrieta MISIÓN AL asistir cerca de mil doscien- tas personas, vestidos de frac o uniforme de gala los caba- lleros y luciendo las damas costosas joyas y elegantes ves- tidos. La mesa tenía la forma de una letra “E”, en cuyo lado principal fueron colocados dos sillones altos, en los que to- maron asiento, los dos Presi- dentes. El sillón de la derecha, fué ocupado por el Presidente Ló- pez Mateos; el de la izquierda por el Presidente Kubitschek. Inmediata al Presidente de México, se encontraba la se- ñora de Kubitschek, luego el Secretario de Relaciones Ex- teriores Manuel J. Tello y en seguida, la señora del emba- jador Gómez Robledo. A la izquiera del Presidente Kub- itschek tomó asiento la seño- ra López Mateos; a continua- ción el Nuncio Papal, monse- ñor Armando Lobardini; des- pués el Ministro de Relaciones Exteriores Horacio Lafer y su señora esposa. el Alcázar de Chapultepec, tu- vo un ambiente imperial al $295 al Contado FALCON DE DOS PUERTAS, SEDAN. USTED ENCONTRARA GENTE AMIGABLE EN: Read Mullan FORD 28 E Van Buren MORTENSEN - KINGSLEY LA AGENCIA DE FUNERALES PREFERIDA DE LOS MEXICANOS Se atiende con respetuosa actividad. Teléfono: 4-3119 1020 West Washington St. En la misma mesa, tomaron (Pasa a la página 4) y $58 al Mes AL 2-6541 IAS Al. La Cerveza mas Grandiosa de América con VERDADERO sabor a Pilsner! Arizona Brewing Company, Inc., Phoenix, Arizona error e (Continúa de la semana pasada) Cinco minutos después la mala apareció a la vuelta del camino; estaba tirada por 4 briosos caballos que galopa- ban de una manera extraordi- naria, animados por la brisa matutina. En un abrir y ce- rrar de ojos estuvo enfrente del lugar en que se hallaban escondidos nuestros hombres. De repente se oyó un grito aterrador, Joaquín se precipi- tó delante de los caballos, y pistola en mano, con voz de trueno y el semblante amena- zador, ordenó al postillón que ¡se detuviese. Al mismo tiem- po, Valenzuela y Jack Tres- Dedos se habían lanzado a la portezuela. Jack había coloca- do su pistola al alcance de los infelices viajeros, y con tales ademanes y gritos les intimaba para que les entre- gasen todo el oro y valores que consigo llevásen, que los muy desdichados estaban más muertos que vivos, Al ver a Murrieta el posti- católicos. E El Papa pronunció un dis- llón se había echado atrás y sujetó las riendas de los ca- ballos con todas sus fuerzas: comprendió perfectamente desde luego que era inútil el intentar escaparse, pues se veía pintada en el rostro de Joaquín la firme resolución de morir antes que ceder. Cuando el postillón hubo lo- grado contener los caballos, Joaquín cedió su lugar a Va- lenzuela para atender por sí mismo a la parte más delica- da de la operación. —Ahora, caballeros, dijo el jefe dirigiéndose a los viaje- ros que estaban muy asom- brados, pasadnos el cofre pre- cioso, y que sea pronto, por- que no tengo tiempo que per- der. Vaya, despachémonos. —¡ Vamos, caramba!, despa- chémonos, replicó Jack. Pasad el cofre, o de lo contrario pe- ligran vuestras cabezas. —;¡Hola, ¡hola!, señores sal- teadores de caminos... seño- res mexicanos, quiero decir... no os opresuréis tanto, balbu- ceó un inglés hercúleo que se de atrás, y que trataba de evadirse del revólver que Jack Tres-Dedos le tenía apuntado cerca de una oreja. Os juro por mi alma, que no hay nin- gún cofre aquí; si lo hubiese, habría sido entregado en se- guida. —No, aquí no hay ningún cofre, ninguna clase de cofre, afirmaron los demás viajeros apretándose unos contra otros como arenques en barril, a fin de precaverse de la peli- grosa vecindad de los revól- vers. —Postillón, g ritó furioso Joaquín, ¿en donde está el oro que lleváis a Sacramento? — Aquí no hay oro, señor... no lo hay, yo os lo aseguro. Ayer traíamos.... un gran co- fre de hierro, todo lleno, el cual dejamos en Sacramento; no hoy, no traemos nada. —Está muy bien, dijo el je- fe; vamos a asegurarnos por nosotros mismos de lo que de- Cls. Y abriendo una portezuela, mientras que Jack efectuaba la misma operación por el o- ¡tro lado del coche, añadió: —Si me habéis engañado, pagaréis el engaño con vues- tras cabezas... Vamos, ¡salid uno detrás de otro! —Como pueden imaginarse nuestros