El Sol Newspaper, February 18, 1949, Page 4

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FA A A _EXXÁE_ _ A A a _ ____——— KÉÁ El CANDELABRO “EL SOL” SEMANARI0 POPULAR INDEPENDIENTA ENTERRADO Por fín, cuando el sol ya bajó;¡zancio, el “consistroion”. 4 del cenit, se les acercó el “prae- | Desde la puerta hasta el cen- | positus sacri cubiculi”, y les ins'tro del enorme espacio formaba; truyó en las costumbres que la,una doble fila-de soldados que ley escrita de la corte reclama- ¡habían de atravesar, una hilera ba inexorable de todos los que ¡inmóvil vestida de rojo, cada gozaban del privilegio de pasar¡soldado con la espada ceñida, a la presencia del emperador.|en la cabeza un yelmo dorado En cuanto se abría la puerta, |congigantesca colaroja, en la les enseñó, debían adelantar |mano una larga lanza y sobre veinte pasos con la cabeza baja'los hombres la tremenda azada hasta el lugar marcado por una ¡de doble filo. Así como een una veta blanca en el mármol, y de|muralla las piedras están dis- ahí no debían pasar a fín de|puestas en línea plana, todos que su hálito no se mezclase!iguales, bien ensambladas, así con el del emperador. Y Yantes! de que pydiesen atreverse a le- vantar la mirada al Autócrata, permanecía tiesa esa espaldera de hombres en inmóvil rectitud y detrás de ellos quedaban, i- debían prosternarse tres veces, ¡ gualmente pétreos, los jefes de separando grandemente los bra¡las cohortes que mantenian im. zos y las piernas. Sólo entonces | pasibles sus pendones. Lenta. les era permitido acercarse a los | mente atravesaron los tres y el gradas porfídicas del trono pa- ra besar la cola de púrpura, del atatvío del Basileus. —No— protestó Joaquín ent »do, mas en voz baja— sólo nos podemos prosternar ante Dios, | mas no ante hombre alguno. Yo no lo haré. —;¡¡Calla! —replicó Benjamín —¿Por qué no he de besar la tierra? ¿No lo creó el mismo Dios? Y aunque fuera un mal intérprete esa inmóvil pared de hombres sin aliento, de ojos fijos como sus cuerpos y de los que ninguno los miraba; silen. ciosos adelantaron en medio del silencio hacia el fondo del espacio, donde, a lo que parecía —pues aún no les era permitido. levantar la vista— los EnnEO ba el emperador. Pero el “prae- elpropósito de esa estudiada ri. gidez de hacer entumecer de respeto el corazón de todo el que por primera vez llegase' has ta frente al rostro del señor del mundo. Y en efecto, el rabbino y Joa- quin bajaron aterrados la vista como quien acaba de mirarr in esperadamente al fuerte sol. Sólo enjamín el viejísimo, miró. claro e imperturbable al empe- rador. Pues el sólo había sobre vivido en su larga existencia en diez emperadores y señores de Roma; sabia por lo mismo, quebajo sus preciosas insignias y “coronas, los emperadores eran hombres mortales que comian y bebian, se esuciaban, dormian con mujeres y fallecian como losdemás. Su alma permaneció firme y no se estremeció. Levan tó sereno la vista para leer en la mirada del monarca a quien se le encomendara dirigir un ruego. Entonces sintió la espalda ur- gentemente tocada por el bas. tón de oro, y de inmediato re- cordó la costumbre requerida. Pese a lo dificil que les resultó J positus” que se adelantaba con!2 Sus miembros endebles, tiróse el bastón dorado en alto, se que|21 frío mármol del piso, apar- inclinarse delante de un hom-[dó ahora parado, y “cuando en- bre, también nos es permitido |tonces alzaron la vista, según hacer el mal por lo más Sagra- ¡se les autorizaba, hacia el trono do. ¡imperial,no había allá trono En ese instante se abrió la [ni emperador. Una cortina, de puerta marfilina de la sala de|seda tendida a todo el ancho de