El Sol Newspaper, March 4, 1949, Page 4

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Página Cuatro. Tértil y ¡acilso ce Cl a un país meridional abraz230 al mar, sombreado por monta- fñias, y palmas y cedros se me- PP PPP 7 PP “EL SOL” SEMANARIO POPULAB INDEPENDIENTE pápados para protegerse contra:tas del distrito imperial, pero, el candante choque de la luz ¡ante el renovado asombro de y aún entorices seguía la san Benjamín, dejaron pasar libre. , oi grre agitándose purpúrea y bri mente a Zacarías. “Mi taller cían en una suave brisa, y flo-|llante bajos los mismos. Sólo | explicó, “está contiguo al tesoro en el que trabajo en secreto y| a salvo de todo peligro para el emperador.Entra y que sea ben- dita tu venida. No temas a ilos demás. Estamos y nos queda. mos sólos.” xXx Arrastrando los pies atravesa ban los dos hombres el taller en cuya incierta penumbra delu- cían objetos artísticamente la- brados. En un lugar ocultoabrió el platero una pequeña puerta que conducía por unos peldaños hasta una pieza situada más a trás y en la que se dividían su vivienda y el lugar de su pro- pio trabajo. Los postigos esta. ban cerados y enrejados, las pa. redes desaparecían en la obscu ridad completa, sólo en la mesa proyectaba la lámpara de tra- recía el vino y se doraban las|cuando levantó la mano para mieses, pacían corderos y en |hacer sombra, reconoció que era ágil pie corría el corzo. Pacífica |el sol que le iluminaba tan do mente trabajaban los hombres'lorosamente el rostro y que se en tierra patria, ordeñaban y [había quedado dormido en el rastrillaban y sembraban y ro [lugar en que creía morir, desde deaban su casa con yedra y flo|el término de la noche hasta la res de todo color. Caminaban |aurora; sólo entonces le alcan- niños y cantavan y desde donde |zaba y le despertaba la luz atr: estaban los rebaños oíase el ca-|vés del ramaje del árbol. Con- ramillo de los pastores, y de-no.-'fuso pasaba Benjamín, alzándo che brillaban serbra las casas | se fatigosamente agarrado al dormidas las estrellas de la troncvo, la vista a la profundi- paz: “¿Qué país_es éste?” se ¡dad. Y he aquí, tendido el mar preguntó sorprendido e soñador infinito en su amplio azul tal en su sueño, “¿ y es este pueblo como él lo había wisto por pri el mismo que antes caminaba mera vez siendo niño, y reful. en las tinieblas? ¿Encontró por gente en mármol y piedra, Bi. fin, reposo y llegó, por último a Izancio. El mundo le iluminaba su país?” Pero de nuevo alzóse | con el color y el brillo de una -el candelabro más y más alto, mañana meridional —no, Dios y su brillo iluminaba ahora co- no quiso que muriera. Respetuo mo unsol los márgenes del cielo sobre «el país en descanso. U- nas montañas descubrían ilumi nadas su cima y en una de las colinas brillaba blanca con po- derosas torres una ciudad y so bre las torres seguía improsin- nante una gigantesca cosa de piedra acantonada. Temblaba el corazón del dormido. “Esto ha de serí Jerusalén y el tem- plo”, respiró agitadamente. Pe- ro entonces el candelabro ya flotaba más lejos hacia la ciu- dad y el templo. Las mzurallas lo dejaron penetrar como aguas que se apartan y ahora, que se cernía en el santísimo, resplan decía el .edificio del tembplo co mo una jícara de alabastro. “Regresó”, tembló el dormido en su sueño. “Alguno hizo lo q' yo siempre anhelaba, alguien libertó el candelabro errabundo Tengo que verlio con mis pro- pios ojos, yo, el testigo. Una vez más quiero ver a la Meno- rah descansando en el sagrado lugardivino. ” Y he aquí que su deseo lo transportaba como una nube, se