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Viernes 14 de Diciembre de 1956. SEMANARIO POPULAR INDEPENDIENTE PAGINA TRES Mexico Estudia la Manera de Dar Albergue a Refugiados Hungaros Fenomenal Fenomenal Escándalo Protagonizaron un Grupo de Estudiantes de Tucson NOGALES, Son., México.— Un grupo como de veinte jóvenes estudiantes de la Universidad de Tucson fueron protagonistas de un fenomenal escándalo el sába- do como a las 21 horas en plena vía pública, echándose sobre los policías Manuel Mendívil y Ro- berto Vázquez Cota, con inten. ciones de desarmarlos, lo que no lograron gracias a la inter- vención de algunas personas. Según los datos recabados, el sábado en la tarde se efectuó un banquete en La Caverna al que asistieron estudiantes de la Universidad de Tucson, comen. zando una fenomenal borrache- ra. Después de terminar el ban. quete, los estudiantes se dirigie- ron al Hotel Fray Marcos de Ni. za, transitando por la Calle Cam- pillo en forma desordenada, lle- vando botellas de cerveza y en- tregándose a los más bajos des- enfrenos, bañando a los transe- untes y arrojando cerveza sobre los automóviles. Así llegaron hasta el Hotel en donde siguieron escandalizando y fue necesaria la intervención policíaca, pero al llegar los a- gentes Mendívil y Vázquez Cota se les echaron encima con inten- ciones de desarmarlos, trabán. dose tremenda lucha en la que también intervinieron algunas personas en defensa de los po- licías. El escándalo fue mayúsculo y hubo quienes insinuaron que de- bíase llamar un piquete de sol- dados, lo cual no fue necesario ya que los escandalosos fueron dominados y llevados a la cár- cel en donde salieron mediante multa y con la intervención del Cónsul de Estados Unidos, que lamentó profundamente lo suce. dido. Afortunadamente no hubo que lamentar nada serio ya que el policía Mendívil sólo recibió una pequeña lesión en un dedo, “COMO FUE DERRIBADO EL AVION CONTRABANDISTA EN BAJA California TIJUANA, B. C.— En relación : con las noticias publicadas sobre el enruentro sostenido en el aire ¡por un avión contrabandista y el de la vigilancia aduanal, ca- yendo al mar el primero, oficial. mene se ha dado a conocer etl hecho en la siguiente forma: Un avión “Cessna”, bimotor, tripulado por el contrabandista norteamericano Wayne Torter, de 24 años, y una persona más no identificada, cayó al mar, frente a la costa de Baja Cali- fornia desde una altura apro- ximada de mil metros, después de chocar con un aeroplano de la IV Zona de Resguardo Adua- nal de México, cuyo piloto, el comandante Abraham Pérez Le- chuga, intentaba obligarlo a to- mar tierra. * A las 12:30 horas se produjo el accidente, frente a Punta San Carlos, lugar distante 400 kiló. metros de Tijuana, y a dos ki- lómetros aproximadamente de la costa. Según el informe oficial pro- porcionado por el capitán Mi- guel Angel Robles, comandante de la IV Zona, el transporte nor- teamericano embistió al mexica- no, pero se llevó la peor parte: murieron Torter y su acompa- fiante. El aparato del Resguardo su- frió averías en la hélice, la ca- bina y el timón de cola; aun así pudo regresar a Tijuana. Esto constituye un milagro”, mani- festó el capitán Robles. Pérez Lechuga encontró a Tor. ter cuando éste acababa de des- pegar de Punta Canoás, con un contrabando de mariscos. El “Cessna” de Estados Unidos, de conformidad con los datos que obran en poder de las autorida-' fles mexicanas, desde hace lar. go tiempo era dedicado al con- trabando. Al verlo, Pérez Lechu- ga quiso obligarlo a aterrizar. Torter, sin embargo, no quiso seguir las indicaciones del ca- pitán mexicano, que hizo varias maniobras en el aire para