audiencias. Salió una embajada |Ía sala, atajaba su vista. Los caucásica que había venido pa|tres quedaron inactivos y mira- ra rendir homenaje al empera-[ron sorprendidos la defensiva dor. La puerta se cerró sigilosa | pared de color. detrás de ella, pero los extran-¡ En eso alzó el maestro de ce- jeros permanecieron aún confu remonias de nuevo el bastón. Y!vil. Su pupila estaba fija como |ájario en oración al más bonda sos, con sus gorras de piel y [he aquí que, tirado por cordones su vestimenta de terciopelo. En!invisibles, se abrió la cortina sus rostros se reflejaba un gran|crepitante y al fondo levantába desconcierto; a lo que parecía, Justiniano les había insultado dura y soberbiamente porque só lo le ofrecían una alianza, en nombre de su pueblo, en lugar de la total sumisión. Joaquín miró fijamente a los extranje- ros y su rara vestimenta, pero ya le ordenó el “praepositus” q” cargase sobre su espalda el far do cubierto, y al mismo tiempo recordó a los demás que se si. guiesen en todo con suma exac- titud. Luego golpeó, despacio, con su bastón de oro, a la puer ta marfilina, produciendo un muy fino sonido vibrante. La puerta se abrió silenciosa hacia adentro, y entonces penetraron los tres, aquienes se uniía a una señal del “praepositus”, un intérprete, a la espaciosa sala del trono del emperador de Bi. se sobre grados de pórfido, el trono sembrado de piedras pre- ciosas sobre el que estaba sen tado el BaBsileus, a la sombra de una cúpula, de oro. Estaba sentado tieso, más su propio re- trato que él mismo, un hombre gruseo e impresionante, y su frente desaparecia bajo la bri.- llante aura de la corona que irri diaba como una aureola alre- dedor de su cabeza. Igualmente entumecidos como imágenes, formaban en su trono un cír- culo ahondado los guardias de túnicas blancas, yelmos dorados con cadenas de oro al cuello,, y adelante de ellos, por separado, vistiendo amplias vestiduras de seda púrpura, los senadores y dignatarios. Parecía que a todos se les había apagado el aliento, ! helado la mirada, y era visible “PAID THAT BILL! to prove ít!' Here's my canceled check tando los brazos y las piernas, por tres veces acható la frente contra el suelo, y su enmaraña- da barba crujía del extraño mo do pobre la piedra inseensible. Luego se levantó ayudado por Joaquín, su acompañante, se adelantó con la nuca inclinada hasta las gradas y besó el bor de de la púrpura del emperador El Basileus permaneció inmó- unapi edra verde, y no se mo- vían el párpado ni la ceja. Mi. ró duramente por encima del anciano, pues parecíale al em perador indiferente lo que suce díaa sus pies cuáles eran los gusanos que Se arrastraban has ta el ribete de sus trajes. A una señal edl maestro de ceremonais se habían retirado los tres y formaron una fila; só lo el intérprete estaba a un pa so delante de ellos como su bo ca viviente. De nuevo levantó el “praepositus” el bastón. En- tonces comenzó a hablar el in. térprete Que ese era un judío, dijo, venido a propósito en el nombre de los demás, residen tes en Roma, para presentar al emperador del mundo el agrade cimiento y la felicitación por haber vengado a Roma de los bandoleros y por haber liberta doel mar y la tierra de 2sos mal vados piratas. Y como habian sa Y, win, hands down, when you can produce a canceled check to anio you paid a questioned bill. That's one advantage £ having a checking account! Your canceled checks, which the bank returns to you each month, are positive and legal prooís of payment — the best receipts you could possibly have. Of course, a checking account offers many other advantages, too. It stands guard over your cash... lets you pay bills by mail . . . gives you a day-to-day record of your expenditures .. . simpli- fies budgeting . . . makes it easy to figure income tax deductions. And a checking account costs surprisingly little at the Valley Bank. 