abrieron las puertas y él penetró al santísimo para contemplar .al candelabro. Pero la luz era 'insoportablemente fuerte.Las siete llamas del can. delabro echaban una lumbre blanca y su luz ardía tan dolo rosamente en sus ojos que lan. zó un grito en su sueño. Se des. pertó. xxx : Benjamín había despertado de su sueño, pero aún seguía ar so se posternó' el anciano e in-|bajo con su pantalla un peque mente en el espacio entero. Por primera vez vió Benjamín de cerca al amigo que hasta enton ces sólo conocía fugazmente, un cansado rostro delicado y enfermizo en que estaban gra badas innumerables arrugas como con un buril fino, un ros enl a quietud de ése-hombre qu|do morir en el camino, y de nue ¡repujaba algo con el buril más : ltro de pena secreta y de una pa le aturdía. Sin que lo nbre qu [o caería en manos exirañas. | ciencia que obra en silencio. Y se habían juntado sus manos, Pero Zacarías sinrió fuerte y 4 cuando aquél levantó la vista y y apenas perciptible susurró: decididamente: E y * [miró francamente a los ojos que, —¿Aquí? ¿Cómo es posiblee —No morirás. Yá sabes tú que le contemplaban; comenzó a manar de sus pupilas un cálido Esa sonrisa animó al anciano —— rr cr ¡Sobre lam esa, se difundió clara vamente como si alguien hubie El CANDELABRO ra golpeado su corazón. —¿Junto ati? —En mi casa. —Aquí, en tu casa? —En esta casa. En esta pieza Por eso te busqué. Benjamín vibraba. Había algo | “eso? —Por muy extranño que te pa Iresplandor: Zacarías le sonreia. rezca, no es milagro alguno. Des lde hace treinta años trabajo ,el camino que yo buscaba en balde. A mí Dios me llamó. A ti,|sin que se pudiera distingu' | te bendijo. ] Pero Zacarías lo refutó. —No. Si hay uno que restitu- iye el candelabro a la patria, ese uno serás tú. 4 —Yo no. Yo soy un viejo. Pue¡los dos, y siempre entallaba Y * . no pasará tu vida antes de que se haya cumplido su sentido. Benjamín. recordó: la víspera aún deseaba morir Dios le ha' —Cuán distinto eres conmigo en este palacio como orfebre,-y'bía negado el deseo. Quizá le es gro, a pesar de que les había conjurado que no esperasen prodigios. Sólo tú, que m abris te el camino al emperador, tú solo no estás enojado. Y, sin embargo, ellos tienen razón cuando ahora se mofan de mi. ¿Por qué desperté esperanza? ¿Para qué vine? ¿Para qué vivo todavía si sólo es para ver có. mo el candelabro viaja de nue- vo y sigue huyéndome? Pero Zacarías continuaba sin riéndole, y de esta fuerte y sua ve sonrisa emanaba consuelo: —¡No te subleves! Quizás era demasiado temprano y nuestro camino equivocado Pues, ¿a Qq' nos ha de servir el candelabro ; mientras el templo yace en rit mos y el pueblo, peregrina en el exilio? Quizás quiere Dios que el destino del candelabro conti * del os demás. Todos se enoja-!el tesoro no encierra pieeza-al-!peraba aún en verdad una mi- |ron porque no realicé un mila-[guna que'no hubieran traído 'sién. Pero eso no se resistió primero, ami taller para que 10 más y dijo solwmente: pese y aquilate. Y ahora, lo sé,¡ -—No tengo voluntad contra ¡me entregaron también todo lo|su voluntad. Si Dios me elige ¡que Belisario conquistara de los|verdaderamente, ¿cómo ha de ¡vándalos, para que lo aprecie ¡negarme? ¡Ve y empieza! según su valor y peso, y como | xXx primera prenda dedí al cande- Jlabro. Ayer me lo trajeron los Durante site dias permaneció siervos del tesoro: tengo permi cerrado el taller de Zacarias, lso para guardarlo sieté dias. lel orfebre. Por siete dios no pi- —¿Y luego? só su pie la calle y no se abrió —Luego lo llevará la nave. Benjamín enpalideció de nue vo. ¿Para