lectores, la orden fué obedecida inmediata mente. Dos de los viajeros que esta- ban sentados al lado de la puerta que tenía abierta Jack se apresuraron a salir por la otra portezuela; pero el ban- dido los agarró por el pescue- zo, declarándoles que si le ha- cian perder su tiempo, trata- ría de hacérselo encontrar más largo de lo que ellos qui- sieran. En medio de esta escena, Joaquín advirtió sentada en uno de los rincones de la di- ligencia, a una mujer que pa- recía mexicana, y que hasta entonces había escapado a sus miradas. La mujer, al entrar Joaquín dentro del ccche, se destapó su chal y sacó de de- bajo un crucifijo de oro guar- necido de piedras preciosas, halla sentado en los asientos el cual fué entregado al ban- Seguira Cclibe el Sacerdote La Iglesia Cristiana debe ser libre, casta y católica, sos- tuvo el Papa. Normas del Sínodo de la Diócesis de Roma CIUDAD DEL VATICANO —El Papa Juan XXIH denun- ció hoy las recomendaciones de que se permita contraer matrimonio a los sacerdotes curso de apertura en la se- gunda sesión del Sínodo de la diócesis de Roma, en que par- ticipan 800 personas, el cual durará hasta el domingo. Dijo el Pontífice que el ce- libato eclesiástico es una de las “glorias del sacerdocio” y debe continuar. El Sínodo, por su parte, a- probó una serie de normas de austeridad de vida y compor- tamiento a que deben adap- tarse los sacerdotes, monjas y hermanos de la diócesis roma- na. Estas reglas proscriben el ¿ |comercio, el préstamo de di- nero con interés, la participa- ción en público o en privado en juegos así sea inocentes, la concurrencia a bares O si- tios de espectáculos públicos, y la solicitud de limosnas en lugares públicos. Para las monjas se dictó la Católico sas de pensión sin autoriza- ción específica, de salir solas a la calle, y de pedir limosna aun particularmente, sin con- tar con una. autorización es- pecífica de su obispo. Las reglas afectan directa- mente a la Diócesis de Roma, pero se cree que servirán de guía en cierto grado a otras diócesis de todo el mundo. El Papa hizo una categóri- ! ca defensa del celibato, dicien- do: “Una cosa que nos entriste- ce es que, con el fin de salvar algunos restos de la perdida dignidad, alguien desvaríe a- cerca de la posibilidad o la conveniencia de que la Iglesia renuncie a lo que durante si- glos y más siglos fué, y sigue siendo, una de las más nobles y puras glorias del sacerdo- cio, “La ley del celibato ecle- siástico trae a la memoria las batallas de los tiempos heró- icos en los cuales la Iglesia de Jesucristo tuvo que luchar y vencer, por la perduración de su trinónico, que es siem- pre emblema de victoria: la iglesia cristiana libre, casta y católica”. El segundo día del sinodo comenzó con una misa en la Capilla Sixtina, en la que ofi- ció Monseñor Angelo Traglia, con asistencia del Papa y 32 Cardenales. prohibición de mantener ca- dido. Este lo tomó, examinán- dolo, y volvió a entregárselo a su propietaria, a la cual di- rigió una mirada muy expre- siva, murmurando algunas pa- labras que probablemente ni la mujer oyó. Después de haber registra- do minuciosamente todas las ——_—— que Deja un Trono Otro Caso: Príncipe por una Plebeya FLORENCIA, Italia.—Des- pachos de la prensa dicen que es posible que el príncipe Víc- tor Manuel renuncie a sus as- piraciones al trono por el a- mor de una plebeya francesa. Víctor Manuel, de 22 años de edad, es hijo del rey exilia- do Umberto y la ex reina Ma- tía Rosa, de Italia. A pesar de los desmentidos de la fa- milia real, los despachos de prensa insisten en que es po- sible que el príncipe renuncie á su reclamación para con- traer matrimonio con la he- redera francesa Domique Cla- udel. De confirmarse esos rumo- res, un primo lejano del prín- cipe, el duque Amedeo de A- osta, de 16 años de edad, se- rá el “heredero aparente”. Sin embargo, la aceptación de la sucesión “significaría casi se- guramente el exilio para el joven duque. Amedeo, al contrario de o- tros miembros de la familia real, no ha sido exiliado de Ttalia. Reside en una casa de Florencia, en compañía de su madre, la ex princesa Irene de Grecia y Dinamarca. banquetas, sin que nada fue- se encontrado, Joaquín