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La traían ahora para que fuese colorada en los basamentos, a fin de que hubiera en la casa de Justinia no unap arte y una bendición de la sagrada casa de Salomón. A una indicación del “praepo situs” aproximó Joaquín la pe- sada piedra y la arrimó a los lregalos que los enviados caucá sicos habían amontonado a la izquierda del trono, pieles, mar fil indostánico y cachemires bor ¡dados. Pero Justniano no volvió ¡su mirada al intérprete ni al ¡obsequio. Vacuo y tedioso miró ¡por encima de todos al vacío, y sulabio se movió entonces sólo perezosamente y sonaba a dis. gustado y despreciativo: —Pregunta qué quieren. El intérprete explicó en flori. do lengugeje que entre la mig nífica presa traída por Belisario se hallaba una pieza mísera, pe ro que le era singularmente ca- ra a ese pueblo. Pues el cande- labro de siete brazos, que en otro tiempo los paganos arras.. traban por mar y tierra, había sido robada del templo de Sa- ¡lomón, la casa de Dios de Jos ¡judios. Por eso, los judios que- ¡rian fogar e implorar al empera dor que les conceda ese candela bro de su botín, y que estaban dispuestos arescatar el valor de su oro por el doble y décuple de su peso. No habría casa ni choza en que todos los judios del mundo no agradecieran a doso de todos los emperadores .nas. El que lo aroja al desasosie blante. Pues Justiniano no gus taba que se recordase que él, eldivino, habia nacido como hi. jo de pequeños labradores en una aldea de Tracia. Frunció el entrecejo y ya se tendió el labio negativo: Pero con el avío del temorí ya había notado Benjamín que ia palabra rehusadora se formaba en el labio del emperador, y muy adentro de su corazón oyó ya el tremendo, el irrevocable “No” Y ese temor lo animó. Le empleó como un puño interior y, olvidando la orden que prohi bía traspuasar la veta blanca de mármol se acercó —todos se estremecieron— ahsta muy jun to al trono, y sin que lo sintiera se levantó sum ano conjurando hacia el emperador: —¡Señor, está en juego t'u imperio, tu ciudad! No te envan nezcas y no trates de retener lo que hasta ahora ninguno ha lo grado conservar! También eran grandes Babilonia, Roma y Car tago y, sin embargo, han caído los templos que guardaban el candelabro y se han desploma- dolos muros quelo encerraban. El, solo él permaneció intacto, y lo demás, se convirtió en rui- go, será presa de él mismo, de disensión. ¡Guay del que retie- ne lo que no le pertenece!! Pues no habrá paz ante Dios antes de que no vlelva a su santo lugar lo que le es consagrado. Señor, te prevengo: ¡devuelve el can. delabro!! Todos quedaron: atónitos. Na. die había comprendido las a1gi. tadas palabras. Los dignatarios sólo habian observado con a sombro. de que alguien se atre. vía a lo que hasta entonces na- diee había osado: acercarse en su excitación a la más próxima vecindad del emperador y arran car al más poderoso de la Tierra la palabra de la boca.. Espanta- dos miraron todos al viejísimo que estaba alá sacudido por el exceso de su dolor, con lágrimas en la barba y con ojos relampa gueaentes de ira. Muy detrás suyo se agazapó, luego de haber seret irado, el rabbino; haciase ¡de ellos y la verdad encima del decimiento hasta Dios. Pero Justiniano observó pene- trantemente cómo se iluminaba de alegría el rostro del anciano Le sobrevino un deseo de pe. verso. No iría ese judío atrevido a vannagloriarse delante de su pueblo: “Yo determiné