im- pedir que avanzara aquél. Finalmente, Torter se decidió a embestir al avión, de un solo motor, del Resguardo Aduanal. El «impacto fue terrible, mas las peores consecuencias fueron para el “Cessna”, que cayó al mar y desapareció bajo su superficie. Pérez Lechuga, que había par- tido en misión de vigilancia a las 9 de la mañana, regresó con graves dificultades a su base de (Pasa a la página 4) EL GRANO DE MOSTAZA Por Antonio M. CORRO El reino de los cielos es seme. jante a un grano de mostaza. Este reino es la Iglesia miitan- te, pequeña en su nacimiento, pero bien pronto cubrió el. uni. verso. La marcha del' cristianismo y sus progresos constituyen un fe- nómeno sin ejemplar en la his. toria del género humano. En su principio nada más pequeño, na- da más débil a los ojos de los hombres que la predicación del Evangelio. Creer en Jesucristo, que había pasado toda su vida en la pobreza, en la oscuridad y en la humillación; inculcar a los soberbios la humildad, a los iracundos el sufrimiento de las injurias, a los vengativos el per- dón de los enemigos, a los or- gullosos la abnegación de sí mis- mos, a los sensuales la mortifi- cación, a los avaros y codiciosos el despego de sus riquezas y a los ambiciosos el desprecio de las glorias y honras del mundo, parecía lo más humillante e in- soportable. E Adorar e imitar a un Dios crucificado era para los judíos un escándalo, para los gentjles una locura. Sin embargo, con la predicación de esta doctrina se convirtió al mundo; añadiendo que Jesucristo no confió esta em- presa a los potentados ni a gran- des capitales, ni a profundos fi- lósofos, sino a hombres rudos, pescadores, sin letras. sin dine- ro sin influjo, sin apoyo, sin va- lor. Efectivamente, “Dios escogió a los necios según el mundo pa- ra confundir a los fuertes; y a las cosas viles y despreciables ' del mundo, y a aquellas que eran nada para destruir las que son”. Muy propia es la comparación del grano de mostaza con el E- vangelio; porque así como la mostaza tiene algo de picante, así la doctrina del Evangelio inflama los corazones. San Agustín afirma que la mostaza es una medicina muy eficaz para curar la debilidad del estómago y para exudar los humores. Tal es la naturaleza de la fe, cuando se pesan y se meditan debidamente las verda. des que ella nos propone. Por lo tanto, no nos basta co- nocer y creer cuanto ella nos en. seña, sino que debemos imitar al hombre del Evangelio, que toma este grano de mostaza y lo siembra en su campo. Debe- mos apoderarnos de las verda. des eternas y meditarlas a cier- tas horas; de este múdo serán eficacísimas para hacernos llo. rar nuestros pecados y conver- tir los corazones más duros que una piedra. “La palabra de Dios es viva y eficaz y más pene. trante que cualquiera espada de dos filos”. Ella nos separa del mundo, corrige nuestros desor- denados deseos y destruye en el avaro el amor a las riquezas, en el ambicioso el deseo de los ho. nores, y enseña a los voluptuo- sos a crucificar la carne con sus vicios, concupiscencias. Si el mundo está lleno de mal. dades, de desórdenes, de escán- dalos y de toda clase de pecados, debe atribuirse al olvido casi u- niversal de las verdades eternas. No se llora ni se detesta el pe- cado, porque no piensa en el mal que se ha cometido. Cuento Policiaco “Hay huellas en el Jardin” —Así es que tus vacaciones las pasarás entre nosotros —di- jo el juez de la población— di.