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— Página Cuatro. grandes ciudades, vibró llena de matices maestros en el mábi to humilde, sede de varias ge- neraciones de cómicos de la le- ¡gua; vibró como el “recio” vien to inicial, en los períodos poten tes, pero como suavísima brisa “EL SOL” SEMANARIO POPULAR INDEPENDIENTE Viernes 24 de Febrero de 1950. An Cómo se cnoce que hemos subío nos rozamos con los ricos y co- de «punto, amiga...Que ende que memos er pan de la,boa, ya no conocemos a los guenos amigos. —-!Ay, hija, ispénsame, que entavía me dura el mareo!...A- a A jó destocao. !Ya tú ve, er pobre! ¡Deja que oculte en mi corazón —El Conde le dará uno der [un cariño que nunca se reveló. sentir María Luisa el dominio del fuerte brazo de Rafael, que le acercaba a sí y oyó cómo le susurraba al oído, como en una murmullo, la pregunta de la far sa, ligeramente modificada: ¿No sabes tú que yo tenía hijo, que tantísimos debe tené. Al fin vino la revelación: un —Es verdá, a lo mejó sale ga-¡“solo a ti te amo” que era una nando. caricia, eco de la misma caricia XXX del galán, que supo concentrar Terminó el primer acto con la|en el “bendito este amor”, del fi- acariciadora en la media voz [apoteosis triunfal de los artis- la vida enferma de tanto amar-(quello no fue pa visto, sino pa nal del dúo, todos los amores (te? María Luisa no abatió los pár pados, como solía hacer cuando una mirada o una frase dema- siado intensas la turbaban. Con deliciosa audacia sostuvo aquel mira. —-.Sí, lo sabía! —contestó dul cemente, besándole con los gran des ojos moros. —¿Cuando la adivinaste, mi del sostenido: tas y, sobre todo, del cuarteto¡de su alma huérfana de queren —!Te estrellarás! insigne. La voz de Marce! llenó 'cias. Rafael se había sentido du para volver a ser “recio viento”,|al final la sala con su invita- rante todo este segundo acto co insigne, al fin; otr a7az amorti- ¡ción de optimismo: mo fuera doe sí; notaba que se guado con cadencia dulcísima,jIzad la bandera —<que arrastra ¡estaba dejando ganar por una “asta enlazar magistralmente en el suelo; [excitación intensa, y él mismo E de jaca RE romped el anzuelo —con noble|se adentraba a veces en la situa a a que has soñado vigor... | ción, como si se tratase de si- un mentido paraí 50... y largad sobre la impia— la an- tuación atañante a persona dis- Cam:no miró ansiosamenta a * — denada de babor... |tinta, encontrándose, sorprendi- Jorge, esperando el reprocko Je| Y el coro, balbuceó su susurro¡do consigo mismo, dentro del los cios queridos, en tan oportu- |dulcísimo, mientras el telón ensueño musical, todo alma. vida? n ras aje. Pero Rafal, que “"o|caia lentamente, entre tenpes- Dos o tres veces llegó a decir; —Lo sabía desde aq1ella no- rr po id . e. a una jtades de aplausos. se, asustado, que no era dueño|che de tu llegada a Benimel, sola vez hacia la ¿uirtu fila ue X Xx x de sí mismo, que una fuerza o-lcusndo hablamos juntos al la- butaces, cantaba su fragmemo| Inundáronse los “camerinos” |culta le o. Y así fue |d> de la fuente ps jardín, por- con les ojos fijos en e. “paraíso, |de pléácemes y albricias. Lolita [como en el dúo final, en aquel|que aunque no me la dijiste 3 O sea exn-el gallinero, do: de des- (Peña, monísima, vestida de «os|'solo a ti te amo', grito la pa- |con palabras, me lo estabas di- bordeba el romántizo entus'as- |teña catalana, con su toquill1 |sión, rebelándose al final contra [ciendo con los ojos a cada ims- mo p.pular, sentido hasta el de [blarca y su c.rpiño azul, 'l*"a-|los diques de la contención...!ya |tante..... y sobre todo me lo dijo lirio por las mujeres, a quienes” -4 y reía de emoción, al sawir [no podía disimular más tiempo! ¡el hecho de haber venido a bus- volvía locas su gallardía y. del escenario, con el coro; Luci-|¿Y por qué? ¿P para qué disi- |carme. Pero, por lo visto, en laqué ange que tenía pa tititas ta se sentía próxima a desma- [mular? En el abrazo obligado |Guadaveloz no se han enterado las cosas!, como explicaba Ur- |yarse, con los nervois flojos a [del final de este dúo amoroso, ¡hasta esta noche, bana a