y vencí al emperador”. Sonrió maligna y brevemente: —No te alegres antes de tiem po. Pues ese candelabro no per teneceráá a vosotros, los judios, ni servirá a vuestro culto equi- vocado. Y dirigiéndose a Eufemio, obispo, que se hallaba a su diestra: —Cuando, al renovarse la ,u- na, emprendas el viaje para bendecir la nueva iglesia en Je rusalén que donara Teodora, Ilé vate ese candelabro. Pero no debe brillar sobre el altar, sino permanecer sin luces debajo del altar para que-cualquiera vea bieen a las claras c.mo nuest:a creencia está por encima de la el próxima y lo acostaron. Estaba apagado el color de su faz, con los ojos cerrados estaba tendido el viejo, y ya creían que la muerte. lo abraza, pues sug ma * y nos exangues colgaban inertes, ycuando el rabbino palpaba te meroso el corazón, solo latia . a largos intervalos y débilmen te. En anciano permaneció hos ras y horas completamente im. . sensible, como si con aquel lla- mado vano al emperador hubie. ra salido de su cuerpo el resto de sus fuerzas; ma3 de repente —ya caían las sombras dee la tarde— se enderezó ante igual asombro de ambos, y los miró fijamente con extrafia mirada, como quien vuelve del: más .a. |11á. Pero luego,reconociéndolos ordenó ante su renovada sorpre sa,-con arrebatada precipitación que lo llevasen inmediatamen. te otra torio de Pera porque de. seaba despedirse de la comuni. dad. En vano le aconsejaron los dos que descansese más y cuidase de su cuerpo: el anciano insistió tercamente en su man ¡dato y hubieron de complacerle o llevaron en andas hasta un error. Que se le conserve en la iglesia verdadera y no entre a- quellos a quienes ha llegado Cristo y que no lo reconocieron. El anciano se espantó. No ha bía comprendido las palabras extrañas. Pero sentía la sonrisa perversa alrededor de la boca del emperador, y notó que orde- naba algo que le era hostil. Qui So tirarse otra vez al suelo, su- plicante, para que cambiase le opinión. Pero ya Justiniano ha. bía mirado al “praepositus”. Es te levantó el bastón y cerráron se rumorosas las cortinas: des- aparecieron el emperador y el Se dejó llevar como dormido. la mirada vacía y lo boca oerra= da.. A CEL MADA —PALMISTA — Contesta todas las Preg de su Pasado, Presente y y no rogasen por la duración de [apartado el intérprete, y seguía trono, y quedó la audiencia. Futuro en Español. Aturdido se hallaba el viejo 1025 East Van Buren ante la pared cerrada. Entonces Siempre Abierte 3 le tocó el maestro de cercmo. p ito nias desde atrás el hombro, en Enseguida del Wagon Wheel señal de que debía alejarse. Apoyado en Joaquín, se retiró el anciano, de pie inseguro, con la mirada ensombrecida. Sintió que por segunda vez le rechaza- ba Dios cuando lo sagrado se hallaba ya casi en sus manos, De nuevo había dejado escapar el momento. Y otra vez pertene- cía el candelabro a los dueños de la fuerza. : INCOME TAX. y Contadugía Servicio de Negocios en Pix su imperio. completamente solo y próximo, El ojo de Basileus permane- 'frente a frente, Benjamín ante ció impasible. Malhumorado, replicó: —No deseo oración de no-cris tianos. Pero, preguntales qué ¡hay con esa cosa y qué se pro- ponen hacer con ella. El intérprete miró a Benja- mín mientras le tradujo esas ¡palabras, y éste sintió un estre ¡mecimiento y un frio en sus ¿miembros ante la, dura mirada del emperador. Sintió una resis tencia y fué pdesa del pánico de, quizás, no poderla vencer. Por eso alzó suplicante las ma nos: —;¡¡Piensa, señor, que es el único de los objetos sagrados que le ha quedado a nuestro pueblo! ¡Han devastado nuestra ciudad, derribado nuestras mu- rallas, destruído nuestro tem- plo! Todo lo que amábamos