qué llamarlo enton- ces? ¿Para que sea testigo una y otra vez de cómo el candela- bro, el sagraod, estaba cercano yera robado siempre de nuevo? Pero significativamente le son- rió Zacarías: —Más, también me es permi no, quieto y magnifico, tal comn altar del Señor; en el horno se contraía, convulsivamente, 'lenguas silenciosas, el fuego, .derritiendo “el oro despedazado de anillos, presillas y monedas Benjamín no pronunció en estos tido formar copias de todo lo va lioso que contiene el tesoro im- site dias palabra alguna. Mira- ba cómo la masa hirviente se XP a | su casa aningú n llamado. Dee-|ra empiézá el tuyo: Toma nuess'osj. nm lante suyo estaba, en un anda-|tro candelabro y' haz con él sees: mio elevado, el candelabro «ter'gún tu mejor parecer. > 83 otrora había estado delante del|chazó Benjamín: > :..: , con ¡ y site dias he pensado yo Viernes 4 dé Marzo de 1949.71)! Km al otro como: hi uno del otro, gracias a su abg0. luta igualdad en tamaño, color medida y peso. Pero Zacarías comparaba úna y 'ótra vez 1n2 cansablecon su ojo experto, a fino y-la“limiá mássaguda' su obra amadá. Finalmente di jó caer la maño. No ee diferencia alguna'.pará al 6 Y tan fielmente parecidos era uno .al otro -que,: para no enga: c00tmci8 mó-<por ul marcó en el sombreado pistilo interior de u bed ma señal AS z 3 te era el candelabro. nuevo, Sua 3 obra propia, y no el «del pueblo; y del templo. Hecho éso, dió un' paso' atrás, se quitá el delantal de «cuero: se lavó las manos. Después de 20 x siete dias: de' labor “volvió per'yp- 1313 primera vez a dirigir la: palabra: . a eBnjamín' '* 1 EPI9Y 2, Mi servicio ha terminado:Aho Pero ante su asombro,; l —Tú has trabajado' bfeté diagroris »s Y con so dom sultado a'mié'orazón: “Asultómies .0ba! un temor, 'Y mé pregunto'sl no + sl es engaño lo que hacemos. Pue: 751 3 13 algo tomaste, y devuelves' cógasy ollte distinta a aquéllos que 'te-confia's>1*u3 clinó la frente en la oración. Cuando Benjamín hubo termi nado su plegaria al que concede la vida y la mide de acuerdo a su voluntad y decisión, se sin- tió tocado delicadamente dedes atrás. Era Zacarías el que esta- ba detrás suyo y quien, Benja- 'mín lo sospechó en seguida, vi gilaba desde hacia tiempo ya|ces y almendras. Luego levantó fio circulo dorado de luz encono núe siendo un secreto y no se|perial. Muchas veces, cuando ron de. buen grado. No, no esii%z se pptendS, manifieste al pueblo —iiSiéntate, querido! — dijo | Benjamín sintió el consuelo. Zacarías a su huéspede—, debes Taspalabras caldeaban su cora tener hambre y sueño. izón. Inclinó la cabeza y dijo Desocupó la mesa, trajo Pan!como así mismo: y vino y unos platos argentinos —Perdona mi desaliento, pe- bellamente lobrados en los que |.) mi vida se ha estrechado y depositaba frutas, dátiles, r.ue- está demasiado cerca ya-de la; muerte. He subsistido ochento; + “cia para crear unacopia del can guida, salía la columna del sos, en la cámara no figura sino -agitaba en el crisol, y cómo la una sola piezao, me eexigen que haga otra igual, pues con- fían en mi mano. Labré la coro * na de Justiniano dea cuerdo a la de Constantino, y para Teo. golpes de espátula rompió la dora hice una diadema como envoltura, ya pudo reconocer otra igual llevaba en su tiempo aproximadamente la forma del Cleopatra.Y ahora solicité licen nuevo candelabro. Fuerte y er- en las formas preparadas y se durecía enfriándose. Cuando su sueño, Y antes de que en an-¡un poco la pantalla de la. lápa ciano pudéiera dominar su sor ra. Se amplió el círculo de luz presa — pues ¿cómo sabía -a. [inundó la mesa entera e ilumi- quel su camino y cómo encon. nó la mesa entera e iluminó las tró el lugar de su reposo?