cuántos la rodeaban, en | causa de la emitividad; las 0- |le avasalló la emoción; ella sin-| Echose a reir cón una risa los claros momenots de respiro, |:raz muchachas comentaban ex-'tió que el brazo de él se aferra-|cristálina y fresca tan joven que !Josú y qué abrazo más apretao | itcdisimas el triunfazo. María ¡ba en torno a su cintura, pose-|regocijó a Rafael. y qué beso más fuerte le iba a|..uisa estaba ahora lena de una|sivo y dominante, mientras en| —Oye, María Luisa, yo qui- plantá en cuantito que se lo e- | .bsoluta serenidad, hija de la [los ojos llenos de dulzura, se in |siera.... chara a la cara! ¡Crieza de su victoria, Entró a|tensificaba una súplica...!la sú-| Detúvose indeciso. Lesarla su padre, con el Conde|plica silenciosa que desde su lle| —Me vas a llamar exagerado. / el Registrador y don José Zo- |fada a Benimel había leído más| —No; dilo. “rilla; se la comió a achucho- |o menos tímida en los ojos gri-| —Quisiera que me autoriza- 1wes doña Bala, y casi la somocó |ses de Rafael! Fue un instante [ses para hablar con tu padre. Pancracio Luque con sus re- nági E —i ? —Nada, chiquilla; sus prefe- | yuiebros. eek S e es" forte $0 ore CORA rencias de esta noche son para] Cuando » solas en su “came- |sencillamente; y ante cientos |mo es posible vivir a tu lado y ; . el “paraíso”; por lo visto, para-(;ino” perfeccionaba un poco su|de espectadores, llegaron a can|no perder el juicio, criatura? pudo ser suyo, que de hecho fue |indirecta:. nada se acuerda de las butacas. [retoque, Marcel solicitó permiso |tar olvidados del público, sin |¿Tu te has dado cuenta de lo suyo un día con tudo el fervor| -—Pues mira, hijo, por m1 woo! Camino se mordió los labios, |para entra, y con frase sobria, |ver ni oír nada que no fuera |retepreciosísima que eres..y de de una juventud casi adolescen|el mundo sabe que he hecho lo!sin contestar, mientras hería Sulen la cual palpitaba una inten- |elios mismos. lo bonita que estás esta noche? tey que había perdido 'por* su |posible porque arribe, felizmen-¡alma, como un lamento, el “Ya|<a emoción artística, le dijo so-| Los Ecos viejos que habían|Quiero que te retrates así, con propia culpa.” te a sus Costas de rante sil nunca más” del tenor, verdade- |¡ermnemente: a visto Marina muchas veces al|ese traje....y ha de ser el primer Caminito ocupaba una buta-|yo hubiese querido, tal vez hu- [ro trasunto para ella de la te- —'Ha estado usted incomensu |comentar después de esta me- |retrato que me dediques. ca de la quinta fila. Con ella es|biera habido naufragio en esa|Irible inscripción dantiana. rable, señorita! En mi carrera lmorable velada, declazaban con| —!Jesús, qué exigente! Ha- taba toda -la augusta familia Pu|navegación cómico- lírico- ro- E artística, que es ya bastante lar¡ja mayor igenuidad queno vie-'blar con mi padre... retraatrme... bio Carabanchel. Doñ Cele, a tra |[níántica, ¿No te parece? —Oye, Francisca, buen chasco |za, no he sentido nunca la emo- |ron jamás un Jorge más apasio|dedicarte un retrato... Pides más vés de sus impertinentes —do- | —Me parece gue con esos «»- [hos ha dao el vejete. ¿No icías|ción de esta noche. La felicito a|nado ni una Marina más apasio- [que un fraile. blemente impertinentes en ella, [jos se hubieran disipado las nu-|que no era el cantaó de Madrí? (usted. nada, ni una interpretación más Hablar con tu padre es pre- — atisbaba a Rafael sonriendo |bes de esa tempestad sentimen-|—Y lo digo ¿Tú crees que don | tnelinóse y salió del camerino | perfecta de sus respectivos pa- PRE imero, por sy no me pa- despreciativa: ta, Camino. Rafaeé va 'a ir a Madrí por un |Diez minutos después se levan- peles, que la duda por Man a es tener Sl —-Fse mequetret», a lo mejor| —Muchas gracias por el piro- Vicio tan costroso? taba cl tel.n. Segundo acto, El|Luisa Alvarez y ifel Torres- RES Pr o sin contar antes tr mina en cómico. 