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“EL SOL” SEMANARIO POPULAR INDEPENDIENTE NN Viernes 5 de Febrero de 1954 SPANISH PAN-1..¿ERICAN WEEKLY NEWSPAPER Published every Friday by J. C. Franco. Entered as second class matter March 20, 1940 at the Post Office at Phoenix, Arizona, under the Act of March 3, 1879. No nos hacemos responsables de las ideas entendidas por nuestros colaboradores. Para precio de anuncio diríjase a las ofi: cinas situadas en 62 So. 3rd. St. Teléfono 3-4948. Toda subscripción debe pagarse adelantada, y cuando el subscriptor desee que se cambie el envío del periódico a otra dirección, deberá notificarlo y acompañar la suma de 10 centavos. SUBSCIPTION RATES Per Year $3.00 Six Months $2.00 All out-of-town subscriptions must be paid in advance for at least a period of six months. Al payments must be made to the Editor. Post Address P. O. Box 1448. Phoenix, Arizona. RUTAS DE EMOCION Por ROSARIO SANSORES EL AMIGO RECONCILIADO , Dos poesías, que vienen publicadas juntas, para esta- blecer el paralelo entre el vaso roto y una amistad que se quiebra, me he permitido ofrecerlas aquí, porque considero que ambas son dignas de leerse. ; La primera es muy conocida. Es la famosa poseía de Sully Prudhome, que se ha publicado ,miles de veces y comienza así: S “El vaso donde muere esa verbena de un golpe de abanico fué rajado; mas golpe que por blando no resuena el vaso deja apenas lastimado... Termina así: “A los ojos del mundo intacto queda mientras honda en su seno doloridó crece la herida y llora con voz leda pero no le toquéis ... ¡está partido!” Y el soneto que le sigue se llama “El Amigo Recon- ciliado”. Su autor se llamó Manuel María Pérez y Ramírez y nació en Santiago de Cuba: Dice así: “Por algún incidente no pensado suele quebrarse el vaso cristalino trátase de soldar con barniz fino y lógrase por fin verlo pegado. Pero por más que apure su cuidado el ingenio más raro y peregrino, dejarlo sin señal, es desatino siempre quedan señales de quebrado. Así es una amistad de mucha dura quiébrase la amistad que hermosa fuera suéldala el tiempo con su gran cordura claro que la amistad se mira entera pero con la señal de-quebradura nunca puede quedar como antes era... Entre ambos poetas median cincuenta años. Separados por muchos miles de leguas, los dos pertene- cen a distintas sociedades y ambos perciben un mismo pen- samiento y lo expresan a su modo en forma armoniosa, Leyendo estos versos se piensa en la gran verdad que encierran. É Un refrán del pueblo dice: “Ni amistad reconciliada, ni chocolate recalentado, ni amor de segunda mesa” Tado lo que se rompe y vuelve a pegarse, el hilo que se revienta y se, anuda después, nunca volverá a tener ni la misma fuerza ni la misma seguridad de antaño. El amor que se enfrió es mejor dejarlo. “La amistad que dejó de ser firme y fiel, mejor es dejarla también. Nos evitaremos en lo futuro muchos disgustos . Porque la fe cuando se aleja, no regresa. Nada puede hacer que el corazón la reciba con la misma LA RIQUEZA DE LOS QUE NADA TIENEN La fortuna está, efectivamen- te, más cerca de algunos que de otros, por lo que se refiere a lo que los humanos estimamos co- mo sus dones. Así que, mien- tras a su derecha las monedas ruedan con profusión, a su iz- quierda apenas sí se las ve. De un lado, son atrapadas con faci- lidad. Del otro, millares de ma- nos se retuercen con angustia. Los tricos y los pobres... los que tienen oro en abundancia... los que rarecen de él... Pero... ¿es que acaso no exis- te sobre la tierra otra riqueza que el oro? A simple vista, la humanidad está dividida en esas dos gran- des porciones: los ricos y los po- bres; los que tiene oro y los que no lo tienen. Nosotras, sin embargo, clasifi- icaríamos en otra forma a los ricos y a los pobres. Pobres y ri- cos de verdad. > No son ricos de verdadera ri- queza aquellos que sólo tienen oro, por más que con él se rea- licen grandes conquistas. No son pobres en verdad, tampoco, aque- llos que simplemente carecen del oro. E Sólo existe una clase de ricos: aqueHos que llevan física, mo- ral y mentalmente, la energía suficiente para procurarse en el campo de la existencia, no sólo todo aquello que han menester tes invitaciones. alegría. ; WEI amor que se deshizo, no debe tampoco, recordarse. (Sigue en la Pág. 4) Fabrica de Colchones RAY LEYVAS, Prop.” e Hacemos colchones nuevos e Colchones con el “spring” por dentro e Colchones viejos renovados por expertos NUESTRA MAQUINARIA ES NUEVA Y MODERNA, DE LO MEJOR! Todo nuestro trabajo es garantizado, contamos con 32 años de experiencia. HACEMOS “delivery” o sea entregas sin cobro alguno Recogemos a domicilio y entregamos colchonés gratuitamente. 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Nadie que esté en condiciones de trabajar, de procurarse por este medio el mejoramiento de su situación, sea cual fuere, puede llamarse po- bre. El trabajo es la llave que abre todas las puertas, la brú- jula que señala todos los cami- nos, el vehícula que conduce a todos los triunfos. Las monedas de oro caen sobre la tierra desprendidas de las ma- nos pródigas de la diosa fortu- na, y se reparten'a capricho. Mi- les y miles de seres las ven pa- sar ante sus ojos, tienden hacia ellas sus manos codiciosas y no logran obtenerlas. Por lo gene- Tercera ral esos seres consideran impo- sible la adquisición de una mo- neda y se desilusionan, protes- tan, se rebelan contra la vida misma a la que acusan de cruel. Pero... tome cualquiera de esos seres desesperados un implemen- to de trabajo entre sus manos, ábrase paso con él por los in- trincados caminos del mundo, y verá cuán pronto las monedas llegan solas a él, se detienen a sus plantas, se acumulan en sus bolsillos, crean para él la fortu- na en que ha soñado, en tanto que otras monedas corren por el mundo, ciegas y locas, causando la desesperación de aquellos que desconocen o rechazan el supre- mo medio de obtenerlas. Pobres aquellos que carecen de oro... ¡No, amigas! ... Mientras un individuo —hombre o mujer, de acuerdo con la evolución de las costumbres— posea su estruc- tura completa y apta para el tra- bajo; mientras en su pecho en- cuentre cabida una gran volun- tad, no puede quejarse de pobre- za puesto que en sí mismo lleva los elementos necesarios para la conquista de ese oro que tanto llama su atención, y tan nece- sario le es para cubrir ciertas ne- ceski le su existencia. Independientemente del factor suerte, al que se atribuye en mu- chas ocasiones una influencia de- finitiva sobre la existencia de los mortales, la mayoría de los pobres de oro, lo son porque no (Sigue en la Pág. 4) El Dia Mas Feliz de su Vida... ...es, sin duda, el día de su COMO SE TRIUNFA EN LA VIDA | Por el Prof. JUAN T. GONZALEZ Obra educativa de utilidad práctica que contiene veinte lecciones de la vida diaria.—Esta interesante obra se vende en la librería “EL SOL” 62 Sur Calle Tercera de Phoenix, Arizona. (Continúa) AMBICION —;¡Preciosa palabra! ¡Qué ideas tan hermosas se desa- rrollan con sólo su nombre! ¡Ambición! Se me antoja una visión que abarca con sus alas los ámbitos del Universo. ¿Qué es el hombre sin ambición? Un pigmeo que vegeta, que se arrastra entre las pobres sabandijas y reptiles del antro más despreciable! ¡Ave caída! ¡Mendigo! ¡Nada! ¿Qué es el hombre con ambición? Gigante que se levanta más allá de las nubes, que traspone las montañas de granito, que vuela con el hálito del deseo sobre el azul intenso del firmamento para arrancar del rayo el secreto de la muerte, y que penetra en las tenebrosidades de la tierra para extraer de sus en- trañas el oro y el diamante, que al reflejar el sol en sus facetas, imponen su vanidad y su poder. ¡Ambición! ¡Ambi- ción! Es la palabra mágica que levanta, que reanima, que conjura en su derredor a los hombres poderosos que siempre vencen, que siempre triunfan. Tú tienes ambición, amigo mío, Si no la tienes, me arre- piento de llamarte amigo. , ¿Qué es la_ ambición? Un ardiente deseo de poseer al- guna cosa. Dondequiera vemos las manifestaciones de la ambición; y Cómo no, si es tan natural deseas lo que no tenemos. Cada hombre desea ser un poco mejor y tener algo más que lo que posee, pues aquí ves uno que trabaja afanoso para con- seguir con qué comprar una corbata; allá trata uno de enre- dar a un árabe para quitarle un par de zapatos; el otro cuenta y recuenta su dinero para ver si puede completar lo que necesita para comprar una casa; más allá una muchacha cose con empeño para comprar unas zapatillas; el negociante lucha sin cesar para mandar