- rigiéndose al joven que después de saludarlo habíase acomoda. do en una silla q un lado del escritorio. —¡Así es! Permaneceré una temporada en este hermoso lu- gar —contestó el joven. —Aun estudias en.... —el juez hizo una pausa tratando de re- cordar el lugar. —....En el Instituto de Ciencias Policiales —completó el estu- diante. —Bien, bien. ¿Recibes curso invernal? El joven asintió. —Por lo tanto con tus vaca- ciones vienen las aguas —el juez miró un momento a su ami- go y continuó: Anoche precisa- mente cayó el primer aguacero, y aunque no fue intenso, au. gura que los subsecuentes si lo serán. —Para ello estoy. preparado; traigo conmigo algunos libros.... y llos libros y la lluvia ,se com- pletan; además estoy bien do- tado de cigarrillos y espero en- contrar un cómodo sillón. ¿Pue- do acaso temer al agua? —Comprendo —murmuró el juez. Un agente policiaco se acercó al escritorio, y: dirigiéndose al juez le presentó a un 'individuo, a tiempo que decía: 7 —Este hombre quiere hablar- le. E Tanto el juez como su amigo, miraron al desconocido. Era”“un hombre de aspecto rústico, es. taba jadeante y se encontraba sumamente nervioso. —¿Qué le sucede? —preguntó el letrado. —Señor juez —empezó el hom- bre, dando vuetas entre sus ma. nos a sombrero de palma—, yo.... yo me llamo Juan Ramírez, tra- bajo en la propiedad del señor Paniagua, pero... hoy, pasó una cosa muy mala. —El juez y su joven amigo cambiaron una mi. rada. —¿Qué cosa fue lo que ocu- rrió? —Verá usted, señor juez, yo lo ví cuando ya estaba sobre su escritorio; parecía dormir, fuí a dar con él después de haber arreglado una parte del jardín. Ya antes me había extrañado que no me hubiera recibido co- mo lo hacía todos los días, pues él, aunque acostumbraba dormir hasta después de medianoche, según me lo platicó en otras ocasiones, era muy madrugador, pero.... —Se interrumpió, sacó un pañuelo sucio de su bolsillo y, secándose el sudor que manaba de su frente, prosiguió: Pero hoy no estaba. Pensé que alguna enfermedad le habría impedido levantarse, aunque él era muy sanb; de todos modos entré en la casa, haciendo para ello uso de la puerta de la co- cina; fuí a las habitaciones su- periores, me dirigí a su dormi. torio, y encontré la cama vacía y perfectamente arreglada. Pen- sé que tal vez no habría pasado la noche en casa; bajé nueva- mente y me dirigí a sacudir los muebles que se encuentran en la biblioteca, pero al abrir la puerta y ver en el interior, me sorprendí de que: mi patrón... —Se detuvo nuevamente; el Sr. juez y su joven amigo le vieron “atragantarse”, y otra vez el pañuelo limpió el sudor de su rostro; y continuó—; le llamé, pero no me respondió, me acer. qué y quise incorporarlo, mien- tras creía que se trataba de una borrachera; pero recordé que mi amo no acostumbraba tomar. Mi sorpresa llegó a su límite al ver sangre sobre la superficie del escritorio; además, su cuerpo es- taba rígidp, y ya no me cupo la menor duda: ¡Se encontraba muerto! —¡Cómo! —exclamó el juez—. ¿El señor Paniagua muerto? —y dirigiéndose al policía or- denó—-: Avise al médico municipal. ¡Vamos en seguida! El juez, su joven amigo, el mozo y tres policías abordaron Por Mario AGUIRRE cha. -—¿A qué familia pertenece? —preguntó el joven estudiante. —A esas de la capital, que pasan largas temporadas aquí — dijo el juez a modo de respuesta. El coche había salido de la población y tomado la carretera nacional que conduce a la ciu- dad capital del Estado; habían recorrido un kilómetro y medio cuando se detuvo, descendiendo de él sus ocupantes. El estudiante consultó su re. loj: eran las 10:25. Atravesaron la carretera y subieron 3 esca- lones de baldosas y en seguida caminaron por un patiecillo ado- quinado. Se veía una verja cu. bierta de enredaderas, un pe- queño jardín y después la casa, alrededor de la cual había una superficie de cemento de unos tres metros de ancho. Una puer- ta servía de