'Buen por- |po, hijo; te estás contagiando —Anda allá tonta, eso es Co-|coro de bebedores, los brindis, lArias. !Naturai rente! e o ión, siendo él Yu ir! de cursilería. sa de la pintura. Mi Manuela |kepetición del triunfo. El terce-; Después, el ter£r yl oras be e y 5 Es Mo. vió esta. tard: d 6 , Pa espués, el terór baló. Había [quien es, y yo quien soy. Hay: Y don Berna: dándasclas de| Entretanto, en la escena, se ' a tarde cuando yeg to maravilloso, las seguidillas [terminada la farsa adres adres y eu tuyo es de crortuno y chistoso, y querien-|bordaba el maravilloso cuarte-|en er artomóvi der Conde, con |áe Roque, repetidas mil veces: E P É ena todos los respe- do congraciarse con su temible|to. Augusto Marcel 'intervino en don Rafaeé y con Paquito, y di-| como estamos nosotros Aquel A a ce El Pe ido ue sd y temida consorte, le objetaba |su turno, con admiración del pú “e que era un reá mozo, y más| ..y de mi suegra £ oo pa a a do o pod do E 4 p a h amilia Ca.banchel salió del [quiero que, antes de separar- muy serió: blico pueblerino. La espléndida Compuesto que un parmito. Aho| de las estrellas t T: ar uede esto nuestro bien de --'Calla, muje:! No digás e- |voz de terciopelo, que enardece Ta que se le debió volá el som-4 Luego, el dúo final que la ni- E e E A sas cosas de nuestro yerno. la los públicos avezados de las brero en la caretera, porque ba-[fña dij 1 Vanh ¿| Preca da y A Pi cr gp as y 1 jo con los ojoslanhelantes: |” Coledon:5 que no quite los o-|tunda. Mira, María Luisa, yo no jos de la linda protagonisa, al|te merezco: yo soy un pobre sin adivinar la realidad del idilio, |más fortuna que mi carrera y se fue al bufet a fumar y a be-|mis ganas de trabajar, pero, por ber aguardiente barato. Don Ber|la gloria de mi madre, te juro nabé dejó de embromar a su [que como tu padre esté confor- consorte; Camino sentía que le[me en nuestras relaciones, me apretaban el corazón despiada-|siciones a Registros que salgan damente; doña Cels ya no vcl-|preparo para las primeras Opo- ¡vió a hablar más de “su yerno” |y, o saco plaza, o no soy quien xXx soy, Tardaron los artistas en salir. Un poquitín emocionada de Juntos, muy juntos, Rafael y su:este fervor sincero tan juvenil, prima; Javierito se había amar|María Luisa quiso disimular telado con Lola Peña y Marcel |bromeando. emparejó con Lucita, con quien| —Estás haciendo cuentas con conversaba discretamente, y asílmi padre sin contar conmigo, todos y todas, custodiados per [como si yo no fuese nadie. Va- doña BaBla y Paquito de So- [mos a ver: ¿Cuando te he dicho chantre, se 1eunieron en el Pala|yo a ti que te quiero? cio de Guadaveloz, en cuyo jar-| —Muchasc veces. dín les esperaba un suculentó |: —Y ahora mismo me lo vas a chocolate con aditamento de he|decir otra vez. lados diversos, del cual partici-| —No. Y no me mires así, que paban también en cónfraterni- [nos están echando cada ojo... dad democrática la orquesta | —!Ya lo creo que me lo dirás! el director, el director de escena, | Y si no me lod ices, te acompa- vel apuntador y el traspunte. fio después hasta tu casa y me | Juntos, muy juntos, Rafael y agarro a la reja y me paso es- María Luisa caminanan en: el |[candalizando con mis serenatas centro del pelotón, No hab!aban|hasta que salga el sol. Y maña- casi...sentían una dicha deshor-|na no se habla de otra cosa en dante. Y con todo, ni una pala- jel barrio. bra de amor se habían cruzado| —!No, por amor de Dios! Te lo entre ellos, fuera de las que en |diré, pero aquí no. Aguántate ¡sus labios puso el libreto de Ma|siquiera hasta mañana noche jtina. Rafael sentíase preso de ¡en la reja, que estará un poqui- esa gran timidez que caracteri-|to más obscuro...y se me notará za los amores. hondos, pero se |menos el pavo... !'Qué verguen- decía que era preciso acabar [|za, Madrecita! Ñ con aquella situación. El veía Y en esto se acabó el vals. Dio que María Luisa esparaba algo|se todo el mundo las buenas no desde hacía unos días y...sí; |ches y cada mochuelo a su oli- ya era hora de que se 'despejase ¡ vo. Naturalmente, Rafael aco:n- la situación....Antes de que ellaipañó a María Luiza hasta la se fuese a Palma, 'puerta de su casa, con Marcel, Tomaron el chocolate en el [Paquito Javier y los demás del jardín engalanado con multitud |coro. fuéronse a dar serenatas de farolillos; ni ellas