se lan- zó fuera del coche y examinó el puesto del postillón, pero también fueron vanas sus pes- quisas; después de lo cual, maldiciendo Murrieta su ma- la suerte, ordené a los viaje- ros que volviesen a tomar sus asientos y al postillón que con- tinuase su camino. Cuando Jack Tres-Dedos o- yó la orden de su jefe y el ruido de los caballos que par- tían a todo escape, estimula- dos por el látigo del postillón, no pudo reprimir un movi- miento de disgusto, y sacan- do su revólver, tiró dos bala- zos al conductor, los cuales a- fortunadamente no hicieron mella al americano. A la pri- mera descarga, Joaquín se ha- bía lanzado sobre su intrata- ble subteniente. Con una mi- rada colérica le mandó que en el acto volviese a colocar su revólver en la cintura, ba- jo pena de muerte. El mexi- cano obedeció de mala gana y murmurando. Los tres ban- didos volvieron a Diamond Springs a marchas forzadas. El jefe se fué en seguida a ver a su amigo, que era al mismo tiempo su socio, le con- tó los detalles de la expedi- ción y le gratificó con una de las bolsas bien repletas que habían sido robadas a los via- jeros. Los bandidos estuvieron es- condidos por espacio de una semana en la casa de su cóm- plice, y cuando se había olvi- dado el asunto del asalto de la mala, sacaron sus caballos del lugar en que los habían dejado y se dirigieron de nue- vo hacia el paso de Sonora. FOLIAR E EA E “EL SOL”. 62 SUR CALLE 3a. Robo y asesinato de 5 fran- ceses.—Los americanos persi- guen a los bandidos.—Asesi- nato de varios chinos.— El cuartel general en las monta- ñas.—¿A dónde están ellas? —Combate entre Jack Tres- ¡Dedos y un oso pardo.—;¡Sal- vadas!— Vuelta de la caza. Poco tiempo después de su salida de Diamonds Springs, el jefe y sus compañeros es- tablecieron su campamento provisional en el brazo sep- tentrional del río Stanislaus. Aquel lugar les pareció, de noche, que estaba lejos de to- da habitación; pero cuando despertaron al rayar el alba fueron desagradablemente sorprendidos al apercibirse de que a corta distancia había un campo ocupado evidente- mente por franceses. Estos, según parecía, no ha- bían observado la proximidad del peligro que les amenaza- ba; ignoraban completamente la casta de vecinos con quie- nes tendrían que habérselas. Cuando los bandidos se pre- sentaron a su campo y les pre- guntaron por qué vivían en un lugar tan deshabitado, los franceses respondieron, sin la más leve sospecha ni temor, que eran mineros y que bus- caban oro. —Nosotros también somos mineros, dijo Joaquín, y qui- siéramos hacer una buena provisión de oro en polvo, si posible fuese. —;Os!, es muy posible, re- plicó el que parecía jefe de la compañía. El lugar es ex- celente y el oro abundante. Pero, dijo el minero con un (Pasa a la vágina 4) A LOS OBREROS MEXICANOS EN ARIZONA Los rancheros y agricultores de Arizona dependen grandemente del trabajo de usted para la debida cosecha de sus productos, Y usted ha venido a este Estado de Arizona a trabajar para atender las necesidades de su familia. Porque arriesgar perder el dinero que ha ganado trabajando tan duramente? Mande parte de ese dinero a su familia cada día de pago. Por un costo muy pequeño, usted puede comprar un giro del VALLEY NATIONAL BANK. Tenemos 60 Oficinas en Ari- zona, así es que hay una Oficina cerca de usted en dondequiera que se encuentre. Unicamente la persona en cuyo nombre está hecho el giro puede cambiarlo. Si el giro se extravía Ó es robado, se le regresa a usted su dinero ó se le dá un nuevo giro del Banco. Su familia no tendrá ninguna dificultad en cambiar el giro en un banco Mexicano. Cuando usted reciba su cheque en pago de su trabajo, llévelo a cualesquier Oficina del VALLEY NATIONAL BANK; ahí se lo cambiaremos y le daremos un giro contra un banco Mexicano, pagadero en cualesquier parte de México, por la cantidad que usted desée enviar. MEMBER FEDERAL O pida a su patrón que le pague con dinero efectivo, y con un giro que pueda enviar a su familia en México. “Dondequiera en El Banco más grande de Arizona Gran amigo de los Bancos Mexicanos, y con depósitos de más de 500 Milliones de dólares. Anigona' DEPOSIT INSURANCE CORPORATION

Other pages from this issue: