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SPANISH PAN-1_JERICAN WEEKLY NEWSPAPER Published every Friday by J. C. Franco. Entered as second class matter March 20, 1940 at the Post Office at Phoenix, Arizona, under the Act of March 3, 1879. No nos hacemos responsables de las ideas entendidas por nuestros colaboradores. Para precio de anuncio diríjase a las ofi- cinas situadas en 62 So. 3rd. St. Teléfono 3-4948. “Toda subscripción debe pagarse adelantada, y cuando el subscriptor desee que se cambie el envío del periódico a otra dirección, deberá notificarlo y acompañar la suma de 10 centavos. SUBSCIPTION RATES - Per Year $3.00 Six Months $2.00 Al out-of-town Subscriptions must be paid in advance for at least a period of six months. All payments must be made to the Editor. Post Address P. O. Box 1448. Phoenix, Arizona. RUTAS DE EMOCION Por ROSARIO SANSORES NIÑOS MAL EDUCADOS Los niños mal educados abundan desgraciadamente en todas partes, debido al poco cuidado que-ponen sus padres en corregirlos de sus malas crianzas. Se dedican a andar en la calle sin tomar en cuenta los riesgos a que están expuestos. Y a la hora de las respon- sabilidades, los padres encuentran que es una gracia lo que hicieron sus hijos. La labor de encauzar a los niños, corresponde a las madres, pero muchas de ellas tienen que salir a la calle a trabajar, debido a la irresponsabilidad del padre que olvidó su obligación de sostenerlos. Otras madres, aun en contra de la voluntad de su es- poso que no puede darles los lujos que ellas quieren disfrutar, abandonan el hogar por un empleo sin importarles el cui- dado de sus hijos. Los niños, al salir de la escuela, se dirigen a su casa, pero allí no encuentran el cariño de la madre, el calor del hogar que los: ampare. Y entonces el niño queda libre o a merced de parientes que no se ocupan de lo que hacen. — ' Y les importa un camino que hagan su capricho. Nada tan bello como un niño bien educado, que sabe comportarse debidamente. Un niño que haya crecido en un hogar donde haya respeto, lo reflejará en su conducta todo tiempo. La única verdadera Universidad es el Hogar. En el hogar se le infiltra al niño todo lo que habrá de ser para él en el mañana, escudo para defenderse contra los golpes del destino. En el hogar, si este hogar es uno de esos, donde hay amor y ternura, su corazón se abrirá a las emociones de la vida naturalmente, como se abre el capullo al beso del sol. Siempre recuerdo con simpatía cómo una vez subí a un camión. Llevaba prisa y tenía algún paquete estorboso que me impedía sujetarme a la barra de metal. Los asientos iban llenos y como se ha hecho ya costum- bre, ningún hombre se levantó para ceder el suyo. Los que no fingían leer el diario, cerraban los ojos. o miraban hacia la calle por la ventanilla para evitarse el com- promiso de levantarse. Fué cuando un niño de doce años más o menos, muy pulcro, muy guapo y muy risueño, se levantó para decirme: —Señora, tenga la bondad de: sentarse. Yo voy bien de pie. Le dí las gracias. Y al día siguiente escribí un artículo para relatar este caso que era digno de ser conocido. El nombre de aquel niño bien educado, era Javier, Más tarde, en una reunión, conocí a su madre. Una dama linda, joven y exquisita. . —Soy —me dijo— la mamá de Javier, aquel niño de quien usted habló en su artículo. Le doy las gracias por lo que dijo de él. E Ahora el niño debe ser ya un joven. Y debe ser sin duda un estudiante aprovechado. Y su madre debe vivir de él muy orgullosa, lo mismo que su padre, pero hay que reconocer que fué obra suya. Ellos supieron inculcarle las reglas de la buena edu- cación. Supieron guiarle. Supieron cultivar la tierra y cosecharon buen fruto. En cambio, abundan los jóvenes groseros, precoces, que en vez de portarse galantemente con las señoras, aprovechan la ocasión para molestarlas, Abundan los chiquillos malcriados que contestan grose- -ramente si se les hace una observación. Que en vez de estudiar pasan su tiempo jugando en la calle y exponiéndose a mil peligros por falta de la vigilancia materna. - Si las madres en vez de irse a su club o a perder el tiem- po en chismorreos con las amigas y cuidaran más de sus hijos, sin duda no veríamos las casas que vemos a diario. Un niño bien educado. ¡Qué cosa tan linda y tan agra- TRABAJOS mos pe FLORES Y AZAHARES La señora LUPE RERRERA hace toda clase de e Flores finas para adornar sombreros, para su cabeza, para su traje. Para adornar su casa. e Flores artificiales que parecen naturales. e Preciosos ramitos para regalos. HACE JOYAS DE FANTASIA... con piedras y cuentas. TAMBIEN PUEDE UD. CONSEGUIR ESTO EN “EL SOL” 62 al Sur de la calle Tercera. Su dirección es: LUPE HERRERA 1645 E. de la Calle Warner Se va por la 16 al Sur de la Hanshow y luego sigue en la Warner al Este. “EL SOL” SEMANARIO POPULAR INDEPENDIENTE EL DRAMA SE REPITE Son muchas, pero muchas las mujeres que van por el mundo, llevando dentro de su corazón el peso de la tragedia que arruinó su vida. Por eso miramos sus rostros tristes, su mirada apaga- da, su andar lento, y cuando nos cruzamos con ellas en el cami- no, nos dan la impresión de un espectro. Ella... una de tantas mujeres moralmente arruinadas como vienen a nuestra memoria cuan- do de tragedias sentimentales se trata, estaba todas las tardes sentada a la entrada del parque, con la mirada fija en la distan- cia, con el corazón anhelante, en tanto que allá, al final de la calzada, no aparecía él. Lo amaba mucho, eso podía adivinarse en todos sus adema- nes, en la sonrisa que se dibu- jaba en sus labios, en la ilu- sión que brillaba en sus pupilas. Todas las noches esperaba an- siosamente la llegada del día siguiente, y todos los días con- taba con ansia los que faltaban para su matrimonio, porque ella iba a casarse con él. Y, en efecto, se casó, pero... ¡la engañaron! La noche que recibió el traje de novia en el que tanto había soñado, creyó volverse loca de alegría. Al día siguiente se en- caminaba a la iglesia, coronada de azahares, trémula de emo- ción, con los, ojos henchidos de lágrimas. ¿Quién hubiera dicho entonces, que aquel matrimonio tan deseado, era sólo un entie- rro? Todos los presentes estaban convencidos de que se amaban mucho los dos; por lo menos, a ambos se les había escuchado decirlo así. Cuando partieron ha- icia el viaje de desposados, to- dos dijeron: ¡ha logrado la feli- cidad!... Pero algunos meses más tarde alguien que. estuvo presente en el matrimonio, preguntaba al esposo, ya de regreso en la ciu- dad: a Dr. D. R. BETTNER, N. D. Se Habla Español Visite la Clínica más cercana a usted: EN EL LADO NORTE: 311 E. McDowell Road de 9 a 1 de la tarde diaria mente. Teléfono AL 2-0541 AL LADO SUR 1908 Sur Calle 16 de la 1:30 a las 5:30 de la tarde. Teléfono AL 3-3634 El Tuesta Su Pan Conozca usted a Ralph Baskett, Sr. de Glendale, Arizona. A pesar de que trabaja largas horas en su ran- cho todos los días, ayuda a preparar sus tostadas para el almuerzo todas las mañanas y hace muchas otras cosas através de la casa. Como accionista de Public Service Company en Arizona, el Sr, Baskett es uno de los miles que han hecho DE MUJER A MUJER Por ENRIQUETA DEL CARMEN o —¿Y Margarita? ... —Un poco enferma. Era verdad. Margarita estaba enferma. Margarita se moría. Al- berto la abandonaba por los pla- ceres fáciles: el club, los amigos Y... ¿por qué no decirlo? ¡las amigas también! Entretanto, ella pasaba las no- ches sin dormir, mirando cómo se persiguen y se juntan las ma- necillas negras, sobre la carátu- la blanca del reloj. Y una de tantas noches, Alberto no volvió. Al día siguiente, ella estaba aún más pálida aún más triste... Luego, por las noches, sondea- ba la calle desde su balcón, pre- guntándose a sí misma: ¿Por qué no viene?... ¿por qué no viene? ... Y las lechuzas pasa- ban graznando hacia la torre de la iglesia, y el viento helado de la madrugada le hería el rostro. Y él no volvía... ¡no volvía!... Ahora, unas pisadas sonaban so- bre las baldosas húmedas de la ¿POR QUE NO APRENDE SU HIJO? El exceso de celo y el orgullo de los padres con frecuencia co- locan a los niños en situación peligrosa. Es difícil para un padre o una madre ver con calma que el hi- jo del vecino, o del amigo, pro- gresa más rápidamente en la escuela, que el suyo propio. Se concibe con frecuencia la instrucción como competición y el vencido es tildado de vago o (Sigue en la Pág. 6) calle, y ella se inclinaba sobre el barandal para alcanzar a ver mejor si era él quien venía. Pe- ro la sombra pasaba de largo. ¿Esperanza fallida?... Era un trasnochador que regresaba beo- do a su casa, tropezando con los postes del alumbrado y con las puertas, entre las que buscaba vanamente la suya... La som- bra tambaleante se perdía a lo largo de la calle y Margarita quedaba nuevamente quieta, con el cuerpo entumecido, con el al- ma yerta... Así pasaron algunas semanas ... mejor dicho, algunos meses. Margarita empeoraba visible- mente, sin que los médicos acer- taran con el mal que la consu- mía. Un día, cierto amigo dijo a Al- berto durante una francachela: —Margarita se muere. El hombre comprendió apenas porque el amigo no agregó una sola palabra más; pero fué aque- lla misma noche a ver a la aban- donada. Ella apenas pudo pe- dirle: —No te vayas... creo que voy a morirme... ¡no me dejes.... Pero el hombre rió de sus te- mores, y volvió al círculo donde lo esperaban sus amigos. Marga- rita lo vió marchar con infinita |” tristeza. Escuchó sus pasos has- ta que se perdieron en la calle desierta. Luego se puso grente a un espejo, alisó sus cabellos y prendió sobre los rizos, peque- ños botones de azahar... Volvió a mirarse con cuidado... Dos grandes círculos morados rodea- ban sus ojos. Llamó a la cama- rera, se puso -su traje blanco... el mismo que le había servido el día de su matrimonio y se acostó de nuevo... Alberto no estuvo tranquilo sin embargo y volvió a su casa a la madrugada. Cuatro cirios ar- dían en derredor del lecho de Margarita... Sólo que... ¡cuántas Margari- tas deambulan por el mundo sin haber logrado aún la paz de aquella Margarita! ... UN TESTIMONIO DE SALUD Este es un testimonio a to- da la Colonia Mexicana, de lo que este grande Doctor ha hecho en mis enferme dades. Tenía 20 años enfer ma de tairro y estando ope- rada 2 veces. Esos 20 años padecí y perdí la voz, casi no podía hablar y tenía una complicación en las piernas y los pies. Eran unas dolen- cias que no quería llorar sino gritar del dolor que sen- tía. Algunos de mis vecinos son testigos; pero viendo un día el Periódico “El Sol” me enteré de este Doctor y lo fui a ver ya sin esperanzas. Pero qué sorpresa, que el xprimer día que me dió el primer tratamiento otro día me sentí como nueva de mis pies y piernas y hasta hoy estoy ecos primero 'a Dios y después a este Doctor tan ama- ble y a sus tratamientos. Así que: queridos amigos si ustedes tienen algo semejante vayan, yo les aseguro que se aliviarán y no sufran más; yo les recomiendo que vayan sin demora, y es tan considerado este doctor! Su nombre es D. R. BETTNER 954 W. Mohave. Teléfono AL 2-7286. SABINA OSORIO. Phoenix, Ariz. posible el servicio eléctrico que us- ted toma como una dádiva. Juntamente con 17,500 otros accio- nistas (4,386 viven en Arizona) está cooperando a proveer la planta y el equipo necesarios para hacer frente a las necesidades requeridas por el creciente de Arizona, con un gran Futuro. la Frontera Esta es una empresa libre en el trabajo! Public Service está orgullosa de tener dueños como el Sr. Baskett, quienes ayudan al Public Service a que su servicio sea la mejor ganga en su casa. Este es uno de la serie de anuncios acerca de los due- ños de Public Service. = ARIZONA CEN Public Service SERVIMO 1ME FROMTIEA WITH A FUTURE Viernes 15 de Enero de 1954 [COMO SE TRIUNFA EN LA VIDA | Por el Prof. JUAN T. GONZALEZ Obra educativa de utilidad práctica que contiene veinte lecciones de la vida diaria.—Esta interesante obra se vende en la librería “EL SOL” Sur Calle Tercera de Phoenix, Arizona. (Continúa) Cuando estés en el trabajo, al trabajo. Tu tiempo es de otro, no pienses más que en lo de él y muy pronto te darás a conocer. Si tu patrón es un hombre malo y no te paga lo que debe pagarte, sigue trabajando con empeño, pues si tú eres una joya llamarás la atención, porque lo bueno siempre so- bresale y como todos los patrones son muy observadores, cuando tú ni te imaginas, el vecino te está observando y de repente te ofrece una colocación que te pagará lo que me- reces. Si te comprometes a trabajar por muy poco sueldo, no por eso dejes de hacer un buen trabajo, sé honrado siempre, ¿Para qué te comprometiste? No te dejes ganar por ningún compañero, haz lo que haga el mejor, y luego puedes decir que eres un buen tra- bajador y puedes cobrar lo que valga tu trabajo, pues si alguna vez deseas pedir aumento de sueldo, lo primero que debes decir es que tu trabajo es mejor que el de los demás, pues si no dices eso, por más razones que pongas no con- vences al patrón. Hay dos clases de honradez: unos son honrados porque no tienen valor para robar o porque las circunstancias no se ponen para que