ni ellos seja todas las chicas de la compa- habían desvestido, excepción fía, secundados por Paco Velez hecha de Marcel y de Paquito, [con la guitarra y el chico del que se encontraban demasiado |Alcalde con el laud. 3 molestos para sentarse a la me| No sabría decir qué hora era sa de aquella guisa. Marcel erajcuando María Luisa sintió que ahora un chico .galante, al cual|le cantaban al pie le la reja, La ponían muy buenos ojos las |voz le pareció, primero, la de muchachas. Augusto Marcel, y, después, la Después del chocolate, se tocó|de Rafael, pero no habría podi- un vals en despedida; eran las|do jurar si soñaba a estaba des- tres de la madrugada. A los pri |pierta. meros compases, Rafael se vol- vió hacia María Luisa, sentada a su lado. CAMINOS Repitió Rafael la famosa sali- | ¡Nuestro yerno! !Su yerno! Y da, dicha exactamente con su aun no había dirigido n la mi- bella voz de tenor. Acogió amo-|rada más rápida a la sedienta, rosamente al a duice hermana, |desde su aparición en escena! que corrió a buscarle desde el [Todo era vida para encarnar el templo, a donde —segun Pas- personaje y para susurrar dulzu cual— había ido a orar por el fe|ras a aquella dulce niña, quien liz arribo del aimalo ausente y|envió los “suspiros de su alma” nadie sabe la intensa ternura, [con las “aves marinas”, desde la exquisita poesía, el íntimo |“la inmensa llanura del mar” sentimiento que vibraba en a- |!Su yerno! Y volviéndose a Pa- quellos dos corazones como re-;¡Co Velez, que estima detrás de velaba en sus actitudes y tras- ella, en la fila sexta, con Míster cendencia al público, despren- Davys, el de la luz, le insinuó diéndose como perfume del be- con su gracia gitana, un poco lfísimo grupo que formaron un,agriado de sarcasmo por el des- momento abrazados, Rafael y pecho: María Luisa. Caminito sintió co| —Oye, Paco, el tonto ese se mo un latigazo en la medula: ¡h= creído de verdad que es ma- ella “sabía” que todo aquel a- |rinc. !Pues no toma poco en se- mor y aquel sentimiento no e- *riv su papel! ran fingidos; que Jorge y Mari-| Y Paco, con in ención, esca- na vivían sus papeles...Y sintió r.ado ya desde haa algún la amarga desolladura de los ce|ticimpo de lo que ocurría, le con los, el tirón brutal de la eviden- |testá: Xx y cin, la desesperapión y el des. | --Efectivamente: acaso más pecho de ver en manos de aque- ea serio de lo que tú crees. la preciosa niña al hombre que| Ella respingó, picada por la ' Paco Vélez susurró a la espal-: ad de la decepcoinada Camini- to, con tono zumbón'e inopor- tuno: y > DOLLARS The building industry in Arizona is vitally important to the economy of the entire state. To.help meet the urgent demand for every type of construction, the Valley Bank, during the past four post-war years, has made over 30,000 loans — totaling more than $175,000,000. These loans provided substantial paychecks for almost 50 million man-hours of labor, paid for countless carloads of building materials, and furnished the money to thousands of individuals to buy homes. This is typical of the way in which your dollars — together with those of thousands 0f other Valley Bank depositors — are put to work. The more dollars you deposit, the more loans we can make to all Arizona producers and consumers. These loans stimulate business activity and, in turn, increase payrolls and purchasing power. The result is more prosperity for everyone. Put your dollars to work for you and a greater, more prosperous Arizona Deposit them in the Valley National Bank. |) VALLEY NATIONAL BANIS MEMBER FEDERAL”DEPOSIT INSURANCE CORPORATION SERVING ALL ARIZONA THROUGH 29 FRIENDLY, CONVENIENT OFFICES. | CAPITULO XVII Ocaso ¡De qué manera tan singular —Vamos' a bailar, niña. alumbra el valle de luz de un Aunque pafezca extraño, era ¡triste crepúsculo! Penetra hasta la primera vez que Rafael y Ma¡el fondo del abismo. Allí se ele- ría Luisa tenían ocasión de bai-|va un vapor, allá una nube ras- lar juntos, Empezaron tiesos, |g4tdA...e correctos, parsimonioso, siguien GOETHE (Fausto) do escrupulosamente los lentos |....Señá Urbanal..Chis,..!Señá Ur ritmos del vals, pero no habían |bana! dado una docena de vueltas —¿Quién? cuando súbitamente, volvió a .