por un automóvil: y en fin, el mundo entero lucha con afán por tener lo que ambiciona. Siempre hemos estado equivocados respecto a la ambi- ción, pues generalmente oímos decir que el hombre debe contentarse con lo que tiene y hasta lo dicen como al modo de crítica: “Nadie está ya contento en el estado en que Dios lo tiene”. Este pensamiento ha sido un error tremendo, pues ha matado muchas aspiraciones sublimes, ha cortado muchos vuelos, ha torcido muchas intenciones sanas. ¿Quién nos tiene en la pobreza, en la ignorancia, en la ruina, Dios? Miente quien diga tal cosa. El que sea pobre o esté arruinado es por- que él mismo tiene la culpa. Generalmente el pobre es gente descuidada, sin ambición, sin aspiraciones. La pobreza es la consecuencia de no trabajar, de tirar lo que se gane. No te equivoques, amigo mío, la ambición es una virtud. El hombre que ambiciona es el que comprende lo que le falta, sólo aquellos que no se dan cuenta de lo que necesitan, no tienen ambición. Si ho hiciera frío, nadie conocería los gruesos abrigos de lana; pues de la misma manera cuando un hombre com- prende que debe educarse, vestirse, frecuentar la sociedad, formar una familia, buscar un hogar, ganar dinero, es cuando se ¿despierta su ambición y lucha con tenacidad por alcanzar lo que desea. Nunca te conformes con lo que te den por tu trabajo, busca el modo de sacarle el mayor fruto que puedas. Tu tra- bajo es tu capital, ambiciona hacerlo bien y que te lo pa- guen bien. No te contentes con vivir en un cucurucho, cada día que pase procura mejorar tu situación. Tu modo de ser, tanto ísico como moral, debes perfeccionarlo día por día. Ambiciona la fortuna, ambiciona la felicidad, ambiciona los grandes trabajos, las grandes luchas, las grandes indus- trias. Que nunca esté satisfecha tu ambición. Ambiciona de una manera fuerte y terrible. Ambiciona llegar a lo grande, a lo alto, pues sólo allá en las nubes hay donde extenderse, sólo en las esferás elevadas es donde se puede aletear con toda libertad, porque allí hay mucho de todo y mucho espacio, pues son pocos los que llegan allá. Aquí abajo nos estorbamos, somos muchos, hay envidias, muchas bajezas, todos los lugares están ocupados. Ambiciona salir de esa pobreza que asfixia, de esa nuli- dad que atormenta. Procura ser algo, algo grande, algo bueno en la industria, en el comercio, en el estudio, en la ciencia. Inventa, descubre, lucha, hazte célebre para que tengas renombre, para que seas útil, para que tengas la satisfacción de haberle dado un color a tu vida y haber emprendido algo que supiste llevar a su término. Apóyate en tu valor y atrévete a querer algo bueno y práctico y haz que sea el ideal de toda tu vida. No quieras pasarla siendo un miserable borracho, un zángano que vive del trabajo de otros o que, teniendo dinero, lo quieras gastar en calave- radas. Haz locuras, pero locuras grandes, locuras útiles, que dejen un recuerdo cuando te mueras y donde la gente agra- decida venga a colocar una corona bañana en lágrimas de gratitud. Hasta hoy se ha entendido por ambición una pasión desordenada que conduce a la codicia; y muchos dicen que ese sentimiento que yo deseo enseñar se llama Emulación (palabra desconocida para el pueblo). ¡Qué feo suena esta palabra! ¡Parece timidez, parece cobardía! Dicen que emulación es el noble deseo de aspirar a igua- lar a cualquiera. No, yo no quiero eso para tí. Yo quiero que entiendas por ambición la fiebre ardiente de querer no sólo igualar a otro, sino pasar, traspasar mucho, mucho más allá de lo que puede y de lo que tiene. Que no andes con medias tazas. Déjate de Emulación. ¡Ambición! Ambi- ción es lo que necesitas. ¡Fiebre! Fiebre que te esté que- mando por poseer lo que ambicionas y sólo esa fiebre puede mantener tu entusiasmo en- un estado lantente, tus nervios en una tensión inmensa, tu pensamiento en una meditación profunda, todas tus fuerzas y toda tu energía y toda tu vo- *|luntad en el más alto grado a que pueda llegar el temple de tu espíritu. Cambia tu diccionario, borra de allí las palabras Modestia, Emulación y escribe con letras de fuego en tu corazón para que no se borren jamás estas palabras salva- doras: ¡Atrevimiento! ¡Ambición! Que la ambición conduce a la codicia, no es verdad; si (Sigue en la Pág. 4)