— cu- |sarmentosas manos de Benja. chicheó Zacarías: * mín que estaban plegadas, co- —Desde la primera. hora' del [MO agotadas. S día te buscaba. Y cuando en Pe; —¡¡Come! — le recornendó ra me diperon que habias cami|Zacarías; slave y familiar pare- nado colinas arriba, durante la|cía a Benjamín, el amargamen noche, no daba tregua hasta en |te probado, esa extraña voz que contrarte. Los demás se preocu|le llegaba como un dulce vien paron grandemente por ti. Pero;¡to' de un lejano país. Se sirvió yo no me inquietaba. Pues sé | gustoso la fruta, rompió despa- que Dios aún te desea. Mas, aho|cio el pan y con pequeños y si ra ven a mi casa. Tengo un lenciosos sorbos debió el vino mensaje para ti. que resplandecía purpúreo en —¿Qué mensaje? —iba a pre|la luz. Estimaba el que se le de- guntarBenjamín. Y “no quiero |jaraesperar en silencio y reco más mensajes”, quería decir gerse.Le gustaba que inmedia. tercamente. “Demasiadas veces [tamente encima del círculo ilu me ha probado Dios”. Pero aún|minado comenzase la obscuri. ondaban en sus adentros la dad. Erale caro este hombre comprobación del sueño y la luz|extraño y familiar como de los que tan bienaventuradamente |dias de su niñez. A veces mira. brillaba en aquel país dep az, y¡ba tímida y contendiente al q' creyó reconocer en la mirada [sentía frente suyo en las tinie- y ocho años; a esa edad el cora- zón ya no quiere esperar. Desde qúe quise salvar el candelabro, siendo un niño, sólo vivía a un a un objeto: su retorno y libera ción, y de año en año esperaba fieel y pacientemente. Llegué a anciano; y ¿cómo pudiera se guir esperando y confiando-? —No tienes que esperar más. Prontotodo eestará cumplido. Benjamín lo miró sorprendido El corazóngolpeó vehemente es peranza. Zacarías le sonrió más fuerte: E —¿No adviertes que fuí a lle- varte un mensaje? —¿Qué mensaje? —El que esperas. Benjamín se estremeció. De pronto temblaron, como un fo- llaje trémulo en el viento, sus manos que recién aún descan- saban fatigadas sobre la mesa. —Tú crees.... quieres decir, q' podré volver al emperador pa= . sonriente*del «amigo un suave [blas con el liviano gesto de la reflejo de la misma. No se negó, ¡preocupación decilcada. pues, y bajaron los dos. Atra-| Zacarías sacó entonces del to vesaban la bahía en un bote y|do la pantalla de la lámpara llegaron al cuadrado enmura.'como si hubiera sentido ese de —No; eso no. Jamás retira lo que hadicho. No nos devolverá la Menorah. —¿A qué entonces mi perma- nencia, mi vida? ¿Para qué he ¡delabro antes de que lo envíen 'a la nueva iglesia allende el mar, y hoy mismo iniciaré la ¡labor.. Ya están calentados los crisoles, ya tengo preparado el oro; dentro de site dias estará terminado un candelabro nue- vo, tan exactumente igual al nuestro que nadiee podrá distin guir entre-.ellos, pues idéntico será éste a aquel en peso, en formay aún enel arodrno, y se. rá igual el grano de oro. Sólo queel uno será sagrado y el o- tro nada más que trabajo huma no. Pero a partir de ahora será secreto de dos hombres solamen te, tuyo y mio, cuál de los dos es ci sagrado y cuál es el otro. cuál el que nosotros mismos conservaremos piadosos, y cuél entregaremos a aquéllos para-el viaje al extranjero. Benjamín. no siniió más el temblor en sus labios. La ola de la sangre pasaba de pronto sua ve y cálida por su cuerpo ente- ro, el pecho se 'distendió, los 0- jos se aclararon y como un refle ¡jo se dibujó la sonrisa del otro y en su propio viejo rostro arru- diendo