teníamos y reverenciábamos, ha desaparecido. Una sola cosa, ese candelabro, ha durado a tra vés del tempo. Tiene mil años, más edad que todo: lo que hay en la tierera, y desde hace sig. los viaja sin patria, y no tendrá ; 1 ¡el Basileus. Justiniano había despertado de su rigidez, Midió con mirada insegura al anciano ebrio de ira, y con otra impaciente luego al intérprete para que le tradu- jese las palabras. El intérprete lo hizo con prudente atenuación Pidió al emperador que en su bondad perdonase al anciano lo indebido, ya que solo lo cinfun día su preocupación por el bien del imperio. Quería avisar leal. mente al emperador de que Dios había depositado una terri ble maldición sobre aquel obje-! to. Traía desgracia a quienes lo guardaban, y cada ciudad que lo albergaba, sucumbía ante el enemigo. Consideraba el viejo, por lo mismo, de su deber avisar al emperador e invitarlo a que deshiciera la maldición de ese objeto, restituyéndolo al lugar de su origen, a Jerusalén. Justiniang escuchaba con la frente etnsa: llenábale de indig nación la temeridad de ese viejo judio descomedido que levanta- ba.la. voz y el puño en su pre- tranquilidad nuestro pueblo mientras él peregrine. ¡Señor, compadécete de nosotros! Este candelabro es el último de nues tros bienes, !devuélvenoslo! Piensa qu eDios te ha elevado desde la profundidad a la altu ra y te ha hecho rico sobre to- dos, y aquel a quien El dió, ese también ha de dar: así lo quie- re Dios, Señor, ¿qué es para ti eso solo, qué te significa el can- delabro peregrino? Señor, hazlo descansar y procurale la paz! El intérprete tradujo esas pa. labras con embellecimiento cor tesano. El emperador escuchó indiferente. Pero apenas oyó lo que Benjamín dijera de la pro. fundidad de que Dios lo había ESLAALEAAAALSAZA Íngres La Alianza Hispano para sus niños. Teléfono: 3-2304 ALIANZA HISPANO AMERICANA Sociedad Fraternal de la Raza. La A- lianza expide pólizas de seguro para toda la familia a precios muy cómodos. Además se imparte protección a los so- cios. Tome un Seguro para usted y Vean al Señor CARLOS MORALES, Organizador Regional de la A.H.A. sencia. Pero al mismo tiempo en él una inquietud. Pues como descendiente de campesinos, era supersticioso, y como todo hijo de la suerte temía mucho todo embrujo. y presagio. Calló un ra to y reflexionó. Luego mandó sécamente: —;¡Sea! ¡Apártese esa cosa del; botín y condúzcasela a Jerusa- lén!! En anciano se estremeció al traducirle el intérprete esas pa- labras La venturosa nueva cayó sobre él como. un relámpago e iluminó su corazón. Había vivido para ese instante. Para ese momento le había conserva do Dios. Sin saberlo, sin sentir lo, levantó una mano, la sana, eala Americana es la ó A los pocos pasos de haber salido del palacio .imperial, em pezó Benjamín el de nuevo 'a- margamente probado, a vacilar. de repente. El superor y Joa- quín tuvieron que sostener al tambaleante anciano con toda As A LE DUELEN Nosctres rorres'mos los Dedos Torcidos, Ampollas, Todos estos males LOS PIES?? Desde las 5 P.M... Casa: COLUMBUS Ne. NY" Se Habla Español. Arcos Caídos, Flat Feet, Callos, Talones Adoloridos. son la causa de; PIERNAS ADOLORIDAS Y DOLORES DE ESPALDA Vean al Dr, $. B, Murray, Ph. T. Número 5 al Oeste de Adams Teléfono. NBA UNION C ¡CURE Phoenix, Ariegua : 2-1552 E ÓN ESE LEANERS NATALIO VELAZQUEZ, Propietario. Se Recoje y Entrega a Domicilio, llamando al tel: 46510: Calle Jefferson : 1017 Este dela AAA AYELINE? diario. xico, $, A., las VUELE UST Visitar por avión las ciudades de llo, Guaymas, Ciudad a sulta más barato utilizando el Mazatlán, Cananea, N. 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