puedan alear a sus anchas. Otros son hon- rados por convicción. Los primeros son como los perros bravos, no muerden porque están amarrados, no hay que confiar mucho en ellos, pues son capaces de todo, desde el momento que dejan de ser honrados cuando se les presenta la oportunidad. Tú debes ser honrado por convicción. Nunca podrás salvarte de un juez que tienes en el co- razón y ese juez se llama CONCIENCIA. Ese te castiga cuando hagas mal. Cuando te robes algo, ya sabes que tú eres ladrón, no necesitas que te lo digan, no necesitas que el mundo sepa, pues tu conciencia te lo repite a cada momento. No te fijes jamás en lo que te digan, fíjate en lo que tú digas, es decir, en lo que tu conciencia te diga. Dios ayuda a los hombres honrados, no, temas, cumple con tu deber y lo demás ya vendrá bien. Cuando un hombre honrado habla y pide pan para sus hijos, no hay una persona en el munda que no lo comprenda, porque su acento es un grito natural nacido de la necesidad y todos lo entienden. No uses la mentira porque te perjudicas. La mentira es una mangana que se tiende el mismo que la tira. Cuando cometas un error en tu trabajo y que puedas perjudicar a la casa donde trabajas,-sé honrado, explicaselo al patrón. Qué importa que te regañe, ganas mucha más confianza cón él, pues comprende que lo cuidas, y que eres valiente y honrado. Dicen que todos los comerciantes son embusteros, pues cada uno pide más de lo que vale la mercancía. Esto, desgraciadamente, es cierto; pero es una necesidad debida a la ignorancia y envidia del pueblo; pues si tú eres comerciante y dices la verdad, no vendes; por ejemplo: viene lun marchante a comprarte un metro de tela y te pregunta el precio. Tú, que eres muy honrado, le dices: me cuesta 15 centavos el metro y lo vendo a 16 centavos. De mil mar- chantes no hay uno que te compre; pero si dices “me cues- ta 20 centavos, pero como estamos en barata, lo damos a 16. Usted sabe perfectamente que en la casa fulana vale 18 cen- tavos”. Con esa llamada que le haces al amor propio, ya lo comprometiste a que afirme lo que dijiste y seguro que te comprará. Pero esas mentiras se van acabando conforme se ilustra el pueblo, porque diciendo la verdad se gana más. Tú habrás visto ya algunas casas que tienen un precio fijo y no te rebajan ni un centavo de lo que marcan los efectos. Los pri- meros días el pueblo no compra; pero poco a poco ven que aunque allí no regatean, los efectos resultan más baratos. Además, allí no hay peligro de que un anillo que valga 50 centavos, te lo vendan en $25.00 y de esa manera se acaba el “regateo”. Cuando el pueblo es ignorante, no quiere que el comer- ciante gane nada; pero como los comerciantes son muy “águilas”, ganan mucho más, engañando al pueblo, pues eso es lo que el pueblo quiere, puesto que todo el mundo traba- jamos para vivir y el comerciante hace lo mismo. ¡La verdad es sublime! La naturaleza en sus obras siempre nos dice la verdad. Todos sabemos que las cosas caen para abajo, que los duraznos son duraznos, las naranjas son naranjas, pues tú también sujétate a la ley natural que es lo mejor y cuando tú digas “sí”, no quieras dar a entender que quieres decir ¡que “no”. De esta manera no te engañas, ni te dejas engañar, y eres hombres de carácter porque confían en tu palabra. No asegures lo que no hayas visto o no estés seguro de ello. Que cuando tú digas alguna cosa, que sea siempre la verdad. SE VALIENTE Seguro que has estudiado, que has practicado, que mis palabras no han sido una simple diversión para ti, sino que las ideas que encierran han llegado hasta tu corazón y te hablaron al alma. Ya habrás comprendido que este libro trata del cultivo de tus facultades para ponerte en aptitud de emprender una obra grandiosa, la obra de conseguir el logro de tus aspiraciones. Yo creo que tú nunca te has ima- ginado que un ser raquítico gruñón, siempre retrógrado a las buenas ideas, podría llegar a ser, sin perfeccionamiento de ninguna especie, uno de los hombres más ricos y más poresos. No, eso no cabe en ninguna cabeza. Todos conocemos a los hombres que tienen éxito en la vida; son enérgicos, son atrevidos, sanos, robustos, no temen a nada ni a nadie y tienen, además, otras cualidades de las que no hemos ha- blado todavía. Si tú te resuelves a tener éxito en los negocios adelante, pues, vamos a seguir cultivando las cualidades (Sigue en la Pág. 4)