dolorosamente en su ojo|do del palacio. Los guardianes seo de proximidad confidencial de esperar aquí y lamentarme,|gado. Comprendió. Lo que él Tuvo (0 bajar rápidamente los HAPPINESS 3 For Sale ¡estaban severos ante las puer- La luz, hasta entonces oprimida Everyone agrees that money alone will not buy hap- piness. Yet, few will deny that money provides the oppor tunity of reaching individual ideas of happiness — faster. Forexample, if happiness to you means being your own boss . . . owning your own home . , + giving your children a real start in life .. . or looking forward with assurance to a worry-free retirement, then you will need money. So begin today to build a cash reserve that can help you secure the kind of happiness you want most. 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Teléfono: 3-2304 mismo 'había ensayado antes, lo realizaba ahora :ese otro. Re- tomó el candelabro de los 'otros devolviendo igual por igual en oro y peso y salvando únicamen te lo sagrado. Pero no envidió a Zacarías la acción, cuya realiza ción había sido hasta ahora ob jetode su vida. Sólo dijo humil- demente: ; z —Alabado sea Dios. Ahora ¡muero gustoso . Tú encontraste SE ARREGLA: INCOME TAX. y Contadnría Servicio de Negoclos en Phnx Precio Razonable Desde las 5 P.M. | Casa: COLUMBUS No. 39 Se Habla Español ingrese a la ALIANZA HISPANO AMERICANA La Alianza Hispano Americana es la de la Raza. La A- lianza expide pólizas de seguro para toda la familia a precios muy cómodos. protección a los so- cios. Tome un Seguro para usted y Vean al Señor CARLOS MORALES, Organizador Regional de la A.H.A, 6 itén del basamento, y de ella "partían los siete brazos comba. dos hacia arríiba como tallos ldel tronco. Formáronse clara. mentee los czlices destinados a sostener las luces, y la mano del orfebre que martillaba y imaba incansablemente, dibuja ba más y más netamente en las superficies, planas aún, dos ornamentos de flores que adornaban el candelabro sagrr do..De un día'a otra umentaba la similitud entre el candelabro que se estaba haciendo y el mi lenario, Ja forma nueva y! el santo original. Y finalmente, el ¡séptimo día pstaban una frente NON exactamente los mismos delica | que se echaba afluía sumisa a; ¡Juego Zacarias, con cuidadosos CLEAMERS NATALIO VELAZQUEZ, Propietario! posible Tetornemios “él substituto”! >2H y nos quedemos con €l auténtí sí a) co, que tomértios'por' sofpresa 20: 213 loque no nos dan abiertamente is zo: Dios no amá la fuerzá; y cuando: absb yo, de niño, alargué,.el.puño..ha.. cial o Pd “me res el de zo. Pero yo'sé: que Dios, no ¿dk " precia menos el engaño, y Ey M que engaña «y 'embauta asége 3 ... lastima el alma. ó 7% —¿Pero si el tesoro. misiió Blin ¡ge entre log.dos. al que. no] 68. «5 alténtico. Beniamín levantó.-la: vistas; —El tesoro sabe que uno viejo y.otro nuevo, y si pregún ta por el aptéritico y verdadéro nosotrostenemos que, darle dae. : Pero si Dios dispóné qué' PngunaR pregunte y tido deslealtad alguna. mismodecide y eliBe els llo nos servirá. dé áviso;: Pe : que no sen: cis! Continuará ES e y Si el . E] Se Recoje y Entrega a Domicilio, llamando al tel; 48519... sm 1017 Este de la Calle Jefferson b olntt i0% CUVUPVEPCCCTLACEANEA > LE DUELEN LOS.P Nosotros corregimos los Arcos Caídos, FIA Veet, Dedos Torcidos, Ampollas, Callos, Talones Todos estos males son la cóusa de2: ' PIERNAS ADOLORIDAS Y DOLORES DE Vean al A -Dr. H. B. Murray, | Número 5 al Oeste de Adams Phoenix, Arisona Teléfono: 2-155%: “2 * E Mazatlán, Cananea, N. 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