comunicación entre el patio adoquinado y el jardín. El joven estudiante se adelantó al grupo y echó una mirada a través de las rejas, mirando de. tenidamente el terreno. Se vol- vió y dijo: —Hay unas huellas en.el Jar. dín. ' Un policía quedó guardando la reja. Los demás entraron en la propiedad, sin hacer uso del camino en el que estaban es- tampadas las huellas. Atrave. Ny saron el jardín por sobre los camellones. Penetraron en la casa por la puerta de la cocina que quedaba en la parte poste- rior. Cuando estuvieron en la bi- blioteca, hallaron al señor Pan. iagua tal como les dijera el sirviente; el juez no hizo sino repetir lo que más tarde confir- mó el forense: muerto. —Dos balazos —dijo el médi- CO. —Demasiado cerca —completó el joven estudiante, cuando ad. virtió rastros de pólvora sobre la bata del cadáver. —Ambos parecen mortales — volvió a decir el médico a medi- da que el examen se profundi- zaba. El funcionario judicial había iniciado un registro minucioso de los papeles. Preguntó al mozo: —¿Se encuentran aquí sus fa. miliares? —Desde hace unos quince días —contestó el interpelado. —Vaya y tráigalos —ordenó el juez a un policía. —Debió morir instantánea- mente: una de las balas le atra. vesó el corazón —dijo el galeno. —¿A qué hora calcula, doc- tor? —preguntó el joven. —Entre la una y las dos de la madrugada. (Pasa a la página -4) o Oficialmente no Hay Nada, Pero se Cree que Serán Llevados a Baja California MEXICO, D. F.— Las Naciones Unidas se dirigieron a los países latinoamericanos para que sean recibidos más de 50 mil húnga- ros después de los acontecimien. tos registrados en aquél país, fi- gurando enrte esos países Mé. xico quien según los informes que se han dado a conocer, está estudiando la manera- de poder cooperar recibiendo a tres mil de ellos. Oficialmente la Secretaría de Relaciones Exteriores no ha he- cho una declaración al respecto, pero el secretario de las Nacio. nes Unidas Phillipe Seynes de- claró en Nueva York que se con= sidera probable que México a- cepte dar protección a los refu= giados. Si nuestro país concede la hos- pitalidad, no es difícil que sean enviados a la península de la Baja California. FORMIDABLE INCENDIO DESTRUYO LA EMPACADORA DE “EL SAUZAL”, B. C. Durante 13 horas lucharon los Bomberos para sofocar el fuego: es Propiedad del Ge- neral Rodríguez; 150 Millo- nes se Perdieron. TIJUANA, B. C.—Una de las dos más importantes empacado. ras de mariscos del país, la u- bicada en El Sauzal, cerca de Ensenada, propiedad del general Abelardo, L. Rodríguez, fue con- sumida por violento incendio re- gistrándose pérdidas que se cal. cula ascienden a ciento cincuen- ta .millones de pesos. El siniestro, que se inició a las 21 horas, redujo también a cenizas una planta de fertili. zántes, ignorándose aún en qué circunstancias se originó el fue- ga bomberos de Ensenada y Tijuana, auxiliados por personal de barcos pesqueros que se de. dicaron a bombear el agua, lu- charon durante trece horas para sofocar el incendio, pero sus es. fuerzos resultaron inútiles debi- do al gran incremento que en poco tiempo alcanzó el fuego. El hijo del general Abelardo L. Rodríguez, Juan, de los mis. mos apellidos, estuvo presente durante los trabajos que se rea- lizaron para dominar al voraz elemento. Al ser destruida totalmente la empacadora por el incendio, que- dan sin trabajo más de sete. cientos obreros que prestaban sus servicios en dicha empresa. pe SUBSCRIBASE AL PERIODICO MEXICANO “EL SOL” cafe instantaneo que huele a cafe! Usted se posesiona de una sensación maravillosa de sabor a verdadero café — en cada taza. 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