—Mía qué seguía pasa usté. contao. —Hija, sí; ya me lo h contao mi Manuela. Y bastante que sentí yo tenerme que di a Guer va, que no se si sabrás que es- taba mi Mariacarme a punto de salí de su cuidao y me mandó lamá. Lo cuá que er niño nació muerto; angelitos ar cielo. —Pero, ¿eya está guena? —Po.. asín, una mijita alicaí; da cone r dijusto, pero, tocante a lo demás, la comadre ice que no hay novedá; conque me he venío a echarle una craíta a la tienda, porque, hija, a lo tuyo, tú, y hacienda tu amo te vea y si no, que te venda, y mañana en er primer tren me guervo pa ayá, jasta que me la eje cam- pante. —!Lo que jace una madre! Po yo estoy mareá, como te de- cía, y eso que no he intervinío ne ná, como no sea en ayudarle a la cocinera de envá los Con-* des, porque aquello era la fin der mundo, y pa eso las víspe- ras de la boa más alla, porque pa er día solerne vinieron de un hoté de Sevilla el cocinero y jas ta los camareros y to, que eso es decí que les habrá costao un ojo de la cara. Pero pa eso lo tie nen y lo saben gastá, y no como más de cuatro que con la barci- quera llena se van a morí de cara a la paré. De moo y mane- ra, hija, que estoy errengaíta. - —Con tantísimo como yo me había alegrao de verlo too...Por- que a él, lo ha vistao una nacé como aqué que ice, y semenesté sé de piedra pa no tenerle ley... Cuando era chico, siempre que podía ya lo teníamos acá jugan do en la plazuela con mi Manué como que cuando mi hijo vino der servicio, que venía er pobre cito tan estropeao, er primerito que vino a verlo fue él; lo cuá que mi Manué quiso llamaile don Rafaé y jablarle d usté, por que titito lo que está bien, está bien, y no lo consintió er arma mía, que no hay otro en e: mun do más sencillo ni con menos pretensiones que él, Dios lo ben diga. Mi Manué, una lámpara pa encima de la mesa de escribí le ha regalao, forjá por él en er tallé que, como sabes, está en Sevilla ganando mu guen jorná. —Como que tiene unas manos de oro. —No es por que sea mi hijo, pero el dirertó de la fábrica está emprendao con él, Y lo que sien to es....no ser miyonaria pa ha- berle regalao pasta la Giralda. Y lo que toca ella, no ma que esa guena idea que ha tenío de queré casarse en er pueblo de su madre y en el mismo altá que se casó eya, dime si no es que tititos los de Guadaveló ¡o pongamos encima de los ojos... !Y qué no quiaría el hijo, el ar- m mía, tan retepreciosqsima co- mo és! —!El arcange San Gravié en cuerpo y arma, hermanita! Yo no pueo explicártelo, porque es cosita que me pongo jecha una canasta de colá; pero te digo: que era pa visto. Toa una nube de encaje ende la cabeza jasta los pies, que cuentan que vale un dinerá, porque, según dicen, es una cosa antiquísmia...Heren cias de los viejos, lo cuá que yo no sé como las picaúras lo ha» yan respetao, porque un pañodi- to de talle etngo yo en el arca y me lo han puesto talmente una criba. !Yo no se pa qué ha- brá puesto ed Señó en er mundo esos bichos! L alospué, aqué tra je de sea, con aquella cola...!Je- sú, que cosa ma retepreciosa, hermanita! Como que pa que no se le ensuciara se 1 atuvieron que llevá las dos niñas del jué, que estaban como dos serafines, tititas vestías de blanco, tan chicas y tan bonitas como son, que la más pequeñita casi no podía andá, el angelito... —Como que no tiene tres a- fos entoavía. —!Y si es él...Yo no te sabré deci cómo iba vestío, porquz toas lag prendas de ahora tien una nombradía mur ara, pero más guapo que un só, el hijo de mi arma, que es cosita que yo me queo-bisca cuando lo miro, 1Qué pareja, hermanita, qué pa- reza tan cabá! —Er padrino me han dicho q' fue er Conde! —Había de se mi señorito, por que le toca a él, pero el mismo don Ramiro quiso que fuá er Conde. Y la madrina ha sido doña Josefa; la de Guzmán el Bueno. Po convidaos...'María Santísima! Yo no he visto justa en mi vía más gente de postín y, !'echa mantillas blancas y tra jes de sea, y collares de perlas, y el acabose, hermanita, porque Pasa a la página 5.